Máximo Cerdio

Máximo Cerdio

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Más de 500 adultos mayores recibieron la inmunización.

Jiutepec.- Más de 500 adultos mayores recibieron la vacuna contra el covid-19 en la colonia Huizachera de Jiutepec, el primer día de inmunización. Así lo dio a conocer personal de la ayudantía municipal de la colonia, que ayudó en la organización de este acontecimiento programado por el gobierno de México.

Desde el día 17 de marzo los vecinos se pusieron de acuerdo para apuntar en una lista a los adultos mayores de esa colonia, a fin de que recibieran el biológico chino Sinovac.

A partir de las cinco de la madrugada comenzaron a llegar de diferentes lugares adultos mayores acompañados por sus familiares a la cancha de usos múltiples localizada frente al edificio de la ayudantía municipal; los demás beneficiarios hicieron turnos en fila india de 150 a 200 integrantes.

Los “Servidores de la Nación”, así como personal de la ayudantía y ciudadanos de la colonia organizaron a los beneficiarios y los introdujeron dentro de la cancha techada. Sin embargo, como el sol entraba a la cancha, las mesas en donde se pondrían las vacunas y las mesas y sillas respectivas fueron cambiadas a última hora.

La aplicación que debería comenzar a las ocho de la mañana inició a las 10:30 y los adultos mayores fueron pasando uno por uno con auxiliares médicos que les revisaba la presión. Luego hacían fila para recibir la vacuna. Se dio prioridad a quienes iban en silla de ruedas, andadera o que usaban bastón.

Una vez que salió el primer grupo de 150, ingresó el segundo grupo.

Fuera de la cancha había inconformidad por parte de los familiares de los beneficiarios, porque los hicieron madrugar y no alcanzaron a entrar dentro de los primero 150 lugares, aunque los “servidores de la Nación” Informaron que el biológico se aplicaría a todos y que si no pasaban hoy habría oportunidad de vacunarse el viernes o el sábado.

 

 

  

Lectura 5 - 10 minutos

El 10 de marzo pasado, la Cámara de Diputados federal aprobó en lo general el uso recreativo de la mota para mayores de 18 años y la portación hasta de 28 gramos (unos cinco cigarrillos, aproximadamente); también se legalizó su producción y comercialización. Aunque debe pasar por el Senado, la ratificación se da por un hecho.

 

PRIMER CHURRO

ENTREVISTA CON EL MACIZO

Para Julio, este hecho no va a cambiar nada. No sabe quién va a resultar beneficiado. Al menos para la banda pacheca no, porque siempre ha habido y la han conseguido yerba de una u otra forma.

Él tiene 42 años, más de 20 años de fumar yerba, de la que consume de ocho a nueve churros al día.

En entrevista platicó que todo lo tienen controlado los narcos y es probable que haya algún distribuidor clandestino que no pague piso, pero se arriesga a que lo levante y se lo chinguen.

Relató que el orégano chino sí es aditivo: “en mi caso tenía que darme mi gallo para poder ir al baño en la mañana, de ahí en adelante; en el desayuno otro, en el relax otro: el mariguano se busca sus espacios para ponerse.

“Yo comencé a fumar mariguana como a los 17 años, me dio mi primer toque una chava que era de Temixco, la fumé en el centro de Cuernavaca, con los jipiosos; de ahí dije, está chida la mota, y de ahí en adelante.

“Después tuve varios pasones porque la consumía y la mezclé con alcohol, pero no me di por vencido.

“Aquí había banda pacheca, me juntaba con Pepe La Gallina, y con Ángel el Medio kilo, me di dos tres pasones con él porque también le echaba pasta al churro, pero a diferencia de mí él ya se la sabía y yo apenas comenzaba.

“Lo bueno que tiene la mariguana es que te da energía, andas chambeando y bien acá, chido; yo la uso para eso, hago mi chamba bien, con gusto, no me gusta andar de plátano. El efecto puede durar de veinte minutos a media hora, y eso depende de la calidad de la hierba, si está muy buena hasta una hora; hay unas que ponen bien, otras que no, pero ya tú te la sabes y buscas algo que te ponga. Esa sensación de bienestar te hace pacheco.

“La mota es siempre pa’ bajo y si andas plátano pues más bajo; debes saber explotarla para que te dé pa’rriba, eso lo sabe uno con la práctica.

“Yo soy macizo de coraza y la fumo para eso, para ponerme bien. Soy un pacheco positivo. Claro que hay quien la usa para ponerse mal o para darse valor o pelear o atracar. Paquito Loco, cuando anda pacheco, nomás es chido, pero cuando se cruza anda buscando quién lo ofendió para hacerla de pedos: es el Diablo.

“La policía siempre nos ha perseguido a los mariguanos. Una vez andaba por allá por la Barona y me apañaron, me pasaron báscula y me atoraron con medio guato, lo traía acá entre las piernas y me la quitaron. Me preguntaron quién era el bueno, porque los polis andan siempre sobre eso, y el hornazo te delata; les dije que yo era consumidor, me vieron y olieron los dedos y sí. Tuve suerte, la tira andaba sobre unas ratas, pero tuve que pagar quinientos pesos para el desafane.

Una vez sí me atoraron gacho en el Rayito. Fui a conectar y andaban campaneando al bueno, porque allá vendían de todo. Venía por el Rayito, y un policía me estaba haciendo el alto pero yo no lo vi y me pasé. Entonces una patrulla me alcanzó casi llego a Sanan. Iba pasando el difunto Chucho y me estaban basculeando y yo sí traía un guato chido. Los compas me hicieron el paro y consiguieron mil pesos.

“Una de las cosas que con el tiempo ha cambiado es que antes tú tenías que ir por la droga, ahora te la traen, eso es mejor.

“Antes en Altavista había una señora que vendía en grande y a granel. Cuando yo empecé a fumar me costaba veinte pesos el guato, cinco cigarros; ahora eso cuesta cincuenta pesos pero la calidad de la mariguana es menor.

“Hace muchos años yo iba por mota para la banda pacheca hasta la Flores Magón o Altavista o Alta Palmira, pero el mero bueno me daba precio y traía yo un chingo. Además, iba desde la madrugada para ganarle a la tira, la pejota, la Policía Judicial. En ese tiempo estaba de moda el perico y se tiraba chido, los meros buenos estaban aquí en la privada de las Flores”.

Julio afirmó que el promedio de vida de un macizo es más alta que el de un adicto a otra sustancia. “El drogo siempre quiere más y se me te más, pierde trabajo, pierde todo, y hace hasta lo imposible por conseguirla; se mete de rata y hasta puede matar. Vale ciento veinte pesos una grapa y te la chingas y a los veinte minutos quieres más. “Al final es difícil que viva muchos años, se queda en el viaje, en el bote, o muere o lo matan. El pacheco puede llegar a viejo si se la lleva chido.

“Nunca he tenido planta en mi casa, una vez quise tener una y mi mamá me la tiró, también me tiraba a la basura mis bachas, pero tuve que hablar con ella y decirle que no todos los mariguanos somos iguales y con el tiempo entendió”.

 

 

SEGUNDO CHURRO

EL GUATO

Los restos de Juanita Salazar Viniegra ya no parecen tan peligrosos, se redujeron a basura desde la aprobación del cannabis.

Eso es lo que queda de aproximadamente un cuarto de kilo de grifa, que me costó un ojo de la cara y no tuvo el fin que debió tener. Me lo consiguió una amiga hace como dos años, y me la entregó en una bolsa de plástico envuelta en papel.

Traerla del centro de la ciudad a mi domicilio fue un problema. Desde que me metí al coche sentí que federales antinarcóticos me observaban y que, después de una persecución espectacular, con balazos, gritos, derrapones, y toda la cosa, en donde yo era el Chapo Guzmán y la cámara principal se me pegaba como lapa, me atraparían. No tenía yo ningún pretexto creíble y justificado para portarla.

¿Qué haría yo sin me metían a la cárcel por portación, consumo o tráfico? ¿Se cumpliría mi sueño de tener un mes para mí solo, sin presiones para resolver mis compromisos monetarios? ¿Comenzaría a escribir los poemas y textos que no me dejan en paz?

Desde que la traje a casa y la escondí en una gaveta descompuesta de un armario me seguía preocupando que esos “judas” imaginarios estuvieran vigilándome en la calle y descubrieran la hierba guardada.

El olor de la “mois” es como el del primer muerto de tu vida, nunca se borra. Algunas veces abría el paquetaxo y el diablo salía inmediatamente convertido en algo invisible y penetrante.

Semanas atrás me había apuntado en una labor social y experimental:

-Yo nunca he probado una fumada de mariguana, menos me he terminado un cigarro.

-Te voy a conseguir un poco y la pruebas y yo te cuido por si te sientes mal.

Pasaron los días, los meses y el “guato” seguía intacto.

Algunas noches soñé que la mota salía de la bolsa, se subía al filo de la gaveta y sentada en el filo de la madera me decía:

-Aparte de miedoso eres pendejo.

 

TERCER CHURRO

MACERANCIAS

Más por temor que por precaución, compré un litro de alcohol, que antes era muy barato y después del coronavirus cuesta más que cuatro o cinco cigarros de cannabis, y le metí casi toda la hierba para preparar remedio contra reumas de la tercera edad.

La “Dama de la ardiente cabellera” había quedado indefensa dentro de la botella de alcohol del 96 y recordé cierta vez, por la tarde noche, que mi madre me mandó a comprar colitas de borrego con una vecina.

 

CUARTO CHURRO

EL COLCHÓN DE MOTA

En la misma cuadra de mi casa vivía doña Nelly, una mujer menudita con tres hijos, dos de mi misma edad y una niña; su esposo era militar.

Toqué la puerta y me abrió, estaba sola. Le dije a qué iba y ella me hizo pasar, me pidió que la siguiera hasta su recámara y cuando estuvimos adentro levantó el colchón: ante mí apareció un bastidor tapizado de paquetes grandes. Doña Nelly me pidió que yo cogiera uno de la orilla y recorriera otros para tapar el hueco, así lo hice. Cuando estuvo todo acomodado bajó el colchón y me pidió que la siguiera a una mesita, en donde puso el bulto forrado con plástico. Fue a su cocina y regresó  con un cuchillo y bolsas de plástico y papel periódico. Desenvolvió el paquete y un olor penetrante inundó el cuarto; para mí eso era desconocido, no lo podía asociar a nada que en mis nueve o diez años hubiera olido. Lo más próximo era la espesura de la mínima selva del rancho de mi abuelo donde pasábamos las vacaciones.

Doña Nelly cortó un trozo como si se tratara de queso, lo envolvió en un pedazo de periódico y luego en una bolsa de plástico y me lo dio. Yo salí de su casa y entregué a mi madre el encargo.

De la verdolaga sagrada volví a saber tiempo después, en el barrio.

 

QUINTO CHURRO

EL MARIGUANO Y LA NEGRA DEL PURO

Había un sujeto que le apodaban el Rayo, y al que todos le tenían miedo porque era mariguano y salía a las calles a buscar pleito y nadie le podía ganar. Los sábados por la tarde se ponía a media calle y hacía desfiguros: se quitaba la camisa, se dejaba caer de espaldas al suelo y se incorporaba como si nada.

Para mis amigos y para mí esa droga era como una sustancia que convertía a la gente común y corriente en un superhombre. Junto con la mujer negra, gorda y altísima, que caminaba en medio de la calle, con un puro encendido y un gigantesco canasto en la cabeza, gritando: “¡Cafeeeeeeeé!” eran los monstruos más temibles.

Un día me dejaron solo en la casa, con la puerta abierta. Yo estaba sentado en una mesita, haciendo tarea. De pronto vi aproximarse desde la calle una sombra muy ancha; quise correr pero el miedo me paralizó. La monstrua se paró en el quicio, echó una bocanada de humo de su puro y Gpreguntó con una voz grave:

-¡Va queré café mi negro!

 

Lunes, 08 Marzo 2021 05:14

Y todos los días…

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Aquí hay algunas imágenes de mujeres trabajando. Es un lugar común afirmar que sin su esfuerzo la economía se vendría abajo, pero en tiempos de pandemia su presencia en estas actividades ha sido mayor.

Fueron captadas en Morelos, pero son momentos que ocurren en todo el planeta.

Donde no está una mujer o donde no estuvo no existe color ni sonido, no hay canto; lo que vive no se puede tocar, ni tiene sabor ni huele a nada.

Donde la mujer pone su pie hay movimiento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lectura 3 - 6 minutos

Trabajar de sol a sol en las calles no cualquiera lo resiste, más en esta ciudad en donde las épocas de calor han llegado a 40 grados Celsius, o cuando se necesita realizar labores policiacas como detener o someter a algún delincuente o prestar ayuda en estos ilícitos o desgracias o accidentes.

Marcelina García Perulero lleva realizando estas labores en las calles de Cuernavaca por más de 25 años. Ingresó a la Policía Vial de Cuernavaca, el 16 de enero del 1995.

Es policía adscrita a la Dirección General de la Policía Vial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Municipio de Cuernavaca, Morelos.

En entrevista relató que nació en Acapulco, Guerrero, tiene tres hijos: el mayor es de 29 años, la segunda de 21 años y está estudiando la carrera de Derecho y la más pequeñita de 10 años y está en la primaria.

También dijo que le gusta correr y practicar zumba y la cocina. Tiene buena sazón con los mariscos; come sano, le gusta leer y las películas de drama y suspenso; cuando tiene vacaciones viaja al mar con sus hijas.

Marcelina estudió la preparatoria y la carrera técnica policial.

“Le ha dedicado toda mi vida a este noble trabajo que es la Policía de tránsito. Llevo 25 años de mi vida aquí y lo que me resta de tiempo lo dedico a mi hogar y a mi familia”.

“Siendo preferentemente un trabajo de hombres, para mí como mujer es mucho más difícil que para el hombre, aunque seamos policía. Hay hombres que no les gusta que una mujer les llame la atención o que les infraccione, pero lo más difícil es cuanto actuamos en un auxilio, porque no comparamos la fuerza de un hombre con la nuestra, y tratar de someter a un hombre es realmente difícil, pero por el amor a la camiseta siempre apoyamos en los auxilios”.

La carrera policial es de sacrificio, asegura. “Constantemente nos capacitan y nos privamos de la compañía familiar, ya que algunos cursos los hacemos internos en la academia y eso en mi situación es bastante difícil: soy madre soltera y dejar a mis hijos solos es difícil. A diferencia de otros años, ahora la Policía ahora si está siendo preparada constantemente y evaluada para continuar en este medio.

El trabajo de policía vial es importante, según Marcelina, porque regula las vialidades. La falta de cultura vial de los conductores deja en desventaja a los peatones, a los niños que salen de la escuela. La presencia policial es importante para inhibir la delincuencia: la presencia de un policía en un crucero ayuda a los ciudadanos. Los policías están en las calles para prestar auxilio, dar alguna información, para prevenir accidentes.

Una situación de mucho riesgo que ha enfrentado fue la del 19 de septiembre del 2017, el día del terremoto:

“Yo tenía a mis hijas en sus respectivas escuelas y estaba trabajando sin saber nada de ellas. Las llamadas no salían porque no había red, ningún transporte público estaba laborando y yo tenía que permanecer en mi trabajo con la incertidumbre. Fue horrible ese día y sentí que la vida se me iba”.

García Perulero relata que no todo es riesgo en su trabajo, también es satisfactorio cuando tienen la oportunidad de auxiliar o apoyar a personas en apuros.

“En este trabajo conoces a muchas personas y das gracias a Dios por su amistad, consejos y hasta ayuda. Y una de las cosas más bonitas es saludar a los niños que admiran a la Policía. ¡Eso sí es satisfactorio!”

Primero y único Otrosí. Cuando vi el documento sobre el parabrisas de mi auto, sostenido por la plumilla, adiviné qué era una infracción. Mi coche no estaba estacionado en lugar prohibido, tampoco me había pasado un alto durante el trayecto de mi casa al centro de Cuernavaca, ni había cometido una falta al reglamento de tránsito. Traté de leer cuál era el motivo de la infracción y no pude, la caligrafía del documento iba más allá de mis conocimientos sobre paleografía oriental y recordé los años que tuve que descifrar las respuestas a los exámenes de mis alumnos en la preparatoria y en la Universidad en la Ciudad de México.

Anduve con la boleta buscando a mis amigos reporteros para que me tradujeran o me dijeran quién hubiera podido haberme la infracción y nadie entendió la letra; luego escalé y me fui a buscar a los policías viales: menos, ahí no hay chivatos.

Los rasgos de la escritura en el documento eran como huellas de gaviota enferma sobre la arena, sólo se distinguía una palabra: “Perulero”. Pagué, con todo el dolor de mi corazón una infracción que yo no cometí.

Los meses pasaron. La fauna que habitamos el centro de Cuernavaca tarde que temprano nos encontramos frente a frente, y en una ocasión hubo tráfico intenso en la calle Guerrero por un accidente vial: había gran cantidad de policías y dos o tres mujeres de tránsito. Escuché entre el murmulló la palabra ”Perulero”, me fui acercando y vi quién era la oficial. Yo la había visto varias veces en el primer cuadro y en el mercado, dirigiendo el tráfico.

Al día siguiente fui a buscarla, estaba trabajando en el crucero Gutenberg y Galeana.

-Buenos días, oficial, sólo para reclamarle que hace dos o tres meses me puso una multa por una falta que no cometí.

La mujer no me contestó, se me quedó viendo de arriba bajo y avanzó para parar el tráfico de Galeana.

Antes de parar a las rutas con su silbato, le dije algo que seguramente no alcanzó a escuchar:

-Tiene usted letra de doctor con artritis.

A fuerza de andar todos los días por los mismos lugares, Marcelina García Perulero y yo nos fuimos saludando. Aunque no se me ha olvidado la infracción que me impuso la veo con respeto y le digo “Peru”, como le dicen sus amigos.

La he visto actuar en diferentes circunstancias, una de ellas durante el sismo del martes 19 de septiembre de 2019: a pesar de tener a su familia lejos, sin conocer si sus hijos estaban vivos o no, ella ayudaba junto con los demás policías, bomberos, rescatistas y ciudadanos.

Ese día nos cruzamos en una de las calles donde los días laborables nos saludamos con afecto. Nos topamos de frente sorprendidos aún por el terremoto, no nos hablamos, sólo nos vimos; ella iba llorando.

 

 

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Nadie escuchó el último aliento de Gaspar Carranza Núñez, ni siquiera los peritos que levantaron su cadáver el año pasado, en alguna esquina del barrio de Tlaltenango.

Sus padres no quisieron identificarlo ni reclamar el cuerpo; sus vecinos intentaron recuperarlo para darle “cristiana sepultara” o incinerarlo, pero las autoridades se los negaron.

Gaspar no iba de traje o no tenía buena ropa como para que, de inmediato, la justicia pusiera en marcha el engranaje de identificación de ese hombre de aproximadamente 30 años, delgado, de un metro 64 de estatura, un tatuaje en forma de lágrima con tres puntos en el pómulo, otro en el brazo y otro en el cuello con el nombre “Cande”.

Lo vieron flaco y jodido, seguramente con el pedazo de estopa en la mano, seca, sin una gota del solvente que lo mantuvo anestesiado casi toda su vida.

Lo trasladaron a la cámara frigorífica del Servicio Médico Forense de Temixco y arrumbaron sus restos mortales junto a cerca de 200 cuerpos que nadie conoce ni han sido reclamados.

El viernes 19 de febrero una persona le comentó a un familiar de Natividad Buenos Aires, que Gaspar había fallecido hacía más de dos meses y que se encontraba en la morgue porque sus papás no habían ido a reclamar el cuerpo.

Natividad entendió este hecho como un mensaje: el difunto estaba pidiendo que sus restos tuvieran funerales dignos y comenzaron a hacer gestiones para que las autoridades les entregaran el cuerpo de Gaspar.

No se lo entregaron. En la Fiscalía General del Estado de Morelos le exigieron que fueran al menos dos familiares para que les dieran los restos: había una carpeta de investigación por muerte violenta y era imposible darlo a quienes no tenían ningún parentesco.

De acuerdo con especialistas en materia penal, el cuerpo se entrega a los parientes y éstos no pueden cremarlo, deben inhumarlo para que, llegado el momento y si se requiere, se pueda exhumar para continuar con pruebas en caso de que se reabra la carpeta de investigación.

Entre los vecinos, que conocieron a Gaspar desde que era un niño hasta que lo vieron deambular por la calle H. Preciado, la muerte del muchacho despertó diversos comentarios:

-Por fin dejó de sufrir !!!

-Ojalá la vida pueda recompensarlo algún día, ya que fue dura para él!!

 

LO “REGALARON” AL MES Y MEDIO DE NACIDO

Natividad Buenos Aires, vecina de la calle Jesús H. Preciado en San Antón, relata que los padres de Gaspar lo regalaron a Esther Solís, tía de Natividad, que pudo tener hijos; el bebé tenía mes y medio de nacido.

Así llegó Gaspar, que en griego significa “Aquel que viene de alguna parte" o "Aquel procedente de una nación o país”, a San Antón.

Los padres se comprometieron a ayudar con la manutención del niño, pero al poco tiempo se desobligaron y dejaron al pequeño con Esther.

“Al poco tiempo murió su mamá adoptiva y mi mamá Candelaria o “Cande”, ya finada, y nosotros nos hicimos cargo de él. Aquí nunca lo hicimos menos, lo tratábamos como de familia, con mis hijos. Y le dimos escuela como a todos, pero él no quería. También ingresó a la Escuela Hogar Nuestros Pequeños Hermanos, pero escapó de ahí”.

 

A LOS 10 AÑOS HIZO DE LA CALLE SU CASA

Cuando tenía como diez años se salió a la calle y no regresó a la casa. Después se supo que se andaba drogando.

Su familia adoptiva relata que hizo “hasta lo imposible” por rescatarlo pero no se dejaba, la calle era su casa.

Trabajó cuando era adolescente en la panadería de barrio y también buscaba trabajo con los dueños de los “juegos”  en la feria de San Antón y de Tlaltenango, pero no tuvo un trabajo constante.

Hubo un tiempo que desapareció y luego se enteraron que estaba como interno en lo que ahora es el Centro de Ejecución de Medidas Privativas de la Libertad para Adolescentes (CEMPLA) o “Tribilín” (deformación de “Tribunal”).

Gaspar tuvo dos hijos, un varoncito y una niña que tuvo con una chica que fue su pareja y con la cual se drogaba; por ahí deben andar los niños.

Hace como cuatro años, un auto lo atropelló en Tlaltenango, el barrio a donde iba cuando se cansaba de andar aquí en San Antón, en la calle.

Estaba muy mal, necesitaba una operación y no se tenía el dinero, se le habló a su papá pero nunca se pararon en el hospital.

“Lo internaron y juntamos lo que pudimos para que lo operaran, finalmente salió del hospital en silla de ruedas y lo volvimos a recibir en la casa. Yo me iba a trabajar y lo dejaba encerrado, y no consumía drogas, y así estuvo un tiempo, aquí comía. Pero una vez me dijo que lo dejara salir a la calle, ya no quería estar acá y se salió con todo y silla de ruedas y ahí andaba en el barrio, drogándose de nuevo, relata Natividad”.

 

EL MONAS

Los de su edad le echaban desmadre, sabían que se drogaba y no podían hacer nada para evitar que lo hiciera. Gaspar era muy tranquilo, no le hacía daño a nadie, sólo se hacía daño él mismo consumiendo activo, al menos ésta es la percepción de sus conocidos en San Antón.

Luis Andrés Morales Aguilar, vecino del barrio, relata una anécdota:

“Estaba con nosotros, era ya noche, y un camarada le quería quitar su lata de activo para drogarse también, pero Gaspar no se dejó y corrió hacia la iglesia parroquial y empezó a tocar la campana, para avisar al pueblo que le querían robar. Nosotros no supimos qué hacer. La gente salió de su casa sorprendida, asustada y preguntaron qué pasaba y les tuvimos que contar. Al otro día nos daba pena porque todos estaban preguntando qué había ocurrido. Con el tiempo nos dio risa”.

 

NO PUDIERON RECUPERAR EL CUERPO

Según se consignó en el portal de La Unión de Morelos, el martes 23 de febrero vecinos de San Antón pidieron cooperación económica para recuperar el cuerpo de Gaspar y llevarlo al crematorio o enterrarlo, sin embargo, cuando lo solicitaron a la Fiscalía ésta les dijo que no se los podían dar, necesitaban que los padres u otros familiares fueran a identificar el cuerpo y a recibirlo.

Los vecinos hablaron con los papás del difunto, pero no quisieron hacerse cargo.

 

LA ENORME BOCA DE TIERRA Y DE SILENCIOS

Gaspar Carranza Núñez y más de una centena de cuerpos esperan la hora en que algún directivo decida que ya estorban en el refrigerador del Semefo para ordenar los lancen dentro de esa enorme boca de tierra y de silencios que es la fosa común.

Algunos como él, tenían quien los reclamara, pero el miedo o el odio o la falta de interés los dejó allí, en el lugar de los no identificados, los sin nombre, aquellos que ya no existen, los que el tiempo borrará de la memoria de los hombres y de una ciudad que por muchos años fue considerada como la localidad escogida por la Primavera para quedarse.

 

 

 

 

 

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*En Puente de Ixtla*

Este miércoles es el primer día de vacunación contra el covid-19 para adultos mayores en el Centro de Salud (CS) San José Vista Hermosa, ubicado en la calle Francisco I. Madero de la colonia centro, en Puente de Ixtla.

Se administrarán únicamente 200 dosis y a las numerosas personas que acudieron desde la madrugada se les está entregando una ficha para vacunación en los próximos días, jueves y viernes.

En el sitio también hay desorden y protestas de familiares de los adultos mayores; una de las mujeres que acudió denunció que no se le quiso vacunar.

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*El cuerpo fue hallado hace dos meses en Tlaltenango; permanece en el Semefo*

Vecinos de San Antón piden cooperación económica para los funerales de Gaspar Carranza Núñez, un hombre de 30 años de edad cuyo cuerpo sin vida fue encontrado hace dos meses en Tlaltenango.

Al respecto, refirieron que el cadáver permanece en el Servicio Médico Forense (Semefo), en Cuernavaca.

La ayuda se puede entregar directamente con la señora Natividad Buenos Aires, con domicilio en la calle H. Preciado 304, cerca de la parroquia de San Antón de Padua.

Lunes, 22 Febrero 2021 05:31

De botanas y borrachos

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La buena propina se gana con la misma atención con la que una madre atiende a su hijo de pecho.

El coronavirus ha impedido reunirnos en las cantinas. Estar juntos y escuchar a los amigos o que nos escuchen es un deleite que no disfrutamos desde hace casi un año.

Comer los guisados que ofrecen en los bares y cantinas también es gusto, pero si es en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se vuelve un placer.

Por eso cuando al doctor chiapaneco Alejandro Náfate lo invitaron a una cantina en Morelos, y de botana le sirvieron unos cacahuates embadurnados con aceite, pensó que era una broma, pero se dio cuenta, después de ir a varias botaneras, que nada se comparaba con las delicias a las que estaba acostumbrado antes de llegar a estas tierras zapatistas.

 

LO QUE DEJÓ EL DOCTOR NÁFATE

Como seguramente sabe el galeno, el borracho tuxtleco es alegre, bien alimentado y exigente cuando visita otras cantinas de otros estados; porque en su tierra ha probado las verdaderas mieles de la mejor cocina regional, nacional e internacional. Se ha vuelto, pues un especialista de la botana.

Allá en el sureste los horarios de trabajo de la mayoría de las empresas son de 8:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 18:00 horas, de tal suerte que los bares y cantinas o restaurantes deben tener una buena cocina para conquistar a quienes, en vez de regresar a su casa, van a las cantinas a comer y a tomarse “las tres de rigor”.

A las dos de la tarde comienzan a llegar los comensales, acompañados o solitarios, y llenan las mesas.

Por lo general el local está limpio, fresco, hay música en alguna rockola o aparato de sonido y en algunas hasta música en vivo (con marimba, el instrumento chiapaneco por excelencia).

Muchos locales contratan a mujeres jóvenes como meseras, y forman un atractivo para los asistentes que incluso puede ser mayor que la propia comida o bebida.

Las meseras o meseros se afanan en servir al cliente: el parroquiano nunca debe cerrar su mano sin que apriete algo frío; si pide más de una botana se le da sin chistar. La buena propina se gana con la misma atención con la que una madre atiende a su hijo de pecho.

(Los lazos de amistad nacen entre cliente y mesera o mesero, incluso se convierten en compadrazgos o uniones más formales y duraderas.)

 

LA MERA BOTANA

Como sabe el discípulo de Hipócrates, cada cantina tiene una especialidad en botanas, es decir, platillos de proporción mediana o pequeña para abrir el apetito. Aunque en Tuxtla esas cantidades pequeñas pueden ser relativas.

Las hay especializadas en mariscos. En los menús se puede leer caldo de camarón, solo o con jaiba, coctel de pulpo o camarón; tostadas de mariscos o pescado en muy diferentes presentaciones.

Otras ofrecen antojitos como tacos fritos (flautas), chalupas; manitas de cerdo en vinagre.

Hay, en Tuxtla, un platillo que se prepara con camarón seco pequeño, pico de gallo, chile habanero, chile de Simojovel, limón y sal; es algo muy sencillo de preparar pero muy sabroso. Se acompaña con totopo.

Otro que nunca falta es el frijol refrito con totopo. Se trata de frito negro, refrito con manteca de cerdo y se acompaña con queso seco de sal. Se describe de manera sencilla, pero su sabor es bárbaro.

Hay, asimismo, cantinas en las que brindan comidas de la región, como el caviar chiapaneco: chicatana o nucú; la carraca, el cochito, la tripita, el tasajo; la ubre.

Receta de la chicatana (o nucú arriera de San Juan). Se remojan en agua de sal y se cocinan en un comal con un poco de mantequilla o manteca de cerdo. Se pueden comer solas o acompañados con cualquier platillo. Los bolos sibaritas los comen solos para disfrutar su olor, su crujiente sonido, su sabor y su textura.

Chuti. Caracol de río, cocinado en caldo. El consomé se bebe y con un palillo se extrae el caracol del interior de la concha.

Carraca. Trozos de carne pegada a la mandíbula de cerdo, cocida con manteca. Va acompañada con salsas, pico de gallo (con ingredientes de la región, incluyendo el chile de Simojovel); se sirve con tortilla de maíz.

Los borrachos conocedores (mañosos) de su organismo pueden llegar a pedir hasta tres botanas; después evitan comer porque según ellos “la comida le quita espacio al trago”.

 

EL MAMPITO

El doctor Náfate también sabe que una buena cantina debe tener un su mampito que guise o al menos que sirva los platillos; y si es juche o juchi (de Juchitán, Oaxaca), el éxito del local está garantizado: tienen buena sazón si guisan y si meserean echan desmadre y aguantan cualquier broma; son de naturaleza arrecha.

El 18 de diciembre de 2019 murió uno de estos personajes legendarios: la Coqui o la Colocha o Jorge Hernández Jiménez. Lo caracterizaban su abundante pelo ensortijado y su tupé ochentero.

Atendía en la cantina denominada Las Laminitas. El lugar se llenaba y a veces ella no se daba abasto atendiendo a tanto cliente. Cuando los clientes pedían botanas y le quedaba lejos la cocina, entre la platicadera que tenía “la hombrada”, desde la mesa del comensal, la Coqui, tronaba las palmas de sus manos para llamar la atención de las cocineras, y ya que la miraban se tocaba la mandíbula para pedir una orden de carraca, lengua, ubre, costilla, según el antojo del comensal.

Los pasillos de la cantina eran su pasarela, los bolos sus admiradores.

 

NOMBRES

Algunos nombres de cantinas famosas en Tuxtla: Restauran Bar La casita de adobe, Las Tres Maravillas, Chavo's VIP Bar, Tilicos Bar, Restaurante Bar El Chuti. Bar Tío Choris, El Chamorro de la Jungla, La Chicharrona. La Estrellita; La Colocha; El Pijui, Malhaya festín chiapaneco, entre decenas.

 

GLOSARIO

Para los que no entienden el chiapaneco, aquí se consigna la palabra y significado. La mayoría se obtuvo del Diccionario de Términos Frailescanos no recogidos por la Real Academia de la Lengua Española, compilados por la Rial (sic) Academia de la Lengua Frailescana:

ARRECHA. Adj.  F. (Col.)(1) Mujer de ánimo pronto que generalmente más tarde se arrepiente. (Col.) (2) Actitud de gusto entre la hombrada. Modo casquivano  sin llegar a depravado. BOLO. Borracho. Estado del más alto grado de nitidez mental en que entregan después de tomá no más dos. Oportunidad única pa´ mirá el cielo desde el suelo. CARRACA. Enemigo fallido de los mapachi. Maxilar inferior, ora que si te dicen carracón no te metás de boxeador. CHICATANA. f. Hormiga grande y alada. Exótica botana pal guermet frailescano que se consume una vez al año, a veces emerge del suelo el mismo día que los “tatalencho”, sólo cuando va’ce buen año. CHUTI. Molusco de los arroyos que se servía en El Correíto en forma de consomé pa´ bolos. Apodo de conocido músico villaflorense. COCHI. Zoo. Suideo, ungulado, del grupo de los cordados que come caca (Sos muy c) Expresión que se aplica a las personas que abusan del pozol o del trago (Andá ve si ya puso la cocha) Instrucción paterno-materna de la niñez, para que ya no estuvieras chingando. COLOCHA (O). De pelo chino o ensortijado. HOMBRADA: grupo de masculinos reunidos. MAMPITO. Diminutivo de MAMPO. Gay, homosexual. TOTOPO. Tortilla de maíz, seca o tostada, con agujeros pequeños en la superficie, una de tantas influencias de la cocina oaxaqueña a la chiapaneca.

 

 

 

 

 

 

Lectura 1 '

—Fotonota—

Este domingo, la parroquia de San Antón de Padua fue reabierta a feligreses; dicha parroquia, ubicada en la calle Jesús H. Preciado en el poblado de San Antón, en Cuernavaca, permaneció cerrada desde el año pasado.

Lunes, 15 Febrero 2021 06:00

Joe T. Hodo

Lectura 4 - 8 minutos

Gregory Berger y el arte de inventar personajes para reportar movimientos sociales.

En el diarismo imperante en la entidad, el periodismo de comedia de Gregory Berger es un proyectil dando en el centro del blanco. No es el disparo ni el desconcierto de la gente por la explosión.

El trabajo que realiza Gergory para criticar a una clase gobernante que vende tierras con todo y comunidades utiliza un personaje creado por él mismo que representa la voracidad de un empresario texano: Joe T. Hodo (“te jodo”).

 

Cuando no podemos solos pedimos ayuda a nosotros mismos

Gregory Max Berger tiene 47 años de edad, nació en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos; es profesor, comediante, periodista y cineasta. Vive en Cuernavaca desde agosto de 1998.

Berger satiriza a un “gringo”, un gentilicio (despectivo) usado desde el siglo XIX para designar a un estadounidense de lenguaje incomprensible.

El personaje está bien construido, caracterizado y actuado, es decir, es creíble. A parte de su vestimenta, está armado con un español áspero, las palabras se despostillan en su lengua, sus frases son por lo general en infinitivo y su sintaxis es retorcida.

  1. Hodo representa el poder, el extranjero “gandalla” que allana las comunidades y llega a ordenar, no a solicitar. Supone que las voluntades son mercancías y que los mexicanos somos pendejos.

El personaje nació en 2013, pero su primer experimento con la comedia en México fue en el 2003, a principio de la invasión norteamericana de Irak. En aquel año Gregory estuvo produciendo documentales muy crudos, tipo ‘activista’, pero sentía que algo le faltaba a sus reportajes, confiesa este académico de la Facultad de Artes y el Centro Interdisciplinario de Investigación en Humanidades (CIIHU) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y de la Escuela de Humanidades y Educación, ITESM, Campus Cuernavaca.

En ese momento estuve furioso por la guerra de Estados Unidos y lo quería expresar desde la perspectiva de un gringo naufragado en México.  Entonces hice un video, más comedia callejera que reportaje, en realidad, en donde un gringo se inspira por la resiliencia de los trabajadores de la economía informal en México y lo utiliza para superar su sentido de impotencia frente a la guerra. Sube al transporte público de la Ciudad de México y vende chicles como vendedor ambulante con acento gringo, para juntar fondos para una insurrección contra el entonces presidente George W. Bush.

Después de mostrar el video a varios amigos periodistas en una conferencia en Bolivia el siguiente año, me convencieron de seguir inventando personajes de gringos payasos como un instrumento para reportar sobre los movimientos sociales en América Latina.  Durante los siguientes años, mis colaboradores y yo hicimos algunas sátiras sobre otros temas como “Spring Breakers Sin Miedo”, acerca de algunos gringos tipo junior, que llegaron a México para ‘celebrar’ la manera en que EEUU lucra de distintas maneras de la guerra contra el narco en México.

Finalmente, inventamos al personaje de Joe T. Hodo en 2013 para explicar el peligro que representa la fractura hidráulica (fracking) para los mantos acuíferos en México.  Ese video ‘estreno’ de Joe se viralizó y mejor aún, se convirtió en una herramienta de organización comunitaria para las comunidades en el norte del país amenazados por el fracking. Y decidimos mantener vivo el personaje, y sobre ese primer video hemos construido el proyecto de El Joe T. Hodo Show.

 

¿Qué es, cómo funciona?

Gregory expone que el periodismo de comedia es de opinión y los argumentos del autor se manifiestan a través de la sátira, el chiste y la ironía.

Por su tono cómico, el espectador o lector puede fácilmente detectar que se trata de la opinión subjetiva del autor.

Al ser una mezcla de comedia y periodismo, se entrelazan reportajes con montajes ficticios de comedia, esquech que abordan los hechos “reales”.

“El periodismo de comedia sintetiza en su máxima expresión una problemática y la expone en una metáfora, ésta (metáfora) es la esencia del periodismo de comedia”.

Con la llegada de los nuevos medios, el periodismo de comedia se ha popularizado en muchas partes del mundo, pero hay ejemplos de este subgénero de periodismo desde hace por lo menos 300 años, empezando con el ensayo clásico “Una propuesta modesta” del autor irlandés Jonathan Swift, quien planteó de manera irónica que el problema de la pobreza de los campesinos irlandeses se podría resolver ¡con la venta de sus hijos a los colonizadores británicos para que los comieran!

 

La responsabilidad social: hay que pegar hacia arriba, nunca hacia abajo

El autor debe medir, en lo posible, las consecuencias e impacto de su trabajo, para apoyar y no estorbar a una causa social.

Para Berger importa darles oxígeno y apoyo estratégico a los movimientos sociales con quienes colabora, favorecer las ideas políticas que promueven la justicia y la igualdad, y burlarse de los grupos de la derecha que atentan contra los derechos de los marginados.

“Me encanta actuar, y hacer que la gente se ría, pero antes que nada estoy en esto por un compromiso social, y eso implica actuar siempre con un sentido ético.  Algunos satiristas toman, como una guía: ‘hay que pegar [con la comedia] hacia arriba, y nunca hacia abajo.’ En general eso es cierto, pero a veces es más complicado que eso”.

Sobre la responsabilidad social en épocas de crisis el periodista y cómico propone:

En primer lugar, hacer que la gente se ría en medio de una pandemia es una tarea importante de por sí. La risa baja el miedo y eso en sí es muy importante para nuestra sobrevivencia colectiva. Reírse es un derecho humano que hay que defender.

“Pero nosotros quienes hacemos comedia social tenemos que ir más allá. Nosotros - el equipo de El Joe T. Hodo Show - tuvimos la oportunidad de ensayar la comedia en tiempos de desgracia durante el temblor del 2017. Pocos días después de la tragedia, metimos a Joe, el personaje que yo caracterizo, en las zonas más afectadas, como Tlaquiltenango y Jojutla e hicimos un reportaje de comedia en medio de los escombros que la gente limpiaba. La regla en esa producción fue bajo ninguna circunstancia burlarnos de las víctimas de la tragedia.

El reportaje se trató de la solidaridad y el espíritu de apoyo mutuo que surgió en ese momento, entonces jugamos con que Joe, quien es un defensor del capitalismo salvaje (o un especie de rudo tipo lucha libre) estuvo furioso, haciendo berrinche de que en un momento de desgracia, los valores comunitarios tomaron precedencia por encima del individualismo. De esa forma pudimos convertir el gringo malvado en el hazmerreír y en contraste, enaltecer a los que sacaron adelante a sus vecinos después de la desgracia.

“Esta pandemia (por el Covid-19) es algo diferente, porque es un terremoto continuo, pero el principio es lo mismo.  Hemos intentado ridiculizar a quienes usan la crisis por su propio beneficio”.

 

Las buenas compañías

Los gustos e influencias de Gregory son variados, desde la comedia del cine clásico basado en los grandes personajes como Cantinflas por supuesto, Chaplin, los hermanos Marx, y Jaques Tati en Francia.

“Pero también soy muy fan de los periodistas de comedia en el mundo inglés hablante de las últimas dos décadas como los Yes Men, Stephen Colbert, y Sasha Baron Cohen.  Y hay otra influencia para mí que es la gran tradición del ‘Tercer Cine’ en América Latina, una clase de cine militante que buscó impactar en la sociedad y reforzar los trabajos de los movimientos sociales.

En muchas ocasiones, como es el caso con el gran director boliviano Jorge Sanjines, se improvisaban escenas de ficción con actores no profesionales en las comunidades, como hacemos nosotros en nuestros esquech, solamente que nosotros lo hacemos con tono cómico más que dramático.

Otra influencia es el gran maestro cubano Santiago Álvarez, director del noticiero ICAIC durante décadas, quien encontró un lenguaje audiovisual verdaderamente popular.  De eso se trata el periodismo de comedia también: comunicar información importante en un lenguaje popular.

Gregory Berger apunta que en México y concretamente en Morelos, la burla es un arma no violenta de lucha. El chinelo es un tipo de comunicación de humor, de resistencia.

Los interesados puedes seguir en trabajo de Joe T. Hodo en las diferentes plataformas digitales: Youtube: ElJoeTHodoShow; Facebook: @Joe.T.Hodo; Twitter: @JoeTHodo; Instagram: joet.hodo

 

 

 

Lunes, 08 Febrero 2021 05:25

Minimí Rudazo de Tlaqui

Lectura 3 - 5 minutos

Óscar Domínguez Cruz es médico veterinario zootecnista: Tiene 30 años y su veterinaria está Tlaquiltenango.

Su gusto por los VolksWagen Sedán comenzó cuando su papá le regaló, hace ocho años, uno: año 1991 modelo 1600.

El mismo coche que en 1972 rompió récord de ventas, luego de que finalmente pudo posicionarse por encima del Ford Modelo T como el auto más vendido de la historia y para 2003, el número final de autos vendidos alcanzó la impresionante cifra de 21 millones 529 mil 464 unidades.

El vocho de Óscar se llama Minimí, y lo están modificando para que sea Clase 11.

Los vochos Clase 11 tienen su base en los KDFwagen militares de finales de los años treinta, que tenían una caja de velocidades con reductoras para un buen rendimiento del motor, aun cuando estaban montados sobre llantas altas y el chasis estaba a una mayor altura del suelo.

Lo complementaban mangos desfasados, que posibilitaban desplazarse en cualquier superficie fuera de los caminos y carreteras que habían quedado inservibles por los bombardeos.

En 1940 salió de la fábrica el Kubelwagen o "Tipo 82" que sirvió de base para la primera generación de Safaris.

Quien ve al pequeño coche de Óscar no cree que pueda realizar las tareas que efectúa: es un rudazo con apariencia de técnico.

Minimí tiene pintura anti ralladura con body, canastilla de carga arriba del toldo, un tirón diseñado para jalar su remolque, porta un tumbaburros y seis faros auxiliares, dos de reversa y cuatro delanteros.

Está montado sobre cuatro llantas 235/75, rin, 15 con sus salpicaderas recortadas, resortes en los cuatro amortiguadores para soportar los terrenos duros.

Su dueño le hizo una plataforma trasera para el transporte de alimentos, jaulas para llevar y traer perros enfermos, heridos o que requieran el servicio veterinario.

Es ambulancia que transporta animales heridos y enfermos, cabe una vaca o un buey de más de trescientos kilogramos de peso o un caballo en el remolque. Es el vehículo de la veterinaria La Candelaria, donde trabaja con su esposa Edith Bahena Armas, así como con Roque Díaz Guadarrama, Miguel Ocampo Rosas y Esmeralda Córdoba Bahena.

Óscar inició los arreglos desde hace seis años. Aún no termina, pero está empeñado en que MInimí quedé como él lo soñó; eso sí, el vocho va y viene, no se ha quedado de ocioso porque lo estén modificando.

“Mi vocho es mi único vehículo, así que es el del trabajo y es el de paseo los fines de semana con la familia y hasta el de las excursiones y no lo vendería: es como de mi familia. La gente lo ve y dice ‘qué chistoso’ o ‘se ve muy poderoso’. El plan es conservarlo de por vida porque es mi proyecto y es mi logro cuando llegue a su transformación total”.

Todos los vochos tienen un defecto o falla, pero una vez que lo descubres y lo arreglas andan al tiro. El del veterinario de Tlaqui tiene el defecto de romper con frecuencia los chicotes del acelerador, pero le hizo modificaciones en el pedal y hasta ahora ya no ha dado lata.

Los amortiguadores duraban sólo tres meses, pero le modificaron la suspensión y le pusieron unos resortes a cada amortiguador y quedó muy bien. Ya lleva ocho meses con los que le instalaron después de la modificación y ahí anda.

-¿Qué consejos le puedes dar a quienes tienen un vocho o quiere comprar uno? --Pues les recomiendo ampliamente un vocho. Son económicos, cómodos, de precio accesible, excelente para toda clase de gentes; puedes darle el diseño que quieras. Debes querer un proyecto, esto es como querer tener una nueva vida; es un reto y un logro.

Óscar asegura que él es como su vocho: un rudo, trabajador; es un guerrero. El vocho le da personalidad cuando lo maneja.

Durante el sismo Minimí sirvió para transportar víveres y alimentos. Ayudó mucho como ambulancia para mascotas. En el albergue de la colonia Gabriel Tepepa, él y su auto formaron parte de un equipo de rescate de mascotas; las atendieron y trasladaron a varios a la veterinaria pare cirugía, llevaron víveres, costales de alimento para ganado; hubo mucha gente que perdió casa y corrales y en el vocho trasladaron alimentos para ganado y demás animales.

“La primera vez que el vocho estrenó su traila fuimos al campo a traer pastura para la vaca de mi papá y todos los choferes me hacían burla y me decían que me quitara del camino, que me iban a pisar. Pero una vez que lo vieron cargado con su traila llena y pasamos por el fango todos pitaron porque el vocho salió con su carga y por el lodo. O cuando hemos ido a rescatar clientes con caballos enfermos en el campo y me dicen: ‘¿apoco se lo va a llevar en el vocho?’ y quedan sorprendidos cuando cargo con todo y caballo. Es algo que me da orgullo”.

 

 

 

 

 

 

Viernes, 05 Febrero 2021 01:21

“Con el alma en un hilo…”

Lectura 6 - 12 minutos

Jóvenes de funerarias arriesgan su vida con infectados por covid-19

Lectura 3 - 5 minutos

Hummercito es muy sociable, se lleva bien con todos sin importar las clases sociales; así es mi vocho y así soy yo, dice Leticia Velázquez Avelar, de 35 años.

Lectura 4 - 7 minutos

La historia del vocho, el auto más popular del mundo, es muy extensa y está muy bien documentada. Lo que aquí presentamos es una síntesis.

De acuerdo con la historia oficia,l el Volkswagen Sedan fue producido entre los años 1938 y 1978 en Alemania.

A este modelo de automóvil se lo denominó KdF-Wagen o Kraft durch Freude Wagen, en alemán, “El coche de la fuerza mediante la alegría”.

Alejandro Konstantonis hace un resumen de la historia del Volkswagen Sedan en “La oscura historia del Vocho, la incómoda verdad”. Allí relata que en 1931 la empresa checoslovaca Tatra construyó un vehículo prototipo que denominó V570, que tenía un novedoso motor refrigerado por aire de dos cilindros montado en la parte trasera.

En 1933, Tatra presentó un segundo prototipo del V570 con una carrocería aerodinámica y un motor V8. El motor V8 situado en la parte trasera del vehículo presentó todo un reto para el creador de los diseños, el ingeniero austriaco Hans Ledwinka quien militaba en las filas de Tatra.

En el mismo año (1931) Tatra presenta el T77 V8 y con ello muchas de las soluciones de enfriamiento eficaces para un motor alojado en la parte trasera de un vehículo cuyo sistema de refrigeración fuera precisamente por aire.

En 1936 Hans Ledvinka devela para Tatra el T97, un vehículo de diseño aerodinámico, con un motor de cuatro cilindros encontrados (Boxer) de 1,749 cc, enfriado por aire situado detrás del eje trasero e impulsión (en las ruedas traseras).

Las similitudes entre el Tatra T97 y el KdF-Wagen (Kranf durch Freude) desarrollado por Ferdinand Porsche bajo las órdenes de Adolfo Hitler eran tantas, que la empresa Checoslovaca Tatra entabló una demanda contra Porsche por plagio de diseño e ideas.

Durante el proceso de demanda en 1938 Ferdinand Porsche reconoció que muchas veces había visto “sobre el hombro de Ledvinka” y justo antes que se dictara una sentencia y el gobierno Checo estableciera el monto de la indemnización, Hitler –como cuenta la historia- le dijo a Porsche “Yo voy a solucionar a mi modo el problema entre Tatra y Volkswagen”.

Ese mismo año Alemania invadió Checoslovaquia y el asunto legal evidentemente se detuvo por completo, 500 vehículos T97 fabricados por Tatra fueron confiscados y con el paso del tiempo olvidados.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, Tatra emprendió nuevamente el proceso judicial en contra de Ferdinand Porsche y de la empresa Volkswagen y en 1961 mediante un acuerdo extrajudicial, Volkswagen “creadora" del Kdf-wagen, mejor conocido como Beetle pagó a la empresa Ringhofer-Tatra tres millones de marcos alemanes.

Esa es la razón por la cual VW no celebró los 75 años del Kdf-wagen en el 2013, y prefirió esperar al 70 aniversario del "Vocho" ya fabricado en 1945 en la Alemania aliada, después de la Segunda Guerra Mundial.

VW tuvo la “cautela” de no revivir esa vieja historia que involucró a personajes de la talla de Adolfo Hitler, el desconocido Hans Ledvinka o el habilidoso Ferdinand Porsche, que antes de probar su genialidad en el banco de dibujo, demostró sus dotes de “observador” –sobre el hombro de Ledvinka-.

 

MÉXICO

En México se fabricó la última edición del Vocho" hasta 2003; se produjeron en 58 años más de 21 millones de unidades. El último Vocho fabricado se encuentra en el Museo del Automóvil en Wolfsburgo, Alemania.

En diciembre de 1999, en Auto Clásica ´99, realizada en los jardines del hipódromo del Jockey Club de San Isidro, los visitantes eligieron al escarabajo como el auto del siglo.

A pesar de que se dejó de construir el escarabajo, éste sigue rodando por todo el mundo, en su forma original o modificada.

En Morelos hay una gran cantidad de propietarios de este tipo de autos. Cada uno tiene una historia muy peculiar.

 

EL LOCO

Horacio Gutiérrez Nava, o el “Pelón”, tiene 41 años de edad y es mecánico de oficio. Su negocio se llama taller mecánico Pelón Gutiérrez, ubicado en la carretera Zacatepec–Chiconcuac, colonia El Mirador, en Tlaltizapán (a unos metros de los de la Plan de Ayala, municipio de Zacatepec), Morelos, México.

Su pasión por los Volkswagen Sedan (VW) comenzó desde que era un niño y viajaba en un VW Sedan negro 84, llamado Goliat, propiedad de su papá.

A los 10 años, su jefe le compró un vocho, era azul, modelo 83, estaba desbielado y le dijo que se lo regalaba y que si quería manejar y a repararlos, debería aprender en él.

Fue en esos años que entró a trabajar en un taller especializado en Volkswagen Sedan y en Nissan, donde estuvo como ayudante y aprendiendo el oficio de mecánico por seis años.

A los 17 fue a Estados Unidos a trabajar como mecánico con su tío, que tiene un taller de restauración de vochos. Ahí laboró 10 años arreglando vochos, combis y safaris. Después regresó a México. Desde entonces tiene su propio taller mecánico.

Horacio fundó un club de vochos llamado Club Sur 1600, donde reúne a toda su familia vochera.

“Lo más culero que me ha pasado fue cuando trabajaba en Estados Unidos, en California. Nos dejaron un vocho para arreglar la suspensión, lo arreglamos, y lo dejamos afuera del taller, por la tarde cuando lo quisimos meter el vocho ya no estaba. Pensamos que el dueño se lo había llevado, pero cuando hablamos con él nos dijo que no, que no lo había recogido. El dueño del taller tuvo que pagar el vocho, nos lo habían robado. Lo bueno que fue allá, en el gabacho, aquí nunca me han robado nada”, platica.

El mayor orgullo de Horacio es su vocho, llamado el Loco.

El Loco es un Volkswagen Sedan 65, tiene un motor 1600, estilo Custome. Hace 16 años que lo compró y comenzó su transformación: el toldo está recortado, tiene quemacocos panorámico, puertas suicidas, rasuradas (sin manijas), la tapicería es roja y negra, en vinipiel, entre muchas modificaciones.

“Cuando lo compré lo fui a traer a la colonia Plan de Ayala. Estaba todo jodido; tenía las ruedas enterradas a la mitad, los ejes estaban pegando y las ruedas ponchadas. Las llantas no giraban y se rompieron, lo comencé a arrastrar. Entonces hablé con él y le dije: ‘Sabes qué carrito, no te agüites, te voy a arreglar y vas a tener una buena vida’, así le hablé para que se aflojara y me permitiera llevármelo; y entonces lo pude traer hasta el taller. Desde ese momento, el Loco nunca me ha dejado tirado. Me gusta traer un carro diferente. Muchos me han dicho que lo eché a perder, que lo hubiera restaurado y dejado como un clásico 65, pero un clásico lo trae cualquiera y yo traigo el Loco, que es único; son gustos y éste es mi gusto. Ha habido gente que me ha ofrecido una buena lana por el Loco, pero no lo vendo”.

El Loco sólo sale cuando hay eventos o salidas con el club, ya que está muy chaparro y el chasis pega en los topes y baches.

Horacio lo ha prestado para comerciales, para bodas, para quince años, para eventos especiales.

“El consejo que les doy a los que quieren comprarse uno es que lo hagan, no lo piensen dos veces; y si ya lo tiene que lo conserven y lo disfruten, es muy bonito tener un carro que todo mundo voltea a mirar. Un vocho te enseña a ser responsable, en mi caso, trato de andarlo al tiro; lo cuido más que a mí”, finalizó.

 

 

 

 

Lunes, 18 Enero 2021 05:17

Abogan por vacuna para migrantes

Lectura 2 - 4 minutos

 

Organizaciones sociales solicitan que morelenses en Estados Unidos también sean vacunados contra el coronavirus.

Manuel Castro Salcedo, vicepresidente de la Coalición de Migrantes Mexicanos (CMM), denunció que a pesar de que la comunidad migrante en Estados Unidos está más expuesta al contagio de covid-19, el gobierno estadounidense no tiene contemplado aplicarles la vacuna.

Esto lo dio a conocer durante su visita a Morelos, donde se reunió con el director Atención a Migrantes de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado de Morelos (Sedeso), Rodrigo Abelardo Botello Martín.

“En Chicago, Illinois, en donde yo radico, y muchas ciudades habitadas por migrantes morelenses y en general mexicanos, los connacionales hacemos trabajos que nos ponen en riesgo de contagio, como la recolección de basura, limpieza doméstica y en empresas, etcétera, y como la gran mayoría se encuentra en una situación migratoria irregular no puede exigir los derechos que tienen los ciudadanos americanos, entre ellos a resguardarse en su casa con un sueldo seguro, ni derecho a los servicios de salud  y a ser vacunados contra cualquier virus”, denunció Manuel Castro.

Castro Salcedo, quien radica en Estados Unidos desde hace más de 20 años, explicó que el temor de que los morelenses y en general los mexicanos en Estados Unidos no reciban la vacuna del coronavirus es fundado, porque no son ciudadanos norteamericanos y la gran mayoría tienen una situación migratoria irregular.

Manuel Castro afirmó que es a todas luces injusto porque la mano de obra mexicana es necesaria en Estados Unidos; realizan trabajos que por lo común no hacen los estadounidenses y, al menos, deberían brindar los mínimos derechos, como es el derecho a la salud, más en esta situación de pandemia.

Expuso que otro problema, entre los migrantes, es que muchos no se quieren aplicar la vacuna por miedo a sus efectos, ya que existen rumores en redes sociales sobre diversas consecuencias negativas, desde la instalación de un “chip”, la supuesta “esterilización” o la “muerte”.

Rodrigo Abelardo Botello Martín reconoció que el gobierno federal es el que define las políticas de distribución y aplicación de las vacunas contra el covid-19 y que de manera conjunta y coordinada con las organizaciones de mexicanos en el exterior como la CMM, trabajarán para solicitar al gobierno federal de México que la vacuna contra el coronavirus sea aplicada a los morelenses residentes en Estados Unidos.

Aseguró que solicitaría que la vacunación se extendiera a los mexicanos en general y a todos los centroamericanos y latinos que viven en Estados Unidos, porque la pandemia es una situación que está afectando a la población mundial y se trata de seres humanos que están en riesgo de perder la vida.

Sobre la negativa de los connacionales a vacunarse, propuso que, en su momento, se elabore y lance una campaña de concientización para que los migrantes morelenses y mexicanos en general conozcan más sobre la vacuna contra el covid-19 y sus beneficios

El titular de la dirección de Migrantes expuso que desde la Sedeso se podría ayudar a esa campaña y que el trabajo conjunto con las organizaciones de migrantes, como la Coalición de Migrantes Mexicanos que representa Manuel Castro Salcedo, ayudaría mucho porque ellos son los que radican en Estados Unidos y están en contacto directo con los paisanos y saben y conocen de sus problemas, de sus carencias, de las necesidades de este grupo poblacional.

Rodrigo Abelardo Botello Martín reconoció la importancia que tienen los migrantes que radican en el vecino país del norte, no nada más por las remesas que envían a nuestros país y que, según el presidente de México Andrés Manuela López Obrador, rebasaron los 40 mil millones de dólares, sino porque son embajadores naturales de nuestra riqueza cultural.

 

 

Lunes, 18 Enero 2021 05:14

Los perros covid-19 de San Antón

Lectura 2 - 4 minutos

Vinieron con el coronavirus y posiblemente se irán con él…

Los tres animales llegaron al barrio por ahí de junio del año pasado, cuando la gente de veras tuvo miedo de salir de sus casas porque podía quedar muerto ahí, en la banqueta, víctima del virus que amenazaba con extinguir a la humanidad y que puso por primera vez en un semáforo color rojo a todo el estado.

Por el cielo, las parvadas de cotorras firmando el cielo azul eran más frecuentes y su graznido en pleno vuelo o sobre las copas de algunos árboles altos subía a primer plano entre el aparente silencio que se había instalado en San Antón.

Pocos autos y camiones transitan durante el día por la calle H. Preciado, los canes se podían distinguir muy bien porque eran tres y andaban siempre juntos.

Cuando el mayor y más gordo se ponía en cuatro patas, los demás lo imitaban e iban hacia donde él se dirigía.

Después de algunos meses de haber llegado, los vecinos les pusieron trastos con agua en la banqueta, luego les daban de comer sobras de comida casera en cacerolas vieja. Los perros comían y bebían cerca de la panadería del barrio, frente a una puerta de una vieja casa en ruinas.

Hace como cuatro meses, al pie de un portón de metal de una casa no habitada, los vecinos acondicionaron una tarima de madera y sobre ésta unas cajas de plástico con cojines. También arrimaron algunos botellones de plástico reciclados para agua. Allí los perros duermen.

Los animales son de raza criolla, de estatura mediana. El de color café, blanco y amarillo es el jefe, es el más grande y se ve más viejo. No mueve la cola con las personas que le dan de comer o lo saludan. Siempre está observando a su alrededor y decide cuándo hay que parar o cuándo hay que caminar en su territorio que comienza en Chulavista y acaba antes de la privada de Los Zorros; ahí hay otros perros resguardan zona.

El otro es el más chico, es de color rojo o amarillo. Él es despreocupado, se dedica a ser perro, come, olisquea, orina, defeca y se tira en medio de la banqueta a dormir como cualquier canino de cualquier barrio de Cuernavaca.

El otro es el Negro. Carece de cola, tiene una parte de la cara y el pecho y las patas de color amarillo o blanco. En realidad, por él fueron aceptados sus dos compañeros en el barrio y hasta les pusieron cama, comida y agua.

El negro no parece perro, es muy inteligente.

Por la mañana, cuando las vecinas sacar a pasear a sus canes, casi todos de raza pequeña, el negro, seguido por sus dos amigos, protege a los perros y a las vecinas. Camina a la zaga de los animales y se detienen cuando ellos se paran, olisquean u orinan.

Al principio, algunas vecinas arrojaban piedras invisibles al negro y a los dos perros, pero con el tiempo vieron que lo único que querían era proteger o hacer compañía en esas caminatas y desde entonces se dejan seguir. Ahí, todos se vuelve una verdadera manada: la vecina con las correas y los perros delante. Al lado va el negro, vigilando, y atrás los dos perros avecindados. Así van hasta que las vecinas entran a su domicilio y los perros guardianes se regresan para buscar a más personas y más perros que acompañar.

Durante todo el día los animales recorren la calle H. Preciado, se acuestan al sol en las banquetas o en el arroyo vehicular y ahí permanecen por mucho tiempo como si fueran cadáveres, o se acercan a las personas a mediana distancia en las bancas del costado de la capilla.

Por la noche se divierten correteando a los autos y camiones.

Nunca se ha oído que estos perros ladren.

No se sabe si alguien les ha puesto un nombre.

La gente piensa que en cualquier momento se van a ir a otra colonia. Vinieron con el coronavirus y posiblemente se irán con él.

 

 

Lectura 7 - 14 minutos

Mi sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo”.

El viaje de Puebla a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas fue mortal. Superó por mucho al éxodo maldito que hicimos el año pasado al Nevado de Toluca.

El día 26 de diciembre salí a las 7:30 de la mañana de Morelos. Recién el gobierno estatal había decretado el regreso al semáforo rojo; iría a Puebla, que estaba en anaranjado para llegar a Chiapas, cuyo semáforo estaba en verde. Con esta escala quise evitar el peligro de contagio por coronavirus covid-19 en la Ciudad de México, que también estaba en rojo.

En 13 horas estaría en casa de mi padre, con mi familia, cenando algo rico y después dormiría más de ocho horas para reponerme del viaje.

Llevaba una mochila grande, corriente, que se descompuso del cierre cuando subí al transporte que me llevaría a Puebla. También cargaba una caja de cartón con dulces de Huazulco para mi padre.

Iba solo y con poco dinero, así que tomé un camión en Cuernavaca y antes de las 10:30 ya estaba en la entidad vecina.

La terminal de Puebla a donde llegó el Estrella Roja estaba a la mitad de su capacidad. Había varios policías en la estación viendo que todos estuvieran cubiertos: muchos niños, gente joven, adultos mayores arribaron después de navidad. La gente portaba cubrebocas pero no guardaba la sana distancia. Muchos irían hacía el sur y el sureste. Probablemente había infectados por covid-19.

Llegando a la terminal pregunté por una estación de autobuses que me llevara a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y me indicaron que caminara algunas cuadras para llegar. Más adelante volví a preguntar y me dijeron que la terminal estaba frente a mí.

Aquello era un corral o chiquero o un estacionamiento. Leí en una lona que había corridas a mi lugar de destino y un hombre bajito, con aspecto de teporocho, me dijo que lo siguiera, que había boletos. Entré a una galera. Un hombre gordo y calvo acompañado por una mujer comían pedazos de pollo en el escritorio. Cuando me vieron me preguntaron que a dónde viajaba. A Tuxtla, respondí.

-Hay una salida a las 1 y la otra es hasta la 8 de la noche, pero la de la 1 cuesta 750 pesos porque no hay corridas hasta mañana a las 11.

Pagué el boleto que se me hizo caro. Me extendieron un recibo de esos que venden en las papelerías, sin membrete. Me quedaban sólo 400 pesos en la cartera.

Me senté en una banca de madera a esperar, luego salí a buscar algo de comer, pero se me hizo antihigiénico lo que vendían en una fonda.

Mientras estuve ahí, llegaron más pasajeros, algunas familias de tres o cuatro integrantes llevaban comida en las manos; no eran personas de dinero, sino gente “sencilla”, es decir, gente pobre.

Regresé a mi banca de madera y le pregunté al calvo, que hablaba por celular con alguna persona, si el transporte era puntual y si entraba ahí, a la terminal. Sí, me respondió enfático.

A la 1 de la tarde el calvo me dijo que ya había llegado el camión, me quería ayudar a cargar mi caja pero le dije que no y cargué con las cosas. Pensé que el transporte era de dos pisos, con espejos negros grandes. Me imaginé los asientos de adentro cómodos para descansar, algún contacto para cargar mi celular que tenía sólo 20 por ciento de batería. Como a las 11 de la noche llegaría a mi destino, pagaría un taxi y dormiría en casa de mi padre.

Salimos de la estación y cruzamos un bulevar. Ahí había una camioneta Chevrolet destartalada y tres hombres, morenos, uno de ellos llevaba guantes negros, bajo de estatura, con un tremendo abdomen me dijo que me subiera. Voltee para reclamar al calvo y éste ya se había ido. Subí en el espacio del copiloto porque los dos hombres subieron al asiento de atrás. El del abdomen grande subió al espacio del piloto y encendió la camioneta. Hice unas fotos discretas.

-El autobús no pueda llegar hasta acá, vamos a esperarlo, es de paso –explicó a los tres pasajeros.

Mientras avanzábamos por esa avenida grande sentí que me había llevado la chingada. Recordé las fotografías de secuestradores y asaltantes que manda la Fiscalía a mi correo y a mi celular. Pensé en abrir la puerta y correr en cualquier oportunidad.

El piloto, por teléfono, iba contestando a alguien.

-Ya van conmigo, dejó a los dos y llevo al otro a la estación de gas.

Llegamos a un entronque y bajaron los dos pasajeros. El piloto me dejó sólo y los acompañó, los vi por el retrovisor. Amarré la correa de mi cámara a mi mano, como si con ella fuera yo a golpear a alguien. Saldría corriendo y dejaría la caja, cargaría nada más con la mochila porque ahí llevaba mi laptop y accesorios, además de ropa y libros. En eso pensaba cuando llegó el chofer y se subió.

-Ellos van a Oaxaca, ahorita te voy a llevar con los que van a Chiapas –me dijo.

El comentario del conductor me tranquilizó un poco, además ya no iban atrás los otros pasajeros. En pocos minutos llegamos a un estacionamiento donde había varias gasolineras, a orillas de una carretera amplia. Me bajé y pregunté al chofer a qué hora pasaría mi camión y me dijo que en un momento. Se acercó un hombre como de sesenta años con un celular en la oreja y lo saludó.

-Él se va encargar que te subas a tu autobús –me dijo el conductor y se despidió.

El hombre con el que me encargaron se me acercó y me dijo que mi camión a Tuxtla venía retrasado una hora, que tendría que esperar.

El espacio era amplio, como para un estacionamiento. Había un comedero, cafeterías y otros negocios, la mayoría cerrados. Más allá estaba la carretera con un segundo piso por donde pasaban camiones y tráileres de doble remolque.

Transcurrieron dos horas y el autotransporte no llegaba, el hombre que me ayudaría a abordarlo ya no estaba allí: me habían hecho pendejo y pensé en parar un taxi para que me llevara a alguna línea con salidas al sureste, sacaría dinero en el banco y llegaría a Tuxtla.

Quería golpear a alguien. El pelón era el responsable, pero si regresaba a reclamarle me madrearía, me robarían y me quedaría ahí, en Puebla, sin dinero y sin saber dónde chingados estaba yo.

Me convenía quedarme callado y esperar a que el vehículo rumbo a Tuxtla pasara como de nuevo habían prometido. No pasó, lo que pasó fue el tiempo.

En eso pensaba cuando el hombre que me embarcaría llegó.

-El autobús ya no va a pasar. Hay que esperar a que salga el de las 8 de la noche. Hay cuatro pasajeros más que se van a ir en ese. Si quiere que le regresemos su dinero necesita hablar con el encargado, le doy el teléfono para que venga a dejarle su dinero, pero no hay corridas ya ahorita, hasta mañana.

-Si me asegura que en ese me voy sentado, espero, no me queda otra –contesté.

Me sentí impotente y encabronadísimo. No podía reclamar, había riesgo de que me dejarán ahí, con el poco dinero que tenía.

Fui a caer en una red de enganchadores. El lugar donde compré mi boleto era sólo un sitio desde donde estos sujetos buscaban asientos en los distintos camiones de pasajeros que no pertenecían a ninguna línea de transportes, no tenían seguro para viajeros y las condiciones mecánicas de las unidades eran deplorables.

Me resigné, quería llegar a casa en el transporte que fuera.

Me dirigí al comedero a comprar dos tortas, sin aguacate, y me las comí con hambre pero con coraje. Luego vi una cafetería y fui a comprar un café americano grande y un pay, y regresé al sitio donde me había dejado mi contacto. Me senté en mi caja de cartón y me hablé a mí mismo: ¿cuántas pendejadas no has pasado? No hagas corajes, resuelve este problema y no llames a tu familia, no le des más preocupaciones.

Conforme fue oscureciendo, el lugar en donde me habían dejado se fue llenando de personas y camiones, iban a Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Campeche, ninguno a Chiapas; dieron las 9 de la noche y nosotros no salíamos.

Se me acercaron un muchacho con su esposa y una niña de tres años. El joven me preguntó si iba a Chiapas y le contesté que a Tuxtla. Nosotros vamos a Huixtla, pero de ahí a Mazatán, de donde soy originario, precisó.

Ahí comenzamos una plática de paisanos, hablando un poco en chiapaneco para reconocernos.

El chavo me dijo que había como ocho que iban a Tuxtla y a Tapachula y que esperaban también el autobús.

-Quiero pedirle un favor –me dijo el joven.

-No tengo dinero y mi hija y mi esposa necesitan comer. Quiero pedirle que me preste un dinero, le voy a hablar a mi hermano para que le transfiera; él me dice que yo busque un Oxxo pero aquí cerca no hay y no quiero dejar a mi esposa y a mi hija solas, qué tal si viene el bus y me deja. Si me da el dinero en efectivo le digo a mi hermano que le ponga en su cuenta ese dinero.

No estaba yo para andar confiando en la gente, después de la chinga que me estaban poniendo los poblanos, pero había una necesidad y no tuve más que darle al muchacho el dinero.

Lo recibió y fue a comprar tortas, un jugo y comieron allí, parados.

Yo no pensé en recuperar mi dinero. Me quedaban un poco más de doscientos pesos en efectivo y pensé que en cuanto paráramos a cenar durante el viaje a Chiapas podría yo invitarle a esa familia una buena cena, si aceptaban tarjeta de crédito.

A eso de las 9:30 de la noche mi contacto se acercó y me dijo que el transporte ya había llegado.

Lo que se estacionó frente a nosotros no era ni por mucho lo que el pelón hijo de su pinche madre había prometido; se trataba de un camión viejo que, según mi contacto, tenía sólo la apariencia de viejo porque tenía una máquina recién ajustada y era cómodo, además de que tenía televisión y WC.

Éramos como 10 pasajeros, subimos de prisa. A mí me dieron el asiento número 4 y a la familia costeña asientos en medio. Queríamos salir ya, pero al parecer iban a esperar hasta que se llenara.

Subieron el operador y una mujer menudita, de unos cincuenta años, pelo rojo; ocuparon el asiento del piloto y el cuarto asiento de los pasajeros.

Una hora después subió una familia de ocho integrantes, había tres hombres que iban en estado de ebriedad.

Eran paisanos, lo supe por el acento. Diez minutos después que se subieron comenzaron a gritar – en chiapaneco- al piloto para que saliéramos de allí; a la media hora el transporte arrancó y más delante se estacionó en la gasolinera para cargar combustible; de allí, 20 minutos después salió rumbo a Chiapas.

No tenía baño y había un solo monitor viejo que apenas servía.

Se desplazaba muy lento: en esta chingadera vamos a llegar en tres días, pensé.

El autobús era un animal enfermo, había librado sus mejores batallas treinta años atrás.

Ahora le sonaba todo. La carrocería, el guarda equipaje, las ventanas chirriaban. La caja de velocidades sonaba en los cambios como una tina de peltre con piedras: tatarateaba. Avanzábamos como si fuéramos de culo, entre la antología de ruidos del camión que se iba convirtiendo en un sonido raro. Yo me entretenía tratando de adivinar de dónde salían esos ruidos, como cuando iba a la sala Nezahualcóyotl a escuchar los ensayos de la sinfónica y cerraba los ojos para adivinar qué instrumento estaba sonando.

De pronto, detrás de mí un poderoso sonido como un carburador ahogado en un mar de gasolina o como una enorme bestia a punto de morir por asfixia. Voltee y era un hombre con olor a alcohol. Dormía en el asiento con la boca abierta hacia arriba y se abrazaba a sí mismo.

En ese hocico y en esa garganta cabían todos los felinos del mundo.

El hombre león callaba por minutos, como agarrando fuerza y después soltaba un rugido más poderoso que el anterior.

Mientras el felino consolidaba su poderío entre todos los demás ruidos menores, la caja vieja de velocidades le hacía segunda matraqueando el fondeo de la carrocería del viejo carro.

Un niño asustado preguntó:

-Mamá qué es ese ruido –nadie le dio respuesta e insistió dos veces.

La madre entre sueños contestó:

-Es un ronquido.

-¿Cómo es ese ronquido mamá?

Los ronquidos, el ruido del transporte, la luz de los camiones y autos en contrasentido y mis dolores de rodilla y cadera no me dejaron descansar.

El chofer hizo varias paradas durante el viaje, el bus no llevaba WC y muchos teníamos ganas de orinar.

En una estación de gasolina el conductor hizo parada para cargar combustible y muchos bajamos. Algunos fuimos al baño y otros a comprar chatarra en una tienda. Él se bajó con una herramienta en la mano y fue a ver el ruido de la caja de velocidades, se metió por debajo de la bestia como Jonás dentro de la ballena y con un martillo le dio algunos golpes a un fierro.

Cinco minutos después partimos. Una mujer se estaba quedando en la gasolinera y ante los reclamos de algunos pasajeros, el operador metió freno y esperó; la pasajera subió a los pocos segundos.

No sé cuántos minutos pude dormir, me dolía la cadera y las rodillas. Me volteaba como un feto enfermo dentro del vientre de su madre.

El temor de que en cualquier momento el armatoste se descompusiera y todos los pasajeros quedáramos a merced de los asaltantes de carreteras que abundan en temporada de vacaciones era una garrapata que me sorbía el sueño.

La luz del día iluminó el camino de la bestia. Había tramos en los que iba a vuelta de rueda por las reparaciones, en algunas zonas el operador se animaba a rebasar a los tráileres de doble remolque cargados.

Un anunció en el que se leía “Termina Tabasco y comienza Chiapas” me dio esperanzas; faltaban poco menos de media hora para llegar a mi destino: si esta chingadera se desarma, me voy caminando a mi casa, pensé.

Con el último latido de energía que quedaba a mi celular, avisé a mi familia que llegaría en dos horas y media o tres a Tuxtla.

¿Qué había yo hecho para merecer todo ese martirio? (Mi sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo, dice el tango.) Alguien se portó muy mal y Dios se equivocó y me estaba castigando a mí.

Llegamos a Tuxtla el domingo 27 de diciembre a las 9:55 de la mañana, a una calle abierta, no a una terminal; todos queríamos bajar de aquel instrumento de tortura. Yo me apresuré y fui el primero que puse mi pie en el asfalto y me sentí como un astronauta regresando a su planeta.

Salí casi corriendo a buscar un taxi o a esperar a que mis familiares fueran a rescatarme; y así lo hicieron.

Sólo una cosa celebré de ese viaje: había ido solo y mi familia estaba a salvo de todo el sufrimiento que yo había pasado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Miércoles, 06 Enero 2021 05:05

Pactú en Tuxtla Gutiérrez

Lectura 3 - 6 minutos

No faltará alguien que le obsequie un pastel, un desayuno, una comida, unas monedas o una felicitación sincera…

Ana Laura Flores Hernández, amiga de la preparatoria, me había comentado que el mimo al que yo le hacía fotos en Cuernavaca se parecía mucho a uno que ella conoció en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Yo no le tomé mucha importancia a ese comentario. Sin embargo, este diciembre que viajé a Chiapas, mi amiga Maria Antonieta Castillejos, que varias veces ha mandado apoyos económicos para el mimo, me preguntó por él y también me dijo que conocía a Pactú. “Es más, déjame buscar un álbum de fotos, parece que sé dónde está”.

Entró a su casa y sacó un álbum. Lo abrió y extrajo una fotografías decoloradas en donde aparece el mimo Pactú actuando para su hijo y para un grupo de adultos. En otras está sin maquillaje junto a un hombre joven llamado Luis Ascari Lazos Becerra.

Fue raro verlo joven, con sus ojos vivaces, con su sonrisa franca, ajeno, como siempre ha sido, como viviendo en otro tiempo y lugar; tenía todos sus dientes en su sitio y el derrame cerebral no le había hecho un nudo las palabras en su boca hasta casi enmudecerlo. En aquella época la vida, que a veces es un perro con rabia, no lo había revolcado.

Cuando le mostré las fotos a Ana Laura me contó que conoció al mimo en Tuxtla Gutiérrez en 1997-1998 en un restaurante denominado La Carreta; allí se ganaba la vida haciendo y vendiendo figuras con globos (globoflexia).

Ana Laura también relató que Pactú le había comentado que quería una novia, pero que las mujeres no le hacían caso. También le confesó que su familia vivía en la Ciudad de México, pero que no tenía contacto con ella.

“Recuerdo que iba de mesa en mesa vendiendo sus figuras hechas con globos, y escuché como una tipa le gritó: ¡Ay qué asco! Yo dejé de ir a ese restaurante donde él vendía sus figuras y nunca lo volví a ver”.

Luis Ascari Lazos platicó que en esa época el mimo era muy popular entre los chavos y andaba de acá para allá en las fiestas y reuniones:

“Mi papá le rentaba una cuarto en la azotea, ahí vivía el mimo. En una ocasión le robaron todo, sólo le quedó un buró. Debía renta y quería dar el mueble por la renta y no se lo recibieron pero tampoco le cobraron”.

Según ha contado él mismo, nació el 6 de enero de 1960, en la Ciudad de México, donde vivió gran parte de su vida; después se fue a radicar a Tijuana 30 años; de ahí llegó a Cuernavaca durante el sexenio de Lauro Ortega, aunque después volvió a viajar fuera de la ciudad (incluso fue a España) y luego regresó a Cuernavaca hace doce años.

El mimo es un tlacuache, sobrevivió al sismo del 19 de septiembre de 2017, andaba en la calle a esas horas y no le calló ningún edificio encima.

El 14 de febrero de 2018 tuvo un derrame cerebral (“accidente vascular cerebral isquémico”), amigdalitis aguda e hipertensión, motivo por el que el doctor Rodolfo A. Arriaga González le extendió una receta médica que el artista de la calle no pudo pagar, pero que sus amigos surtieron. Se repuso.

A finales de septiembre el “señor del silencio” avisó a algunos de sus fans que se había salido del cuarto que le prestaba un familiar suyo y ahora ya vivía en uno de los hoteles (de mala muerte) de Aragón y León, donde pagaba a diario 135 pesos y tenía agua caliente y televisión. Dos semanas después alguien lo vio dormido en la calle: llevaba tres días pernoctando en la vía pública, cerca del Palacio de Cortés.

El 12 de octubre vieron a Pactú en el Jardín Juárez. Una mujer del DIF lo estaba entrevistando, querían saber si tenía familiares que se hicieran cargo de él. Los amigos solidarios le pagaron una habitación en un hotel, consiguieron medicinas y un restaurante le ofreció al menos una comida diaria; esto, mientras el DIF investigaba su situación.

Por las redes sociales, la gente que siempre lo ayuda se puso de acuerdo para abrir una cuenta de ahorros para depositarle algo de dinero mientras se conseguía acceso a un albergue para que se le diera la atención adecuada.

Dos o tres días después, alguien, por medio de un post en Facebook, aseguró que ya estaba viviendo en casa de un familiar suyo, hecho que fue confirmado por el mimo, a quien se le vio de nuevo, por el centro, ahora sin maquillaje y muy flaco.

Un mes después “escapó de su familia” (así lo dijo él mismo) y regresó a las calles a trabajar presentando su espectáculo de mímica. También se consiguió un cuartito en un hotel ubicado en la calle Arista en donde vive actualmente y cuyo alquiler es pagado por sus amigos y conocidos.

Pactú ha sobrevivido al coronavirus. La gente que lo ha adoptado le regala cubrebocas y micas para que se proteja de la microscópica amenaza y todos los días desde las 8 de la mañana anda por el centro de Cuernavaca recogiendo lo que le regalan y retando al tiempo, a la muerte, a las enfermedades y a todos los virus habidos y por haber.

Es un misterio el hecho de que siga de pie con las enfermedades que padece y alimentándose con una coca cola y un cigarro por la mañana, y lo que le regalen en el almuerzo y en la comida.

El miércoles 6 de enero de 2021 Pactú (en náhuatl piedra que arrastra) o Francisco José Helguera Díaz, el mimo, va a cumplir 61 años de vida. No faltará alguien que le obsequie un pastel, un desayuno, una comida, unas monedas o una felicitación sincera por motivo de su cumpleaños.

 

 

 

 

 

 

 

 

Lunes, 04 Enero 2021 04:13

POR MIS TIERRAS DOY LA VIDA

Lectura 3 - 6 minutos

Me gusta echar desmadre, pero cuando me propongo algo no hay poder humano que me haga desistir y concluir los proyectos”.

Sentado en un banco de plástico, Leonardo Martínez junto a su esposa Guadalupe Anguiano observaba en una pantalla plana la película “Por mis tierras doy la vida”. Su rostro era el de un hombre que había cumplido su sueño.

No había más de treinta personas la primera vez que se exhibió el largometraje al público y aunque actuó en el filme y lo recibió editado siete días antes, estar ahí con la mayoría de actores, su familia y uno que otro invitado fue como verlo por primera vez:

“Ese miércoles 22 de diciembre de 2020 estaba cumpliendo el compromiso con todas las personas que dedicaron su valioso tiempo y todo su esfuerzo para realizar este proyecto; me sentía muy a gusto porque ya estaba cumpliendo con mis compañeros actores”.

El videohome, filmado en doce días, duró una hora con 15 minutos y durante su proyección mantuvo la atención de los espectadores. Los asistentes que habían actuado en ella se sintieron satisfechos. Cuando acabó, hubo aplausos y se prendieron algunas luces.

Leonardo y su esposa se pararon e invitaron a degustar un pozole a los actores Iván Morales, Leticia Cerón, Rubén Salgado Alemán, Ramón Escorcia, Antonio Morquecho y Ubaldo Martínez Soriano y a los demás invitados.

No estaban en un set en Hollywood ni en un lujoso salón o restaurante, era un patio de tierra improvisado como sala de proyección.

La propiedad se localiza cerca del centro de Tlaquiltenango y aún en la semioscuridad se podía observar un extenso terreno de cultivo con plantas verdes que había servido como escenario en algunas escenas de la película.

“Por mis tierras doy la vida” aborda el problema del cacicazgo en la entidad morelense. Según el productor, no se hizo inspirada en Emiliano Zapata aunque en la película hay referencias claras a la lucha del máximo líder del agrarismo en México:

“Mi padre siempre me dijo que la tierra es de quien la trabaja”, refiere uno de los actores principales.

Intervinieron en el largometraje Leonardo Martínez como actor principal y productor; gerente de producción Guadalupe Anguiano; sonido, José Luis Vera Aguilar y fotógrafo Marco Antonio Martínez Rivera; dirección y guión de José Luis Vera Alamillo; este último, con una amplísima trayectoria como director y guionista con películas como El primer bazukazo (2012), Los empleados de la mafia (2011), 500 Balazos 2 (El principio) (2011), Mi última misión (2011), La troca del moño negro (2008), Día de los malandrines (2006), Se les peló Camelia: La burrera (2006), etcétera. También es escritor y director de dos películas anteriores producidas y actuadas por Leonardo: Soy un tahúr (septiembre de 2019) y El panadero y sus biscochos (abril de 2020), las tres filmadas en Jojutla, Tlaquiltenango y Tlaltizapán.

Después de la proyección de la premier, en entrevista, el Chino dijo que buscaría donde “colocar” la película; la idea es que la gente la vea y que si quiere la critique, pero que la vea.

En los tres proyectos cinematográficos Leonardo se enfrentó a sí mismo: en algún momento lo pusieron a pensar su falta de experiencia y los comentarios de sus familiares, amigos, conocidos y detractores, que lo tiraban de a loco cuando dijo que iba a hacer una película en Jojutla; también combatió con la falta de dinero por la pandemia que causó el mortal bicho en Morelos, por la falta de actores y de personal que lo siguiera en su empresa. Pero, como el personaje del novelista español Miguel de Cervantes Saavedra, Alonso Quijano transformado en Don Quijote de la Mancha, se lanzó a hacer realidad las aventuras que le bullían en la cabeza y encontró quienes creyeron en él.

Al Quijote casi le quitan la vida los “gigantes” contra los que combatió, que en realidad eran molinos de viento, al León casi lo hacen desistir de su objetivo varios problemas técnicos que se suscitaron en Soy un tahúr, y en El panadero y sus biscochos casi lo aniquilan las dificultades personales que tuvo con un actor. En Por mis tierras doy la vida el León del acordeón logró lo que se propuso y se sintió contento con el resultado.

Leonardo Martínez Soriano, El León del Acordeón, nació en Jojutla, el 26 de noviembre de 1981. Ha compuesto más de 40 canciones, principalmente corridos. Toca varios instrumentos; inició desde los siete años en la música y desde hace diez es acordeonista.

Durante algún tiempo se fue a trabajar al norte de México y a Estados Unidos. Allá se tuvo que foguear con músicos muy buenos y aprender con grandes acordeonistas como Juan Villareal y Amador Lozano, el “Centavito”.

El Chino mide un poco más de 1.60, es robusto, moreno, su pelo es negro, ensortijado.

Ha producido ocho videoclips y ha protagonizado algunos largometrajes filmados en varias partes de México y el extranjero: Sicario del infierno, La verdadera historia de Jesús Malverde; Hambre, sed y muerte en el desierto, Matando asesinos, entre otras.

En la actualidad vive en Tlaquiltenango, tiene un taller familiar de pan y vende en un puesto en el mercado municipal de Jojutla; esa es la principal actividad de Leonardo y la combina con presentaciones en fiestas particulares con un grupo norteño que formó hace años.

El León del Acordeón no estudio música ni actuación, ha aprendido todo de manera autodidacta:

“Sí fui a la escuela, pero me dediqué más a echar desmadre. No me interesaba lo que los maestros me enseñaban y me la pasaba haciendo otras cosas. A mí me enseñó la vida y he aprendido de algunos maestros, viendo, oyendo, observando”.

En una entrevista con motivo de la composición del corrido La Virgen Migrante, de su autoría, se le preguntó qué le decían sus conocidos, sus amigos, su familia sobre todas estas actividades a las que se dedicaba y sobre sus iniciativas nada ordinarias en un pueblo como Jojutla, como producir películas:

“Muchos me dicen que estoy loco, me ven como alguien o algo raro. Me gusta echar desmadre, pero cuando me propongo algo no hay poder humano que me haga desistir y concluir los proyectos”, respondió.

 

 

 

 

 

 

 

Lectura 2 - 3 minutos

Cuando suba el valor de las UMA no repercutirá en su deuda.

Dos trabajadores que adquirieron sus casas mediante los créditos hipotecarios que otorga el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE) obtuvieron una resolución de un juez federal para que se suspendan la revisión y actualización periódica de las unidades de medida y actualización (UMA) al saldo total hipotecario.

En entrevista, Elizabeth Chávez Benítez, directora de la firma de abogados Barocio y Asociados, dio a conocer que presentó dos demandas de amparo radicadas ante el Juzgado Octavo de Distrito en el Estado de Morelos, con los número 309/2019 y 1867/2018, en el que los quejosos Manuel Hernández Mendiola y Laura Patricia Gómez Castro, respectivamente, se opusieron a  los incrementos que realiza el FOVISSSTE, conforme a la Ley de Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Cabe señalar que los créditos hipotecarios otorgados por el FOVISSSTE se incrementan cuando se da la actualización periódica de las Unidades de Medida y Actualización (UMA) al saldo total de la deuda inicial que adquieren los trabajadores el servicio del estado cuando adquieren sus casas.

Por eso, la noticia de que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) aprobó por mayoría un incremento salarial para el 2021 del 15% general, y del 15% para la Zona Libre de la Frontera Norte, lo que tendría como efecto inmediato un aumento a las Unidades de Medida y Actualización (UMA), lo que incrementaría la deuda a todos los derechohabientes que cuenten con créditos ante el FOVISSSTE.

Las resoluciones dictadas por los dos Tribunales Colegiados en Materia de Trabajo del Decimoctavo Circuito, coincidieron en conceder la suspensión definitiva en favor de los quejosos en los siguientes términos y para los siguientes efectos:

“En mérito de lo anterior, en la materia de la revisión se impone modificar la determinación tomada en el auto recurrido de negar la suspensión solicitada y, en consecuencia, al reunirse en el caso los requisitos establecidos en el artículo 128 de la Ley de Amparo, con fundamento en el artículo 138, fracción I, de la invocada, se concede la suspensión definitiva a la parte quejosa, para el efecto de que las responsables suspendan la revisión y actualización periódica de las unidades de medida y actualización (UMA) al saldo total del monto del mutuo que se plasmó en la escritura pública..:”

Con esa resolución lo quejosos seguirán pagando sus créditos hipotecarios en las condiciones y cantidades pactadas desde el momento de la firma de sus escrituras y el FOVISSSTE no podrá aumentar la deuda hipotecaria, hasta en tanto se resuelvan los juicios de amparo.

La abogada litigante  Elizabeth Chávez Benítez precisó que esa actualización es inconstitucional y que cualquier afectado, mediante amparo, puede logar que se suspenda dicha actualización del monto de los créditos hipotecarios.

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Lunes, 28 Diciembre 2020 05:04

Guayo, el cobrador

Lectura 3 - 5 minutos

Algunas veces lo vi en el patio, sin camisa, huesudo, afilando su gigantesco machete.

Para un niño de nueve o diez años el tiempo es una moneda de oro inacabable. Las vacaciones en casa de tía Rosy eran increíbles, podíamos hacer y deshacer a nuestro antojo.

La casa era amplia, de tejas. En la entrada estaba la sala y los dormitorios, había un segundo nivel donde estaba la cocina y más abajo un techo con hamacas; después seguía el patio grande con árboles de mandarinas jugosísimas, mangos, chicozapotes y varios ejemplares del misterioso cacao.

La tía Rosy guisaba delicioso y nos llevaba al mercado, donde veíamos aves, iguanas, tortugas, vivas para cocinarlas, además pasábamos a comprar mantequilla, queso fresco y pan en el puesto de mi tía Conchita.

En esa casa y en la aledaña, donde vivía mi tío Maro, éramos nueve personas entre tíos y primos.

Con o sin niños de vacaciones, la familia era muy bulliciosa, la alegría era doble cuando llegábamos mi hermano y yo en los periodos vacacionales, sobre todo en diciembre.

En fechas decembrinas desentonaba el tío Guayo; él no vivía ahí, llegaba de visita sólo dos veces al año. Nunca vi que saludara, entraba a la casa y se metía a un camastro y no salía en horas.

El tío Guayo medía aproximadamente 1.54, muy delgado; muy moreno, usaba sombrero blanco, camisas de vestir manga larga y pantalones de vestir, huaraches, un morral de ixtle y un machete grandísimo de la marca Acapulco en su funda de cuero, que casi arrastraba.

Su rostro no comunicaba ninguna emoción o sensación; contrario a toda la familia, que hablaba “hasta por los codos”.

A los niños nos llaman la atención los secretos, y para mi hermano, mis primos y yo el tío Guayo era eso, un misterio.

Algunas veces lo vi en el patio, sin camisa, huesudo, afilando su gigantesco machete. Echaba agua a una piedra especial de color gris y luego pasaba una y otra vez la orilla del arma por un lado y luego por el otro. El metal al desgaste con el mineral emitía un sonido fino y el olor era penetrante. El filo obtenido era un espejo donde se pintaba los labios la muerte.

A mi mente de niño llegaban las anécdotas de mis tíos de los enfrentamientos a machetazos de los jornaleros. Mucha gente andaba sin un dedo, sin una mano, sin un brazo o con cicatrices de cortadas en la cara: “la gente arregla sus asuntos con el machete, porque somos pobres; en otros lados a balazos, porque tienen paga para comprar pistola y balas”.

Sus manos eran delicadas, hábiles, no duras y ásperas como la de los obreros que trabajaban en las fincas e ingenios de azúcar.

A él no le gustaba tener gente cerca, menos mirándolo, así que yo lo observaba a escondidas.

El tío Guayo llegaba una o dos veces al año, estaba a lo sumo dos o tres días en la casa de tía Rosy, luego se marchaba. Durante su estancia salía temprano y llegaba por la tarde, sin saludar ni avisar, siempre con su morral y su machete.

La curiosidad me llevó más allá de observarlo mientras afilaba su arma o descansaba.

Cierta vez que dormitaba en una de las hamacas, me metí a su dormitorio y escudriñé su morral. Tenía algo sólido y pesado envuelto en un paliacate de color rojo: saqué el objeto y comencé a desenvolverlo. Ante mí apareció una escuadra negra, muy similar a la que portaba mi abuelo Alberto en su cintura y que no dejaba ni a sol ni a sombra. La metí rápido y con miedo.

El tío Guayo era como un instrumento roto o una cuerda demasiado tensa de una guitarra o un sonido a punto de volverse un insoportable ruido, por eso cuando se marchaba, los habitantes fluíamos de una manera más armoniosa.

Sólo una vez tuvo un gesto humano para mí.

Mi tía Rosy le dijo en cierta ocasión:

-Mira, Guayo, él es Maximito, hijo de Licho.

El tío Guayo me miró con sus ojos duros, como de un animal, y me puso la mano en la cabeza. No más.

Con los años, los habitantes principales se fueron muriendo en la casa de tía Rosy hasta que sólo quedaron dos o tres familiares y el tiempo y el silencio llenaron los corredores y acabaron con los árboles frutales.

-Nunca supe a qué se dedicaba el tío Guayo –le dije una vez a mi padre.

-Era cobrador –respondió.

-¿Cómo?

-Sí, matón. Los productores de caña o ganaderos le encargaban que fuera a cobrar deudas; algunos sí pagaban, pero otros agredían a Guayo y éste se defendía. Dicen, los que lo vieron pelear, que era muy bueno para pelear con machete. Había algunos acreedores que ya no querían el dinero, sino que el deudor pagara con su vida y Guayo se encargaba de eso.

 

 

 

Sábado, 26 Diciembre 2020 05:51

En la calle, lo que somos

Lectura 1 - 2 minutos

Lo que en verdad somos como sociedad no está dentro de nosotros, sino en la calle, con los que convivimos, a los que abrazamos o agredimos; con los que queremos estar y de quienes nos alejamos.


Lo que en realidad somos no está en lo que decimos, sino en lo que hacemos fuera de nosotros, con nuestros vecinos, con nuestros familiares, con nuestros detractores o enemigos, con los demás seres vivos y con los espacios que nos rodean y nos permiten habitar la Tierra.


Nuestras verdadera intenciones no están en los mensajes de navidad y año nuevo que enviamos, sino en la responsabilidad que asumimos y practicamos con los otros, nuestros semejantes que, como nosotros y con nosotros, comparten un espacio y hacen posible la vida gregaria.


La naturaleza  insiste y nos recuerda que  sólo somos invitados en este tiempo y espacio,  que el peligro no sólo está en lo gigantesco o en lo monstruoso que percibimos a través de nuestros sentidos, que podemos contra todo y que somos la especie más indefensa cuando sólo pensamos en nosotros mismos.


Imágenes de los primeros cuadrantes de la ciudad de Cuernavaca, la mañana del jueves 24 de diciembre de 2020, inicio de la alerta máxima por el coronavirus, decretada por el gobierno de Morelos, México.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Miércoles, 23 Diciembre 2020 16:04

Alta movilidad aún en el centro de Cuernavaca

Lectura 1 - 2 minutos

*La tarde de este miércoles*

En el centro de Cuernavaca aún se observa alta movilidad, la tarde del miércoles, en comercios en donde hay filas y aglomeración de personas que realizan compras de última hora.

Lo anterior, luego de que el gobierno del estado anunciara este mediodía que mañana Morelos regresa al color rojo en el semáforo de riesgo epidémico; esta situación de alerta máxima se prolongará hasta el 10 de enero de 2021.

Así lo confirmaron hoy autoridades estatales, al sostener que es imperante reducir la movilidad ante el incremento de cifras en indicadores tales como la ocupación hospitalaria y la positividad.

Señalaron que el objetivo del semáforo rojo es evitar la movilización de personas, tomando en cuenta que el estado de Morelos se encuentra en nivel de alerta máxima por covid-19.

Las actividades laborales que se mantendrán operando son sólo aquellas que sean directamente necesarias para atender la emergencia sanitaria.

Únicamente abrirán bancos, notarías, gasolineras, alimentos y bebidas, siempre cuidando todos los protocolos de seguridad sanitaria; mercados y supermercados tendrán un aforo del 50 por ciento y sólo una persona por familia podrá entrar a realizar sus compras; hoteles con un aforo del 25 por ciento; restaurantes, cafeterías, cocinas económicas y peluquerías, sólo con servicio a domicilio.

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—Fotonota—

En Tlaquiltenango, Morelos, la noche de este martes se llevó a cabo la premier de la película "Por mis tierras doy la vida", producida y filmada en el sur del estado con actores locales; el largometraje fue producido y actuado por Leonardo Martínez, el "León del acordeón", y aborda el problema del cacicazgo en la entidad morelense.

Lunes, 21 Diciembre 2020 05:54

SANTINO El niño que se nombró a sí mismo

Lectura 3 - 6 minutos

Santino tenía todo para pertenecer a la Asociación de Machos Alfa Loma Plateado Emiliano Zapata Salazar A. C. desde chiquito.

Fue el más pequeño de los cuatro primos integrante del Taller de Cartonería Almorales, en Tlatenchi, Jojutla, Morelos, México, pero les pegó a todos y nunca se dejó amedrentar.

En el taller de los Almorales donde se fabrican alebrijes gigantescos que a fines de año son trasladados en un tráiler hacia la Ciudad de México para participar en la marcha de Alebrijes Monumentales, el amplio piso de tierra es campo de grandes batallas entre los niños que mutan en perros amarillos de la calle.

Los enfrentamientos por el territorio o atención o por ocio entre Tlakaelel, Morriz y Lenon siempre han ocurrido a toda hora, aunque se intensifican cuando los artesanos fabrican gigantes de cartón o piezas de temporada. Como los felinos se preparan con el juego para defenderse y cazar cuando sean mayores, los “vietnamitas” se enfrentaban para defender su territorio.

Los primos tienen más o menos la misma edad: 11, 10 y 9 años, respectivamente, y los pretextos nunca faltaban. Desde muy pequeños, cogían sobras de todo el material que empleaban los artesanos y artesanas como armas y con ello se atacaban y defendían, aunque pocas veces pasaron de un descalabro. Esto ocurría cuando usaban las herramientas que por descuido los mayores dejaban al alcance de los kamikazes. En las partes más encarnizadas del pleito la tía o el tío llegaban a desapartar el nudo de manos y pies que se enredaban en la base de los gigantes de cartón o debajo de las mesas de trabajo caídas por el combate.

Santino existía, desde luego, pero no aparecía en el escenario de la épica del taller de los cartoneros. Era un niño gordito, que viajaba siempre en lo alto en los brazos de su mamá y veía a los chamacos peleoneros como animales jugando. A su vez, su hermano y sus primos no vieron en él a ningún enemigo en potencia.

De su mamá, Santino descendió al piso, luego se arrastró cual reptil y posteriormente se puso en cuatro patas, hasta que se irguió y agarrado de los muebles y paredes fue dando pequeños pasos como un robot jojutlense. De vez en cuando su hermano y sus primos, en eternas persecuciones, lo empujaban y la bolita de carne caía, pero como el espacio entre las nalgas del niño y el piso era muy breve el bebé se volvía a parar.

Un día la criatura se volvió grande y se plantó como un guerrero en medio de ese Coliseo romano en que se convertía el patio y se presentó saludando al destino. La golpiza que le dieron sus primos y su hermano fue de antología. Sin embargo, con ello el bebé fue incluido en el grupo de espartanos que todos los días daban espectáculo a Huitzilopochtli en el solar, entre seres mitológicos coloridos.

Santino tenía todo en contra: edad, tamaño, fuerza, destreza, cualidades que poseían sus tres familiares. Pero él era resistente y parecería inofensivo.

Lo más desconcertante, y eso lo sabrían después su hermano y sus primos, es que en el afán de defenderse de sus mayores el más pequeño empleaba lo que estuviera a la mano: en una ocasión que sus compañeros de territorio se peleaban tirados en el suelo, Santino tomó con las dos manos un pesado martillo y se plantó detrás de uno de los que sometían al otro. Levantó la herramienta con las dos manos, tomó fuerza y cuando iba a dar el golpe mortal alguien le gritó fuerte: “¡Eyyyy; deja ese martillo en el suelo. Vas a matarlo!”

Otra arma oculta de niño fue la mordida. Sus mandíbulas eran pequeñas, pero sus dientes eran fuertes y no vacilaba en dentellar a la menor provocación.

Santino fue Santino desde que nació, sin embargo, viendo que se iba a enfrentar a una vida dura desde niño, él mismo decidió ponerse un nombre que le gustó mucho y que le podría dar cierta ventaja frente a sus rivales y familiares.

Según cuenta Sua, su mamá, a la edad de dos años y medio le dijo que se quería llamar Máximo porque escuchaba el nombre de un sujeto pedestre que iba seguido al taller a entrevistar a su abuelo, el maestro Alfonso. A la edad de tres, que permitió que lo registraran, le preguntaron cómo se quería llamar y dijo que Máximo Santino.

Según su madre, “es un niño muy inteligente para su edad y muy sincero, cuando quiere decir algo que no le parece lo dice sin problema alguno no importa en dónde esté. Lo más travieso que ha hecho es echarse mucho gel en la cabeza cuando ya estaba vestido para irnos; también una vez me rayó la pared hasta que se terminó el labial que era nuevo y aún no pagaba. Sus primos con los que ha crecido y a los cuales les dice hermanos se llaman Tlakaelel y Alfonso, pero les decimos Tlaka y Lenon. Su hermano se llama René pero le decimos Morriz. La mamá de Tlaka se llama Citlalli y la mamá de Lenon Tania”.

Máximo Santino Carranza Morales tiene seis años de edad, entró a primero de primaria y compite con su hermano y su primo; Tlaka se fue a Estados Unidos hace tres años; desde luego que lo extraña, pero la vida es dura en Tlatenchi y en el solar de los Almorales los niños continúan preparándose para la vida dura del mundo, ahora más peligrosa con el coronavirus o SARS-CoV-2 que atenta contra la vida del planeta.

 

 

 

 

 

 

Lectura 5 - 10 minutos

Por primera vez en más de 100 años, San Antón celebra a la Virgen de Guadalupe sin misa y sin grandes festejos.

El tan fiestero pueblo de San Antón celebró por primera vez el cumpleaños de la Virgen Morena sin misa, sin la fiesta y sin algarabía de siempre, “por culpa del pinche covid”, según algunos pobladores.

El 11 de diciembre de 2020, el vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, anunció que por la pandemia del coronavirus sólo se llevarían a cabo misas en honor a la virgen de Guadalupe con un aforo limitado del 25 por ciento y no habrá mañanitas ni festejo afuera de los templos para evitar aglomeraciones.

Morelos retrocedió del semáforo amarillo al anaranjado a partir del 7 de diciembre, de acuerdo con la Secretaría de Salud federal y la estatal. Las medidas de seguridad se restringieron y se prohibieron las concentraciones religiosas en la catedral y en las parroquias de Morelos.

Por eso el 12 de diciembre de 2020 fue el año más tranquilo para los pobladores de San Antón.

Por Facebook algunas personas manifestaron su beneplácito ante la suspensión de las celebraciones del barrio:

“Qué bueno que no hubo cohetes y escándalo por noche y en la madrugada. Dejaron dormir a mis perritos en paz”.

“A veces el festejo acaba en fiesta de borrachos en las jardineras. No dejan dormir con sus gritos, y cuando se pelean toda la calle H. Preciado no les ajusta para arreglar sus asuntos. Parecen perros”.

En varias casas guadalupanas se escuchaban canciones de fiesta y de vez en cuando la voz de Jenny Rivera a todo pulmón: ¡ahora que estuvistes lejos/ pude ver tranquilamente/ que nos une solamente/ el miedo a la soledadddd!

De acuerdo con Luis Andrés Morales Aguilar, integrante del Comité de festejos y del Consejo de San Antón, explicó que es la primera vez en toda la historia del pueblo de San Antón que no hay celebración ni misa para la Virgen de Guadalupe.

Cristóbal Martínez Robles, ex ayudante municipal del poblado de San Antón, dijo que desde que él tiene memoria se ha celebrado a la Virgen en San Antón: “me comentan los más viejos del barrio que tiene más de 100 años que se celebra a la Virgencita Y siempre se ha festejado en la cuchilla del Rayito y de ahí bajan a darle las mañanitas a la iglesia de San Antón donde hay una imagen de la Virgen de Guadalupe”.

 

EL COVID, LA VIRGEN Y LAS DOS BANDAS

En el primer segundo del día 12 de diciembre de 2020, un grupo pequeño de muchachos se presentó en el altar de las jardineras, y con un reproductor y unas bocinas le pusieron las mañanitas a la Virgen.

También prendieron unos cohetes que pasaron desapercibidos para los vecinos recluidos en sus casas.

A eso de las nueve de la mañana llegó la banda de viento y tocó las mañanitas frente a la parroquia de San Antón, cerrada con candados, y luego frente a la Virgen de la jardinera.

También prendieron algunos cohetes. Los proyectiles sacaron sosos sus chispas y se elevaron por el cielo azul, pero no tronaron como en otras ocasiones, sonaron como pujidos o de planos como “pedos de rezanderas”.

La banda desanimada se echó unas seis piezas. La otra banda, disminuida en su número y en sus ánimos a no más de diez elementos, estuvo silenciosa debajo de uno de los árboles de laurel de la India: bebían pulque y cerveza y se les notaba la depresión en su vidriosa mirada.

Recordaban que el año pasado los festejos estuvieron muy concurridos y alegres: a las 7:30 de la noche habitantes de San Antón salieron de la parroquia de San Antón con la imagen de la Virgen de Guadalupe, en una procesión que duró poco más de media hora y llegó hasta la capillita del Rayo, localizada a un costado del panteón de La Leona en San Antón. Participaron pobladores de San Antón, quienes se turnaban de dos en dos para llevar la venerada imagen, resguarda por el grupo de danza mexica Gente Roja, que ejecutó para la Virgen la danza del Colibrí y durante el recorrido por la calle H. Preciado tocaban el tambor y los caracoles, mientras sahumaban el camino de la Virgen Morena.

Atrás iba una banda de viento que tocaba sones, y chinelos y mojigangas que danzaban. Los pobladores, que se iban sumando más y más mientras avanzaban, bailaban con la música de banda.

No podían faltar los cohetes que ascendían y explotaban alegres en el cielo como espermatozoides de fuego.

Luis Andrés Morales explicó que, año con año, después de las doce de la noche se daban las tradicionales mañanitas a la Virgen, a las ocho de la mañana se regresaba a la Virgen a la parroquia de San Antón, a las diez y media era el tradicional brinco del Chinelo por las principales calles de la colonia, a las dos de la tarde era la celebración eucarística en la capilla del Rayito; a las tres de la tarde la quema de castillo y torito y después la comida comunitaria, a las seis  de la tarde el show con artistas contratados locales o nacionales, a las siete de la tarde presentación estelar de un grupo nacional o internacional de renombre y a las diez de la noche la quema de castillo y fuegos artificiales.

 

EN EL 20201 SERÁ LA REVANCHA

Por estos recuerdos frescos en la memoria de los vecinos más animosos, la calle H. Preciado y el espacio frente a la parroquia de San Antón es el más fiel reflejo de la tristeza.

A la banda le consuela que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció esta semana que la vacuna contra el covid-19 ya se iba a aplicar a todos los mexicanos.

-A estas horas en otros años ya nos habíamos vuelto a emborrachar tres o cuatro veces, porque comenzábamos desde un día antes.

-Estás tomando igual.

-No es lo mismo, cuando hay fiesta se pone uno pedo pero alegre porque está uno entre la gente, cuando uno está solo se pone uno triste, no piensa uno en lo que está pasando sino en lo malo que a uno le pasó.

-¡El otro año que estemos vacunados viene la revancha y desde dos días antes me voy a poner bien pedo!

 

PRE EPÍLOGO

De ser el 12 el día más triste hubiera pasado al más desgraciado si los vecinos se hubieran enterado de que ese mismo día, de acuerdo con el personal de la Fiscalía General del Estado, alrededor de las 05:00 horas, el personal del Servicio Médico Forense (Semefo) realizó el levantamiento del cadáver de un menor de tres meses de nacido. El pequeño falleció por traumatismo de cráneo, en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Esta desgracia ocurrió cuando los padres del niño relataron acudieron en familia a la parroquia de “Nuestra Señora de Guadalupe” debido a que serían padrinos de primera comunión de una niña.

Pero como sólo permitieron la entrada a una sola persona, la mamá del más pequeño esperó afuera con sus dos hijos y al pequeño lo colocó en su portabebé; en ese momento, una piedra se desprendió de la fachada y cayó sobre el rostro del pequeño. De inmediato fue trasladado a la clínica del IMSS, donde falleció por el golpe del proyectil en la cabeza.

 

EPÍLOGO BASTANTE LARGO, PERO NECESARIO

El 12 de diciembre de 1531, según los relatos tradicionales, la Virgen María se apareció al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac y le mandó que le dijese al obispo de México, fray Juan de Zumárraga, que le erigiera un templo.

En 1538, alrededor de la iglesia de San José o del Calvario (ubicada en Cuernavaca, Morelos, entre la avenida Morelos y la calle Agustín Güemes Celis, en lo que fue la Plazuela de Cortés y más tarde De la Unificación Revolucionaria) se construyó un capitel con sillares y elementos de cantera labrada, que corresponde a un tipo de capillas abiertas para proteger las imágenes, pero especialmente cruces, y a las cuales se les denominaba “chapiteles”. De antiguo, los capiteles eran la cabeza o remate de las torres o parte superior que coronaba la columna.

Estas edificaciones fueron construidas en los siglos XVI y XVII. En la Ciudad de México hubo varias, transformadas en capillas, cerrando sus vanos, como la de la Cruz de los Talabarteros. Con el transcurso del tiempo, todos los chapiteles de México fueron destruidos, todos, excepto el del Calvario, en Cuernavaca.

En la actualidad, esta construcción guarda una imagen de la Virgen de Guadalupe sobre una peana octagonal que se asienta en un zócalo limitado por cuatro caras. Hay cuatro vanos con arcos de medio punto, sostenidos por cuatro gruesos pilares, que soportan una bóveda piramidal con sus aristas curvas, que tiene en las esquinas remates de forma bulbosa y, al centro, una especie de linternilla ciega. Afuera, el capitel está rematado por una ancha banda, adornada por dos molduras en la parte alta y una cóncava, con perlas; al frente hay una cartela sobrepuesta de argamasa con una inscripción que reza a la letra:

“Se erigió en 1538 y se consagró a la Virgen de Guadalupe el 10 de mayo de 1772”.

Se sabe que la escultura, cincelada por escultor anónimo, fue derribada de su pedestal el 19 de diciembre de 1934 por los “Camisas Rojas”, del entonces gobernador de Tabasco Tomás Garrido Canabal. La imagen desapareció, y no fue sino hasta el 22 de octubre de 1948 cuando el padre Moisés Ugalde la encontró en los subterráneos de la Catedral de México. El 19 de diciembre del mismo año, reconstruida la escultura, fue colocada nuevamente en su pedestal del chapitel.

El chapitel consta, asimismo, de rejas de hierro colocadas de 1880 a 1890. En los lados oriental y occidental del monumento hubo antes unos escudos españoles labrados en piedra, los cuales fueron desgastados en cumplimiento a la de la ley que ordenó se quitara de los edificios y monumentos públicos todo signo o blasón que recordase el dominio de España. Sin embargo, en el ángulo noroeste del chapitel el tiempo no ha podido borrar en su totalidad un escudo español, idéntico al de las monedas de esa época, con su contorno bien delineado y sus cuatro cuarteles, dos con un castillo y dos con un león.

 

 

 

 

 

 

Lunes, 07 Diciembre 2020 05:53

EN RETROCESO

Lectura 5 - 9 minutos

Cuatro historias reales que responden por qué en vez subir a verde regresamos al naranja.

¡ZAPATA MADRE!

El 9 de agosto, en la inauguración de la escultura monumental del general Emiliano Zapata Salazar en el municipio del mismo nombre en avenida Temixco y avenida de la Salud, tenía ganas de orinar desde que llegué, pero no encontré dónde. Con la vejiga a punto de reventar vi que al lado de la glorieta había un negocio de comida. Me metí, no había comensales. Le pregunté a una mujer si me daba permiso de pasar al baño. La mujer tardó en contestarme, mi urgencia me delató y le dijo que costaba diez pesos. Metí mi mano en la bolsa, le di una moneda y pasé corriendo.

Entré a un baño minúsculo, sólo tenía una taza. Oriné algo molesto, pensé que no me iban a cobrar nada o algo así como cinco pesos que es una tarifa casi universal en las gasolinerías y en los pueblos; además, le había dado a aquella mujer el dinero de mi regreso a Cuernavaca.

Cuando acabé me lavé las manos y vi una botellita de gel y un rollo de papel sanitario completo. Como cuando Hugo Sánchez, frente a la portería contraria, vio el balón flotando a media altura y sin pensarlo hizo un gol de chilena de los más hermosos del mundo, yo metí en mi bolsa el gel y el rollo de papel sanitario. Salí por una puerta trasera y me desplacé varios metros más adelante de la parada de la ruta. Esperé cinco minutos, a lo sumo, y el camión paró a mi señal.

-Broder: voy a Cuernavaca y me quedé sin dinero. Tengo esto - le dije con la botella de gel y el rollo de papel en las manos.

El conductor me escaneó y me hizo un gesto para que yo subiera. No cogió ninguno de los artículos que le ofrecí. La botellita de gel resultó muy útil, era de las buenas.

 

MI RIVAL

Estacionamiento de un negocio de comida o de un módulo de policías o del parque Melchor Ocampo. Martes 7:30 de la madrugada. Paso en mi coche y saludo a los oficiales que se preparan para salir o entrar al turno; voy al gimnasio. Un hombre de la tercera edad, moreno, bajo de estatura, mal encarado, con un chaleco de color anaranjado y verde fosforescente lleva una escoba y una bolsa en unos de los cajones. Desde que me estaciono en ese sitio que, ahora es para el gimnasio, se me queda viendo feo. No le doy un peso por ocupar el cajón, sabe que no puede obligarme a que le dé dinero porque él no es empleado del ayuntamiento, seguramente un día andaba por ahí viendo qué estaba mal acomodado y descubrió que el restaurante habrá cerrado y que se podía ganar propinas de “viene viene”; o quizá haya sido el estacionador en jefe de restaurante en su mejor época y ganaba muy muy bien. Ahora me ve como ven los perros viejos cuando otro menos viejo merodea su esquina.

-Estoy barriendo y le voy a ensuciar su coche –me dice, con la cabeza agachada, a unos metros de la portezuela, mientras subo el vidrio.

-Ayer apenas lo llevé a lavar, y le pusieron cera –le digo.

Cierro el coche, salgo del auto, y me dirijo al tabernáculo de la mamadez.

Un policía vial que va pasando por ahí; me saluda con efusividad, y yo le contesto el saludo con la misma intensidad. El viejo, frente a mi auto, observa sorprendido.

Entro al gimnasio.

Salí hora y media después. El auto estaba limpio, sin una sola partícula de polvo.

Busque el hombrecito para decirle que no tenía yo nada en contra él, ni pensaba hacer nada si llenaba de polvo el coche, porque ni lo habían encerado, pero ya no estaba.

 

EL CUCHILLO

El 14 de agosto a las dos de la tarde, sobre avenida Morelos, algunos metros después de la calle Nicolás Bravo, hubo un intento de asalto a los pasajeros en una ruta.

La avenida está bloqueada por dos patrullas; los autos y camiones pitan, algunos dan la vuelta a la izquierda por Nicolás Bravo y regresan.

Tres hombres habrían utilizado un cuchillo para amenazar a los pasajeros de la unidad. Los tres huyeron por calles alternas y no se sabía si alguno de los 13 pasajeros tuvo pérdidas materiales.

Dos hermanas, estudiantes de la UAEM viajaban en la parte de atrás. Cuando supieron que estaban asaltando, la mayor arrojó a su hermana de la ruta en movimiento, después se aventó ella. Quedó tirada en la avenida, sin poderse mover y con dolores insoportables en la cadera: “no siento las piernas”, decía.

Su hermana no podía hablar. Temblaba incontrolablemente. Alguien sugirió darle un bolillo para el susto.

Poco a poco se comenzaron a acercars los curiosos: llegó un vendedor de churros y segundos después el perro que nunca falta en los accidentes; en cuestión de segundos había más de 30 personas allí.

Al pie de un poste de luz, entre unas cajas de cartón y bolsas de basura brilló el metal: un cuchillo sin filo, con cacha de plástico, corriente. Un hombre delgado le dijo a un policía vial que ahí estaba el arma con la que quisieron asaltar los delincuentes. El policía no le hizo caso.

En sentido contrario arribó una ambulancia y los paramédicos subieron a la muchacha, su hermana temblorosa la acompañó.

El conductor debía ir denunciar ante la Fiscalía, pero recibió una llamada telefónica y le ordenaron seguir trabajando.

Mientras grababa con un celular, el hombre flaco que había descubierto el cuchillo gritó al policía vial de a pie que levantara el arma porque es el “cuerpo del delito” (objetos materiales), y el policía no le hizo caso, le insistió y el policía se enoja; estaba a punto de abandonar el lugar de los hechos:

-Comandante: si el conductor o las chicas denuncian y no levanta usted el cuchillo se va a meter en un pedo y al menos le van a llamar la atención.

El servidor público se dirige a la base del poste donde el arma permanece semioculta.

El policía lo ve y lo quiere coger con las manos.

-No, así no, con una bolsa de plástico.

Alguien de los curiosos le da una bolsa de plástico y el guardián del orden quiere levantarlo con la mano y meterlo a la bolsa.

-No, meta la mano en la bolsa, como un guante y con esa misma mano tome el cuchillo y envuélvalo con cuidado para que no se vaya a romper y listo.

El policía obedece y preserva uno de los objetos materiales del delito; lo mete en una bolsa que trae en el pecho y se encamina hacia la esquina donde está el nudo de autos; mientras camina, se me queda viendo con ojos de perro y con esos ojos me da las gracias por ayudarlo; yo le respondo con los mismos ojos de perro y le digo es nada.

 

EL GRINGO

-¿Cuánto me cobras por poner una base ahí para subir un lavadero?

Ochocientos pesos, me dijo el muchacho como de 25 años, moreno de pelo negro y áspero, bajo de estatura, correoso.

-Pero le va a quedar ok. Yo hago trabajos finos.

-Nos vemos mañana temprano, ojalá pueda quedar mañana mismo.

-Sí, nomás deme un adelanto para el material y yo lo traigo, como la mitad es suficiente –le di 300 pesos.

Llegó temprano, con ropa de trabajo y una gorra camboyana sucia, con la bandera norteamericana. Sacó una grabadora pequeña.

Comenzó a trabajar en el área indicada y puso su música a todo volumen: The Doors; Eagle, Kansas…

Yo le iba a echar un ojo de vez en vez.

A eso de las 12 del día salí a la tienda y, de paso, le pregunté que si quería un refresco o una caguama.

-Si es tan amable una cerveza, pero que sea Heineken –me dijo

Este cabrón es delicado pensé entre mí, pero ya le había ofrecido y ni modo de echarme para atrás. Le llevé dos cervezas bien frías y le puse una bolsa de chicharrones de harina.

Se las entregué y me dio las gracias.

Entré a la casa a dejar lo que me habían encargado y regresé a ver al albañil. Cuando me vio bajó el volumen de su grabadora, Tocaban Procol Harun A Whiter Shade Of Pale. Estaba terminando la primera cerveza.

-Es que no me gustan las cervezas mexicanas. La Heineken es mi preferida.

Este cabrón es delicado, exigente y presumido, me dije.

-Es que uno se acostumbra a lo bueno y luego es difícil regresar a lo malo.

-¿Eres mexicano? – le pregunté. En tono serio, para que no se sintiera ofendido.

Sí, soy de Oaxaca, pero fui a Estados Unidos –me respondió mientras destapaba la otra cerveza y se recargaba en la pared.

-Allá es otro rollo. Cuando uno apenas llega allá como que no encaja, pero con el tiempo lo forman a uno, lo enseñan a respetar, a comportarse, a trabajar bien y como que con el tiempo se siente uno ya integrado.

Este cabrón se cree un gringo, me decía a mí mismo, escaneándolo de arriba bajo.

¿Fuiste de muy pequeño a Estados Unidos y te regresaste?

Tiene seis meses que regresé y no me acostumbro a ganar en pesos, es muy poquito.

-¿Y cuantos años viviste allá?

-Viví allá tres meses. Tuve que venir porque mi mamá enfermó y me necesitaban en la casa. Pero uno se acostumbra a lo bueno, en poco tiempo. Estoy pensando en regresar al gabacho.

Acabó su cerveza, subió el volumen de su música y siguió trabajado hasta terminar la base del lavadero, que liquidé totalmente; por cierto, hizo un trabajo muy limpio y profesional.

 

 

 

 

 

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—Fotonota—

Este domingo, pobladores de Tetelpa elaboran la portada de la iglesia de San Esteban, con flor de cucharilla, en el marco de la celebración de la Virgen de la Purísima Concepción, la cual se lleva a cabo el 8 de diciembre; de acuerdo con Élfego Bastida, este año por el coronavirus no habrá festejo en grande pero se realizará una ceremonia sencilla, para conservar la costumbre y no perder la devoción.

Viernes, 04 Diciembre 2020 05:40

MAESTRA DE VIDA

Lectura 4 - 8 minutos

Recibe la pianista Isaura Margarita el Premio “Gabriela Raquel Brimmer Dlugacz” 2020.

Margarita recibió el Premio Estatal para Personas con Discapacidad del Estado de Morelos, “Gabriela Raquel Brimmer Dlugacz” 2020; el esfuerzo no fue sólo de ella, detrás está su familia, principalmente sus padres Imelda Cruz Ovando y César Leonardo Porras Ruiz.

Ellos le atribuyen todo, pero sin su ayuda quizá su hija permanecería en la oscuridad, como una gran parte de esas 100 mil 449 personas que hay en Morelos, según el Censo de Población levantado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 2010.

 

TRES MESES DE VIDA

Isaura Margarita Porras Cruz nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas en 1985, con ceguera de nacimiento y Trisomía 21.

Los médicos que la atendieron en la Ciudad de México y en Cuautla, dijeron a sus padres que moriría antes de cumplir los tres años, que no hablaría, no caminaría y no aprendería nada. Parece que a Imelda y a César les hubieran dicho todo lo contrario, porque a partir de ese día dedicaron gran parte de su existencia a procurar a su hija todo lo que le permitiera ser feliz.

 

MÁS DE TREINTA Y CINCO AÑOS ROMPIENDO BARRERAS

Por más de 35 años los padres de esta mujer con ceguera y trisomía 21 han visto cómo rompe barreras y avanza en la vida; ellos son su guía, en todo el sentido de la palabra.

Siempre, con la ayuda de sus progenitores, “Mago” logró terminar la primaria, la secundaria, la preparatoria y en la actualidad está por acabar la licenciatura en piano.

En entrevista, Imelda recordó que ella estaba muy pequeña cuando su papá le regaló un tecladito. Empezó a tocar con dos dedos y vieron que le gustaba. Tenía como ocho años de edad cuando, en Cuautla, conocieron a la maestra de piano Nadia Arce Moreno:

“Ninguno quería darle clases, Nadia fue la única que se atrevió. Habíamos buscado a muchos profesores para que le dieran clases de piano, y ella la aceptó”.

La maestra Nadia Arce ama y admira a Margarita. Sigue siendo su maestra, aunque viva muy lejos de Morelos, en Cancún, Quintana Roo, y viaje por todo el país y el extranjero dando conciertos y seminarios.

 

VIAJES Y PREMIOS

Fue invitada el pasado mes de febrero de 2019 a una gira de cinco conciertos de piano del 12 al 15, dirigida principalmente a estudiantes de diferentes niveles educativos.

La solicitud fue hecha por el Ministerio de Educación Pública de Costa Rica, como inicio de la Apertura del Curso Lectivo 2019 de este país.

El primer concierto fue en el Colegio Kamuk, dedicado a jóvenes representantes de varias escuelas de música de primaria y secundaria, en San José Costa Rica; el segundo en la Escuela “Estudio Pianístico Mel Bonis”; el tercero en la Universidad Tecnológica, dirigido a universitarios estudiantes de música. Este evento fue en la provincia de Alajuela; el cuarto fue en la Escuela Felipe Neri, para niños de Kínder, primaria, así como niños con discapacidad. Este acto fue realizado en la provincia de Cartago; y el quinto fue realizado en el “Centro Nacional de Educación Helen Keller”, en San José.

Tocó el repertorio como solista y también a cuatro manos con la maestra Nadia; se presentó con Concierto de Música Mexicana, Música del Barroco y Compositoras, así como de Francisco Gabilondo Soler “Cri Cri”.

El 16 y el 24 de agosto del año pasado tocó en Bogotá y en Medellín, Colombia.

El 14 de mayo de 2019, invitada por el Congreso del Estado y acompañada por su maestra de piano, Nadia Arce Moreno, interpretó obras clásicas y populares por el Día de las Madres.

La estudiante de licenciatura de piano en el Centro Morelense de las Artes interpretó música clásica y popular, como piezas de Robert Schumann, Wolfgang Amadeus Mozart, Frederick Chopin, y de Genaro Codina y Juventino Rosas, entre otros.

Este año, Mago obtuvo el premio “Yo también, cultura incluyente en Morelos”, en la categoría de Música, organizado por la a Secretaría de Turismo y Cultura (STyC), a través de la Dirección General de Promoción Cultural para la Paz, Atención a Públicos Específicos y Patrimonio; dicho premio promueve la plena inclusión de personas con discapacidad, mediante el fomento y promoción de actividades que permitan la mejor visibilización de sus capacidades en los ámbitos artístico y cultural.

 

MI HIJA ES MI MAESTRA DE VIDA: IMELDA

Imelda relata que cuando su hija era muy pequeña no comía fuera de casa y casi no salían, pero poco a poco fue aceptando todo. Buscaron una escuela especial y tuvieron que dejar el estado de Chiapas, porque no había escuela para ciegos; eso les permitió quedarse en Morelos:

“Pero nosotros no sentimos que esto sea un sacrificio, es más creo que fue una bendición. Así lo siente mi esposo y mis dos hijos; los hermanos de Mago aquí crecieron y sus costumbres son morelenses”, explica.

De acuerdo con Imelda, Mago ha crecido como persona, como pianista, sigue siendo persistente, obstinada con lo que a ella le importa, disfruta tocar y más si es para los niños.

Confiesa que fue muy difícil todos estos años que ella estuvo en la Escuela de Teatro, Danza y Música de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. En un principio lloró mucho: algunos maestros no confiaron en ella y decían a cada rato que no iba a poder, y yo dude de ella, pero de lo que sí estaba segura es que ella aprende, de una forma distinta a los demás, pero aprende. Yo le decía: Mago el día que no quieras estar aquí no venimos y ya; pero ella es muy tenaz y continúa, sólo le faltan algunas materiaS y presentará su examen profesional. Mago es para mi maestra de vida.

“Hace años en una reunión de navidad, en Cuautla, Gerardo, un chico ciego, estaba sentado al lado de Mago. La vi molesta. De repente, el muchacho se me acercó y me dijo que si le daba permiso para que Mago fuera su novia. No supe qué contestar porque mi corazón se paró. Luego le pregunté a ella y me respondió: ’no, porque quiere mi número de celular…’ La vida me ha enseñado que todo llega a su tiempo”.

 

EL PREMIO “GABRIELA RAQUEL BRIMMER DLUGACZ”

Sobre el Premio Estatal para Personas con Discapacidad del Estado de Morelos, que entregó el Congreso del Estado de Morelos a través de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, Migrantes y Personas con Discapacidad que preside el diputado Andrés Duque Tinoco a Isaura Margarita Porras Cruz y José Antonio Aguirre de la Torre, Imelda dijo que este reconocimiento es también para el trabajo de muchos papás que están en esa lucha constante para que se reconozca el esfuerzo doble que hacen los chicos y sus familias por luchar por sus sueños:

“Estamos muy agradecidos, es fruto de su entrega, de su alma guerrera; su papá, yo, sus hermanos, nos sentimos muy honrados y bendecidos por estar viviendo y compartiendo todo esto”.

En 1992 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, con el objetivo de promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.

En Morelos el 3 de diciembre de cada año se entrega el Premio “Gabriela Raquel Brimmer Dlugacz”. El Congreso de Morelos lo creó en enero de 2014, para reconocer el trabajo y esfuerzo de las personas que tienen alguna discapacidad.

Gabriela Raquel Brimmer Duglacz, o Gaby Brimmer, fue una destacada escritora y activista de la comunidad judía; nació el 12 de septiembre de 1947 en la Ciudad de México.

La pequeña fue diagnosticada con parálisis cerebral tetrapléjica grave, situación que le impedía mover todo su cuerpo, salvo su pie izquierdo.

En 1980, Gaby Brimmer conoció al cineasta Luis Mandoki, quien llevó su historia a la pantalla grande con la cinta Gaby, a True Story, cuyo guion estuvo basado en el libro biográfico de Brimmer y Elena Poniatowska.

El 3 de enero del 2000 Gaby Brimmer falleció de un paro cardiaco; tenía 52 años de edad.

 

César, Margarita e Imelda.

 

Nadia, la maestra de piano; Imelda y Margarita.

 

Margarita en un concierto en Costa Rica.

 

Margarita en el Congreso, con su mamá.

 

 

Domingo, 29 Noviembre 2020 01:29

Recuerdan 109 aniversario del Plan de Ayala

Lectura 1 - 2 minutos

Opositores al Proyecto Integral Morelos anuncian que se organizarán para impedir el funcionamiento de la termoeléctrica

Lectura 1 '

—Fotonota—

Representantes de comunidades de diversas regiones de Morelos marcharon a convocatoria de Ejidos de Ayala en defensa del agua, la mañana de este sábado, hacia la comunidad de San Pedro Apatlaco; también efectuaron un "plantón zapatista" frente a las instalaciones de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla (Asurco).

Martes, 24 Noviembre 2020 05:31

“La maldición me alcanza”

Lectura 3 - 5 minutos

Pide descendiente del cura Miguel Hidalgo a Andrés Manuel López Obrador continuar con la solicitud de la nulidad de excomunión.

Luz María Coutiño Hidalgo y Costilla, nieta en sexto grado del cura Miguel Hidalgo y Costilla, solicitó al presidente de México Andrés Manuel López Obrador continuar con el procedimiento para anular la excomunión que su célebre antepasado, en la víspera de la celebración del bicentenario de la consumación de la Independencia, que tendrá verificativo el año 2021.

De acuerdo con el escrito fundado en el artículo 8 constitucional, presentado por oficialía de partes el 20 de noviembre del presente, al que recayó el folio 20201120COHLW7, suscrito por Leticia Ramírez Amaya, directora general de Atención Ciudadana de la Dirección General de Política y Gobierno de la Presidencia de la República, en octubre de 2007 diputados de diferentes grupos parlamentarios presentaron una “exhortación” a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la de Gobernación respectivamente, para gestionar ante el Estado Vaticano el levantamiento de los edictos de excomunión de dos de los próceres de la independencia de México: Miguel Hidalgo y Costilla, y José María Morelos y Pavón.

En el escrito, Luz María precisa que el pasado 30 de septiembre Andrés Manuel López Obrador volvió a insistir en que el papa Francisco “… se pronuncie en el caso de México, no queremos el debate acerca si se excomulgó o no al cura Hidalgo, es un hecho que fue juzgado, sería un gesto de mucha sensibilidad que se hiciera una referencia y un reconocimiento tanto al cura Hidalgo como al cura Morelos”.

El pedimento lo hizo el presidente de México en el marco del anuncio de las conmemoraciones en el 2021, una de las cuales, es precisamente los 200 años de la consumación de la Independencia.

Luz María Coutiño Hidalgo y Costilla es nieta en sexta generación del Padre de la Patria e iniciador del movimiento de la Independencia de México, Miguel Gregorio Antonio Francisco Ignacio Hidalgo-Costilla y Gallaga Mandarte Villaseñor, parentesco que acredita con diversa documentación que adjunta a la solicitud presentada al presidente de la república.

En entrevista, la descendiente del padre de la Patria explicó que, de acuerdo con los libros de Historia, pocos días después de iniciado el movimiento de independencia, en septiembre de 1810, se promulgó el edicto de excomunión al padre Miguel Hidalgo y Costilla y a “sus secuaces”. El documento fue expedido por el obispo electo de Valladolid, Manuel Abad y Queipo de quien se dice, además, era amigo del cura. Se les acusaba por: “haber atentado a la persona y libertad del sacristán de Dolores, del cura de Chamacuero, y de varios religiosos del convento del Carmen de Celaya, prisionándolos y manteniéndolos arrestados. Los declaro excomulgados vitandos, prohibiendo, como prohíbo, el que ninguno les dé socorro, auxilio y favor, bajo la pena de excomunión mayor, ipso facto incurrenda…”.

Al año siguiente, el 30 de julio de 1811, el cura Hidalgo fue fusilado; su cabeza, junto a la de Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, se exhibió en la Alhóndiga de Granaditas. Sin embargo, el cuerpo del cura fue enterrado (inicialmente) en Chihuahua, en la capilla de San Antonio.

La atención se ha centrado en la anulación de la excomunión del religioso insurgente. Sin embargo, el religioso fue degradado al fuero secular, para así, ser juzgado. En el caso del cura Hidalgo, su sentencia tuvo lugar el 27 de julio de 1811, en Chihuahua y el proceso inició dos días después.

“De acuerdo con el edicto de excomunión, ésta alcanza hasta la séptima generación y yo pertenezco a la sexta, por lo que esta ‘maldición’ me alcanza; sin embargo más allá de que estas penas me pueda afectar está el hecho de que el cura Migue Hidalgo sea comprendido en el ámbito histórico, heroico y humano en el que debe entenderse por nosotros los mexicanos”, expuso Luz María.

También dio a conocer que de manera adicional va a solicitar una reunión con Andrés Manuel López Obrador, para proponerle una edición conmemorativa de las biografías y estudios que se han realizado sobre el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en el marco de la celebración de los 200 años de la consumación del movimiento de Independencia de México.

Dijo que además de las celebraciones, es un buen año para recordar y recuperar los valores bajo los que se rigió Hidalgo: justicia, solidaridad, honestidad y la ayuda constante a los otros.

El levantamiento de Hidalgo sentó las bases de lo que sería la formal abolición de la esclavitud y los movimientos sociales de otros países latinoamericanos. Cuando en 1809 nació Abraham Lincoln, quien sería famoso por abolir la esclavitud en Estados Unidos, Hidalgo ya apoyaba a los mexicanos con educación y comenzaba a gestar el inicio de la independencia.

“Los estudios sobre Miguel Hidalgo varían y son vastos. Lo que importa es conocerlos. Me parece hace falta es un compendio universal enriquecido y supervisado por varios historiadores que tenga como única finalidad dar a conocer la vida y valores de un ser humano apreciable y valiente, como Hidalgo, dejando juicios de lado y dándole al mexicano una identidad propia”, concluyó.

 

 

 

Lunes, 23 Noviembre 2020 05:04

“El miedo es al desempleo”

Lectura 3 - 6 minutos

Michelle no le teme al coronavirus; le aterra la parálisis laboral.

Entre los personajes que guarda en su memoria el Jardín Juárez está el mimo, a quien el coronavirus no se le acerca por temor a enfermarse, así como las sexoservidoras que sobrevivieron gracias a los pellizcos a las pensiones para adultos mayores que propuso Andrés Manuel López Obrador y que ahora son ley, las vendedoras de periódicos, algunos perros enfermos, las palomas y hurracas sobrevivientes a los humanos y Michelle.

Michelle Hernández Torres, es una muchacha delgada, de 28 años, que trabaja como entregadora de comida a domicilio, no teme a la muerte por coronavirus pero tiene mucho miedo a quedarse sin empleo.

Antes del 14 de marzo, que se podía salir como “Juan por su casa”, ella transportaba guisados en algunas calles del centro de la ciudad, a personas que no podían salir a comer porque estaban cuidando su negocio o eran empleados que por necesidad o comodidad no iban a los restaurantes o fondas; en realidad era poco el trabajo. Después de esta fecha todo cambió.

México supo del virus en diciembre de 2019 aproximadamente, cuando circularon por el mundo noticias de una enfermedad que había salido de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, China; se vinculó el origen de la enfermedad al mercado de mariscos de Wuhan, sin embargo esta hipótesis sobre la ingesta de un animal y la portación del virus aún no ha sido científicamente confirmada. Las personas afectadas presentaban un cuadro con síntomas de neumonía desconocida y con alto grado de mortalidad, especialmente aquellos pacientes con comorbilidades como diabetes, hipertensión, sobrepeso, enfermedades de inmunosupresión o tabaquismo, un coctel tóxico que por desgracia son de las principales enfermedades que aquejan a los mexicanos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como una pandemia global al covid-19 el 11 de marzo de 2020; el 14 de marzo el gobierno mexicano anunció las medidas sanitarias que se habrían de emprender y para el 18 de marzo se suspendieron las clases en los sistemas público y privado de los niveles educativos inicial, básico, medio superior y superior en todo el país, así como el cierre de actividades no esenciales para iniciar una cuarentena que se ha prolongado por varios meses.

Cuando llegó el covid-19 a Cuernavaca nuestra vida comenzó a depender de un semáforo epidemiológico y una gran cantidad de negocios de alimentos cerró. Muchas familias se fueron de la ciudad.

La fonda donde laboraba Michelle dio la voz de alerta: si no había ventas la cerrarían y despedirían a los empleados por falta de dinero. Acostumbrada a caminar y conociendo a sus clientes, esta muchacha propuso llevar alimentos a domicilio, que se ofreciera este servicio como tal, porque hasta ese momento era sólo una opción que el comensal podía elegir.

De inmediato comenzó a ofrecer y a mandar mensaje por WhatsApp y los pedidos comenzaron a llegar: crema de poblano, consomé/cochinita pibil 60/ Milanesa de pollo 55/ hamburguesa con papas 60/ bisteck a la mexicana 60/ alitas a la bbq 70/ pollo con mole 50/ chile relleno 50/ queso en salsa verde 50/ longaniza en salsa verde 50.

Michelle salvó su empleo y es probable que haya impedido la quiebra de Charbelandia, nombre del lugar donde trabajaba.

Día con día la cifra de decesos aumentaba, parecía muy arriesgado que algunas personas estuvieran en el centro de la ciudad cuando el señor coronavirus andaba en el aire, cazando a cualquier adulto mayor con diabetes, hipertensión o sobrepeso. Si se descuidada se preparaba para lanzarse sobre él y acabarlo en cuestión de horas.

Muchos se encerraron a piedra y lodo en su casa, las calles estaban desiertas, los animales comenzaron a subir de las barrancas hacia los árboles; las manadas de cinco a siete perros buscaron otros barrios donde les dieran de comer.

Michelle estuvo trabajando en esos días nefastos y ganaba poco, pero podía pagar sus necesidades básicas y las de su pequeña hija.

Según un estudio de Fintonic, la fintech española con sede en México diseñada para organizar el dinero y ahorrar, desde el ordenamiento de quedarse en casa, el consumo en restaurantes cayó en un 80 por ciento, en tanto que los servicios de comida a domicilio se convirtieron en las apps ganadoras durante el coronavirus, subiendo hasta un 44 por ciento su demanda.

Las apps ganadoras del servicio de entrega a domicilio durante la etapa más fuerte del coronavirus fueron Rappi y Uber Eats.

Michelle también resintió el aumento de los pedidos de comida. A diferencia de los repartidores de la Ciudad de México y de otras ciudades, incluso algunos de Cuernavaca que trabajan para Rappi y para Uber Eats, ella no tiene moto o bicicleta, se transporta en sus piernas, de ocho de la mañana a ocho de la noche, todos los días, excepto el domingo.

Ella sólo puede repartir de 16 a 20 comidas diarias, de cincuenta pesos cada una. Eso en los días en que hay buenas ventas, porque a veces no hay mucho trabajo.

“La gente compra lo más barato en comida y raro es el que me da cinco pesos; en propinas me llevo como 30 pesos o menos, cuando bien me va”.

A Michelle le gusta cocinar, ir al cine, comer hamburguesas, hacer ejercicio… pero no tiene tiempo porque sale muy tarde del lugar donde labora y donde vive con su niña le espera más trabajo.

Quisiera tener su propio negocio, una fonda tal vez, porque ya conoce cómo es el asunto de la comida.

Michelle no tiene miedo a contagiarse por el coronavirus porque se protege, ha leídos todo sobre las medidas preventivas y las aplica; lo que sí le aterra es quedarse sin trabajo: tiene muchos gastos y su hija depende de ella.

 

 

 

   

Jueves, 19 Noviembre 2020 05:16

Todo por un abrazo

Lectura 4 - 8 minutos

En 2020 el covid-19 impidió que se programaran viajes de familiares de migrantes a Estados Unidos; se reprogramaron los viajes de 60 papás y mamás que tenían ya día y hora de su vuelo, incluso desde 2019.

El 9 de noviembre fue el último viaje de regreso a México de los papás de los migrantes que fueron a California, protegidos por el Programa Corazón de Plata. Vuelo DL 607 por Delta Air Lines con hora de salida a las 11:30 de la mañana, hora de los Ángeles, California, Estados Unidos.

No hubo nuevas citas en la embajada norteamericana durante todo el año, los viajes se reprogramaron por la contingencia generada a causa del coronavirus, que obligó a cerrar las fronteras por algunos meses.

Trece adultos mayores estuvieron un mes con sus hijos e hijas en diversas ciudades en Estados Unidos.

El viaje de ida (vuelo DL 615 por Delta Air Lines con hora de salida a las 9:10 de la mañana, hora de la Ciudad de México) el 9 de agosto fue muy complicado porque ninguno había salido de México; dos apenas habían visitado Puebla o la Ciudad de México, la mayoría no había puesto un pie fuera del estado.

Tampoco sabían lo que era un aeropuerto ni habían viajado por avión. Seis adultos mayores necesitaban sillas de ruedas, otros no escuchaban bien ni veían y otros no sabían leer.

-Le encargo a mi madre, tiene 84 años y tienen que ponerse la insulina a las 9.10 de la mañana. No ha aprendido bien a inyectarse, ojalá usted se la ponga o pida que se lo pongan en el avión, pidió un hombre, frente a la camioneta que llevaría a los morelenses al aeropuerto internacional Benito Juárez en la Ciudad de México.

Ninguna sobrecargo quiso tocar con las manos (incuso con guantes de látex) a la anciana con diabetes, lo tenían prohibido. Ayudada por sus compañeras de viaje, se metieron al baño y ahí ella misma se inyectó la insulina.

La entrada fue aparatosa. Los adultos mayores se incorporan a las mismas filas que las demás personas “normales” y son lentos. Pasan los arcos con pedazos de metal como hebillas, zapatos con casco, cadenas, llaveros, cortaúñas, y tienen que regresar y entorpecen la circulación. Después de varias veces por fin lograron llegar al pasillo general y una vez que todos estaban completos, incluyendo a los que los transportaban en sillas de ruedas, se dirigieron a la sala donde de donde saldría el avión hacia el Aeropuerto Internacional de los Ángeles, California.

El desembarco en Estados Unidos fue también accidentado. Se tienen que llenar formatos migratorios y de salubridad que a veces están en inglés y algunos viajeros no saben leer ni escribir.

Lo más complicado es la revisión con los policías migratorios. Preguntan en inglés o en un español poco entendible: sospechan que los adultos van a quedarse a trabajar en su país; que son guerrilleros; que pertenecen a alguna pandilla de adoradores de la Santa Muerte, que son narcotraficantes; o de plano que están muy feos para andar viajando a su patria de gente blanca y con cualquier pretexto los retienen, a pesar de que llevan visa y pasaporte.

Una vez pasando este filtro, a veces humillante, de agentes migratorios, está la libertad en un país de grandes autopistas y carreteras, de letreros en inglés; pero también están los hijos amados esperando ser abrazados por sus padres.

El día 9 de noviembre regresamos a las 8 de la mañana de Santa Ana. Llegamos en 40 minutos al aeropuerto, donde hubo dificultades porque no había sufrientes sillas de rueda y los hijos habían comprado a dos de las mujeres andaderas para adultos mayores y les habían mandado al menos con cuatro bolsas de mano, cuando una de las reglas del viaje es ir y regresar con una bolsa de mano y una maleta que quepa en el portaequipaje superior del avión, ya que es complicado para el pasajero desplazarse y este volumen adicional se documenta y cuando la aeronave llega a su destino hay que esperar a que la maleta o andadera pase por la banda donde se recoge el equipaje, lo que puede tardar incluso horas.

-Ni modo que yo deje todo lo que mis nietos me quisieron regalar -dijo una mujer a la que su familiar la mandó con maletas adicionales y una andadera.

-Si no pasa que se queden con ella, pinches güeros –dijo la mujer de la segunda andadera.

-Yo ya me quería venir. Extraño mi casa, conozco mi casa, donde está la cocina, la sala, mi recámara. Salgo a la tienda y me encuentro con mis amigas y mis comadres, conozco hasta los gritos de los borrachos que se ponen a beber los viernes en el barrio.

Aunque para entonces el contingente morelense ya conocía los pasillos y los asientos de los aviones, no se acostumbraban al extraño momento de despegar del suelo en ese aparato enorme de más de 100 pasajeros. Menos a las zonas de turbulencias y al aterrizaje: las oraciones a San Judas, la Virgen de Guadalupe y a Jesucristo se escuchaban en varios asientos contiguos.

Llegamos porque llegamos. Las andaderas fueron entregadas misteriosamente por las sobrecargos a las dueñas, la mujer de las cuatro bolsas ya estaba esperando afuera del último filtro y sólo quedaba una de las pasajeras que en el último minuto cometió el error de documentar una bolsa que cabía debajo del asiento del pasajero de enfrente.

-Es que no le entendí, me habló en inglés y yo pensé que me estaba diciendo que dejara mi maleta, así que la dejé. Qué bueno que me alcanzó con el comprobante, se justificó la mujer parada en la banda número 3 mientras esperaba una mochila pequeña. Una vez que la banda se la puso enfrente la tomó y nos formamos en la fila del último filtro del equipaje de mano; pasamos éste y nos dirigimos al pasillo general donde nos estaban esperando todos los de nuestro grupo, para que regresáramos a Cuernavaca.

Después de poco más de dos hora de viaje llegamos y los hijos de los migrantes ya estaban esperando a sus padres, de vuelta, sanos y salvos.

De Morelos a Estados Unidos y viceversa, viajaron sesenta papás y mamás en todo el año 2020; sólo esa cantidad gestionados por la Federación de Clubes Morelenses, según el presidente de esta organización Juan Seiva García.

De acuerdo con Juan Seiva, aún no hay citas en la embajada norteamericana para obtener la visa y viajar a Estados Unidos. Esperarán a que la pandemia por el coronavirus esté controlada; el riesgo es mucho si se considera que la mayoría de los adultos que viajan amparados en este programa tiene más de 55 años y son hipertensos o tienen diabetes.

El miércoles 26 de agosto a las 9:20, en el vuelo 686 de Aeroméxico salió del aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México rumbo al aeropuerto O’ Hare de Chicago, Estado Unidos, el primer grupo de veinte padres de migrantes morleses que radican en esta ciudad norteamericana, coordinado por la Federación de Clubes Morelenses, después de que su vuelo fuera suspendido en mayo de este año por el cierre de fronteras debido a la contingencia del covid-19.

Los adultos mayores que habían obtenido su visa norteamericana el año pasado por medio del programa Corazón de Plata, operado por la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del Morelos, arribaron de diferentes municipios y teníandiez o más de 30 años de no ver a sus hijos y muchos no conocían a sus nietos.

Sesenta papás y mamás esperan que les den día y hora para la entrevista consular. Tienen la esperanza de ver a su familia, a los nietos que sólo conocen por videollamadas en el celular; saben que es muy peligroso por el mortal virus, pero  a muchos no les importa con tal de “abrazar y ver aunque sea por última vez a sus hijos e hijas”.

 

 

 

 

 

Jueves, 12 Noviembre 2020 05:11

“Estoy maldito”

Lectura 5 - 9 minutos

Una temporada en el verificentro de Jiutepec.

Maintenant je suis maudit, j'ai horreur de la patrie. Le meilleur, c'est un sommeil bien ivre, sur la grève.

Arthur Rimbaud

UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO

Nada tan traumatizante como llevar el coche a un verificentro operado por inútiles. Nadie está preparado para ello, menos para que te digan que el auto no pasó y te obliguen a sacar otra cita y a ser víctima del mismo castigo, como Sísifo, condenado por los tiempos de los tiempos a empujar cuesta arriba por una montaña una piedra que, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo o como al gigante Titio, echado en el suelo, donde ocupaba nueve yugadas;  dos buitres, uno de cada lado, le roían el hígado, penetrando con el pico en sus entrañas, sin que pudiera rechazarlos con las manos.

Tengo un Volkswagen Sedan 1993, la terminación de la placa es 3 y debo verificar en septiembre u octubre. En Morelos, los lugares autorizados son muy pocos para la gran cantidad de autos y había leído reportes en redes sociales de lo pésimo del servicio y de la falta de puntualidad en la recepción y en el servicio; esto aunado a que no cumplen las medidas sanitarias por el covid-19: sana distancia, uso de cubreboca, etcétera.

En la fecha que solicité mi cita ya no había posibilidad de un turno en Cuernavaca, el programa me mandaba a Cuautla o a Jiutepec y me decidí por el lugar más cercano. Perra suerte.

La cita era el lunes 19 de octubre a las 14.20 horas, EN el centro de verificación ubicado en Yautepec de Zaragoza no. 17, Jiutepec, Morelos, C.P. 62574, o carretera Cuernavaca-Yautepec, cerca de la entrada a Cañón de Lobos.

En condiciones distintas a la pandemia por el coronavirus uno llega y esperas su turno hasta media hora y pasa, 20 minutos más y se obtiene la verificación. No debería ser distinto porque uno está pagando el servicio.

Llegué al centro de verificación ubicado en Yautepec de Zaragoza una hora antes. Aunque el catalizador del vocho tiene apenas un año y medio debe estar caliente para que pase, me informó el mecánico que, dos semanas antes, lo había afinado.

Al lado de la carretera Yautepec-Cuernavaca, una fila de decenas de autos tenía las intermitentes encendidas; me puse en el último lugar y en segundos ya había más autos detrás de mí.

Avanzamos cada tres o cuatro minutos por un camino de terracería. Una hora después dimos la vuelta en un lugar que parecía tiradero de cadáveres y luego regresamos a la orilla de la carretera. Los tráilers, pipas y camiones pasaba a toda velocidad y nuestros coches se movían; no faltaba el que hacía sonar el poderoso claxon para insultarnos o burlarse de nosotros.

Después de hacer cola por dos horas llegué a la entrada del negocio, bajé del auto y me lo recibió un acomodador, que me pidió hacer turno para revisión de documentos y luego para pagar.

Cerca de treinta personas esperábamos que nos atendieran. La mayoría no pudo hacer el trámite en la capital de Morelos y tuvo que buscar en otros municipios; algunos llegaron de la Ciudad de México y otros, aunque parezca increíble, de Guerrero.

Me revisaron mis documentos y pagué. Dos horas después, viendo que no me entregaban el auto pregunté y me dijeron que tenían problemas con dos máquinas, que se habían descompuesto; mi coche estaba en el lugar nueve o diez.

Cerca de ocho personas movían los autos de una fila a otra, tratando de desahogar el espacio, que se habían convertido en un cuello de botella. Una hora después (17:30 horas) pasaron mi auto por una máquina que estaba descompuesta (según me había dicho uno de los empleados) y un sujeto me entregó una hoja con resultados:

-No pasó su coche, pero puede llevarlo con el mecánico, sacar una cita y volver a intentar.

-El vocho está recién afinado y lo pasaste por una máquina que no servía, eso me lo dijo uno de tus compañeros.

El empleado se dio la vuelta y corrió hacia otro auto que esperaba en la fila.

“Estoy maldito”, dije entre mí.

 

SEGUNDO ASALTO

-Tu carro está bien, no debe tener ningún problema para pasar. El catalizador debe estar caliente, así que debes correrlo a unos setenta kilómetros por hora unos veinte minutos, después, ve a hacer cola y no lo apagues -sentenció el mecánico que lo afina cada seis meses.

La nueva cita era para el lunes 26 de octubre, a las 20:30 horas.

 

DOS DE DOS

Siguiendo las indicaciones del mecánico, llegué una hora antes de mi cita y volví a ponerme detrás de uno de los quince autos, que esperaban estacionados a la orilla de la carretera y avanzaban cada cinco o diez minutos.

Estaba muy oscuro y los pesados camiones pasaban a gran velocidad a pesar de que en ese sitio hay un semáforo.

La frustración de la primera cita no se me quitó ni con la pelea de box del viernes 23 en la que Juan Francisco el “Gallo” Estrada ganó por nocaut técnico en el round 11 de la pelea de revancha a Carlos el “Príncipe” Cuadras, y retuvo su título supermosca del Consejo Mundial de Boxeo. Yo fui el Gallo y Cuadras fueron todos los que me hicieron perder tiempo y dinero y me negaron la autorización para que el Toponeitor siguiera circulando.

A las 20:20 horas llegué a la entrada de un callejón que lleva hacia el negocio. Frente a una gasolinera, un hombre se me acercó y me pidió la hoja con mi cita. Me puso una anotación con un bolígrafo y me indicó:

-Estamos retrasados una hora. Ven a las 9:15

Mientras le mentaba la madre diez veces en mi mente, le dije:

-No me chingues, una hora haciendo cola para que me digas que venga en una hora…

Salí de la fila y me perfilé rumbo a Cuernavaca. Metros más adelante me estacioné frente a un almacén cerrado y le marqué al mecánico para preguntarle qué podía hacer para que el catalizador no se enfriara. El me respondió que apagará el carro y media hora antes lo corriera a setenta kilómetros por hora antes de entregarlo para verificar.

Fui a una gasolinera a orinar y compré un café y unas galletas en un OXXO y, como me ordenó el mecánico, anduve dando vueltas por los retornos como loco hasta que, pasados los 30 minutos, me puse detrás de un auto; en pocos minutos había cerca de 10 coches atrás de mí.

Esperé más de una hora. Un sujeto con un auto compacto se metió en la fila a fuerza y aunque hubo protestas no pudieron sacarlo. Todos le mentamos la madre. El inútil que cuidaba el orden escuchó nuestros reclamos, pero sólo repetía: "Él se metió y no respetó".

A las 22:40 horas dejé mi coche en la entrada y le pedí al receptor que no lo apagara para que no se enfriara el catalizador. Él sólo bajó la cabeza y metió el vocho.

Dentro del local, los autos estaban alineados en varias filas. No cabía un solo carro. El orden en que van conduciendo los autos hacia las máquinas verificadoras no es aleatorio, ellos saben qué coches saldrán primero

En la entrada hay cuatro estaciones de servicio, esas son las rápidas, mi auto fue colocado en la última fila, la más tardada, igual que la primera vez. Delante del Volkswagen había ocho vehículos esperando pasar el procedimiento de verificación. “Si bien me va saldré antes de las 12 de la noche”, pensé.

Una fila de hombres y mujeres, víctimas de este centro de verificación vehicular, esperaban con documentos en la mano. Estaban visiblemente enojados. Debíamos pasar a revisión de documentos y luego esperaríamos a que el automotor fuera revisado por alguno de las seis máquinas operadas por empleados.

Desde la salida del verificentro observaba cómo el Toponeitor era sometido al mismo procedimiento en la misma máquina.

Tuve que esperar, de nuevo, un tiempo que se me hizo eterno; pero por fin el auto fue checado y me lo llevaron a la salida.

Un muchacho que parecía adolescente me entregó mis papeles:

-No pasó su coche.

-¿Qué hago si estoy inconforme con este resultado? ¿Por qué me hicieron esperar tanto tiempo? ¿Quién es el responsable de este lugar?

El joven sostenía, cansado y como con miedo, los documentos en la mano, extendiéndomelos.

Tomé los papeles de rechazo, me subí al vocho y me enfilé hacía mi casa; iba muy enojado pero traté de controlarme porque era de noche y había poca visibilidad en la avenida.

 

LA PATRIA ME HORRORIZA

Perdí más de 10 horas de mi vida y más dinero de lo que gano en una semana. Hubiera querido pasar ese tiempo durmiendo o estar con mis hijas, hubiera querido platicar todo ese tiempo con mi padre enfermo que siempre me recuerda que debe uno tener todos los trámites en regla y que debe uno cumplir para poder exigir; o ver dos o tres películas de mi larga lista de espera, o revisar mis poemas inéditos y continuar escribiendo eso que no he podido sacar y que me duele tanto.

¿Qué sentiría el dueño de este lugar si lo hubieran torturado como a cualquiera de nosotros? ¿Cómo reaccionaría la autoridad responsable de darle la concesión o fiscalizar este negocio si lo trataran de la manera en que me trataron a mí? ¿Es normal esto? ¿Debe uno soportarlo sin decir nada? ¿Hay algún castigo para los culpables?

Llegué a casa poco antes de las 12 de la noche, casi noqueado por la espera y la frustración, me bañé y me acosté. En poco tiempo el veneno del sueño inundó mi cuerpo, y yo, que no recuerdo lo que sueño, soné con el poema El barco ebrio, escrito por Arthur Rimbaud.

Me sentí maldito, horrorizado por la Patria y me vi tirado, ebrio sobre el extenso lodo de la impotencia.

 

 

 

 

 

Lunes, 09 Noviembre 2020 05:18

LA HISTORIA DE IRIS Y KIM

Lectura 8 - 16 minutos

“Kim, quiero agradecerte porque tú hiciste feliz a mi amiga; la más feliz, como nunca la había visto en su vida”.

Alguien que no recuerdo me dio el contacto de Kim Erno. Quería hacer una denuncia: su esposa había fallecido y él tenía temores fundados de que había sido feminicidio.

Nos vimos el 9 de marzo de 2020, en la Plaza de Armas para platicar. Llegué un poco antes y lo encontré frente al altar de las víctimas localizado en el portón de la entrada principal del Palacio de Gobierno (conocido como la ofrenda); abrazaba una fotografía de Iris, su compañera.

Fuimos a un café y ahí me platicó una historia conmovedora, de la que yo sólo pude tomar algunas notas a la ligera. Luego que terminamos la plática, por cuestión de otras entrevistas, le pedí que me diera un poco más de información por escrito sobre su caso y que nos volveríamos a ver después.

De esa entrevista se publicó una nota en la Unión de Morelos el 9 de marzo (https://www.launion.com.mx/morelos/sociedad/noticias/156681-para-mi-cada-dia-que-pasa-es-un-dia-sin-ella.html) en donde el denunciante dijo que era un pastor de la Iglesia luterana y activista, que había nacido el 5 de diciembre de 1952 en la frontera de Vermont, Estados Unidos y Quebec, Canadá, y exigió a la Fiscalía General del Estado de Morelos el esclarecimiento del feminicidio de su esposa Iris Janet Figueroa Flores, asesinada en 2017.

Relató que en 2017 estuvo en un bar aquí en Cuernavaca en donde recibió una bebida adulterada que le provocó un derrame cerebral. Eso fue el 11 de octubre; con ese derrame la ingresaron a un hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado es (ISSSTE) donde sobrevivió tres semanas, pero en el mismo hospital, por negligencia del personal que la atendía, contrajo neumonía y otras infecciones.

“Mi esposa tenía 35 años de edad, cuando la asesinaron, trabajaba en la tienda del ISSSTE de Cuauhtemotzin y ahí nos conocimos, nos hicimos novios y después nos casamos. Ella falleció el 2 de noviembre de 2017, día de los muertos (sic)”, concluyó.

 

SIETE MESES DESPUÉS

Pasaron más de siete meses y no obtuve respuesta, pensé que Kim ya no estaba interesado en seguirme contando.

Hace unas semanas recibí un texto de aproximadamente veinte cuartillas de parte de mi entrevistado en donde me platicaba una brevísima parte de su vida, a la cual llamó “La historia de Iris y Kim una historia del amor”.

Me sorprendió la manera fluida y el buen castellano en el que está redactado. Con la autorización del titular comparto un fragmento del texto en donde observo, además de una buena narración, a un gran ser humano difícil de encontrar. La acotación entre corchetes es mía.

 

KIM, QUE TE VAYAS PARA COMPRAR UNAS FLORES PARA TU PRINCESA

Iba a regresar al hospital para cubrir los días de viernes y sábado. Entonces descansé el jueves 2 de noviembre [de 2017] tranquilamente con la confianza que Iris estaba en un camino de recuperación. Alrededor de las 1:30 a.m. escuché los timbres y gritos en el complejo donde vivo. Pensaba que eran jóvenes haciendo su escándalo por el Día de Muertos. Mi vecino Carlos tocó a mi puerta diciendo que tenía que salir. Un primo y sobrino de Iris habían llegado para decirme que Iris había fallecido. Mis vecinos, Isis, Carlos y yo fuimos a la Funeraria Hispano Mexicana. No había nadie de la familia de Iris; cuando llegaron, me explicaron que Iris había fallecido a las 9:30 de la noche, e intentaron marcar pero la llamada no entró a mi celular.

Mi cuñada, Lluvia, me mostró la ropa que había elegido para vestir a Iris, y un collar; me preguntó si estaban bien, le dije que sí y que el collar era un regalo de mi mamá para Iris. Hubo una conexión muy fuerte entre las dos. Mi mamá falleció cinco días después que Iris. Pensé en como Iris iba a ayudarme cuidar a mi mamá y ahora en otra forma.

Alrededor de las 5:00 a.m. mi suegra Bertha me dijo: “Que te vayas al mercado para comprar unas flores para tu princesa.” Fui al mercado a las 5:30 a.m. Elegí una rama de rosas porque había un capullo doble en un tallo. Regresamos a la funeraria a las 6:00 a.m. El cuerpo de Iris había llegado. La vi abajo del vidrio y no pude tocarla ni besarla una vez más. Fue la noche más triste de mi vida.

Tuvimos la misa el sábado 4 de noviembre. Fuimos al panteón para el entierro. La amiga de Iris, Paulina, me llevó a un lado y me dijo: “Kim, quiero agradecerte porque tu hiciste feliz a mi amiga, la más feliz, como nunca la había visto en su vida.”

 

¡NI UNA MÁS!

Iris estaba precisamente a punto viajar al norte para acompañarme en mi ministerio con trabajadores agrícolas, cuando la desgracia sucedió. Como una expresión de solidaridad, una organización de derechos humanos de Vermont, Justicia Migrante, escribió una declaración jurídica que dice en parte:

“Como organización de derechos humanos reconocemos a Iris Janet Figueroa Flores como una activista de derechos humanos luchando al lado de nosotros y la comunidad Latina de los trabajadores agrícolas sobre todo con las mujeres. Nuestra compañera Iris, junto con su esposo el Reverendo Kim Erno, participó en marchas y reuniones en solidaridad con nuestra campaña “Leche con Dignidad”. También ella visitó a los ranchos para conocer a las mujeres y sus retos y ofrecerles acompañamiento y apoyo moral y espiritual.

“Precisamente Iris, estaba en medio de sus negociaciones para dejar su trabajo en México y colaborar con nosotros en Vermont cuando pasaron los eventos violentos que le quitaron su vida. Lamentamos mucho la pérdida de una compañera y hermana luchadora, comprometida de acompañar a su pueblo en un camino hacia un mundo más justo y humano. Esperamos que se haga justicia no solamente por el caso de Iris,  sino también para tomar otro paso de acabar con la violencia de género. ¡NI UNA MÁS!

Un feminicidio es el asesinato de mujeres realizado por hombres motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de propiedad de las mujeres. El caso de Iris es un feminicidio de una activista con reconocimiento internacional que debe llamar la atención de las autoridades internacionales de derechos humanos.”

 

LA LUNA ES MÁS BELLA

Iris y yo sentimos siempre una conexión fuerte durante una luna llena. El último correo que recibí de ella fue el 7 de octubre de 2017, durante una luna llena. Me mandó una canción:

De las lunas/ la del octubre es más hermosa/ Porque en ella se refleja la quietud/ de dos almas/ que han querido ser dichosas/ al arrullo de su plena juventud./ Corazón, que has sentido el calor/ de una linda mujer/ en las noches de octubre./ Corazón, que has sabido sufrir/ y has sabido querer/ desafiando el dolor/. Hoy que empieza la vida/ tan solo al pensar/ que tu amor se descubre./ El castigo de ayer/ que me diste tan cruel/ parece que murió./ No perturbes jamás la risueña ilusión/ de mis sueños dorados/ Si me voy nunca pienses jamás/ que es con único fin/ de estar lejos de ti./ Viviré con la eterna pasión que sentí/ desde el día en que te vi,/ desde el día en que soñé/ que sería para mi…..

El título del correo era: “TE AMO…LA LUNA ES MÁS BELLA DESDE QUE ESTÁS TÚ EN MI VIDA!!!!

Las palabras son muy fuertes. Me parecen como una despedida sin la consciencia de lo que iba a pasar en unos días. Puede ser otra señal de la conexión de Iris con otras dimensiones.

Después de la partida de Iris he hecho varias ceremonias. Subí el Cerro de la luz en Tepoztlán a las 5.30 am en medio de la oscuridad con mi caracol para tocarlo en honor de mi Iris durante un eclipse lunar. Hice una ofrenda de cempasúchiles en la pirámide de Tepozteco por el Día de Muertos.

Uno de los rituales más fuertes fue precisamente en la luna llena de octubre (pensando en lo que ella me había escrito) el año pasado el 13 de octubre 2019. Con mi amigo y guía de Tepoztlán, Juan Carlos, organizamos una ceremonia mexica de casamiento o unión de dos almas por siempre que se llama “amarre de tilma”. Duró dos horas con una hora de temazcal. Empezamos afuera con votos entre Iris y yo de nuestras raíces de una sola semilla que sembraron en esta tierra sagrada. Leí una lista de lo que ella no cumplió en este mundo y lo que nosotros, como pareja, no cumplimos. Durante el temazcal, Juan Carlos me pidió un juramento de cumplirlos. Me preguntó sobre nuestros animales sagrados e inmediatamente le dije: “Iris es águila y yo soy lobo”. Juan Carlos me dijo que el lobo va a aprender a volar y el águila lo que es tener pies en la tierra. El águila va a protegernos desde arriba y el lobo desde abajo.

Saliendo del temazcal Juan Carlos me dijo: “Eres un nuevo guerrero e Iris es una nueva guerrera.” Afuera vimos la luna llena saliendo detrás de las nubes y un águila que volaba a través de la luna.

 

TÚ ERES EL SOL Y YO SOY LA LUNA

Como pareja tuvimos que hacer puentes. Por mi trabajo en el norte y mi responsabilidad por cuidar a mi mamá allá tuvimos la brecha de distancia. Iris decía que yo era el sol y ella era la luna y “a pesar de la distancia nos complementamos”. Una vez me escribió para decirme cómo el eclipse es la unión del sol y la luna con una pasión tan intensa que puede cegar a los que lo miran.

Cuando Iris pasó de este mundo al otro tenía 35 años y yo 65. Entonces hubo una diferencia de 30 años de edad pero Iris decía: “Estoy cansada de los muchachos y sus tonterías que no saben lo que quieren. Yo quiero un hombre. Tu eres mi hombre”.

Llegamos de diferentes lugares de origen, diferentes culturas e idiomas pero nunca en mi vida he amado a una mujer como amo a Iris y nunca me he sentido amado. Con Iris conocí a mi alma gemela… el alma que buscaba por tantos años.

Ahora vivimos con la brecha más ancha entre este mundo y el mundo del otro lado… la vida y la muerte… el mundo de los adelantados. Iris sigue como mensajera para decirme que todavía vive. Iris me ha mandado muchas manifestaciones; hay cientos de ellas.

 

TAL VEZ TU MUJER ME MANDÓ

Apenas después de su partida encontré un amigo nuestro, Don Antonio, en el centro, afuera de su tienda de ropa y artesanía. Don Antonio tiene raíces indígenas y practica rituales prehispánicos. Le hablé de lo que había pasado con Iris sin entrar en todos los detalles y me dijo: “El amor no se muere. Ella nada más se nos adelantó para abrir caminos.” Le pregunté: “¿Voy a verla?” y me contestó: “En un ratito.”

En ese tiempo tuve la práctica de caminar por el centro de Cuernavaca dos o tres horas, dando vueltas. Iba por la calle Lerdo de Tejada y vi una mujer que desde lejos se parecía a Iris, casi una gemela, morenita, guapa y vestida al estilo de Iris, con una falda larga y una blusa sencilla. Cuando me acerqué no quería mirarla fijamente pero no pude evitarlo.

Caminé hasta la catedral y afuera vi unas obras de arte que siempre están por allí cada fin de semana. Me llamó la atención una hecha de metal brillante. Era una representación del Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Cuando Iris estaba en coma en terapia intensiva, le comenté a mi cuñada, Lluvia: “¡Me siento como Popocatépetl, esperando que mi mujer dormida se despierte!”

¡Volví a mirar la obra de arte y de repente la misma mujer con los rasgos de Iris apareció frente a mí! Le pregunté: “¿Te conozco?” y me contestó: “No sé, no eres mexicano.” Le dije sí “¡Soy chilango!”. Me dijo “Y yo soy francesa.” A lo que pregunté “¿Ah Parlez vous francais?” nos reímos y me pidió cambio por un billete pero no tuve. Me dijo que se llamaba Jimena. Entonces regresó a una mesa y se sentó con quien imaginé, era su pareja. Otra vez no quería mirarla fijamente pero no pude evitarlo.

Pasaron tres días y yo estaba sentado afuera del restaurant bar La Guayaba, en un banco porque me gusta ver a la gente y muchas veces Iris quería fumar y nos sentábamos afuera. ¡Jimena llegó y entró¡ Yo entré para pedir otro mezcal y le saludé: “Hola Jimena. “¿Recuerdas mi nombre?” Me dijo, y claro que sí, porque su es casi como gemela. Me preguntó si fumaba y le dije que no. Empezó a quejarse sobre las normas de no fumar adentro y salió conmigo. Se sentó en un banco a mi lado igual como lo hacía Iris muchas veces. En este momento tuve que hablarle sobre Iris y empecé a llorar. Jimena me dijo: “Ah compa, tal vez tu mujer me mandó para decirte que en México la muerte no existe. Estoy bien. Tranquilz…..”

 

NO CREO EN DIOS PERO CREO EN IRIS

Después de la partida de Iris recibí unas visitas de colibríes. Una de las más impresionantes.

Tenía una práctica para meditar con música relajante que era mi forma de comunicarme con Iris. Había planeado un viaje a mi tierra para hacer un culto en memoria de mi mamá. Elegí el 14 de abril, que es el aniversario del matrimonio de mis padres y también el cumpleaños de Iris. Otra vez una coincidencia entre Iris y mi familia.

En medio de una meditación, antes de irme, le dije a Iris: “Mi amor me da miedo irme al norte porque no hay colibríes por allá.” Tomé un vuelo directo a la ciudad de Montreal y uno de mis mejores amigos, Philippe, un fotoperiodista que colaboró conmigo y conoció a Iris, me recogió en el aeropuerto. Llegamos a mi pueblo, Swanton, Vermont, que es muy pequeño con alrededor de 2 mil 500 habitantes. Pasamos por el ayuntamiento donde hay una cartelera con un logo que cambian cada mes. ¡El logo fue un colibrí! ¡Y por el otro lado un eclipse del sol y luna! Fue una bienvenida de Iris para mí.

Philippe y yo fuimos a un bar restaurante cerca del lago que se llama “Bayside”, donde mis padres se conocieron hace muchos años. Para tomar, pedimos unas cervezas. La mesera colocó dos portavasos delante de nosotros. ¡El mío tenía la imagen de un colibrí! Philippe, que es ateo dijo: “¡No creo en Dios pero creo en Iris!” También la mesera nos dejó tres cubiertas como si fuéramos una mesa de tres.

 

HOLA IRIS

Iris y yo abrimos una cuenta bancaria para ahorrar y comprar un terreno en Tepoztlán. Ella era la titular y yo era el beneficiario. Después de la partida de Iris decidí cerrar la cuenta. Pero fue muy difícil para mí ir al banco solo y decir a unos desconocidos que mi esposa había fallecido. Pensé en pedir el acompañamiento de mi compadre pero no estaba disponible. Pensé en unos familiares de Iris pero no quería involucrar más gente en nuestros asuntos. Estuve afuera del banco dando vueltas, cuando escuché a Iris. Me dijo: “Kim, es nuestro proyecto. Voy a estar contigo.”

Entré al banco. Le expliqué al muchacho de la entrada el motivo de mi visita. Saqué una ficha para esperar mi turno en el área de recepción. Una muchacha del banco salió de su cubículo y me preguntó qué necesitaba. Le dije que prefería hablar con ella en un área más privada. Entonces entramos a su cubículo. Le expliqué cuál era el motivo de mi visita. Ella empezó a darme una lista de los requisitos para cerrar la cuenta de alguien que había fallecido. En ese momento entró otra muchacha del banco al cubículo y quien que me atendía levantó la vista y la saludó: “Hola Iris.”  

Una cosa es escuchar a Iris afuera, antes de entrar al banco, diciendo “Voy estar contigo”, eso es algo bonito… pero juntar las dos cosas está más allá de la probabilidad. Es una confirmación de las palabras de Iris de acompañarme.

 

BRAZOS DEL SOL

Cada mañana salgo a nuestro balcón y canto hacia el sol para saludar al sol y a Iris. Entono una de nuestras canciones favoritas “Brazos del Sol”:

Y es que no importa que digan/ que está trillado/ Hablar de amor que maldigan/ Si no han probado/ la noche en sus brazos de sol.

El 24 de diciembre de 2019 cantaba como siempre con mis ojos cerrados y mis brazos abiertos. Escuché algo revoloteando frente a mí. Cuando abrí mis ojos vi un colibrí frente a mi corazón. Voló a lo largo de mi brazo izquierdo hacia mi mano y se fue. El colibrí, que en la cosmovisión de Mesoamérica es el ave mensajera, ese día me visitó para darme mi regalo navideño; para mí fue Iris.

 

ELLA VENDRÁ POR TI

Mi lugar de origen también es el centro de un pueblo indígena llamado los Abenakis, el cual es parte de mi herencia por el lado de mi papá. Abenaki significa “el pueblo de la madrugada”, porque nuestro territorio se extiende hasta el mar Atlántico, donde recibimos los primeros rayos del sol del amanecer, antes que cualquier otro territorio.

Hablé con una curandera Abenaki, Rachel Whitebear, sobre la relación entre Iris y yo y lo que había pasado. Ella me dijo cuatro cosas: “Tu esposa no quería salir de este mundo. Ella te extraña desde el otro lado, como tú la extrañas a ella. Son almas gemelas y cuando te toque cruzar, ella vendrá por ti para cruzarte al otro lado.”

Nací y crecí en una zona fronteriza y ahora otra vez estoy en la línea, en frente del muro, en la cortina, entre este mundo y el otro, listo para cruzar.

 

 

 

Lectura 1 '

Una larga fila de automóviles que requieren verificar se formó este lunes en el verificentro ubicado en la calle Yautepec de Zaragoza, en el municipio de Jiutepec, debido a la falta de centros de verificación en Cuernavaca.

En el lugar hay una fila de cientos de vehículos con terminación de placa de circulación en tres o engomado color rojo, que les corresponde efectuar el trámite de verificación en los meses de septiembre y octubre.

Cientos de automotores no pudieron llevar a cabo el trámite en la ciudad capital de Morelos, y se dio la opción de realizarlo en Cuautla y Jiutepec.

Lunes, 19 Octubre 2020 05:16

PRIMERO ES LA TAREA

Lectura 3 - 6 minutos

Mínima historia de Saraí, Melani y Maritza, las hermanas de Altavista.

Jueves, 15 Octubre 2020 05:10

ESTALLO VIENDO

Lectura 2 - 3 minutos

La frágil membrana de sombras era desgarrada una y otra vez por las navajas de la luz de los relámpagos.

Ruidos de luz tras ruidos de luz tronaban burdos sobre una extensísima lámina de metal.

La tormenta no mandó sus avisos con vientos, aunque sí se pudo observar en lo alto las nubes grises cargadas con agua, pero estas señales ya pocos las pueden leer.

La tempestad comenzó como jugando, como una mínima lluvia, y poco a poco fue tomando fuerza hasta formar ríos en las calles.

Nadie se la esperaba con la potencia y la duración con la que ocurrió; si bien hay lluvias en otoño, éstas pierden fuerza con la entrada de la estación que deshoja los árboles.

La tormenta se extendió por esta ciudad y por municipios colindantes, metió a casi toda la gente a su casa y solamente algunos automóviles como zombis deambulaban bajo aquel torrente que parecía no tener fin.

En Cuautla, hubo granizos y algunos pobladores sacaron fotos a algo así como un racimo de uvas o elotes, pero con breves bolitas o granos de hielo.

Uno que otro juangabrielón estaría en su palmera imaginaria o debajo de la cama durante la tormenta que en momentos parecía el tiradero de muebles que un dios ebrio en su afán de encontrar el interruptor de la luz de un hogar inventados por él mismo.

La lluvia, para los extranjeros, es una puerta de entrada a sus recuerdos de un niño que va desapareciendo ante la imposibilidad de regresar al barrio que los vio nacer; a la casa en que se guarecían de la lluvia; a las calles que veían a través de la ventana en un hogar tibio.

En algunos hogares, cuando llegó la luz, encontró muebles domésticos flotando en una habitación de interés social como en un mínimo océano o sorprendió dormidos a los que se acostaron esperándola.

Aún es tiempo de agua. Son las últimas lluvias de esta década en que la naturaleza nos recordó que estamos de paso en este planeta: el sismo del 19 de septiembre de 201; una balacera en el centro de Cuernavaca más real que la de cualquier película protagonizada por Keanu Reeves, y un virus microscópico que ha matado a millones en el mundo y a decenas de miles en México y que puede aplastar a todo ser humano en la Tierra.

¿Todavía nos pega el agua en el cuerpo, sentimos en nuestra piel el frío y la humedad? ¡Estamos vivos! Otros no tuvieron esta suerte, entre el cielo y sus huesos los goterones horadan la tierra, hacen surcos y lo llenan todo.

Hay hombres que ya no temen a las tempestades, ni la lluvia los lleva a sitio alguno, ni les alegra o enoja la borrasca, tampoco les motiva  escribir, aunque los manden a fabricar un discurso con metalenguajes hidráulicos; no es que quieran, tienen desierto el corazón y en él se  ahogaron todas las tormentas y todos los océanos del mundo.

 

 

Lunes, 12 Octubre 2020 05:05

De negras, negros y otras sorpresas

Lectura 2 - 4 minutos

Una ráfaga de al menos nueve disparos de una cámara fotográfica mental hirió el instante…

En la sala de espera número 26 del aeropuerto de Los Ángeles California, una negra de cabello lacio, azul celeste, se hacía selfies sentada en un sillón de vinil oscuro.

La mujer tendría unos 30 años, según se podía observar por su rostro ovalado, terso, sin maquillaje y por un cuerpazo que presumía y que apretaban un top y un short deportivos color coral.

La sala con pasajeros que esperaban su vuelo hacia Las Vegas estaba casi llena, con más hombres que mujeres, gran parte de rasgos latinos. Casi todos consultaban su celular o escribían en él.

Los que tuvimos la suerte de ocupar un lugar frente a esta mujer la observábamos de manera discreta, pendientes de sus movimientos de cabeza y tronco cuando se fotografiaba o se arreglaba el pelo. Portaba un cubreboca marrón, con estampado de flores, bajado al cuello.

Quienes tuvieron la mala fortuna de estar en la misma fila que la negra volteaban de vez en cuando a verla con la colita del ojo.

Había dos extranjeras rubias, con evidente sobrepeso, de leggings oscuros, que no le apartaban la vista un instante. Comían papas y hamburguesas.

La mujer hizo una videollamada y su voz era, grave, para blues más que para jazz.

En un momento que los ansiosos observantes esperábamos, y que las dos mujeres que comían chatarra no deseaban, pero sabían que iba a ocurrir, la negra se puso de pie.

Una ráfaga de al menos nueve disparos de una cámara fotográfica mental hirió el instante.

La negra manoteaba y sonreía. Recorrió dos veces los puntos cardinales presumiendo su piel, sus senos enormes, su abdomen plano, sus caderas, sus piernas cortas y firmes, sus glúteos parados.

Luego colgó, se puso el cubreboca y se sentó.

Si esto hubiera sido un espectáculo masivo, aquí se habría escuchado la ovación generalizada de un público conocedor y exigente, pero los espectadores circunstanciales sólo se reconectaron a sus celulares. Las norteamericanas maquinarias devoradoras volvieron a mover sus engranes mandibulares e intestinales.

Debo la fotografía. Con la separación de un asiento, como lo exige la regla internacional de sana distancia, estaba sentado un negro, gigantesco, joven, bien mamado. Manipulaba el celular que casi se extraviaba entre sus manos, ganando en algún juego que requiere emplear las dos extremidades superiores. Confiaba en que podía romperle el pescuezo a cualquier mortal que le faltara el respeto a su hermana o su esposa.

Otrosí digo. Viajé por Delta Air Lines en un Boeing 767-200, tres filas, con capacidad para 255 pasajeros.

La salida hacia la Ciudad de México era originalmente a las 11:30 de la mañana (llegué dos horas antes), pero la aeronave presentó un problema mecánico que no pudieron arreglar y nos asignaron al monstruo, en el que cabría medio barrio de San Antón, que salió a las 3:30 de la tarde, hora de California.

Vi a un piloto negro y gordo, me sorprendió una mujercita japonesa o china muy baja de estatura y menudita, muy flexible, sentada en posición de flor de loto en un espacio muy reducido en la sala de espera. Iba toda de luto.

Vi una botellita minúscula de gel de 3.69 dólares y la cachucha con el emblema y los colores de los Dodgers de los Ángeles de 25 dólares.

De nuevo, estuve a punto de pedir un café americano de tamaño grande y una galleta de chocolate, en inglés, pero me falló la resistencia, como a Simón Blanco, y comencé ordenando en francés cimarrón y al último en un castellano que hubiera avergonzado a quienes fueron alumnos míos de español cuando fui profesor yeyuno.

 

 

Nuestro Boeing.

 

La china.

 

La salida hacia la ciudad de los Ángeles.

 

Avión de Delta.

 

Lectura 5 - 9 minutos

-Mira ese cabrón anda tomando fotos y no trabaja en ningún medio. ¿Quién lo dejó pasar? No me chingues. ¡Dame chance! –reclama el fotógrafo detrás del corralito designado para la prensa.

-No, no se puede, son órdenes –responde el encargado de seguridad.

Al fondo, muy cerca del presídium un hombre flaco, canoso, con chaleco caqui, pantalón holgado de pana café y playera roja se da vuelo tomando fotos a los protagonistas del evento, antes que comience la ceremonia.

Nadie sabe cómo pasó. ¿Quién le dio permiso? El hombre desaparece y se le vuelve a ver en el chacaleo, tomando retratos y gritando: ¡Viva Morelos!

Por muchos años y hasta antes de haberse decretado la contingencia por el SARS-CoV-2 o coronavirus, esta escena se repetía con frecuencia en las coberturas. Al día de hoy el fotógrafo tiene una discapacidad en su extremidad inferior derecha y ya no se le ha visto en los eventos.

El hombre se llama José Encarnación Aguilar Rodríguez, nació el 18 de mayo de 1950, en Pachuca, Hidalgo, y todos los conocemos como el fotógrafo de los que venden las imágenes impresas después de los eventos; lo que no conocemos es que es un artista plástico que ha fotografiado a los más grandes personajes desde los años sesenta.

Su habilidad para entrar a los lugares y conseguir lo que se propone es algo sorprendente.

En entrevista, en su casa en la colonia Volcanes, en Cuernavaca, José Encarnación asevera que ninguna fotografía es fácil de tomar y no por las cuestiones técnicas sino por lo que se tiene que hacer para estar frente al personaje y, circunstancialmente o por un objetivo preciso, hacer el retrato. Hay que ser tenaz.

 

JOSÉ LÓPEZ PORTILLO

Uno de los lugares en el que le costó mucho meterse fue a la inauguración del museo Rufino Tamayo en la Ciudad de México, el 29 de mayo de 1981, ya que había mucha vigilancia, pues estarían grandes personalidades y artistas, además fue el presidente de México José López Portillo y el Estado Mayor Presidencial se caracterizaba por no dejar pasar ni a una mosca.

“Pude pasar porque llevé unas fotocopias de unas cartas que me había mandado tiempo antes José López Portillo, felicitándome por unos cuadros que un arquitecto me compró y que regaló al en ese entonces presidente de México y a éste le gustó tanto mi trabajo que me mandó felicitar.

“La otra gran experiencia fue haber entrado a la inauguración del Polyforum Cultural Siqueiros, también en la Ciudad de México, en diciembre de 1971. Lo inauguró Luis Echeverría Álvarez”.

 

CÓMO METERSE A CASA DE SIQUEIROS

Allá por 1969 se enteró que David Alfaro Siqueiros estaba en Cuernavaca con un proyecto grande y de largo plazo: La Tallera. En la escuela de artes plásticas en la que estudió había conocido la obra de los grandes muralistas y le interesaba particularmente Siqueiros por su trabajo experimental. José tenía sólo la dirección de la casa: Venus 8, en Jardines de Cuernavaca:

“Fui a esa dirección porque quería conocerlo en persona. Afuera de la casa había un andamio. Llegué al domicilio y pedí hablar con él, pero me dijeron ‘el maestro no puede recibir visitas’. Cerraron el portón y me quedé esperando afuera. En seguida escuché una orden desde dentro: ‘Metan el andamio que está en la calle’. Salieron varios trabajadores y sin que me lo pidieran ayudé a meter la estructura a la casa. Cuando estuve adentro, los trabajadores continuaron lo que estaban haciendo en sus lugares y me dejaron solo en la mitad del patio:

“-¿Y usted qué joven?

“-Me preguntó el maestro Siqueiros.

“-Yo nada. Sólo quería tener el gusto de saludarlo personalmente, maestro –le dije.

“Me quedó viendo de arriba abajo y me dijo:

-Pues véame mientras trabajo y luego se va”.

 

LAS FOTOS DE COLOSIO Y DE MÉNDEZ ARCEO

José Encarnación tiene miles de retratos con artistas y políticos de diferentes épocas, una de ellas es la de Luis Donaldo Colosio. Asistió como parte de la prensa morelense con Antonio Riva Palacios al Comité Nacional del Partido Revolucionario Institucional, en la Ciudad de México, y no permitieron entrar a los periodistas, pero él buscó la manera de retratar al candidato a la presidencia de México, y lo logró.

La imagen de Colosio sonriente es de octubre o noviembre de 1993; el 23 de marzo de 1994, en la colonia Lomas Taurinas, de Tijuana, Baja California, Mario Aburto Martínez lo privaría de la vida de un disparo en la cabeza.

Otra de las fotos muy conocida y que pocos saben que fue tomada por José Encarnación, porque pocos le reconocen los créditos, es una del obispo Sergio Méndez Arceo. En la imagen el religioso que predicaba según la teología de la liberación está de tres cuartos, con hábito en color rosado.

De acuerdo con la imagen impresa, al fondo hay una ventana, pero la foto que se publicó en revistas y libros y que se sigue reproduciendo, está editada y sólo se percibe al hombre con una expresión seria. El gesto de Méndez Arceo es muy parecido al del actor Marlon Brando en la película Apocalypse Now (1979), de Francis Ford Coppola:

“Me gustaba ir a las misas y les estuve haciendo varios disparos y lo seguí hasta que de pronto se paró y me dijo: A ver, haz la foto que quieres. Entonces hice tres disparos y en uno de ellos yo sabía que había conseguido la foto que yo quería. No podía revisar la imagen, porque era una cámara Minolta análoga, pero sabía que ahí estaba la foto”.

 

SU ESTUDIO

El estudio de José consta de dos cuartos llenos de libros de arte y pinturas, esculturas, recuerdos, cada uno tiene una historia y una anécdota.

Algo que impresiona son sus códices aztecas, cultura de la que conoce ampliamente y en la que se ha especializado.

Tiene colgado frente a su mesa de trabajo un códice azteca de 1.20 por 1.20 en el que se expresa la vida, la muerte, la filosofía náhuatl, y relata que le ha llevado veinte años de trabajo.

“La maestra Carmen Cook Leonard tenía contactos en varias partes del mundo, entre ellos con una impresora austríaca que le mandaba reproducciones de los códices depositados en Europa. En una ocasión le llegaron dos o tres entregas y me dijo que ya los tenía y que si yo los quería que los pagara, así que me quedé con ellos. Por necesidades los tuve que vender, pero algunos los he reproducido apegándome a los originales en color y en trazos; como ese cuadrado que está en frente”.

 

LA FOTO COMO MODO DE VIDA

José Encarnación Aguilar Rodríguez estudió artes plásticas en la Escuela de San Carlos de la Ciudad de México, y desde los veinte años radica en Cuernavaca Morelos. Aunque se le conoce como fotógrafo, su verdadera pasión es la pintura:

“La vida de un artista plástico es muy complicada, pobre. Comencé a hacer fotografía para poder pagar mis gastos y continuar con mi trabajo de pintor. La fotografía me abrió muchísimas puertas y con ella pude conocer a personajes importantes y grandes artistas. Además me dio los recursos necesarios para que yo sobreviviera y para pagar, junto con mi esposa, la alimentación, comida y educación a mis dos hijas”, relata.

“Yo empecé tomando fotografías hace 50 años, con cámaras de rollito, les tomaba fotos a mis vecinos, eran unos niños. A pesar de que ya había cámaras digitales hace algunos años, yo seguía tomando fotografías en cámaras de rollo, me acostumbre. Pero hace como veinticinco años Sergio Estrada Cajigal me dijo que ya no usara esos aparatos viejos y tuve mi primer cámara digital de ocho megapixeles marca Sony. Aún la conservo”.

Su imagen más antigua de una fotografía es de cuando tenía como cuatro años.

En 1954 o 1955 en la Ciudad de México había muchos retratistas de calle. Ellos conocían a las personas que transitaban por el centro de la ciudad, qué día y a qué hora pasaba. Entonces hacían las fotos, cortaban la diapositiva y la montaban en el visor y cuando la persona volvía a pasar le ofrecían el producto, era una novedad.

“A mi mamá le hicieron la foto en la calle. Mi mamá va caminando, carga a mi hermana menor y al lado voy yo. Aún conservo una copia de esa fotografía. Mi madre, que tiene 93 años, todavía vive aquí conmigo”.

 

A LOS CINCUENTA SE COMIENZA A VIVIR

José Encarnación es hijo de Miguel Aguilar Macías (finado) y Gloria Rodríguez Gutiérrez; tiene tres hermanos, un hombre y dos mujeres. Él a su vez tiene dos hijas y vive en compañía de su esposa.

Hace algunos meses cumplió 70 años, pero su ánimo es el de un adolescente. Siempre fue así, desde chiquito, inquieto, preguntón:

“Cuando salía a la calle contigo me lo pensaba: eras un perico y todo el tiempo te las pasabas hablando”, me decía mi madre.

“A los cincuenta años el hombre ya se sabe ganar la vida, ya resolvió uno muchos problemas, tiene experiencia, ya lo golpeó la vida, ya se puede reír de la vida. A los cincuenta el hombre ya sabe cómo agarrar al toro por los cuernos”, asegura el entrevistado.

¿Qué es lo más impactante que ha sucedido en este tiempo de vida de este personaje? Nos cuenta que quizá lo más significativo ha sido el sismo de 1985, el de 19 de septiembre de 2017 y el covid-19, de 2020 que, según él, ya casi se acaba.

 

 

Lectura 4 - 7 minutos

Los perros de la calle puede ser una plaga, pero no existen. Nacen, crecen, se reproducen y mueren y nadie se entera. En ocasiones estos animales que andan alrededor de las casas son adoptados y llevan una vida buena, pero no pasan de ser o haber sido perros de fulano de tal.

No faltan los perros extraordinarios, “listísimos”, a quienes “nomás les falta hablar” para ser humanos, que pasan a la memoria de las familias o de los barrios por una o varias hazañas, como es el caso del mal llamado Pelucho o Peluchín; un can de siete años de edad de color blanco, rescatado muy cachorro cuando lo fueron a tirar a una barranca.

El can de marras vive en una colonia que colinda entre Jiutepec y Cuernavaca. La madrugada del domingo 7 de junio, hizo mucho aire, lo que provocó que el portón de la casa se abriera y el animal, junto con dos perras de raza schnauzer, Yuyu y Curra, se salieran a la calle y se juntaran con un perro sin dueño apodado El Sonsacador.

La dueña del cuadrúpedo vio el portón abierto y pensó que los ladrones habían entrado a robar, aunque no escuchó el ladrido de los animales, que se supone que cuidan la propiedad: no le habían robado nada. Corrió para meter a sus animales y logró atrapar a las dos perras y dejó afuera a Peluchín y al Sonsacador; no era la primera vez que Pelucho amanecía en la calle.

A las ocho de la mañana de este domingo la dueña se levantó y no vio a su perro, pensó que tal vez regresaría horas más tarde, como los cientos de veces que escapaba y regresaba sediento.

Su mamá le reclamó que se le había salido el perro y le dijo que no, que se había abierto el portón por el aire y se habían salido los perros, pero el macho no se pudo meter, porque el motor de la camioneta del papá de la dueña, que sale muy de madrugada por mercancía, lo alertó y lo siguió cuadras abajo.

A las once del día, la dueña del animal y sus dos hijos fueron a buscarlo por los alrededores de la colonia; pensó que lo habían atropellado, pero no encontraron rastros. Los niños y la dueña se comenzaron a preocupar más. Salieron a buscarlo a un área un poco más grande y no encontraron ni polvos de Peluchín.

Eligieron una foto del perro y la subieron a redes sociales: “Se busca, se perdió por Farmacias Guadalajara en la colonia Jacarandas, muy cerca de Chedraui”. La publicación fue compartida más de 200 veces en Facebook, pero nadie daba razón del extraviado.

Los días fueron pasando y el ladrante no regresaba. La familia pensó que lo habían atropellado, que lo habían robado y hasta que lo habían hecho en barbacoa por la crisis que padecimos esos meses por la pandemia.

Peluchín es muy listo y siempre que se salía regresaba a las pocas horas, aunque se hubiera ido muy lejos de la casa. No era fácil de capturar porque era bravo: mordió a varias personas, incluyendo a su dueña.

La foto del can fue extendiéndose por las redes sociales, y las reacciones no se hicieron esperar: a la familia le mandaban imágenes de perros parecidos a él. Cada dueño o dueña conoce a sus animales, la mirada del perro era única.

La familia pensó en contratar los servicios de un buscador de perros pero los honorarios eran muy caros y siguieron insistiendo por las redes sociales. Había imágenes que llegaban de otros municipios, pero no era el perdido.

El 22 se publicó en los periódicos que en Rancho Cortés, al norte de Cuernavaca, habían abandonado a 24 perros. Entre el grupo había un perro de color blanco, pero no era el extraviado.

Conforme fueron pasando las semanas disminuyeron las posibilidades de hallar al can. Quedaba el consuelo de que durante los varios años estuvo en esa familia se le dio una buena vida y se le demostró que lo querían como a un miembro más.

El tiempo fue cerrando todos los días la puerta del olvido y de Peluchín no quedó ni el ladrido.

La familia quiso adoptar a un perro, pero la mamá de la dueña advirtió que no quería más animales en la casa.

El jueves 10 de septiembre, como a eso de las seis de la tarde, la dueña de Peluchín estaba en la sala apoyando a las tareas de su hijo menor, a quien regañó porque no quería hacer nada y le alzó la voz. Su hijo mayor le dijo que no le gritara a su hermano porque era su cumpleaños y que además si hubiera estado allí Pelucho los defendería.

A los pocos minutos sonó el timbre del portón. El hermano mayor salió a abrir. La mamá escuchó gritos de la abuela; desde el barandal ésta le pedía a su primo que sacara a la calle a un perro que se había metido a la casa.

-¡Es Peluchín! -grito el hombre.

-¡No, como crees, ese no es, está todo flaco y pelón, ese perro no es! –respondió la abuela.

En efecto, el ladrante era blanco, pero estaba flaco y pelado, olisqueaba por los rincones de todo el patio. Las dos schnauzer se le acercaron y después de olerlo lo reconocieron.

La dueña bajó rápidamente:

-¡Peluchín, dame la mano! Y el perro obedeció.

Después bajaron los niños y abrazaron al animal.

Flaco, pelado, jodido y desorientado, pero el animal había vuelto a su casa.

A la semana siguiente, la dueña del perro vio en un muro de Faceboook una foto de un perro igual a Peluchín. Lo buscaban en Lomas de Cortés; y respondió al aviso diciendo que ese animal era propiedad suya; pero quien solicitaba la búsqueda contestó que no era posible, porque su perro había desaparecido un día antes y Peluchín ya llevaba una semana en casa.

 

COLOFÓN CON COLA

La vida debe tener sus misterios y los de este cánido durante estos meses que no estuvo en su casa deben ser muy interesantes: ¿estuvo a punto de servir para hacer tacos de suadero de guaguacoa? ¿Anduvo en la calle y se peleó con otros animales? ¿Destronó a algún macho alfa y tuvo su propia manada? El ladrante regresó pelado. Al menos tuvieron esa atención, no se sabe si fue con la finalidad de que estuviera presentable para venderlo o darlo en adopción o era parte de la receta secreta para algún platillo exótico en tiempos del covid-19.

El nombre de Peluchín le queda muy corto ahora a un animal que recuerda mucho al corrido del Caballo Blanco de José Alfredo Jiménez (Este es el corrido del caballo blanco/ que en un día domingo feliz arrancara), y es necesario buscarle un nombre que le haga honor a su hazaña: el Regresador es una manera más precisa de llamarlo o de plano: Termineitor.

 

 

 

 

 

Lunes, 21 Septiembre 2020 05:17

EL ÚLTIMO RETRATISTA

Lectura 4 - 8 minutos

El fotógrafo de caballitos era un personaje que no podía faltar en las ciudades; José Luis Castro Ramírez fue el único en Cuernavaca desde principios de 2016.

José Luis Castro Ramírez murió el 10 de septiembre de 2020 a la edad de 72 años en esta ciudad. Fue el último retratista de caballitos de Plaza de Armas.

El fotógrafo de caballitos era un personaje que no podía faltar en las ciudades. Se instalaban en las plazas públicas con al menos un caballo de madera o de fibra de vidrio, con sus monturas, sus frenos, sombrero de charro, pistola o rifle de utilería y algún gabán de “Saltillo”. Detrás de los caballitos había un bastidor de fondo (primero de manta, luego de plástico) con una imagen grande de un paisaje o construcción representativa del lugar.

Las parejas o personas solas o con niños acudían a hacerse un retrato con el fotógrafo. La fotografía podía tardar en entregarse; pero cuando apareció la Polaroid, el retrato en manos del cliente fue cuestión de minutos.

La fotografía de caballitos y paisaje era muy solicitada a principios del siglo pasado, quizá porque había menos ciudades. En la actualidad quedan pocos retratistas de ese tipo y en Cuernavaca ya no existen.

 

SU PAPÁ LE ENSEÑÓ

José Luis Castro Ramírez aprendió la fotografía con su padre, aficionado a esta disciplina, quien compró una cámara a un extranjero que andaba de visita en la capital morelense y con esa enseñó a sus hijos:

“En aquel tiempo llegaba mucho americano a Cuernavaca y una vez le compramos una a un gringo, una 6.20, parecida a la 120. Ya la revelada la aprendí con un amigo que estudiaba la universidad en México”, recuerda.

A principios de 2016 ya era el único retratista que queda en Plaza de Armas: “Antes había más fotógrafos, después quedamos tres, después dos y ahora yo solo. Soy el que tiene más años aquí. Hace unos años murió el fotógrafo más viejo, don Felipe Álvarez de la Rosa, que duró 60 años en este oficio, fue el más antiguo, pero ya murió”.

El fotógrafo tenía sus tesoros: varios caballitos. El grande, uno mediano y uno chiquito para los niños pequeñitos, todos de fibra de vidrio:

“Tengo más en mi casa, pero ahora sólo traigo uno porque es un problema cuando llueve y porque ya me han robado piezas: descargo en la calle mis caballos desarmados y cuando vengo a dejarlos aquí a la plaza, me roban”.

 

LAS PLAZAS DE ARMAS

José Luis recordaba así la Plaza de Armas de la capital de Morelos:

“Antes había un jardín que era muy bonito, que era el Jardín de los Héroes. Había una fuente que era histórica, tenía un leoncito que echaba agua por su trompa. Eso era muy bonito. Estaba la Casa de Moneda. Esa parte era muy bonita, era como un pueblito. Pero después la hicieron una plancha de cemento, con el asta bandera en medio, no estaba ese palacio, ese palacio es nuevo, lo inauguró el gobernador Felipe Rivera Crespo.

“En mis 35 años que llevo aquí en Plaza de Armas he visto de todo. He presenciado asaltos. Aquí se reúne todo mundo, los muy buenos y los muy malos ¿Te acuerdas del Ponchis, el niño ese que destazó a varias personas? Pues aquí venía muy seguido, se la pasaba jugando aquí. Yo he pasado todas las remodelaciones que ha tenido este sitio; antes había un enorme jardín. También hubo una época que aquí, donde está el asta bandera, había una fuente muy grande y muy bonita”, contaba José Luis Castro Ramírez en una entrevista en 2012.

Castro Ramírez relató que los domingos, que era el día más “movido”, llegaba a sacar hasta 25 fotografías (a 30 pesos cada una), y que sus principales clientes eran turistas.

Explicó que hasta antes que comenzaran los secuestros, las ejecuciones y el problema de migración en Estados Unidos, llegaba mucha gente de Morelos con residencia en Estados Unidos, pero llegaba a tomarse la foto con él, para que los hijos conocieran México.

“Antes venían muchos artistas. Jorge Rivero venía mucho por acá a retratarse con sus amigos. Ahora nadie va a querer venir a tomarse fotografías porque ven que están levantando el cemento y las piedras brincan y pueden lastimar a alguien”, comentó en la entrevista de 2012, época en que se reubicó a los comerciantes ambulantes de Plaza de Armas por una remodelación. En cuatro décadas, José Luis contó cuatro o cinco remodelaciones al zócalo de la ciudad, y en todas se iba reduciendo el comercio hasta que en la más reciente, realizada en 2016 durante la administración de Graco Ramírez, desalojaron a todos los que se habían ubicado en la plancha.

En esa época el fotógrafo confesó: “vienen los clientes, claro que vienen, pero ya muy pocos y a veces no saca uno ni para comer. Afortunadamente yo tengo una pequeña pensión y de eso me mantengo, pero esto ya no es negocio como lo era hace años”.

Don José Luis Castro Ramírez fue un optimista irremediable. A mediados de marzo de 2015 y con motivo de una remodelación se le preguntó cuál había sido la época más bonita desde que trabaja en Plaza de Armas, y respondió:

“Todas las épocas han sido bonitas, porque he hecho muy feliz a las personas que se han tomado una foto conmigo. Yo he tenido oportunidad de trabajar en otras cosas, de ganar más dinero en otros oficios que sé, pero me gusta mucho mi trabajo, y aquí voy a permanecer con mis caballitos”.

Durante los seis meses que duró la más reciente remodelación, José Luis tuvo esperanzas de que le regresaran su espacio. Había sobrevivido a todas las modificaciones que realizaron los gobiernos en Plaza de Armas y en todo el zócalo de Cuernavaca; pero con Graco no pudo, y el último retratista de caballitos de la ciudad jamás regresó a su lugar a un lado del asta bandera.

 

EL LEGADO

José Luis Castro Ramírez creó escuela. De sus hijos, tres se dedican a la fotografía o al menos conocen el oficio. Erika Castro Garduño, de 34 años, se dedica a la foto y Luis Castro Garduño es fotógrafo y trabaja video y el más chico, que tiene 22 años estudia periodismo y también es fotógrafo. A este último no le afectó el cambio de la fotografía digital por la análoga (que comenzó por ahí de los años ochenta en nuestro país); todo lo contrario, lo ayudó porque el material es más económico. La impresión actual es más barata que los rollos y los cartuchos de Polaroid.

 

LA ÚLTIMA IMAGEN

El 16 de febrero de 2017, 10 horas antes meridiano. Como en una pintura del cubista español Pablo Picasso, los caballitos de José Luis Castro Ramírez quedaron en pedazos, amarrados a un diablo. El día de hoy no pudo instalarse, como todos los días desde hace más de 40 años, porque los peones comenzaron despedazar los andadores de las jardineras del zócalo.

No le avisaron qué día comenzarían las obras y anduvo detrás del subsecretario de Asesoría y Atención Social del gobierno del estado, Jorge Meade González, hasta que tomó valor le dijo que necesitaba un espacio para poder trabajar.

-Póngase ahí -le contestó el funcionario, señalando un sitio frente al lugar que ocupa todo los días el fotógrafo.

-Ahí no porque se pone el de los chicharrones y se va a enojar.

-Pues agarre el lugar que quiera -le respondió Jorge Meade.

-¿No me van a quitar o multar los del Ayuntamiento?

-No. Si le dicen algo me va a ver a mi oficina -le dijo, señalando el Palacio de Gobierno.

José Luis Castro Ramírez tomó su diablo y avanzó con todo y los pedazos de caballos por los pasillos de los jardines de Plaza de Armas, entre el ruido seco y molesto que causaba el marro sobre el cincel de metal y la punta de este sobre el cemento que se despedaza.

Todo el azul del cielo entraba por el ojo de fibra de vidrio del equino más pequeño.

 

 

 

 

 

Domingo, 20 Septiembre 2020 02:53

“EL DÍA DE LA LIMPIEZA”

Lectura 3 - 5 minutos

Con labores de limpieza en la Barranca de San Antón organizaciones ambientales conmemoran esa fecha en Cuernavaca 

Lectura 1 '

—Fotonota—

En el poblado de San Antón, en la capital de Morelos, vecinos no quisieron pasar por alto esta fecha y celebran el 15 de septiembre con un convivio y banda de viento.

Lunes, 14 Septiembre 2020 05:10

JUAN

Lectura 3 - 5 minutos

Siempre miraba de frente, esperando a alguien o algo, huyendo de alguien o de algo…

Hay personas a las que no les interesa que los demás sepan que existieron. Así fue Juan o al menos así aparentó ser.

Pocos recordarán a un hombre de 84 años de edad, delgado, bajito, ojos azules o verdes. Vivía solo, aunque lo conocían en San Antón, al parecer nada más tenía una hermana en la Ciudad de México que no lo frecuentaba.

Muy pocos lo van a recordar con su bolsa de manta, yendo a la tienda de la esquina, ajeno, como evitando cualquier saludo o plática que fuera más allá del instante.

-¡Juan! -lo saludaba cuando lo veía y él solo contestaba con un “hola”, sin detenerse.

El hombre fue emigrante, vivió en Estados Unidos, al parecer en Nueva York, allá trabajó gran parte de su vida en un hotel y se jubiló.

“Vino a Cuernavaca hace más de diez años y compraron aquí. Vivía él, una mujer un poco más joven y una jovencita con una niña; estuvieron viviendo ahí como un año o menos, luego las mujeres y la niña se fueron a otro edificio que queda sobe la misma calle de H. Preciado. Juan se quedó solo desde entonces y algunas veces lo visitaban las mujeres que habían vivido con él”.

Hace dos meses no salió en tres días. El portero le fue a tocar y nada, pero una tarde pasó por la puerta principal y pidió que hablaran a una de las mujeres que viven en el otro edificio porque se sentía mal. Tenía rotas varias cotillas y una lesión en el pulmón: se había caído. Estuvo dos o tres meses en el hospital, casi nadie se enteró.

El Jardín Juárez ubicado en el centro de la Ciudad es un lugar de reunión de un grupo numeroso de ancianos. Muchos viven en colonias retiradas, solos o con sus familias y llegan al jardín a buscar a sus amigos y amigas. El día que abrieron ese lugar al público después de permanecer varios meses cerrado por el coronavirus los adultos mayores querían hacer una fiesta. Juan llegaba allí, pero no para buscar compañía sino a perderse entre la gente. Nunca se le vio platicando con alguien, siempre miraba de frente, esperando a alguien o algo, huyendo de alguien o de algo. Nadie lo va a extrañar ahora que ya no está.

“Hace unos momentos escuché junto a mi ventana un cerrojo abriéndose, algo metálico contra madera, y un click. En seguida escuche llantos. ‘Ay mi dios. No puede ser. No. No. No’. Mi cuerpo se tensó y todo lo demás se silenció por unos segundos. Alrededor de mí, todo fue silencio y el llanto de una mujer irrumpió mis oídos. Un olor extraño envolvió la escena. Juan vivió en la casa de junto desde que tengo memoria, a veces me lo encontraba en el pasillo y lo saludaba. Hasta donde sé, era muy solitario. Hoy escuché a una mujer comentando a mis abuelos que no contestaba desde hace dos días, y la puerta estaba cerrada con llave, así que no podía entrar. Deseaba que Juan se hubiera ido de viaje.

“-Creo que ya lograron abrir la puerta del señor Juan -dije a mi abuela.

“-Ah, qué bien -me respondió.

“-Pero también está llorando alguien -le dije, nerviosa.

“Lo que intuí se confirmó: Juan falleció y estaba sin vida desde hacía dos o más días.

“Cerré la ventana y me refugié en las escaleras. Decidí observar lo que pasaba desde una pequeña abertura en la cortina. Preferí ver, escuchar iba a torturarme; no podía imaginar lo que estaba pasando, lo tenía enfrente de mí.

“Encerrada por cinco meses, durante la pandemia por el covid-19, el espacio se limitaba a tres recamaras, tres baños, una sala, una cocina: El tiempo no existía y el espacio media unos cuantos metros, pero hoy el tiempo se detuvo porque la muerte tocó el timbre de la casa tres. Yo vivo en la cuatro”.

¿Era desgraciado estando solo? Yo fui muy feliz mucho tiempo estando solo, evitando a la gente, las preguntas incómodas. Hablaba mucho conmigo, pensaba mucho, me dedicaba a escribir: sonreía bajo la lluvia como un imbécil. Tenía una rutina inquebrantable. Me estorbaban las personas y me gustaba estar conmigo. Mi mundo no era de silencios, estaba lleno de lectura, de escritores que me gritaban sus mejores párrafos. No fui un hombre desgraciado el tiempo que dejé de relacionarme con las personas, pero cultivé ciertos hábitos animales que hasta el día de hoy no puedo evitar. ¿A Juan le molestaban las personas? ¿En qué mundo vivía? ¿Cuál fue su historia? ¿Juan ya no estará solo o, mejor, Juan ya no será molestado por personas que lo saludan o intentan hablar con él; ya no le estorbará su cuerpo viejo y flaco?

Juan García fue encontrado muerto en su casa el viernes 11 de septiembre. Estaba recargado en su cama, con líquido hemático en la boca, en la nariz y en los oídos. Al lado suyo había un charco de sangre.

 

 

 

 

Lunes, 07 Septiembre 2020 04:23

Apatlaco: riesgo latente

Lectura 6 - 11 minutos

Hay peligro de contagio a pobladores de Morelos por la contaminación del río Apatlaco por coronavirus.

Aun cuando Morelos se encuentra en el color anaranjado del semáforo epidemiológico y es muy probable que se pase a amarillo, hay un riesgo latente de infección en el aire para toda la población de Cuernavaca y de varios municipios de Morelos, debido a que las miles de descargas residuales que van a dar al río Apatlaco están contaminadas por el SARS-COV-2.

En un informe remitido el 29 de julio de 2020 por el doctor Horacio Riojas Rodríguez, director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública a la jueza Cuarto de Distrito en el estado de Morelos, en el “INCIDENTE DE MODIFICACIÓN DE MEDIAS CAUTELARES” 32/20 del expediente principal “ACCION COLECTIVA 17/2016”, sobre el riesgo que tiene la población de Morelos de contraer el coronavirus por la contaminación de las aguas del río Apatlaco, la autoridad sanitaria federal contesta que al día de hoy no se tiene certeza de que exista transmisión del coronavirus por vía aérea, “sólo hay dos estudios que aseguran lo contrario. Se requiere mayor información y validación por los pares para poder tenerlo como cierto. Nosotros emitimos como recomendación que las aguas deban ser debidamente tratadas y en su caso se utilice el sistema de ozono para nulificar cualquier efecto que se pudiera dar”.

El abogado ambientalista Austelio Mendoza Andrade explicó que en los próximos días el juez federal se pronunciará sobre esta petición de que las autoridades responsables apliquen un tratamiento adecuado para sanear o tratar debidamente las aguas del río Apatlaco, para evitar una catástrofe de salud pública en los pobladores de Cuernavaca y de varios municipios.

 

EL ORIGEN DEL PROBLEMA

Esta circunstancia “accesoria” a una principal, ocasionada por la presencia del covid-19 en nuestra entidad, derivó de un juicio civil promovido desde 2016 ante el juzgado Cuarto de Distrito del Décimo Octavo Circuito Judicial en el Estado de Morelos, con sede en Cuernavaca, en donde la Federación de Asociaciones de Colonos del Estado de Morelos, FACEM. A.C.,  a través de la firma legal Mexican Consulting & Development S.C., ejercitaron una acción colectiva difusa por la contaminación de las aguas del río Apatlaco.

El día 14 de marzo de 2019, el órgano jurisdiccional dictó una serie de medidas cautelares en contra de las autoridades y organismos responsables de estas descargas: los alcaldes de Cuernavaca, Huitzilac, Zacatepec, Puente de Ixtla, Jiutepec, Emiliano Zapata, Temixco, Xochitepec, Jojutla y Tlaltizapán; así como los organismos operadores de agua potable (como el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca o SAPAC y sus similares en los municipios restantes), los cabildos y los regidores de los cabildos en lo personal.

La jueza ordenó identificar los lugares donde hubiera descargas de aguas contaminadas, para lo cual DIO 15 días hábiles, y en segundo término ordenó clausurar las descargas y sustituirlas por servicios de drenaje y alcantarillado, para lo cual dio un término de 30 días hábiles; todo esto consta en el expediente 17/2016 del Juzgado Cuarto de Distrito.

Según el abogado Austelio Mendoza, ésta es la primera vez en México que por medio de una acción colectiva difusa se logra al mismo tiempo una certificación de procedencia y una resolución en donde se decretan mediDas cautelares.

 

IMPONE MULTAS A LOS INCUMPLIDOS

En marzo de 2019, según consta en los autos en el expediente 17/2016, fueron sancionados varios acaldes por desobedecer la orden de la jueza de Distrito, entre otros, Alfredo Domínguez Mandujano, de Tlaltizapán, Mario Ocampo Ocampo, de Puente de Ixtla y Fernando Aguilar Palma, de Emiliano Zapata.

Se les impuso como multa 500 unidades de medida de actualización (UMA), equivalente a más de 42 mil pesos.

Los titulares de los organismos operadores de agua potable de esos tres municipios también fueron sancionados con igual medida.

Además, hubo una advertencia de que si no cumplían con la resolución, es decir, garantizar que no haya más contaminación en el río, se les sancionaría con una nueva multa similar.

En ese entonces los ayuntamientos de Huitzilac, Temixco, Cuernavaca, Zacatepec y Jiutepec solicitaron al juzgado una prórroga de 30 días hábiles para identificar las zonas de descargas de aguas negras o residuales a la cuenca del río Apatlaco.

Según Mendoza Andrade, esos 30 días se convirtieron en un año, porque los abogados han retrasado el procedimiento y no haN cumplido ni siquiera con este primer grupo de medidas cautelares.

Jojutla y Xochitepec habían informado que cumplieron con la identificación de las descargas, pero no presentaron un mapa de los lugares, y si no lo entregaban en un término legal serían sancionados.

Según el abogado ambientalista, en junio de 2019 todas las autoridades estaban notificadas y alineadas y debían comenzar a cumplir con las medidas: con la identificación y geolocalización de descargas de aguas existentes y después con la construcción de la infraestructura necesaria para canalizar esas plantas de tratamiento.

“A finales de 2019, sólo el ayuntamiento de Xochitepec había dado cumplimiento a una de las dos mediDas: identificación y geolocalización de descargas de aguas existentes, e iniciaría con la segunda: la construcción de la infraestructura necesaria para canalizar las descargas y levarlas a una plantas de tratamiento. Los demás municipios han postergado el procedimiento con prácticas dilatorias”, expuso Austelio Mendoza Andrade.

 

EL GRAVÍSIMO PROBLEMA EN CUERNAVACA Y EN OTROS MUNICIPIOS

En Cuernavaca, existen por lo menos 13 mil descargas de aguas residuales al río Apatlaco, según estimaciones de la empresa Estrategas de México, S.C. El ayuntamiento tiene esos datos; y lo respaldan reportes de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, los cuales calcularon más de cinco mil descargas clandestinas.

En Morelos, 80 por ciento de las descargas que las plantas de tratamiento realizan al río Apatlaco no tienen ningún tratamiento, son descargas directas a las barrancas y al río.

El secretario ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua (Ceagua), Moisés Agosto Ulloa, dio a conocer el 1 de septiembre de este año en un evento oficial en Cuautla, Morelos, que de las 69 plantas de tratamiento que hay en Morelos sólo operan 60 por ciento, las otras trabajan a medias.

En el mejor de los casos, a las aguas negras les vierten un poco de cloro que no remedia en lo más mínimo, según el abogado ambientalista Austelio Mendoza Andrade.

El problema se agrava con la llegada del covid-19, porque hay al menos un reporte de que en la capital de Morelos, el agua vertida al río Apatlaco puede estar contaminada con este virus y se desconoce si en este contexto haya una forma transmisión del coronavirus por vía aérea (gotículas).

 

UNA SOLUCIÓN VIABLE

Austelio Mendoza Andrade pormenorizó que durante el proceso que inicio en 2016 y se ha continuado hasta estas fecha por medio de la acción colectiva en el juicio principal ante el Juzgado Cuarto de Distrito, se propuso una solución viable.

Una empresa mexicana denominada Promotora Acuario, S.A. de C.V. y que da tratamiento de aguas con biotecnología, se acercó y planteó que para el saneamiento del río el modelo de las plantas de tratamiento tradicionales ya había fracasado, pues las millonarias obras de las plantas de tratamiento no resolverían el problema en Cuernavaca, donde hay barrancas de 15 metros de profundidad y meter una planta de tratamiento ahí implicaría afectar la barranca y realizar una millonaria  inversión que puede colapsar. Lo que esta empresa propuso es el principio de la fosa séptica: en torres de aceleración se replica el funcionamiento del río. Si uno está arrojando materia que contamina el río, que no sea en las cantidades enormes como ocurre en las barrancas de esta ciudad, el río filtraría esos desechos con el movimiento y la oxigenación, y sanearía naturalmente las aguas. Ellos pretenden acelerar la corriente del río, con la propia gravedad, sin gastar dinero en electricidad, por medio de unas torres de “aceleramiento” o de “tratamiento”. Estaría afuera del río, en una especie de cuadrado, con un registro de un metro ochenta centímetros, se clava a nivel tierra, se genera una pendiente al desaguar. El agua entra y comienza a tratarse como un sistema que la empresa desarrolló y acaba con bacterias, haciendo todo el trabajo, para que al final se desagüe hacia el río cumpliendo con la norma, no como ocurre en la actualidad que son descargas directas de aguas negras al río.

Todos los que están realizando descargas directas se conectarían a ese registro o a esa torre.

En la actualidad en algunos casos hay colectores de aguas negras pero no sirven y la descarga se realiza directamente de ahí a los ríos. Estos colectores quedaron obsoletos porque se basan en el mismo mecanismo que las plantas de tratamiento.

Fue un proyecto ejecutivo que pagó Fundación Río Arronte y se aplicó en el sexenio de Marco Adame.

Esta propuesta fue resultado de la intervención de esta empresa mexicana en una modalidad denominada “amicus curiae” o amigos de la corte: cualquier persona que tenga una opinión técnica o válida para encontrar un mecanismo de solución sobre el caso puede comparecer en juicio y ser oído por el juez; y la empresa de referencia se presentó con el proyecto que se ha descrito.

La solución propuesta ha funcionado en casos similares en Argentina y otros países.

La idea con las autoridades responsables es convenir la posibilidad de que se trabaje con biotecnología y mecanismos alternos, que sean eficientes y tengan bajos costos para que los ayuntamientos hagan el tratamiento de las aguas y el proceso que se requiere para sanearlas.

En Argentina esto se ha probado con mucho éxito. Generan una especie de fideicomiso y excluyen a la autoridad de la administración de la cuenca; asimismo se impone a esta autoridad la obligación de proveer con recursos. Los integrantes del comité técnico de este organismo operador o administrador de la cuenca son ciudadanos, en su mayoría académicos, que definen las condiciones necesarias para que el fideicomiso pueda funcionar y cumplir con su objetivo que es el saneamiento de las aguas de la cuenca.

En Cuernavaca se pueden crear parques lineales y hacer una recuperación de la zona, generar valores y recuperar la vegetación, como como lo hizo Alfonso Sandoval Camuñas cuando fue alcalde; esto genera también reactivación de la economía, porque pueden ser atractivos turísticos.

 

SIETE MIL MILLONES DE PESOS A LA BASURA O EN LA BOLSA DE FUNCIONARIOS

Durante la administración de Felipe Calderón en la presidencia de México y de Marco Antonio Adame Castillo en la gubernatura se puso en marcha el programa de la recuperación de la cuenca del río Apatlaco. La inversión millonaria se estima que fue de siete mil millones de pesos y se supone que se construyeron plantas de tratamiento y colectores o ramales que al día de hoy fracasaron porque no funcionan en su totalidad y el agua sigue muy sucia y ha empeorado.

En el Informe de avances de la Comisión de Cuenca del Río Apatlaco del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, publicado en la gaceta de este instituto en octubre de 2009, consta que en 2008 se habían ejercido cuatro mil 392 millones de pesos y para 2012 se ejercerían un total de mil 423 millones de pesos, derivado de un plan estratégico que incluía 332 acciones para sanear el río Apatlaco.

 

UN PROBLEMA DE ESCALAS MAYORES

Austelio Mendoza puso énfasis en que el problema de contaminación del río Apatlaco es de por sí grave, pero se agudiza con el peligro de contaminación del coronavirus.

“Las proporciones del problema que se avecina, si no se da solución inmediata a la remediación de las aguas del río, es de escalas mayores. Los alcaldes, los organismos operadores y los regidores lo saben, conocen las posibles soluciones pero no tienen voluntad para resolverlo, todo lo ven desde el punto de vista político”, concluyó.

 

 

 

 

Lectura 4 - 8 minutos

Viaja a esa ciudad norteamericana el primer grupo de padres de migrantes durante la contingencia del coronavirus.

Chicago, Illinois. Estados Unidos.- El miércoles 26 de agosto a las 9:20, en el vuelo 686 de Aeroméxico salió del aeropuerto Internacional Benito Juárez de la ciudad de México rumbo al Aeropuerto O’ Hare de Chicago, Estado Unidos, el primer grupo coordinado de veinte padres de migrantes morelenses que radican en esta ciudad norteamericana, después de que su vuelo fuera suspendido en mayo de este año por el cierre de fronteras debido a la contingencia del covid-19.

Los adultos mayores que habían obtenido su visa norteamericana el año pasado por medio del programa Corazón de Plata operado por la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del Morelos arribaron de diferentes municipios y tenían de 10 a más de 30 años de no ver a sus hijos y muchos no conocían a sus nietos.

En el aeropuerto mexicano las medidas de seguridad en los cuatro o cinco filtros incluían cubreboca bien puesto en todo el aeropuerto, toma de temperatura, sana distancia en los turnos y uso de gel para las manos. Aunque este procedimiento retrasaba a los pasajeros, la poca afluencia en el puerto aéreo posibilitó que los usuarios pasaran por los filtros sanitarios y de seguridad de una manera rápida.

A su vez, la Ciudad de los vientos está en la fase 4 de la contingencia por el coronavirus y se continúa manteniendo el distanciamiento social y el cubrebocas; entre los negocios y servicios reactivados están la atención dentro de los restaurantes y bares; museos y zoológicos; salas de concierto; campamentos de verano; reuniones de hasta 50 personas en espacios cerrados y 100 en espacios abiertos. Las escuelas continúan cerradas y hay clases en línea.

El vuelo salió puntual hacia el aeropuerto internacional O’ Hare. Aunque con algunos contratiempos, a las 15:20 de la tarde los adultos mayores estaban ya en Chicago, sentados en el autobús que los trasladaría a un salón, donde serían recibidos por sus hijos y nietos. El presidente de la Federación de Clubes Morelenses, Juan Seiva García, les había dado la bienvenida y los adultos mayores por fin se sentían seguros.

En 15 minutos el camión de pasajeros con los familiares de los migrantes arribó al salón donde los hijos, que habían pagado para que sus papás llegaran desde marzo de este año, los esperaban anhelantes.

El grupo descendió del autobús y uno por uno fueron recibidos dentro del edificio. Hubo aplausos, abrazos y lágrimas de alegría. Los hijos e hijas volvieron a ver a sus padres y los nietos y nietas conocieron a las abuelas y abuelos que sólo habían visto por videos.

Las personas de la tercera edad estarían con sus hijos hasta finales de septiembre; luego regresarán a sus lugares de origen.

 

LOS CONTRATIEMPOS

Nadie de los papás y mamás puede llevar líquidos o gases inflamables (gasolina, pintura, cargas de gas); armas de fuego o explosivos (munición, fuegos artificiales, bengalas, pistolas paralizantes); productos domésticos o industriales (cloro, aerosoles, mercurio o solventes); cerillos o encendedores; corrosivos (ácidos, baterías mojadas, etc.); irritantes, materiales magnetizados; materiales oxidantes (como peróxido); materiales radioactivos; sustancias químicas; portafolios o maletines con mecanismos de alarma, venenos, oxígeno, extinguidores de fuego y otros cilindros de gas comprimido; baterías de ion-litio, incluyendo aquellas instaladas en patinetas eléctricas, ruedas de auto equilibrio y scooter eléctricos; equipos Samsung Galaxy Note7.

A esto hay que agregar que tampoco se puede llevar comida, frutas, verduras, quesos, tamales de pescado, jumiles, tortillas azules hechas a mano en Tepoztlán, itacates, memelas, tlacoyos, chicarrón de cerdo, todos estos artículos prohibidos se quedaron en los filtros del aeropuerto en la Ciudad de México. Aun cuando a los padres se les avisa que hay aparatos de rayos x que detectan todo, no lo creen y llevan escondidos artículos que violan las leyes sanitarias o de seguridad.

Muchos de los adultos mayores tienen problemas auditivos o mala vista y algunas enfermedades como diabetes, hipertensión o lesiones que nos les permiten desplazarse correctamente. Necesitan ir al baño cada media hora.

“¡Por favor, avísenme si van al sanitario; y cuando regresen también!” Sólo dos o tres hicieron caso.

Además es necesario repetirles constantemente dónde están, hacia donde arribarán, qué hora es, qué tiempo estarán allí y cómo es el lugar a donde irán. Coronan estas incertidumbres el miedo a volar.

Media hora antes del despegue y después de pasar lista cada 20 minutos, hacía falta un pasajero. No estaba en la sala 52 ni en la contigua; tampoco en los sanitarios ni en las tiendas.

Se reportó este incidente con los organizadores y se dio aviso al personal de seguridad del aeropuerto. El nombre del pasajero fue voceado varias veces. No aparecía.

Cuando los pasajeros estaban haciendo fila para abordar, apareció un hombre delgado buscando a sus compañeros.

-¿Es usted fulano de tal?

-Sí. Es que quería un café y una torta, pero aquí el café costaba cincuenta pesos y la torta ciento veinte y me fui a buscar más barato pero no encontré…

María tiene diabetes y requería aplicarse insulina a las 9:30. Dentro del avión se solicitó ayuda a las sobrecargos pero la negaron porque dijeron que no podían mantener contacto físico con los pasajeros. Buscamos entre las mujeres quién podía ayudarnos pero nadie sabía; por fortuna la propia María dijo que ella había estado practicando inyectarse sola y, dentro del sanitario de la aeronave se pudo aplicar el medicamento.

Debido a la contingencia sanitaria Aeroméxico no da sus tradicionales lonches. Los pasajeros sólo recibimos una bolsita con 13 cacahuates y una bebida de coco con sabor a desinfectante. Mal para varios morelenses que habían salido desde su lugar de origen a la una de la madrugada, habían llegado a Plan de Ayala en Cuernavaca, Morelos, a las tres y al aeropuerto a las seis y media, y de ahí a las 9:20 de la mañana, con el estómago vacío.

Durante el vuelo las azafatas repartieron formatos donde vaciábamos información sanitaria sobre nuestro estado de salud actual y de tres meses anteriores, sobre nuestros viajes a “China” y otros detalles que, por supuesto negamos.

En esta etapa del viaje debieron repartir formatos donde se deben anotar los datos generales del pasajero, número de pasaporte, aerolínea, vuelo, dirección y teléfono de quien los recibe, si va en plan de negocios, si lleva más de diez mil dólares, etcétera. No entregaron estos documentos y, debido a la contingencia sanitaria por el coronavirus se podía entender que no los necesitarían, pero más que dispensa fue olvido.

 

EL QUESO, LOS CHILES, LOS AGUACATES, EL PERRO LA MUJER POLICÍA Y MARÍA

Bajamos del avión y nos dirigimos a la revisión final. En la entrada una agente de migración nos ordenó que llenáramos los formularios escritos en inglés que la azafata debió entregarnos durante el vuelo. Llenar uno es tardado, llenar veinte nos llevó más de 40 minutos.

Veinte personas de más de sesenta años y una mujer angustiada que no pertenecía al grupo de adultos mayores esperaban en fila que yo les ayudara a llenar ese formato para entrar a Chicago. Uno por uno, los hombres y mujeres fueron pasando junto a mí con su pasaporte para anotar los datos, como la fecha de nacimiento y numero de los documentos. Con la esquina del ojo vi a una mujer de la Policía Migratoria altísima, rubia. Llevaba un perro pinto, orejón, pasándolo por cada uno de los migrantes. El silencioso can se detuvo frente a María, una mujer menudita que llevaba una bolsa apretada en su regazo; la olisqueaba con insistencia. “Marcaba”, dirían los adiestradores. Con frases en inglés la oficial le dijo a la mujer que abriera su maleta y extrajera lo que llevaba. María no entendió y la oficial tuvo que repetir la orden en un español quebradizo. La mujer mayor sacó una bolsa, dentro de ésta dos más, en una llevaba varios chiles verdes y dos aguacates y en la otra un pedazo de queso. La policía sonrió y le ordenó que se los entregara, le dijo en español que esos artículos estaban prohibidos y que no sabía cómo los había podido pasar; abrió una bolsa de plástico que llevaba en una cartera, dejo que María metiera los “regalos” para su hijo, cerró la bolsa y se marchó, moviendo la cabeza de un lado a otro; el perro la seguía a un lado, muy orgulloso por haber detectado el cargamento clandestino, a unos metros de salir a la libertad en territorio estadounidense.

Sin problema y después de comprobar nuestros datos, el policía migratorio nos entregó nuestros documentos y salimos de aeropuerto O’ Hare. Un autobús nos esperaba para llevarnos a nuestro destino final.

 

 

 

Domingo, 23 Agosto 2020 07:18

Fernanda en la universidad

Lectura 3 - 6 minutos

“También quiero decirte que me dieron mis resultados en la UAEM y pasé el examen”

Lectura 5 - 9 minutos

Fátima es optimista y quiere ser veterinaria.

Fátima tiene doce años y sufrió quemaduras de segundo y tercer grados en la cara, cuello, brazos, mano y pecho. Necesita cirugías y tratamientos que su familia no puede pagar en su totalidad, porque es de escasos recursos económicos. En la entrevista que se tuvo con la mamá, está nos contó lo difícil que ha sido la vida de su familia después del accidente.

 

EL ACCIDENTE

El día domingo 5 julio a las 20:30 horas, ella y sus primos se encontraban en la casa de los familiares de su papá, en Panchimalco, e hicieron una fogata en el patio para quemar bombones. Como vieron que la llama disminuía su intensidad Fátima, que llevaba el cabello largo y suelto, fue por una botella de alcohol. Al abrirla se vertió parte del líquido en el cuerpo y al echarlo al fuego para avivarlo, las llamas subieron quemando su pelo, su cara, y casi todo su cuerpo.

 

LAS HORAS DE ANGUSTIA

De inmediato, sus familiares la llevaron al Hospital General Dr. Ernesto Meana San Román, donde le dieron los primeros auxilios, pero carecían de lo necesario para atenderla. Esto se agravó, además, porque ese es un hospital que atiende a infectados por coronavirus y la espera para la atención fue muy prolongada.

Los familiares de Fátima llamaron a Mayra, quien se encontraba laborando a esas horas.

Su cuñada le avisó por celular que su hija se encontraba en el área de Urgencias del hospital porque había sufrido quemaduras, pero que se tranquilizara porque “no eran graves”, Mayra se trasladó al nosocomio y llegó a las 21:00 horas.

De ahí comenzó un tiempo de miedo, angustia, dolor, desesperación y llantos para Mayra y su niña. Fátima estaba de pie y no había sido atendida, su madre la vio muy quemada y se aterrorizó. Ella me pedía que la soplara y la soplara, por las quemaduras. Cuando salió el médico de guardia les dijo que no tenían el equipo necesario para darle tratamiento a la niña. El lunes por la mañana la trabajadora social del hospital logró contactar a un hospital privado y lograron trasladarla de Jojutla, Morelos, al Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados (CENIAQ), en la Ciudad de México.

Fátima iba con ámpulas en todo el cuerpo y con los ojos cerrados, se temía que el fuego la hubiese dejado ciega y afectado sus vías respiratorias. Después de muchas horas de atención y cirugías la niña fue dada de alta y se le permitió el regreso a Morelos.

Fátima tuvo quemaduras por fuego directo de segundo y tercer grado “que le ocasionó lesiones en la región facial, tórax y extremidades, quien ha requerido manejos en el área de quemados, así como dos cirugías hasta el momento, la última el día de hoy. Se requerirá continuar con manejo médico en centro especializado durante un tiempo aproximado de siete días más…”, se puede leer en una constancia expedida el 21 de julio de 2020 por el área de Trabajo Social, del Instituto Nacional de Rehabilitación de Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados (CENIAQ), en la Ciudad de México.

De acuerdo con la página www.stanfordchildrens.org, las quemaduras de segundo grado (espesor parcial), involucran la epidermis y parte de la capa de la dermis de la piel. El sitio de la quemadura se ve rojo, con ampollas y puede estar inflamado y ser doloroso; las de tercer grado (espesor total), destruyen la epidermis y dermis y pueden dañar el tejido subcutáneo. La quemadura puede verse blanca o carbonizada. La zona afectada pierde sensibilidad.

Testimonios de personas que han sufrido quemaduras similares a las de la niña refieren que no habían pasado por dolores tan intensos y que requirieron de largos y costosos tratamientos y cirugías para recuperarse, no en su totalidad, porque estos accidentes dejan secuelas imborrables.

 

UNA MADRE AFLIGIDA

Mayra Araceli Téllez Padilla es mamá de tres mujeres: una de 16, otras de 18 y Fátima. Todas estudian. Trabaja 24 horas y descansa 24 horas, como policía auxiliar en Seguridad Pública, en Jojutla.

No tiene basificación y despende del Ayuntamiento. Vive con sus hijas y su pareja en la unidad habitacional San Jerónimo, en las orillas de la cabecera municipal de Jojutla; el departamento es de interés social y paga renta.

El domingo 16 de agosto, por la tarde, cuando Mayra nos invitó a su casa, tenía una venda en la rodilla: se había lesionado en el trabajo y nos atendió en la sala-comedor.

Al fondo estaba su hija, muy tranquila, recostada en un sillón, con la ventana abierta y frente a un ventilador prendido. Jugaba con un traste y unas cuentas de plástico de color - en realidad ejercitaba sus manos, ya que el fuego llegó a los ligamentos de algunos dedos- una imagen de paz y calma contraria a la que Mayra vio el domingo 5 julio en el área de Urgencias del Hospital.

Mayra platicó que le aflige su situación económica, porque en el trabajo que tiene gana muy poco, la mitad se le va en el pago de la renta del departamento y con lo demás resuelve los servicios básicos de su hogar, además de la educación y alimentación de sus hijas.

Ahora con la atención que requiere Fátima los gastos se dispararon mucho y no le alcanza: sus familiares, amigos y conocidos han reunidos dinero y se lo han dado para que se ayuda con las citas a las que ha tenido que acudir a la Ciudad de México.

Como en el hospital de Jojutla no la pudieron atender, tuvo que trasladarla a uno de la Ciudad de México. Las cirugías, curaciones y atenciones salieron en más de 23 mil pesos, que tuvo que pagar. Desde luego, ella no liquidó la totalidad, tenía ahorros, y conocidos, amigos y familiares cooperaron de manera altruista, lo que Mayra agradece.

Relató, angustiada, que el tratamiento que necesita Fátima es largo, doloroso, y que no tiene suficiente dinero para pagarlo, a pesar de que de acuerdo con el examen socioeconómico que le realizaron en el Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados, de la Ciudad de México, está pagando una cuota baja.

“Las primeras semanas hicimos más de 15 viajes; todo lo pagamos nosotros. Fuimos el 10 de agosto, vamos a ir el 31 de este mes y también al 14 de septiembre. Son muchas citas. Yo pago los pasajes y si tengo que alimentar a mi hija también, la consulta, los medicamentos, las curaciones. Para el tratamiento actual de Fátima tengo que comprar unos apósitos, que duran diez días y que cuestan setecientos pesos la caja. Cada mes necesita implantes, sobre todo en la cara porque no quiere cicatrizar, y también habrá que comprar una máscara y un chaleco. Por cinco piezas que ya le hicieron fueron, por ejemplo, setecientos ochenta pesos. Tenemos consulta con el cirujano, con la psicóloga, con la terapista, con las personas que le hacen los guantes y las mangas. Fátima va a poder salir hasta que los implantes funcionen y hasta que tenga ya una máscara que la proteja y eso va a tardar no sé cuántos meses. A veces no podemos irnos en autobús porque a Fátima se le pueden infectar las heridas y por la sana distancia, así que contratamos taxi o nos llevan en coche particular, pero también debemos pagar casetas, gasolina y demás cosas”.

Mayra relató que no se deja caer, el amor por sus hijas la levanta, a pesar de que ha pasado situaciones muy difíciles estos últimos meses porque falleció su papá y luego su mamá.

Trabajó por un tiempo en ventas, en una mueblería, después se preparó como estilista y con muchos sacrificios puso una estética. Trabajaba por la mañana y por la tarde abría la estética, con eso pudo mantener a su familia, pero después no pudo más y tuvo que dejar el trabajo de la estética.

“Tengo la firme intención de entrar a la academia para policías. Hay un curso de preparación, le da a uno una beca pero no alcanza para dejar pagadas las necesidades y requerimientos de mis hijas mientras tomo el curso para entrar a la Comisión Estatal de Seguridad Pública en donde pagan un poco mejor y hay más prestaciones, y eso me permitiría darle una mejor vida a mis hijas. Eso es lo que quiero. Estuve ahorrando pero sucedió lo de mi hija y ya no pude, estuvo bien porque fue para una emergencia, pero ahora debo comenzar a ahorrar de nuevo para intentarlo”.

Se preguntó a Mayra que si aceptaba donativos para ayudarla con el tratamiento de la niña y dijo que sí. Proporcionó los siguientes datos: cuenta Santander nómina: 55791003449993 a nombre de Mayra Araceli Téllez Padilla.

 

QUIERE SER VETERINARIA O DISEÑADORA

Fátima es una niña que parece no darse cuenta de lo que le pasó, aunque su mamá nos contó que tiene terror a las estufas y en general al fuego, razón por la que está siendo atendida por una psicóloga. Tiene una voz delgada, es muy expresiva con sus ojos, su boca y sus manos, es optimista. Se tuvo lo oportunidad de estar cerca de ella, guardando la sana distancia, para hacer unas fotos de algunas de sus quemaduras, a lo que ella accedió previo permiso de Mayra.

Casi por concluir la entrevista se le preguntó a Fátima qué va a ser cuando sea grande y contestó: “quiero ser veterinaria, me gustan mucho los animales, aunque también me gustaría ser diseñadora de modas”.

 

 

Lectura 1 '

Un asalto se registró, la tarde de este viernes, en una unidad del transporte público colectivo -ruta 1- en la avenida Morelos, en Cuernavaca; dos mujeres resultaron lesionadas.

El hecho ocurrió alrededor de las 14:00 horas, en el que tres hombres habrían utilizado un cuchillo para amenazar a los pasajeros de la unidad.

Al sitio arribaron elementos policiacos y paramédicos de la Cruz Roja, quienes atendieron a dos mujeres, quienes son hermanas; una de ellas tendría probable lesión en la cadera y la otra presentaba crisis nerviosa.

Policías indicaron que los presuntos asaltantes fueron detenidos, tras ser identificados por algunos de los pasajeros.

Lectura 1 '

—Fotonota—

En la parroquia de San Antón, en la colonia del mismo nombre, este domingo y después de más de tres meses de inactividad reiniciaron las misas presenciales, con la aplicación de protocolos de sana distancia y de poca concentración de feligreses.

Sábado, 08 Agosto 2020 05:50

Zapata en el tiempo y la memoria

Lectura 6 - 12 minutos

A 141 años del nacimiento de jefe del legendario Ejército Libertador del Sur.

Imelda Leticia Zapata Espinoza y su hijo Edgar Rafael Castro Zapata se sientan en unos cómodos sillones al lado de la puerta. A su derecha hay un breve altar con fotografías familiares; en la pared, detrás de ellos, se levantan dos figuras de pie de tamaño natural, la de Emiliano Zapata Salazar pintado en una manta empuñando un rifle y sobre el muro su hermano Eufemio Zapata Salazar. Son las 10:56 horas.

En una esquina de este hogar donde vivió Mateo Emiliano Zapata Pérez, hijo del general, hay una mesa pequeña de madera fina; tiene patas grabadas en forma de garras de águila sostenidas por esferas de cristal. Este mueble servía como escritorio para redactar correspondencia; seguramente el secretario se sentaba en una silla ordinaria y le volaban las manos cuando el general Emiliano Zapata Salazar, dando pasos largos frente a él, le dictaba una carta, alguna contestación o párrafos de lo que sería posteriormente el Plan de Ayala. La mesa perteneció a algún hacendado y fue ”expropiada” para servir a una noble causa.

Sobre el mueble hay tres balas de cañón de la época, dos espuelas con discapacidad usadas por el general y un sable dentro de su funda de metal.

La vaina está oscura, sobre ella han caído muchísimos instantes de tiempo que lo han alejado de las batallas y de las ceremonias importantes en donde era uno de los protagonistas.

Edgar Castro Zapata lo toma en sus manos, como seguramente lo ha hecho muchas veces a solas, y lo saca de su funda; el roce del metal con el metal despierta la memoria del arma y Edgar relata que es el sable que usó su bisabuelo en la fotografía más emblemática tomada en 1911 en el Hotel Moctezuma. El general está retratado de cuerpo entero: un metro sesenta y nueve centímetros de valentía, ensombrerado y vestido de charro, cruzado por sus cananas y por una banda. Con la mano derecha levanta a media altura un rifle, con la izquierda empuña el arma punzocortante. De su lado izquierdo hay dos soldados suyos, uno sentado y el otro recargado en un muro de ladrillos. No miran a la lente ni al bulto dónde se ocultaba el impúdico retratista, sino al lado izquierdo. Lo que estaban observando o a quien están mirando se desconoce, la espada no quiere revelarlo o ya no lo recuerda.

Imelda permanece callada, mira en el pasado los hechos que tantas veces ha leído o escuchado sobre su abuelo.

Edgar va tendiendo puentes entre los hechos que hemos leído en libros o que están ilustrados en las fotografías de sobra conocidas del Caudillo del Sur y otros que no están consignados, pero que ocurrieron y se cuentan de boca en boca entre las familias de quienes los presenciaron.

El parte

La muerte de Emiliano Zapata Salazar el 10 de abril de 1919 fue un hecho que los grupos de poder estuvieron buscando durante mucho tiempo y que culminó con su asesinato en la hacienda de Chinameca.

El coronel Jesús Guajardo y el presidente de México de ese entonces, Venustiano Carranza, no querían que hubiera duda que habían matado al caudillo del Sur, porque muchas veces lo habían intentado. Además, necesitaban que el pueblo se enterara de que el ejército había cobrado la vida del jefe suriano en batalla, no de la manera en que ocurrió, es decir, en una emboscada y a traición.

Edgar mostró un documento original de puño y letra (ológrafo) con una bellísima caligrafía en tinta china azul, firmado en Cuautla, el 12 de abril de 1919 y dirigido al presidente municipal de Tetecala, el Srio. Gral. de Administración; un tal Gral. y Licenciado J. E. Aguilar, expone:

“Tengo el honor de comunicar a usted el combate sostenido por fuerzas comandadas por el cabecilla Emiliano Zapata en contra de fuerzas leales, al mando del C. Crel. Jesús Guajardo; fue muerto el primero de éstos en tal acción, cuyo cadáver fue conducido a esta ciudad en donde será expuesto a expectación pública. Se comunica a usted para su conocimiento y en toda la jurisdicción a su cargo…”

La filmación de la muerte de Zapata

Hay fragmentos de películas en blanco y negro en donde se documenta el cadáver del general y su entierro: el gobierno insistía en enseñarlo ante el pueblo como un trofeo y que constara de manera indubitable que el caudillo del sur o el “cabecilla” no estaría dando más problemas.

Hay evidencia de que el asesinato de Emiliano Zapata Salazar fue documentado por medio de una película.

El historiador Fernando del Moral González, escribió un artículo interesantísimo denominado “El cine sobre Emiliano Zapata y la lucha por la tierra”. En él asegura que hay una filmación de la ejecución de Zapata en Chinameca.

De acuerdo con Edgar Castro Zapata, una vez que el general es asesinado en Chinameca, Guajardo lleva el cuerpo, a lomo de bestia, hasta Cuautla. En la información oficial se comunicaba que ya habían matado a Zapata y que “iba” para Cuautla, pero había incertidumbre porque muchas veces, durante el tiempo que duró la rebelión en el sur, se había dicho que habían “capturado” o habían “matado” a Emiliano, pero no era cierto. Entonces, Pablo González, el jefe militar, no sabía si era el propio Zapata, vivo, que viajaba hacia Cuautla con Guajardo.

Cuando por la noche llega el cuerpo de Emiliano a Cuautla piden al jefe de escoltas de Zapata, un muchacho de 25 años de nombre Eusebio Jáuregui, que identifique el cuerpo, pero éste se niega a reconocerlo.

Pablo González recopila la información. Mandan a Salvador Toscano a que documente el sepelio (la filmación del sepelio de Zapata fue patrocinada por la Azteca Films y fotografiada por Enrique Rosas) y éste filma el cuerpo en el Palacio Municipal, en ese entonces la Comandancia de Policía; ahí expusieron los restos del general. Luego se puede ver en la película el cortejo fúnebre rumbo al panteón municipal.

Fernando del Moral González afirma que consultó varias fuentes que le aseguraron que existe una filmación de la ejecución de Emiliano Zapata en Chinameca, que sirvió a Pablo González para documentar la muerte de caudillo del Sur, y que debió estar en poder de Venustiano Carranza.

Édgar considera que esta película debe darse a conocer a los mexicanos, es una parte muy importante de una verdad que pertenece a los morelenses y a la nación. Y este gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador podría ser el que mandara a hacer una investigación exhaustiva y, en su momento, difundir este fragmento de la historia de la revolución tan importante para México.

“Uno de los objetivos que tenemos (es) el resguardo del acervo de la memoria zapatista, para preservar y difundir la herencia de los mexicanos; no es exclusivamente de la familia Zapata, sino de los morelenses, de los mexicanos, incluso es patrimonio de la humanidad: Emiliano Zapata es hombre, real, de carne y hueso, que trascendió en el Siglo Veinte como uno de los máximo líderes del agrarismo”.

 

Eufemio

De acuerdo con Edgar, un mito que se ha desmentido y en el que es necesario insistir es en el de la muerte de Eufemio Zapata Salazar. El 18 de junio de 1917 cayó abatido en una de las calles principales de Cuautla, Eufemio Zapata, a manos de un subordinado suyo, Sidronio Camacho.

Desde los primeros decenios del siglo pasado se difundió, con bastante éxito, la versión de que Eufemio habría sido acribillado por Camacho, en un vulgar pleito de cantina, y a la leyenda se le fueron agregando detalles para oscurecer la historia. Sin embargo, el contexto político en el que ocurre el crimen y los documentos disponibles permiten presentar otra hipótesis. Sidronio Camacho y Napoleón Caballero, subordinados de Eufemio Zapata, general y jefe de la plaza de Cuautla, fueron cooptados por los generales Cirilo Arenas y Vicente Rojas, poco antes de asesinarlo.

En “La muerte de Eufemio Zapata”, Edgar Castro Zapata traza algunos rasgos de su tío bisabuelo.

“El Flaco”, Eufemio, era quince años mayor que Emiliano, y cumplía para el general las comisiones de más confianza. En combate conquistó el grado de general por su valentía y coraje dentro de la revolución zapatista.

De acuerdo con Simón Pineda Barragán, teniente de caballería, el general Eufemio era un hombre muy enérgico y muy decisivo , casi en lo más malo que en lo bueno, lo que no fue el general Zapata, porque el general Emiliano era un hombre muy recapacitado, no hacía las cosas con violencia, primero las estudiaba para resolver lo que debía de hacerse, lo que no era don Eufemio.

El 2 de diciembre de 1914, el Ejército Libertador de Sur ocupó la Ciudad de México. Luego entró la División del Norte -ambos en el acuerdo de la Soberana Convención de Aguascalientes- y fue Eufemio el encargado de entregar el Palacio Nacional al nuevo presidente provisional Eulalio Gutiérrez. Es famoso su discurso en el Salón Embajadores, a veces adjudicado erróneamente a Emiliano, en cuya parte principal decía:

“Cuando los hombres del sur nos lanzamos a la revolución para derrocar a los dictadores que por la fuerza se habían posesionado de la silla presidencial, hice yo una solemne promesa a mis muchachos: la de quemar la disputada silla, tan pronto como hiciera mi entrada a la capital.

“Esa silla yo creo que tiene un talismán de mal agüero. Porque he notado que todos los que en ella se han sentado, no sé por qué extraño maleficio, se olvidan de sus promesas y compromisos que hicieron y su único sueño dorado es el de permanecer por el tiempo que mayor les fuera posible sentados en esa silla. 

“Cuando mis hombres tomaron la capital de la república -continuó Eufemio Zapata-- y vine a México, mi primera visita fue al Palacio, con objeto de cumplir la promesa que hice a mis soldados. Pero me encontré con que se la llevó Carranza con la intención, según cuentan que dijo, de sentirse presidente de la república cada vez que se sienta en ella.

“Nosotros los hombres del sur, nos lanzamos a la revuelta no en pos de conquistas de puestos públicos, ni para habitar esplendentes palacios donde pisar alfombras, ni usar magníficos automóviles, como hicieron otros. Nosotros hemos venido peleando por derrocar las tiranías y conquistar con nuestras armas las libertades a las que tanto hemos aspirado, y que a nuestros hermanos les sea impartida la justicia.

“Ya irá usted a Morelos, señor presidente, y se convencerá de lo triste y desolada que está mi tierra natal, con sus pueblos incendiados, con nuestros hogares destruidos por esa gente que no tuvo corazón. Los de Morelos carecen hasta de pan, y yo mismo y mis hijos no tenemos hogar, pero nunca desfallecimos por la conquista de nuestras libertades tan anheladas. Jamás desmayamos ni aún en los momentos de mayor prueba, cuando cansados, fatigados y sin ningún alimento contentábamos para quitar nuestra hambre, con un puñado de habas tostadas”.

Con el tiempo, Eufemio se fue a radicar a Cuautla, donde tenía su casa y era jefe de plaza. Todos saben que apenas aparecía la figura alta en el dintel de la puerta, ya había un grupo de mujeres, niños y viejos esperándolo, tratando de adivinar su estado de ánimo. Si lo veían sonreír, se precipitaban a saludarlo, y él vaciaba los bolsillos para ofrecerles los centavos que traía. En cambio, si lo veían con el ceño fruncido, manteniendo los labios apretados, daban la vuelta rápidamente y echaban a correr, dispersándose. Y es que tenía un genio de los mil diablos.

Los restos de Eufemio Zapata descansan en el panteón municipal de Anenecuilco, Morelos; hace tres años, la familia de Edgar dispuso develar una placa en el lugar en donde está enterrado, como un homenaje póstumo por las batallas que libró en el legendario Ejército Libertador del Sur.

 

Sobre el tiempo y la memoria

En esta plática que concluimos a las 12:17 horas, brincamos de un instante a otro, de un personaje a otro, entramos y salimos por un lapso de más de 140 años y meses, sin un orden cronológico. Ésta es la única facultad que tenemos los humanos de alterar eso que se llama tiempo y que no perdona vidas, aunque estás sean esplendorosa y se apaguen muy pronto, como la del general Emiliano Zapata Salazar.

Otro sí. Durante toda la entrevista estuvieron presente la señora Imelda Leticia Zapata Espinoza y su hijo Edgar   Castro Zapata, el licenciado Pedro Martínez Bello y su hijo, un joven de ojos grandes de nombre Daniel Martínez Marquina, que supo algo más sobre la vida de un hombre lejano, la periodista Yesenia Daniel Ménez, y el suscrito. Queda para constancia el día domingo veintiséis de julio del año dos mil veinte en la Ciudad de Cuautla, Morelos, México.

 

 

 

 

 

 

Lunes, 03 Agosto 2020 05:56

ZAPATA INÉDITO

Lectura 3 - 5 minutos

Presentarán libro con fotografías que esclarecen pasajes de la vida del Generalísimo.

Algunas imágenes inéditas del Caudillo del Sur desmienten la historia oficial

Sin precisar la hora ni desde qué lugar, Édgar Castro Zapata, presidente de la Fundación Zapata y los Herederos de la Revolución, A. C., reveló que el libro “A 100 años. Iconografía de Emiliano Zapata” se presentará el 7 de agosto de este año, de manera virtual y en el marco de la conmemoración de los 141 años del nacimiento de su bisabuelo el general Emiliano Zapata Salazar.

En entrevista, el historiador y director del Instituto Pro-Veteranos de la Revolución del Sur, A.C., reveló que en el libro existen documentos y fotografías inéditas que esclarece pasajes de la vida de Zapata y otras que desmienten la historia oficial.

De acuerdo con Edgar Castro Zapata, el objetivo principal del volumen coordinado por él y por el doctor Felipe Ávila, presidente del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), es dar una dimensión nacional e internacional al legado de Zapata.

Invitamos a historiadores emblemáticos como John Womack, Jr., de la Universidad de Harvard (“A la memoria de mi general Zapata en el centenario de su muerte 10 de abril de 1919-10 de abril de 2019) y al doctor Adolfo Gilly (“El azar y la necesidad: Ángeles, Zapata y la Convención de Aguascalientes”), con la finalidad dar a conocer la vida de Zapata y el Zapatismo con imágenes inéditas y poco conocidas.

“A 141 años de su nacimiento, Emiliano Zapata está vivo, no por las acciones del gobierno, sino por la voluntad del pueblo, por la conciencia del pueblo”, afirmó el entrevistado.

Está obra se encuentra dentro de la colección Clásico del Zapatismo, y fue editado por la Secretaría de Cultura y el INEHRM, en México, a finales del año 2019, contiene 122 páginas, en formato impreso y electrónico.

En el volumen, Rafael Hernández Ángeles refiere que las fotos provienen de tres acervos importantes: la Fototeca Nacional del INAH, el Archivo Gráfico de El Nacional, bajo resguardo del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), organismos pertenecientes a la Secretaría de Cultura y del Instituto Pro-Veteranos de la Revolución del Sur, A.C., dirigido por el bisnieto del caudillo, el historiador Édgar Castro Zapata. La contribución del Instituto Pro-Veteranos es invaluable, sus fotografías, familiares e íntimas, así como los documentos que resguarda, aportan una visión poco conocida del héroe, y también abre una puerta poco conocida para investigadores y estudiosos del tema.

El libro muestra 115 fotografías, que incluyen, a decir de los presentadores Felipe Ávila y Édgar Castro Zapata, las mejores fotografías del líder suriano, de su entorno, de sus compañeros y familiares y de los homenajes en su honor, unas muy conocidas, otras menos, así como imágenes inéditas.

De acuerdo con Castro Zapata, una de las fotos que no se había conocido es la incluida en la página 97 y con la cual se derrumban algunos mitos. En 1911 algunos hacendado invitaron a un banquete en Cuernavaca a Francisco I. Madero y -de acuerdo con varios libros de historia- Emiliano Zapata no asistió a ese banquete, pero en el libro está la fotografía del general saliendo del Jardín Borda con Madero, después del banquete: “Francisco I. Madero y Emiliano Zapata en el Jardín de la Borda en Cuernavaca, Morelos. 1911. Fondo: DeGolyer Library de la Universidad Metodista del Sur. EU.”, se anota al pie.

Nuestro objetivo no es que el ocho de agosto quedé como una fecha de efemérides, tenemos que hacer un ejercicio de reflexión. Como historiadores nos preguntamos: ¿nos sirve entender nuestra historia, nuestro pasado? Claro que nos sirve, para ser críticos de nuestro presente. A ciento cuarenta y un años del nacimiento de un líder emblemático como Emiliano Zapata qué tanto ha avanzado la sociedad morelense en lo político, en lo social. Que nos sintamos los morelenses capaces de liderazgos. Zapata fue un ser humano, un líder campesino de Anenecuilco, con un sentido de pertenencia y congruencia, que le valió ser asesinado por el entonces presidente de México Venustiano Carranza, porque no quería simulaciones, quería la tierra para los campesinos, quería la libertad municipal de su entorno. Si el general tuvo sólo instrucción básica y le han dedicado libros en todo el mundo y es uno de los morelenses más internacionales, ¿por qué no lleva un morelense las riendas de nuestro estado? El objetivo de este libro es que nos sintamos identificados con Zapata y arraigados a nuestras raíces, concluyó Édgar Castro Zapata.

 

 

 

 

Lectura 7 - 14 minutos

“La actual Legislatura tiene una oportunidad histórica para sentar las bases de un Poder Judicial digno de los morelenses, y para ello debe escoger muy buenos perfiles de magistrados”.

“El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) llegó a sus máximos niveles de corrupción, tocó fondo, durante la administración de María del Carmen Verónica Cuevas López; tenemos ahora una oportunidad histórica para recomponerlo”. Así lo dice Carlos Iván Arenas Ángeles, magistrado del TSJ de Morelos.

El 14 de julio circuló en redes sociales y en los portales de noticias la resolución de la Suprema Corte de Justicia de Nación (SCJN) por la cual se declaró nulo el Decreto 1613 del gobierno del Estado de Morelos que extendió de 14 años a 20 el periodo en el cual los magistrados podrían permanecer en el cargo (antes de ello, los magistrados duraban seis años, al concluir eran sometidos a revisión por los diputados y podrían ser ratificados por un segundo periodo de ocho años). La consecuencia inmediata de esta resolución contenida en el expediente 20/2017, es que los magistrados Miguel Ángel Falcón Vega, Rocío Bahena, María del Carmen Verónica Cuevas López y José Valentín García; Jorge Estrada Cuevas y Martín Jasso Díaz deberán dejar sus lugares para que sean ocupados por magistrados nuevos, elegidos por el Congreso del Estado.

 

PAGO DE FAVORES

Esta extensión en el encargo, para Carlos Iván Arenas, fue un capricho del poder, resultado del pago de favores del entonces gobernador Graco Luis Ramírez Garrido Abreu al grupo de María del Carmen Verónica Cuevas López. La utilidad práctica era blindar a Graco Ramírez de un probable juicio político o denuncias penales en su contra y atacar al actual gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, ya que esta extensión del poder ocurrió en el momento en que éste era alcalde de Cuernavaca sujeto a juicio político y fuerte aspirante a la gubernatura del estado. Desde luego, hubo complicidad con los diputados que integraban la LIII legislatura.

Vale la pena transcribir el fragmento del Decreto número 1613, publicado en el Periódico Oficial “Tierra y Libertad” número 5477, de fecha veinticuatro de febrero de dos mil diecisiete, declarado nulo por la Corte:

“Los Magistrados del Tribunal Superior de Justicia, rendirán su protesta ante el Pleno del Congreso o la Diputación Permanente, durarán en su cargo catorce años contados a partir de la fecha en que rindan protesta constitucional y solo podrán ser privados del cargo en los términos que establece esta Constitución y las Leyes en materia de responsabilidad de los servidores públicos.” “DISPOSICIONES TRANSITORIAS: PRIMERA.- SEGUNDA.- TERCERA.- Los Magistrados que se encuentren en funciones en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos, en el Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes del Estado de Morelos, así como los del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Morelos, al hacerse la declaratoria a la que se refiere la disposición transitoria primera, por esta única ocasión, durarán en su encargo hasta cumplir veinte años contados a partir de la fecha de su primera designación, sin perjuicio de la aplicación de la disposición constitucional que establece el retiro forzoso por razón de edad y gozarán del haber de retiro en la forma y términos que determinen los ordenamientos correspondientes.”

Al día de hoy y de acuerdo con el director General de Análisis Estratégico de la Gubernatura, Gerardo Becerra Chávez Hita, hay tres denuncias formales en contra de Graco Ramírez. Otras más se interpusieron por los diputados actuales en contra de las ex legisladoras Beatriz Vícera Alatriste y Hortencia Figueroa Peralta.

 

EL TRIBUNAL TOCÓ FONDO

Según Arenas Ángeles, durante esa época al frente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos, María del Carmen Verónica Cuevas hizo y deshizo a su antojo.

Estos seis años hubo exceso y un abuso del derecho y del cargo, algo que no debe ocurrir en la casa de quienes imparten justicia. Ocurrieron casos de nepotismo, de corrupción y de excesos en la función del ejercicio público.

El entrevistado relata que cuando a petición de la magistrada María del Carmen se extinguió el Consejo de la Judicatura, que es el órgano de control de la decisión interna del propio Poder Judicial, no hubo quien ejerciera un control a ella y a su grupo.

Otro caso fue el del actual presidente del Tribunal, Rubén Jasso Díaz. Ejerció el cargo cerca de ocho años como magistrado consejero, cuando la propia Constitución establece que debe durar seis años.

Así, en el momento en que termina el periodo la magistrada presidenta nombra como contralor interno a un afín a su grupo, Rodolfo Barrio Morales, esposo de la magistrada Elda Flores León, pero como ésta representaba a los magistrado en el Consejo de Administración del Tribunal ocurre un conflicto de intereses porque el contralor interno es el encargado de vigilar la actuación del tribunal.

María del Carmen Verónica Cuevas también permitió que su hermano fuera nombrado asesor.

Según el entrevistado, como en cualquier organismo o institución, en el Tribunal ha habido divisiones. La diversidad de opinión a veces llega a separar los grupos, hay quienes no entienden que forman parte de un órgano colegiado y que tus opiniones pueden ser diferentes a las de su compañero, pero en el TSJ estas diferencias rompieron los límites:

“Yo lo señalé, no podemos jactarnos de decir que hay una carrera judicial, cuando los nombramientos de los jueces los haces de manera contraria a lo que establece la Constitución. En todo el periodo de administración de la magistrada Cuevas, no hubo una elección o designación de jueces a través de un examen de concurso de oposición, como lo marca la Constitución. Son designaciones de manera directa y eso afecta a la autonomía y a la independencia del juez, porque su jefe será la presidenta o el magistrado que lo propuso, no tendrá una libertad; en cualquier momento que le pida un favor o algo pues va a acceder. Hay 11 jueces que están siendo investigados por sus presuntos nexos con la delincuencia, uno está ya siendo procesado.

Arenas Ángeles dijo que este periodo de extrema corrupción debe de quedar como un ejemplo que sacuda y se cimbre la estructura del Poder Judicial, y ojalá y pueda caber este resultado en la reflexión para cambiar la actitud de quienes están todavía en el Tribunal, y para quienes llegan que sepan que hay un límite, que sepan que lo importante es cumplir y hacer valer la Constitución. Están en esa parte donde ya tocó fondo la institución, no puede caer más. A partir de estos nombramientos tiene que haber una nueva forma de gobernar dentro del Poder Judicial.

“El poder empobrece el alma, y estos excesos son el resultado de la ambición del poder. Nos hemos apartado muchos de los magistrados de los valores y de los principios éticos, que son un elemento esencial para la función que nosotros desempeñamos, nos hemos apartado de esas virtudes que como juzgadores debemos aplicar. Ésta es una invitación a la reflexión. No es lo mismo que concluya tu cargo, a que te cesen. Ellos están siendo cesados”, explicó.

 

LA CONVOCATORIA

En el transcurso del mes de agosto el Congreso deberá lanzar la convocatoria, que debe ser abierta, para la elección de los nuevos magistrados. En términos de lo que establece el último capítulo la Ley Orgánica del Congreso y de lo que ordena la Constitución, existe una disposición de paridad de género.

Según el entrevistado, la convocatoria, además, debe ser transparente; los medios de comunicación, actores políticos, los magistrados, jueces, la sociedad, la comunidad jurídica, el sector empresarial, deben ser garantes, en el sentido de vigilar que se elija a los mejores perfiles.

 

QUÉ CARACTERÍSTICAS DEBEN TENER LAS NUEVAS MAGISTRADAS Y MAGISTRADOS

“El juez tiene que ser un buen ser humano, una buena persona, y si sabe de derecho, mejor”, aseguró Carlos Iván Arenas Ángeles.

Y explicó que tiene que ser una sangre buena, una sangre sana, porque el cuerpo ha tenido un proceso de cáncer, está enfermo y necesita una transfusión de una sangre no sólo que sea afín al cuerpo, sino que tenga todos los nutrientes, con todas las proteínas, con todo lo que requiera para dar un nuevo cuerpo, vigoroso, impetuoso, que fluya bien por la cabeza, en sus órganos, para que se pueda actuar de manera diferente.

 

EL FORO DE ABOGADOS PODRÍA APORTAR BUENOS PERFILES

Carlos Iván Arenas afirmó que el foro estatal de abogados es una agrupación que puede aportar mucho a la institución, ahí se pueden encontrar muy buenos perfiles. El litigante es el que sufre, es el que se tiene que estar peleando con el actuario, con el secretario, con el juez, dicen que a veces no te peleas con tu contraparte, sino con el juez. Entonces, creo que esa sensibilidad que pueda tener el litigante puede aportar mucho en las funciones de un magistrado o un juez.

Pero también puede haber académicos que toda su vida se han entregado a enseñar y hay jueces que tienen toda su experiencia y que merecen un espacio para poder llegar a esos escaños, para poder darle un reconocimiento a la carrera judicial.

Insistió en que para el cargo de magistrado hace falta algo más que tener un buen currículo: “de nada sirve que tengamos a un juez con toda la experticia, y todo el conocimiento del derecho, sí es una mala persona”.

 

LLAMADO AL CONGRESO

El llamado a los legisladores, de acuerdo con el magistrado Carlos Iván Arenas Ángeles, es a que al momento de decidir elijan a los mejores, que revisen el cumplimiento de los requisitos que exige la ley, que evalúen no sólo el conocimiento, sino el perfil de la calidad humana de los nuevos magistrados. Los diputados tienen en sus manos el futuro de la justicia en Morelos, concluyó.

 

RUBÉN JASSO

El magistrado presidente del TSJ, Rubén Jasso Díaz, aseveró que mientras se emite la convocatoria, que es facultad del Poder Legislativo, el Tribunal no perderá continuidad en sus labores, seguirá funcionando y no habrá rezago. En algún momento llegaron a faltar seis magistrados, pero las ausencias se cubren con los que integran el Pleno.

“La próxima semana se convocará a sesión de Pleno y se puntualizarán algunos aspectos de la resolución de la Corte, además, se analizará la posibilidad de reapertura de los tribunales, dependiendo del color del semáforo epidemiológico”, anunció.

 

LAS OTRAS VOCES: EL FORO MORELENSE DE ABOGADOS

Pedro Martínez Bello, abogado litigante y presidente del Foro Morelense de Abogados coincidió en que la LIV Legislatura el Congreso del Estado tiene en sus manos esta oportunidad histórica de darle un giro no sólo al TSJ sino a todo el Poder Judicial, siempre que quienes se elijan sean los mejores perfiles, es decir, no solamente que cumplan con los requisitos de ley, sino que tengan las capacidades y conocimientos para abonar a una mejor administración de la justicia, que hoy por hoy debe ser modernizada.

Estuvo de acuerdo en la afirmación del magistrado Carlos Iván Arenas en el sentido de que en el foro estatal de abogados hay buenos perfiles para ocupar las magistraturas faltantes del Tribunal:

“En el Foro, que está integrado por litigantes, docentes, líderes de organizaciones de abogados e independientes, tenemos los mejores perfiles, sin duda. Además de que nos dedicamos al litigio a a la academia, hemos tenido experiencia en la administración pública y en la carrera judicial; asimismo, nos estamos actualizando constantemente porque el derecho es cambiante y las necesidades de nuestros clientes así lo exigen. Tenemos en nuestras manos, el patrimonio o la libertad de nuestros clientes y tenemos que conocer para que podamos hacer valer sus derechos ante las autoridades competentes. Conocemos, además, cómo funciona el sistema judicial desde que se emite una resolución haya que se notifica o ejecuta; sabemos los problemas prácticos, en resumen, conocemos a fondo la problemática y tenemos propuestas para solucionarla”.

Un ejemplo de esto, relató, es la digitalización de los juicios. Desde hace más de dos años el Foro Morelense ha insistido en que se debe trabajar a distancia en muchas de las partes de un proceso, ya que esto ahorraría tiempo, dinero y esfuerzo y permitiría a los actuarios, secretario, jueces y magistrados tener más tiempo para estudiar y resolver de una manera más efectiva. Y desde luego que los justiciables se beneficiarían.

En la situación actual de suspensión de labores por más de tres meses, por las medidas de seguridad que se deben aplicar para evitar contagios por covid-19, no sólo ha resultado perjudicada la sociedad que reclama un derecho y espera que los jueces y tribunales le resuelvan, sino los litigantes, que estamos atados de manos porque las actuaciones son presenciales. Si desde hace tiempo se hubiera comenzado con la digitalización, como ocurre en la Ciudad de México y Nuevo León, Morelos sería un ejemplo en el mundo, pero ocurre todo lo contrario, somos el estado que tiene más atraso en este tema.

 

LA LEGISLATURA

La diputada Ariadna Barrera Vázquez, por su parte, aseveró que en la selección y elección de los nuevos magistrados serán objetivos y muy congruentes con la decisión que lleguen a tomar.

“Los diputados no hemos platicado este asunto. Vemos que tenemos que llegar a diálogos, a debates y consensos, son demasiados nombramientos, y el tiempo nos va a apremiar. Tendremos que legislar sobre la paridad y tendremos que vigilar que se cumpla”, expuso.

Por su parte, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez, diputado presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, dijo que se debe proceder con mucha cautela en la designación. Los aspirantes deben cumplir con todos los requisitos que marca la ley, deben tener la capacidad para ocupar el puesto y no debe haber duda sobre su actuar:

“Seguros estamos de que vamos a tomar estas decisiones no por un interés o tinte político, sino se va a elegir a las mujeres u hombres que tengan la capacidad para desempeñar un cargo de esta naturaleza. Y estamos abiertos a escuchar al gremio de los académicos, a los que han hecho carrera judicial y con los propios litigantes”. Como Legislativo, Sotelo Martínez, argumentó que son un Poder y respetan a los demás poderes, no deben tener injerencia en los demás. La autonomía de cada una no debe ser vulnerada.

“Hay muchas necesidades dentro del Poder Judicial, pero confiamos en que ellos tienen la capacidad de reorganizarse, de desarrollar las estrategias necesarias para dar lo mejor de sí. Nosotros, respetuosos de la autonomía de cada uno de los poderes, habremos de cuidar ese proceso de selección y que sean las mejores mujeres y los mejores hombres quienes puedan estar al frente de estos cargos”, puntualizó.

 

 

“Hay muchas necesidades dentro del Poder Judicial, pero confiamos en que ellos tienen la capacidad de reorganizarse, de desarrollar las estrategias necesarias para dar lo mejor de sí”.

ALFONSO DE JESÚS SOTELO MARTÍNEZ

DIPUTADO LOCAL

 

Escultura de Themis, en la sede del TSJ.

 

“Vemos que tenemos que llegar a diálogos, a debates y consensos…”

ARIADNA BARRERA VÁZQUEZ

DIPUTADA LOCAL

 

Graco Ramírez, en ceremonia solemne en el Congreso del estado en 2016.

 

Graco Ramírez y Verónica Cuevas, el 17 de abril de 2018.

 

Miércoles, 22 Julio 2020 04:11

SINTAXIS DEL PERRO

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Perrista, chuchista con doctorado en zaguates.

El 21 de julio se celebra el día del mejor amigo del hombre, el perro, y es importante reflexionar sobre este ser que nos ha acompañado desde tiempos inmemoriales y de quien todos tenemos, al menos, un buen recuerdo.

En Morelos, el artículo 327 del Código Penal tipifica el maltrato animal como un delito; esto de acuerdo con reformas del 16 de marzo de 2016, y a mediados de febrero de 2020 sentenciaron por primera vez a una persona de nombre Sergio “N”, a cinco meses de tratamiento psiquiátrico, tras ser sometido a proceso penal por delitos de actos de crueldad contra animales domésticos, por un tribunal de enjuiciamiento en la Ciudad Judicial de Cuautla.

El hombre se tardó entender que el perro no es cualquier cosa. Lo ha seguido desde hace más de ocho mil años y le ha servido para cazar, para acompañarlo, le ha dado amor, y el animal no le ha pedido nada.

Si bien hay representaciones de la figura de perro en las pinturas rupestres y en los testimonios objetivos y concretos (esculturas, pinturas, códices, tradición oral) de las grandes civilizaciones en el mundo, en castellano hace relativamente poco se le comenzó a llamar perro, es decir, se le dio un nombre y con ello una existencia en el mundo.

En el Diccionario de la Real Academia Española vigente el perro es definido como el mamífero doméstico de la familia de los cánidos, de tamaño, forma y pelaje muy diversos, según las razas, que tiene olfato muy fino y es inteligente y muy leal a su dueño. U. en m. ref. a la especie.

Como sucede siempre, la definición no delimita al objeto y a su función (como diría Jorge Luis Borges, sólo es arquetipo de la cosa) y si se trata del perro se queda muy corta.

El lexicógrafo de 1495 (Antonio de Nebrija, Vocabulario español-latino, Impresor de la Gramática castellana Salamanca, 1495) consigna ya la palabra canis, pero 116 años después el Diccionario de Sebastián de Covarrubias de 1611 (reproducido a partir del ejemplar de la Biblioteca de la Real Academia Española, O-73, en el Grupo: 1.- Diccionarios de los siglos XV-XVIII, del Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid, Luis Sánchez) define al animal. Ésta es la entrada del mejor amigo del hombre a la realidad, a la existencia. La definición está todavía en castellano antiguo, en donde no importaba mucho la ortografía y había caracteres raros como el apóstrofe “Ç”:

“animal conocido y familiar símbolo de fidelidad y de reconocimiento a los mendrugos de pan que le echa su amo. De esta materia hay y libros enteros escritos con casos muy particulares. La etimología del perro declararemos por una pregunta que se suele hacer en las aldeas. ¿Por qué el perro cuando se quiere echar da vueltas a la redonda? Respóndele por vía de pasatiempo que anda a buscar la cabecera. El perro es de naturaleza muy seca y para echarse recogido no puede doblar el espinazo de golpe y así cada vuelta que da se dobla un poco hasta que a su parecer esté para poderse echar recogido y por esta calidad ígnea se le llamó perro, de ignis [fuego en latín]. Hay muchas diferencias de perros, unos perritos que llaman de falda, que crían las señoras, dichos antiguamente Meliteos porque se traían de Malta. Otros que son para la casa y otras para la guarda de la persona. Los perros del ganado, que son de tanta importancia a los pastores, y otros muchos géneros de perros. Proverbios: A perro viejo, nunca tus, tus; Por dinero baila el perro; Perro ladrador nunca buen cazador. El perro con rabia a su amo muerde. El perro del hortelano, que ni come las bersas ni deja comer a otro. El perro del herrero que duerme a las martilladas y despierta a las dentelladas. A otro perro con ese hueso. NI padre, ni madre, ni perro que le ladre. Perrilo de muchas bodas. Los perros de Zurita. Este es un refrán común y dicen haber nacido de un alcalde de Zurita, tenía unos perros muy bravos, que estaban de día atados y soltándolos en la noche no hallando a quien morder se mordían unos a otros”.

Sobre el origen del término, en el Diccionario de la Real Academia española de 1737, consigan que la palabra perro proviene del griego pyr que significa fuego, por ser estos animales de un temperamento seco y fogoso.

Por otro lado, el Breve Diccionario Etimológico de la lengua Castellana, de Joan Corominas (1973), asienta que la palabra perro es una onomatopeya del sonido que hace este animal al gruñir: perr perr. Los pastores usaban ese sonido para incitar a sus perros. Un parónimo de perro es apurar, pues con esa voz apresuraban a las ovejas.

En 1895 los hermanos Lumiére proyectaron en público la primera película: Salida de los obreros de la fábrica; y en el segundo 26 hace su aparición un perro, muy alegre, moviendo la cola.

Lee a tu perro esta información, le va a gustar mucho saber algo que desconoce. Hablar con los perros es una práctica sana. Leerles, como si se tratasen de niños, es de espíritus mayores.

 

 

 

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"Soy un payaso, y colecciono momentos", Heinrich Böll, Premio Nobel de Literatura 1972, en OPINIONES DE UN PAYASO.

Sábado, 18 Julio 2020 05:21

Cayó el hombre que siempre anda callado

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En mi celular vi las imágenes de José Francisco Helguera Díaz, Pactú el mimo. El amigo que me las mandó me dijo que se había caído en Galeana, lo habían atendido en Gutenberg y tenía heridas y raspones en la ceja y en la cara, que los paramédicos del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) lo valoraron y dijeron que no tenía más que esas heridas y los golpes.

Lectura 1 '

"El Cancionero del Jaguar", dueto integrado por dos hombres de la tercera edad, salió a trabajar en las calles después de tres meses de resguardo por la contingencia sanitaria.

Aunque el semáforo de riesgo epidemiológico no pasa a amarillo, la necesidad es mucha y tenemos que comer, dijeron.

Este es uno de los grupos de músicos que lleva a cabo su actividad dentro del mercado Adolfo López Mateos (ALM); este jueves acudieron a la calle de No Reelección en el centro de Cuernavaca, en donde interpretaron "Cielo azul, cielo nublado", de Calixto Cuevas.

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Vendedores y compradores deberán guardar su sana distancia, acudir con cubrebocas y evitar el contacto personal.

Xoxocotla. El director de Protección Civil de este municipio, Ricardo Barrera Armides, dio a conocer que el domingo 26 de julio se dará apertura al tianguis tradicional que se ubica a la orilla de la carretera Alpuyeca-Jojutla, que atraviesa esta comunidad indígena.

Acotó que por la situación y el color del semáforo epidemiológico -que se encuentra en anaranjado en todo el estado- sólo se permitirá la venta de productos de la canasta básica y tanto los vendedores como los compradores deberán guardar su sana distancia, acudir con cubrebocas y evitar el contacto personal.

Barrera Armides dijo que conforme se vaya disminuyendo el riesgo y el semáforo lo indique, los demás puestos se podrán instalar, pero por ahora sólo los que vendan productos de la canasta básica, los esenciales, como lo ordenan las autoridades federales y estatales.

Expuso que estas decisiones se tomaron con el Concejo Municipal Indígena de Xoxocotla, que es la máxima autoridad y que está presidido por Leonel Zeferino Díaz.

El de Xoxocotla es uno de los tianguis más grandes de Morelos. Agrupa -según Ricardo Barrera- a más de mil vendedores que se instalan todos los domingos en las orillas de la carretera a vender alimentos y productos de medio uso y nuevos.

Se le preguntó a Ricardo Barrera qué pasaría si los demás vendedores de productos que no sean esenciales quisierann instalarse, como ha ocurrido en tianguis de Cuernavaca, Jiutepec y Temixco, y respondió que hay un acuerdo con una gran cantidad de los vendedores a partir de campañas de comunicación que se han aplicado por las diversas redes sociales que operan y por perifoneo, en donde se les ha informado sobre la situación de la pandemia y el semáforo epidemiológico.

“Si de todos modos se quieren instalar se les va a pedir que recojan su mercancía. No podemos permitir que unos cuantos pongan en riesgo a los demás; queremos que se vaya abriendo poco a poco conforme las autoridades federales y estatales nos lo vayan marcando”, finalizó.

 

 

 

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Esta es la hipótesis de Jorge Medina Palomino, en el libro de su autoría “Yo, fotógrafo”.

Yo, fotógrafo, Testimonios de seis fotoperiodistas de Morelos, es un libro de Jorge Medina Palomino en el que recopila y selecciona testimonios y fotografías de seis fotoperiodistas sobre los momentos más conmovedores en el ejercicio de su profesión.

El ejemplar aparece bajo el sello de Uriel Editorial; Cuernavaca, Morelos, México; 2020, y el editor se reservó el número de ejemplares, pero dijo que es limitado.

José Antonio Rivera Valdivia, Tony Rivera, Rafael Bahena Cardoso, Jorge Medina Palomino, Fernando Soto, Luis Flores Escobedo, El Niño y Máximo Cerdio confiesan, desde lo más recóndito de su ser, en juicio y en pleno ejercicio de sus facultades físicas y mentales, el lugar, la fecha y circunstancias en las que sintieron en peligro su vida o fueron conmovidos por algo que jamás habían sentido.

En la presentación del libro el maestro Medina explica: “para ser fotógrafo de prensa, reportero gráfico o fotoperiodista, como hoy nos identifican; es decir, para ejercer tal oficio o profesión, se requiere ser culero [frase del fotoperiodista Germán Canseco] y pertenecer a la raza culera…

“De la misma manera, según la versión formal del diccionario “ser culero” ser miedoso o cobarde, como también en el caló barriobajero de las ciudades México, ‘el culero’ es un tipo gandalla, entrón pa’ los madrazos. Un ‘vale-madres’ al que no le importa casi nada, empezando por él mismo”.

Y las confesiones de estos fotorreporteros sirven de prueba a Jorge Medina para enseñar que “esos culeros”, entre los que también se encentra él mismo, están unidos por el delgadísimo hilo que sostiene a todos los seres vivos.

No es nada placentero recordar aquello que puso en riesgo nuestras vidas porque tocó algo en nuestro ser que cuando trabajamos parece estar bloqueado o muy en lo profundo de nuestra conciencia; la libramos y sólo lo contamos cuando la ocasión lo amerita y entre personas de confianza, porque está vivo el recuerdo, porque no lo superamos del todo y se nos sigue erizando la piel.

La cercanía de Jorge Medina con nosotros (o la empatía, como le llaman algunos y que nos permite llegar hasta “el culo del diablo” y salir apestosos a pólvora pero completos) posibilitó que le contáramos, como si fuera un ejercicio de catarsis, al maestro Medina aquello que nos conmovió en el tiempo que llevamos apretando el obturador.

Cuando se está en una desgracia el instinto de conservación se activa y la mayoría de las personas buscan donde resguardarse; sucede lo contrario con el fotorreportero: debe estar ahí, sabiendo a lo que va y lo que puede ocurrir, despierto con todos sus sentidos, esperando que ocurra en el momento preciso ese hecho que representa o abarca una sucesión, para capturar ese instante y se pueda dimensionar la importancia del mismo en el tiempo y las consecuencias en las personas, en las cosas y en la sociedad.

Una buena imagen es el resultado de una buena técnica, de los libros, de los maestros, de la experiencia diaria en las calles; además de la conciencia: saber dónde se está y la importancia de los que se está documentando.

En los últimos años, en Morelos, las desgracias se han sucedido una tras otra. La ola de violencia y sangre tras el asesinato de Arturo Betrán Leyva, la apertura de las fosas de Tetelcingo en Cuautla y Jojutla; el terremoto de 19 septiembre de 2017, la balacera del 8 de mayo de 2019 en el centro de Cuernavaca; la pandemia del covid-19.

En los periódicos o portales de internet, en las redes sociales o en los discos de las computadoras de los fotorreporteros, los hechos más significativos son testigos vivos de una realidad que pocos conocen pero cuyas consecuencias padecemos todos.

El maestro Medina ha dicho, en corto, que Yo, fotógrafo es su legado, para que las generaciones venideras sepan de los profesionistas y de una profesión que están por desaparecer.

 

 

 

Jueves, 02 Julio 2020 04:46

La silla de Pedro, una Lince 4 Max

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El deportista aspira a formar parte de la Selección Nacional de Basquetbol sobre Silla de Ruedas.

Pedro Ruperto Alanís necesita ayuda para comprar una silla Lince 4 Max, especial para desarrollar todo su potencial y aspirar a formar parte de la Selección Nacional de Basquetbol sobre Silla de Ruedas.

Pedro andaba allá por el mes de septiembre de 2013 en unos de los campos de la unidad deportiva a Fidel Velázquez del IMSS, entrenaba junto con seis compañeros y formaba parte del equipo morelense de futbol 7 para amputados.

En una entrevista realizada hace tiempo, Pedro -quien nació sin su pierna izquierda- contó que siempre se crio entre personas sin discapacidad y comenzó a jugar futbol desde que tenía siete años:

–¿Para echar la cascarita, te escogen primero o te dejan al último? —Me escogen como a todos; no me dejan al último. Saben que soy centro delantero, goleador. –¿Juegas con amputados? —No, jeje, juego con normales; a mí me da igual jugar con amputados o jugar con normales.

En esa ocasión tenía 17 años, era estudiante de la preparatoria Valentín Gómez Farías, del municipio de Emiliano Zapata y quería ser ingeniero en Informática.

De esa fecha para acá ha continuado en el deporte y ha asistido a varias competencias nacionales, representando a México en varias disciplinas para personas especiales.

En la actualidad Pedro trabaja como obrero en un taller que fabrica ropa para “niños dios” y continúa practicando deportes.

Relata que ha representado a Morelos en varios estados en distintas disciplinas en atletismo pista individual: en equipo ha ganado varios torneos en Monterrey y en nuestra entidad.

En la actualidad practica basquetbol sobre silla de ruedas y su sueño es ser parte de la selección nacional en esta disciplina.

La disciplina en la que ha destacado es atletismo en pista:

“En el año dos mil trece viajé a Argentina a uno los Juegos Parapanamericanos juveniles en el cual obtuve dos primero lugares y un segundo lugar; en los  selectivos de la Ciudad de México para ir a Estados Unidos y a África obtuve mi pase para participar en esa competencia pero no pude asistir por falta de tiempo y de dinero para renovar mi pasaporte, y a África no pude asistir porque me enfermé, todo esto fue en ese año dos mil trece.

También dijo que en 2014 participó en la paralimpiada en Morelos y obtuvo dos segundos lugares.

Ese fue su último año compitiendo en atletismo, luego comenzó a practicar basquetbol y se integró a la selección de Morelos; allí destacó en varios torneos: en Puebla, Tlaxcala y Monterrey, en donde obtuvo primeros lugares.

En la liga Morelos fue campeón con el equipo de Cuautla y en la actualidad forma parte de la selección del municipio de Emiliano Zapata, donde van como líderes, ganando nueve partidos de diez jugados.

Sin embargo, Pedro Ruperto Alanís necesita una silla de basquetbol especial, para que la práctica de este deporte le permita sacar todo su potencial y aspirar a formar parte de la selección nacional en silla de ruedas.

“Necesito una silla Lince 4 Max, que es un poco cara. Ni yo ni mi familia, que siempre me ha apoyado en los deportes, tenemos dinero para comprar esa silla, las venden en el Estado de México. En la actualidad practico con una silla prestada, pero necesito más práctica y la silla sólo la puedo usar el poco tiempo que practico o compito. Quiero destacar a nivel nacional, representar a Morelos y llegar a ser uno de los mejores jugadores de México y estar en la mejor liga de España”.

Quienes estén interesados en ayudar a Pedro Ruperto Alanís, se pueden comunicar directamente con él a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o al número 7775332615.

 

 

Lunes, 29 Junio 2020 04:44

JOSELYN

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Ella jamás pensó dedicarse al “más viejo de los oficios”.

Con el dinero que Joselyn ganó ese día en su nuevo trabajo como sexoservidora pudo completar el monto para pagar la inscripción de su hijo Y con ello el muchacho pudo continuar sus estudio hasta hoy día.

Joselyn, morena, bajita de estatura, pelo corto al hombro, ojos color café y de aproximadamente 35 años, relata que trabaja como sexoservidora desde hace aproximadamente cuatro años y medio. Una amiga suya, que ya tiene algo de tiempo en este oficio, la había invitado a ejercer pero Joselyn se había negado constantemente, no era algo que tenía contemplado para ganar dinero, siempre lo vio como una actividad mala.

ella era vendedora por catálogo y hacía repostería, jamás pensó dedicarse al “más viejo de los oficios”. sin embargo su situación económica se fue complicando: la dejó su esposo, el padre de sus cuatro hijos y su papá tuvo una enfermedad que para controlarla requería mucho dinero. no pudo con la carga y un día habló a su amiga para que le dijera cómo era el asunto del sexoservicio y en poco tiempo ya estaba en él.

Así resolvió sus problemas, pero se echó a cuestas la culpa de ser prostituta y ejercer un oficio que odia.

“Llego a mi casa por la tarde, me baño muy bien y me dedico a ser ama de casa, algunas veces vendo cosas por catálogo para ayudarme y hago repostería, estoy con mis hijos, les hago la cena, platico con ellos, hago mil cosas para olvidar lo que hice para ganar dinero, pero al día siguiente ahí está de nuevo eso.

“En la prostitución nada es bonito, no hay placer, aguanta uno lo que tenga que aguantar y yo no trabajo precisamente por dinero, sino para satisfacer las necesidades económicas de mi familia. Cuando recibo el dinero de cada cliente ya estoy pensando en que con eso voy a resolver una necesidad. Y más allá de que se paguen las deudas, lo que a mí me motiva es ver a mi familia bien, que no le falte nada a mis hijos, quiero asegurar que ellos tengan algo con lo que se puedan valer por ellos mismo, esa es mi felicidad, por eso trabajo en esto”.

 

LOS BUENOS TIEMPOS Y EL COVID-19

Joselyn platica que antes de que se declarara la contingencia por el coronavirus había días buenos en los que, trabajando de lunes a sábado, se llevaba hasta dos mil o dos mil 500 pesos por día, libres; y en ocasiones, en días malos hacía 500 pesos.

En esa época se cobraban 250 pesos y el cliente pagaba el hotel, pero ahora estamos cobrando 200 con todo y hotel con tal que los clientes se animen y nos caiga “aunque sea algo”, como dicen las compañeras.

Después de más de tres meses de decretada la contingencia por el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV-2), las trabajadoras sexuales -que a decir de Joselyn son alrededor de treinta en el primer cuadro de la ciudad- es uno de los grupos más afectados, al grado de que muchas de ellas no sacan ni para comer.

Sus gastos son muchos y no alcanza a cubrirlos. Renta una casa, tiene que pagar agua, luz y alimentos para sus cuatro hijos, tres de los cuales tienen discapacidad y requieren atención especial. Su hijo mayor estudia y trabaja y le ayuda con algo en los gastos de la casa y su hija es independiente y vive a parte.

“Estudié hasta la secundaria y muy chica me junté con el papá de mis hijos, dedicado a la construcción y a la electricidad. Cuando vivía con él no laboraba, pero tiene como nueve años que me abandonó y tuve que buscar empleo en fábricas y como auxiliar de cocina”.

Hay días que no gana nada en las calles, pero sus clientes les han “echado la mano” dándole algo de dinero para sus rutas y para llevar lo mínimo a su casa.

Dos o tres veces ella y sus compañeras han recibido víveres. El sábado 20 de junio, la Asociación de Mujeres en Igualdad por Morelos les entregó despensas, lo que permitió que ella y sus familias pudieran comer al menos una semana.

En el centro de la ciudad, cerca de la zona de bancos, es muy frecuente ver a Joselyn y a sus amigas agrupadas. Algunos hombres mayores pasan a platicar con ellas y les dejan alguna cooperación:

“Somos un grupo de doce que nos ayudamos como podemos. Durante el día vamos juntando algo de dinero que nos regalan y compramos comida y lo repartimos entre nosotras; aunque sea de a poquito comemos. Cuando sabemos que están dando despensa o alguna ayuda nos comunicamos y vamos a recibirla.

 

NINGUNA HA TENIDO O TIENE COVID-19

“Nos cuidamos mucho del coronavirus, nosotras trabajamos con nuestro cuerpo y debemos estar saludables, además de que nuestras familias dependen totalmente de nosotras y si dejamos de llevar el sustento sería una desgracia. Ninguna de las doce que nos juntamos tiene covid-19 ni se ha enfermado y hasta donde sé tampoco las demás chicas que anda en otros grupos han contraído el virus”.

Esto lo confirma Alfonso Leijas Salas, obispo de la Iglesia del Río de la Plata (ubicada entre Jiutepec y Cuernavaca) quien está en contacto con trabajadoras sexuales e indigentes, a quienes ha proveído de alimentación, una vez al día, durante la contingencia epidemiológica: “No ha habido ningún contagiado; todos los días los veo y platico con ellos, algunos con defensas bajas porque se drogan, pero afortunadamente no ha habido contagios”, aseguró el obispo en entrevista.

 

NO REGULADA

El sexoservicio es una actividad no regulada en Cuernavaca y por ello se presta a abusos. De acuerdo con Joselyn, la Policía no la molesta ni los funcionarios le piden dinero:

Hace años había un policía pedía que tuvieran relaciones con él y a cambio las protegería si las detenían o se metían en problemas, pero luego ya no supimos qué pasó con él, ya hace tiempo que no lo hemos visto.

También se ha descubierto que alrededor de esta actividad ocurren muchas otras ilícitas, como la trata de personas y el tráfico (y consumo) de drogas. Joselyn relata que ella no bebe alcohol ni fuma, ni consume drogas pero ha observado y sabido de chicas que han muerto por sobredosis o que trabajan sólo para comprar droga y consumirla o que sus parejas les quitan el dinero.

En el caso de ella, su objetivo es obtener recursos para resolver problemas económicos de su familia: “todo el dinero que yo gano es para mi familia, no tengo nadie quien me padrotee”.

 

NO CONOCE EL MAR

La vida de Joselyn fue y ha sido de trabajo, no le gusta comprar relojes caros, ni alhajas; no sale a bailes, ni a fiestas, ni de viaje, porque no tiene tiempo ni dinero.

“Estoy concentrada en que mi familia esté bien. No conozco el mar, pero eso no importa porque veo que con mi trabajo mi familia está bien y eso me llena. Los domingos descanso y los uso para estar con mi familia y olvidarme de lo que debo hacer para ganarme la vida. Me gusta leer libros de superación personal y me relaja la música clásica, me gusta mucho Mozart y Beethoven”.

 

SU SUEÑO

Mi sueño es tener una casa propia para que mi familia no tenga que pagar renta. Hace algunos años mi madre me dio un terreno y la idea era construir ahí una casita pero la necesidad hizo que lo vendiera y hasta el día de hoy no he podido juntar el dinero para comprar un lugar y construir.

Me preocupan mis hijos con discapacidad. Yo les he enseñado a valerse por ellos mismos y espero que puedan hacerlo, están preparándose para ello.

Voy a seguir trabajando como sexoservidora porque es la única actividad donde puedo ganar lo suficiente para resolver mis problemas económicos y de mi familia, si hubiera otra que me permitiera ganar lo mismo a o más la tomaría. Hago esto por una necesidad muy grande, por mi familia, que lo vale todo, pero no es un trabajo que me dé orgullo o placer; sé que es algo malo, pero la vida no me ha dejado otra opción.

 

ALTO RIESGO

El centro de Cuernavaca es particularmente peligroso para la sexoservidoras. El 26 de septiembre de 2019, en un cuarto de hotel ubicado en la calle Agustín Aragón y León, el servicio Médico Forense realizó el levantamiento del cuerpo de Mariana “N”, sin lesiones aparentes. De manera extraoficial se supo que había su muerte había sido por una sobredosis.

Joselyn trabaja en esa zona y ocupa las habitaciones de los hoteles que hay sobre esta céntrica calle.

Relató que no cree en santos, en imágenes; ella sale de su casa y se encomienda a Dios, porque durante el tiempo que tiene que trabajar puede perder hasta la vida.

Dijo que con los años ha aprendido quién le puede hacer daño y quién no, así que se ha hecho de sus clientes de confianza, que ya conoce y con ellos trabaja, la buscan y cuando es alguien nuevo se asegura de no poner en peligro su persona o su vida. Si intuye algo malo no acepta el servicio y este presentimiento la ha salvado muchas veces, excepto una vez que sintió que no la contaría:

“En una ocasión, por la tarde, me llamaron para dar un servicio en la calle Hidalgo. Fui, toqué la puerta, alguien abrió, entré y un hombre me dijo que dejara mi bolsa en una mesa, la dejé como me ordenó y cuando quise voltear me puso la pistola en la cabeza. La casa estaba en reparación. Sin que me pagara, tuvo relaciones conmigo en varias partes de la casa y no dejaba de amenazarme. No sé cuánto tiempo estuve ahí, muy asustada pero ya era de madrugada cuando me pude escapar y fui corriendo a la Plazuela del Zacate, tomé un taxi y me llevó a mi casa. No regresé al día siguiente a trabajar, tenía terror. Me quise alejar de esto y hacer otras cosas, pero la situación y la necesidad me regresaron a este trabajo. Eso fue hace cuatro años aproximadamente.

 

 

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“Su hijo es un perezoso”. esto fue lo que Rosa María escuchó del doctor después de que éste lo auscultara por espacio de siete u ocho minutos en el dispensario médico de la colonia.

Fue el diagnóstico más rápido y la consulta más barata. El doctor, un anciano de más de ochenta años, había cobrado cincuenta pesos por revisar al pacientito: regordete, de piel rosada, ojos muy vivos, sin ningún defecto aparente. Su único problema era que a pesar de tener ya cuatro años no articulaba palabras.

Mientras que los demás infantes de su edad hablaban hasta por los codos, el niño sólo decía “A”, a veces acompañaba esta letra con una exclamación “¡Ah!” y señalaba con el índice lo que quería; desde luego, su familia se lo entregaba en las manos o en la boca.

El mundo era designado con este hipocorístico y el gesto del índice. El chico no necesitaba ocupar la lengua, los labios o los dientes. Miguel amaestró a toda su familia, en dos años, con dos herramientas que eran su moneda de cambio más efectiva, su mínimo esfuerzo. Su familia, de manera tácita, aceptó esa forma de comunicación y así vivieron felices mucho tiempo, hasta que los amigos y familiares insistieron en que el más chico de los hermanos tenía un problema de salud; y esto quitó el sueño a sus padres.

El médico se quedó viendo a los ojos a Rosa María, como para asegurarse que entendiera bien y claro lo que le iba a ordenar, y le dijo:

-Si quiere que hable, déjelo sin comer un día y ya verá.

A Rosa María se le deshizo el mundo. Un año antes había llevado al niño a cuanto especialista le recomendaron. Las cantidades de dinero para las consultas y estudios carísimos, que no tenían y que tuvieron que conseguir, hubieran bastado para pagarle a Miguelito la prepa. Nada había funcionado, él seguía sin hablar y con su “A”, para todo.

Rosa María salió del dispensario con su hermoso niño de la mano. Estaba triste. ¿En qué momento se le ocurrió meterse a ese consultorio de mala muerte, con un médico muy anciano cuando el niño había sido revisado por las mentes más sesudas de la ciudad?

Buscó en su memoria, como lo hacía desde que comenzaron el peregrinar por la salud de su hijo, algún pariente que tuviera algún retraso mental, alguna tara o rasgos de idiotismo, pero no encontró a nadie. Suponía que en la familia de su esposo habría algo que afectó a su hijo.

En casa hubo reunión familiar. Rosa María contó a su esposo y a sus tres hijos lo que le habían dicho en el dispensario. Todos menos ella concluyeron que si el médico tenía razón resolverían un problema muy grave y se dispusieron a ser parte de la cura del hermano más pequeño, huevón entre los huevones.

A la hora de la comida todos pidieron sus alimentos, y esperaron a que el niño también lo hiciera, pero éste sólo señalaba y decía “A”, como siempre. Nadie le hacía caso, su mama insistía en que si quería algo tenía que nombrarlo.

Miguelito comenzó a gritar como enajenado. Se azotaba en el piso y sus chillidos eran tan agudos que sus hermanos se tuvieron que encerrar en sus habitaciones.

Rosa María no podía entender en qué parte se almacenaba tal cantidad de agua que salía por los ojos del niño.

La cena fue algo parecido a la comida, Miguelito señalaba con el índice y chillaba como cerdo en el matadero, pero nadie le daba nada. Rosa María no pudo más, se levantó de la mesa y se encerró en su cuarto a llorar, la siguió su esposo.

El niño convertido en un mar de llanto corrió hacia la puerta cerrada y la pateó por horas. Dentro, sus padres tuvieron que hacer un gran esfuerzo para no abrir y recibir al pequeño que no paraba de gritar.

A eso de las dos de la madrugada hubo un silencio total. Los padres abrieron la puerta y encontraron al niño tirado como un perro dormido sollozando. Lo abrazaron y lo llevaron a la habitación de uno de sus hermanos; arroparon al pequeño y se regresaron a dormir.

Era un sábado y eran las 7 de la mañana. En la puerta de su recamara, después de haber pasado una de las peores noches de su vida, Rosa María y su esposo escucharon golpes de una mano pequeña. “Adelante”, ordenaron. Era Miguelito.

-Mamá. ¿Me puedes hacer unos huevitos estrellados con tocino?

 

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*En el centro de Cuernavaca*

Ante la alta movilidad de personas en los últimos días, en la calle Santos Degollado del centro de Cuernavaca, policía y personal de Protección Civil (PC) piden a la población guardar la sana distancia.

Asimismo, dan indicaciones para el uso de cubrebocas en las filas para comprar alimentos como pollo y tortillas.

De igual modo, en otros negocios donde se venden artículos de primera necesidad.

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El programa de reunificación familiar por el que se junta a padres y madres con sus hijos en Estados Unidos continúa.

Hasta la fecha en Estados Unidos ya no hay adultos mayores que hayan viajado a través del programa Corazón de Plata, ya que el último retorno fue el día 7 de abril del presente año, dijo en entrevista el secretario de Desarrollo Social Osiris Pasos Herrera.

El funcionario estatal explicó que en Estados Unidos se encontraban 114 adultos mayores en Texas, Chicago, Illinois, Nueva York y California, pero los padres de los migrantes ya se encuentran en sus municipios de origen, siendo éstos Xochitepec, Tetecala, Coatlán del Río, Axochiapan, Zacualpan de Amilpas y Temixco.

“Además, además, se ha dado seguimiento puntual a todos los paisanos que regresaron con un riguroso monitoreo por si hubiera algún tipo de síntoma de covid-19”, apuntó Osiris Pasos.

El secretario anunció que dará continuidad al programa Corazón de Plata en cuanto se regularice la situación actual ocasionada por la contingencia por él covid-19, esto, después de que hubo rumores de que el programa, por el que los padres y madres morelenses de más de 55 años que tengan hijos a quienes no ven desde hace diez años o más en Estados Unidos pueden obtener una visa norteamericana para visitarlos, se cancelaría.

“En cuanto se regularice la situación mundial ocasionada por la pandemia del covid-19 y se puedan realizar los trámites correspondientes, así como los viajes de Estados Unidos para los adultos mayores, se tomarán las medidas sanitarias que establezca al respecto la Secretaría de Salud a nivel federal. Hasta hoy, se han tramitado 631 visas americanas por medio del programa, beneficiando principalmente a adultos mayores para reunirse con sus hijos e hijas migrantes morelenses que se encuentran en Estados Unidos”, explicó el funcionario estatal.

 

 

 

Lunes, 15 Junio 2020 05:17

Los papalotes de la Lagunilla

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Cerca de veinte papalotes volaban como peces en el aire, bajo un cielo de aluminio gastado. Niños, mujeres y adultos se divertían soltando y enrollando la cuerda con la que los barriletes se sostenían balanceándose en las alturas.

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A las seis de la mañana de este sábado, la banda de viento Nueva Era de los Rivera tocó las mañanitas a San Antonio de Padua, patrono del pueblo de San Antón, en su 494 aniversario.

En la calle Jesús H. Preciado y frente a la parroquia, un puñado de hombres y mujeres acompañaron a esta banda de viento que entonó música de júbilo.

La tocada continuó durante una hora y hubo algunos vecinos que se fueron juntado en esta mínima celebración de la fiesta del pueblo, que fue suspendida tras la contingencia decretada por la pandemia de coronavirus.

En años anteriores, a temprana hora cientos de personas venían a felicitar al santo en su día.

Lunes, 08 Junio 2020 04:52

Angélica, la de los tacos

Lectura 5 - 9 minutos

Angélica Miranda Mejía, la mujer que vendía tacos en la calle Jesús H. Preciado de la colonia San Antón, entre las Privada de las Flores y de Los Zorros, falleció el miércoles 3 de junio, a las 9:30 de la mañana de un infarto. La habían encontrado convulsionando en la calle, la noche del martes.

“Gracias a los vecinos, a los comerciantes y mucha gente que puso su granito de arena se pudo cremar a la queridísima Angélica”, consignaron algunas personas en las redes sociales.

Vecinas también expresaron su sentimiento: “Descanse en paz; Ya está con quien quería estar; Ya no va a sufrir; Amén”.

 

ANGÉLICA EN LA CALLE

La mujer contaba con 53 años de edad. Era menudita, morena, tenía varios tatuajes de la Santa Muerte en los brazos y vestía siempre con ropas de hombre.

Siete u ocho años atrás instaló un puesto de tacos ahí en la banqueta de la calle H. Preciado. Vendía por la noche y a veces dejaba de hacerlo porque no siempre podía comprar material.

El 10 de febrero de 2013 la muerte le mandó una carta a Angélica. A las 10:30 de la noche estaba vendiendo tacos en la calle H. Preciado y un auto sin frenos le pegó a un coche estacionado y éste se fue contra el puesto: verduras, carne y salsa quedaron sobre el cofre del auto. No hubo herido, pero el puesto quedó desecho.

Su situación económica y emocional empeoró, al grado de que perdió todo y la desalojaron del cuarto que alquilaba.

Hace unas semanas, en ese lugar donde había tenido el puesto la vi vendiendo algunas verduras, que al día siguiente aparecieron en el suelo, marchitas y regadas en el poste donde los vecinos dejan la basura para que el camión recolector pase por ella la mañana siguiente.

Intentó con otro negocio. Tendió en la banqueta una especie de bazar con cosas usada: ropa de hombre, zapatos famélicos, patines sucios, algunos juguetes muy desgastados. De entre aquello que para mucha gente podría ser basura, destacaba un vestido rojo, largo, escotado, al parecer nuevo, colgado de un gancho.

Para el mes de marzo, Angélica ya vivía en la calle. La vi por la mañana, mientras yo caminaba hacia el estadio de beisbol. Estaba dormida en la banqueta, se cubría con una cobija desgastada que le llegaba hasta los tobillos. Calzaba tenis viejos.

Al día siguiente sus cosas ya no estaban en el suelo. Había conseguido un sofá muy usado, y sobre éste puso algunas pertenencias. Por la mañana del día siguiente la vi barriendo su lugar.

Por la tarde pasé a dejarle una caja con despensas que me había yo ganado en unos volados. Ella platicaba con una persona como de su misma edad. Bebían cerveza y se veían alcoholizados. Dudé un momento en entregarle la caja con víveres porque se la podrían robar, pero cuando iba yo a cambiar de opinión ella me vio con la caja en el suelo. Se la llevé y se la entregue: “Para que se ayude”, le dije. La recibió, ebria, y no me dijo nada.

La última vez que la vi fue el martes 2 de junio, por la mañana, estaba sentada en su sillón, frente a donde pernoctaba. Pelaba con una charrasca oxidada un cable largo de cobre. Por la noche, supe que la habían encontrado caída en una privada.

 

MÁS SOBRE ANGÉLICA

La lucha de Angélica por no dejarse caer fue encarnizada. No conocía yo su historia: bebía mucho, era lesbiana, había perdido a varios familiares, ese era el cristal fragmentado desde el que yo la veía.

Un vecino que la conoció desde que ella llegó a San Antón relata que su familia era de Chalma, Estado de México, luego se fueron a Toluca y después viajaron a Cuernavaca, a la privada Las Flores. Angélica tenía cinco años de edad; sus hermanos, Jorge, Beto, Moi y Martha, tenían nueve o diez años de edad los hombres, la mujer era la más chica; llegaron con don Beto y doña Rosa, una mujer muy guapa y muy elegante, de ojos verdes.

Su papá don Beto (que aún vive) se dedicó siempre a los tacos y puso un negocio sobre avenida Morelos, donde se ubica la terminal Estrella Blanca, tacos El Caballero, fue uno de los primero negocios grandes en Cuernavaca; de eso hace más de treinta años.

El negocio de la familia comenzó a crecer y tuvieron mucho dinero. Los hermanos de Angélica fueron los primeros que compraron motocicletas en el barrio: todo el día andaban con las motos haciendo ruidos por la calle Jesús H. Preciado.

Con el tiempo la familia llegó a tener varias taquerías. Angélica creció en ese ambiente y también tuvo taquerías de la que obtenía mucho dinero, siempre andaba con fajos de dinero, pero el alcohol y las mujeres la fueron perdiendo hasta que no le quedó nada.

Otro vecino confirmó que la mujer se dedicó toda su vida al negocio aprendido de su papá: los tacos. Andaba de feria en feria y le iba bien, tenía ya sus clientes. Cuando no estaba en las ferias de los barrios de Cuernavaca, vendía en la calle H. Preciado.

“Angélica fue tal vez la primera mujer lesbiana en San Antón que no escondió su sexualidad. Personas que la conocieron en la escuela primaria Felipe de Jesús Espinoza o escuela Centenario decían que le atraían sus compañeritas, a quienes con frecuencia intentaba besar. Tuvo varias parejas, la vimos discutiendo muchas veces con ellas, era cabrona, las regañaba”.

Un familiar suyo también la recordó como una mujer muy trabajadora:

Tenía carácter fuerte, era muy enérgica, pero sus conocidos y amigos de ella la estimaban mucho.

Era una persona súper trabajadora, siempre iba a los tianguis a vender chácharas y a comprar cosas para de igual manera revenderlas. Le gustaba escuchar música clásica.

Por veinticinco o treinta años trabajó en el negocio de los tacos. Siempre andaba de gira en las ferias, Tlaltenango, Santa Catarina, y otros lugares más donde iba a vender. También esa fue una de las cosas por la que mucha gente la reconocía.

Le gustaba tomar y platicar con las personas, tomaba mucho, pero así trabajaba. Decía que la bebida era un “suero” que le daba energía para trabajar.

Tuvo un hijo como a los veinte años, se llamaba Guillermo, él se casó con una maestra y se fue de San Antón, tenía un taxi y hace tres años aproximadamente lo mataron; este fue el motivo porque el que su ánimo decayó. El año pasado murió su mamá y fue ahí donde comenzó a decir que no tenía nada que hacer en vida. Ella nos decía que quería morir, porque ya no soportaba todo esto.

En lo reciente, pues dejó de trabajar, la sacaron de la casa que rentaba.

Yo siempre trataba de ver por ella, la veía en la calle, y pues como estoy estudiando y no trabajo no podía hacer nada por ella. Siempre que yo pasaba en la ruta la veía sentada en la banqueta, viendo hacia el cielo, como hablando con su hijo o su madre, era algo que siempre me ponía nostálgico.

A mí desde niño me jalaba para que yo le ayudara y a manera de regaños, gritos, y demás, me enseñó el oficio de los tacos.

El martes por la noche, uno de los amigos de la colonia la vio convulsionando y llamaron a la ambulancia; la checaron y le dijeron que se tenía que alimentar. Mi padre la bajó a su casa y trató de darle de comer, ella no quería. Cuando nosotros la veíamos en la calle tratábamos de que comiera, pero ella se negaba; prefería beber mucha agua. Mi padre la bajó y es hasta el día siguiente en la mañana cuando fallece.

 

LOS ÚLTIMOS DÍAS

Desde finales del año pasado el puesto fue deteriorándose hasta que sólo quedaron unos fierros viejos que la dueña conservaba con la idea de que podría recuperarse, lo volvería a instalar en forma y tendría gran cantidad de comensales todos los días: la feria de San Antón, una de las más concurridas de Cuernavaca, estaba por comenzar y, sin duda, le traería muy buenos dividendos como todos los años. Angélica no creía que la feria se suspendería por causa de la contingencia decretada por el coronavirus.

 

LA CALLE Y EL TIEMPO

La calle Jesús H. Preciado, la principal de este barrio, que alguna vez fue río, se sigue llevando lo bueno y lo malo, la basura y las cosas que aún sirven.

El jueves 4 de junio el patrimonio de Angélica constituido por fierros de su antiguo puesto de tacos, un sofá usado, ropa vieja, televisores con cinescopio de mirada ciega, lonas luidas y otras chucherías, había desaparecido del lugar donde ella las había dejado con la idea de regresar a pernoctar y protegerlas.

El tiempo, que es como esta calle, arrasa con todo lo que palpita, con lo inanimado, se lleva a los propios números del reloj de nuestras vidas; se llevó a Angélica, la de los tacos, y lo poquísimo que la vida le había perdonado.

 

 

 

 

 

 

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—Fotonota—

Este domingo, familias de Chulavista y La Lagunilla se divierten volando sus papalotes hechos a mano, en la colonia Loma Paraíso del municipio de Cuernavaca, Morelos.

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Un convoy de unidades de la policía y de Protección Civil (PC) con elementos de la Guardia Nacional transita por calles de la colonia San Antón y, mediante altavoz, se advierte a los habitantes de la necesidad de resguardarse en sus domicilios ante la contingencia sanitaria por covid-19.

De igual modo, el personal de PC señala que las festividades de carácter religioso y fiestas patronales por el momento están restringidas.

Hoy, la calle Jesús H. Preciado se cerraría a la circulación para que juegos mecánicos y puestos se instalaran con motivo de la celebración de la fiesta del pueblo, que el 13 de junio llegaría a su edición 495.

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Durante la reclusión en casa por el coronavirus de tipo 2 causante del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV-2) o covid-19, muchas personas se quedaron sin dinero o con muy poco, y se vieron en la necesidad de recurrir a una forma de intercambio antiquísima: el trueque.

Alejandra Rangel Olvera creó una página en Facebook: “Trueques por contingencia en Morelos” en el que los interesados deben seguir reglas básicas: no venta y no compra; que el trueque sea a la vista, para protección; intercambiar objetos en buen estado y anunciar sus posibles detalles; respetar el tiempo de las personas y más en contingencia; anunciar si no es posible salir de casa ya sea por edad, enfermedad o por tener alguien a su cuidado y pedir amablemente puedan acercarse un poco más al punto de encuentro.

La idea funcionó, la página tiene cinco mil 294 miembros, sigue creciendo y se comenzaron a crear otras páginas similares en varias ciudades del estado, aunque algunas con variantes de compra y venta, lo que podría contradecir el interés inicial de la modalidad que fue siempre evitar la circulación del dinero y que la comunidad tuviera opción de intercambiar mercancías en casos de emergencias como la que se vive hoy en día en casi todo el mundo.

 

SUS ORÍGENES

De acuerdo con la gestora cultural y socióloga Alejandra Rangel, la página “Trueques por contingencia en Morelos”, nace el 19 de marzo, como efecto de una preocupante plática entre amigos: trataban de predecir las consecuencias de esta pandemia y de las posibles carencias que representaría principalmente en el aspecto económico. Sabían que el dinero sería el principal problema en un estado que vive del comercio o de servicios. Deberían, entonces, tratar de solventar esas preocupaciones. Entonces se le ocurrió solo retomar algo que en algunos municipios había practicado constantemente: el intercambio de servicios y productos.

Alejandra pensó en amigas madres de familia, amigos mayores, amigos que viven solos o de amigos que son cuidadoras de enfermos. Sin embargo, muchas personas a las que comentó esta propuesta apostaban a que no funcionaría porque la dinámica de ciudad requeriría de alimento, el cual no se producía y dinero inmediato, que no se tenía. Pero eso no la detuvo para creer que algo podría resolver la idea del intercambio solidario y consciente.

El trueque no es una forma de intercambio nueva, los estudiosos lo ubican en último periodo de la edad de piedra (el neolítico) y se originó cuando el hombre logró producir un excedente de bienes a consumir, después de dominar la agricultura y la ganadería. Adam Smith, el padre de la economía moderna, afirmaba que el trueque es una práctica natural del ser humano.

De acuerdo con Edith Pérez Flores, en “El trueque en el nororiente del estado de Morelos, México”, la permuta es una práctica ancestral muy difundida en Mesoamérica y otras regiones del mundo. Sigue existiendo como una forma importante de intercambio en muchas comunidades rurales y no rurales en México. En el nororiente de Morelos, en la plaza de Zacualpan de Amilpas, se observa cómo uno de los principios del trueque es no mercantilizar o cosificar lo que se intercambia puesto que es algo que se siembra, recolecta o elabora con esfuerzo, en comunión con la tierra, la naturaleza y la familia; de tal forma las personas que se reúnen para trocar sus productos saben del esfuerzo que contiene cada una de las cosas intercambiadas.

La legislación sustantiva civil vigente de la entidad lo considera un contrato. El Título Tercero del Código Civil de Morelos lo regula y lo llama permuta: “un contrato por virtud del cual uno de los contratantes transmite al otro el dominio de una cosa, a cambio de otra cuya propiedad se le transfiere igualmente”.

 

¿QUÉ SE INTERCAMBIA?

Las cosas más comunes de intercambio se fueron visibilizando por etapas, en la primera fueron semillas, el panorama era incierto y muchas personas consideraron huertos particulares.

Otra etapa fueron plantas. Alejandra relata que, haciendo un poco de investigación sociológica, se dio cuenta que las personas comenzaban a asimilar el encierro y una manera de minimizar el estrés era crear un jardín, o dedicarse a remodelarlo para que su vista a ese espacio fuera más agradable, una lógica de terapia.

Rangel Olvera platica que la última fase fue más dura. Vió que ya comenzaban a trocar pequeños muebles, artículos y muebles de cocina, recámaras y cosa antiguas como máquinas de coser, acervos, alguna joyería, relojes, ropa. Lo que indicaba que la carencia ya estaba provocando descalabros en las economías familiares. Ahora estamos transitando por comida, como pasteles, gelatinas, panes, mermeladas, licores, etc. creo que el tiempo les ha permitido limpiar, escombrar y ofrecer sus excedentes, sino también de considerar la opción de saberse que a futuro, podría ser una forma de sustento y ahora lo están ensayando bien.

 

¿QUÉ GREMIOS PARTICIPAN?

La página fue pensada en principio para el sector artístico cultural, uno de los más afectados actualmente, ya que la mayoría de las actividades (principalmente de las artes escénicas) obligan a mantener una interacción, usar espacios e infraestructuras, tener proveedurías o simplemente audiencias para su efecto y contacto con las artes:

“Pensé que se unirían para que en gremio pudiéramos transitar de mejor manera la situación, pero curiosamente no fue así. Posteriormente invitamos a comercios, recauderías, tiendas y mercados, creyendo que ellos serían quienes podrían recibir nuestros servicios a cambio de sus productos y tampoco sucedió así, por lo contrario, las solicitudes provenían en gran mayoría, de mujeres sin perfiles claros, pero que supieron aprovechar sus virtudes de cocina para ofrecer comida a cambio de canasta básica, o de ropa por alimento para bebés, o semillas para intercambio de otras. Luego se fortaleció con personas que ofrecían diversas plantas que al momento fue un gran atractivo para repensar en jardines o huertos”.

 

NO HA SIDO FÁCIL

De acuerdo con Alejandra Rangel, la página ha impuesto una labor casi pedagógica. Se debe explicar el protocolo y llevarlo a la escritura, luego, emitir la idea clara que de un glosario con las palabras casi “prohibidas” como: venta, compro, cuesta, vale o dinero. Proporcionar consejos, fórmulas, atención personal, post de recordatorios y letreros que les recuerde a los nuevos miembros de qué trata la dinámica. Tratar de protegerlos de la amenaza comercial, ya que persistentemente hay personas con posibilidades de adquirirlo evitando el intercambio, sin embargo eso genera desventaja a los miembros. E intentar poco a poco sensibilizar a la mayoría de las personas, ayudándoles a  cambiar el sentido del valor cuando tienen dudas, ya que tienen en el inconsciente una fuerte referencia del valor capital y por ello, tasan todo en moneda o se guían sobre los precios de mercado sin hacer reflexión sobre lo que necesitan o quieren a cambio.

“El principal obstáculo es la distorsión al significado de trueque tradicional, aunado a que existen cientos de páginas en Facebook que refieren trueque con licencia de venta. Lo que confunde al participante a no saber cómo dar valor a sus objetos o productos intangibles. Luego, la visión de venta ante una página de más de 5 mil miembros que están en constante interacción y que representa una gran oportunidad a comerciantes para captarlos sin esfuerzo. Otra más, ha sido hacer trueque con la lógica de bazar, otra práctica común en el Estado que genera economía sombra y que mantiene grandes redes. Por lo que el usuario se ve constantemente asediado a comprar o vender y a enfadarse si es sancionad”.

 

SE REPLICA LA IDEA

Desde que Alejandra Rangel Olvera subió la página a la red social, se han multiplicado en colonia de la capital y en otras ciudades.

Hay en regiones como Jojutla, Temixco, Hueyapan, Yautepec y nos han contactado para orientarles hacerlo incluso a nivel de colonias en mismo Cuernavaca. Parten de la iniciativa de personas que vieron la página de Cuernavaca y por problemas de distancias se complica el trueque. Ellos mismos se postularon para administrar la suya y sólo nos piden autorización para usar nuestras reglas, o consejos, apoyo para el diseño de páginas, o para ayudarles a hacer difusión. La información que les proporcionamos es gratuita, el apoyo es solidario y los estimulamos a que tengan estrategias para su operación, platica.

 

DESPUÉS DE LA PANDEMIA

Sobre la vigencia de esta página, Rangel Olvera explica que la idea original, era darla de baja al término de la contingencia, ya que al tener posibilidad de salir, se tiene también el de elegir para comprar o vender con más libertad.

“Pero hoy estamos valorando su continuidad, ya que requiere de mucho esfuerzo, tiempo y de permearse de opiniones para solventar conflictos. Es una página gratuita desde sociedad civil que ha cumplido su cometido, de seguir se tendría que refrendar el compromiso de no usar dinero y quizá eso sea la haga vulnerable”, concluyó.

 

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Es una de las más antiguas y concurridas de Cuernavaca.

La feria de San Antón, que se tenía programada para mediados de junio, no se podrá realizar debido a la contingencia por covid-19. Así lo dio a conocer Luis Andrés Morales Aguilar, integrante del Comité para la Feria de San Antón 2020.

En entrevista, Luis Andrés Morales dijo que, de acuerdo con los vecinos, esta celebración no se había interrumpido en 494 años, pero que el comité al que pertenece, la ayudantía municipal y el párroco de la iglesia de San Antón, Bernardo Reyes Zuloaga tuvieron que tomar la decisión..

También dijo que la suspensión se debe a las medidas por la contingencia por covid-19, sustentadas en el oficio 0202/2020, del 31 de marzo de este año por el que el secretario del Ayuntamiento, Erick Santiago Romero Benítez, ordena cancelar todo tipo de eventos de concentración de personas, como lo es la tradicional Feria de San Antón, que en esta edición hubiera legado a 495 años.

Esta feria es una de las más antiguas y grandes de Cuernavaca; asisten hasta tres mil personas a diario durante casi una semana, lo que dura la feria, explicó.

Luis Andrés Morales dijo que si bien no habrá feria como tal, sí se hará una celebración religiosa y se cuidará que se apliquen las medidas de contingencia, como la sana distancia, entre otras, porque se trata de evitar contagios entre los pobladores de San Antón.

 

Habrá misa

El 13 de junio, que es el día de San Antonio de Padua, patrón del pueblo, se bajará de su altar al santo patrono, adornado con flores para que la gente la gente pueda pasar a verlo. También se hará una misa con Tomás Toral Nájera, vicario general de la Diócesis de Cuernavaca y rector de la Catedral de la ciudad como oficiante, junto con el párroco de la iglesia de San Antón Bernardo Reyes, siempre aplicando las medidas por la contingencia.

En años pasados, todos los días había feria del pueblo con espectáculos musicales y bailables, también se instalan puestos de comida y juegos; se quema castillo, hay concurso de mojiganga, palo encebado, marranito encebado y mañanitas al Santo todos los días a las seis de la mañana.

Luis Andrés Morales dijo que se le haría saber a las personas la suspensión de la feria y las razones, y las actividades alternas que habrá y las condiciones y requisitos.

Tradiciones de San Antón

En el barrio de San Antón, algo muy tradicional es que antes del 13 de junio se hace un novenario en favor del santo por las calles de la colonia con un San Antonio peregrino, una figura pequeña de la imagen. El día 13 de junio se le llevan sus mañanitas a su altar en la iglesia y se baja al santo grande para adornarlo con arcos de flores. Otra tradición es cambiarle su vestimenta cada año, algo que hacen varias familias del barrio.

San Antonio de Padua es uno de los santos más rezados. Los creyentes le piden muchas cosas, pero si lo hacen el 13 de junio aparecen esas cosas perdidas, pero la más conocida de las acciones que se le atribuyen es encontrar algún objeto que se haya perdido.

Tres son los atributos principales con los que la iconografía representa a San Antonio de Padua: un lirio blanco, un libro y el niño Jesús en sus brazos. El lirio blanco simboliza su pureza virginal. En sus tiernos años, ante el altar de la Virgen, se consagró a Dios y mantuvo durante toda su vida dicha pureza.

Cuando una persona pone de cabeza a San Antonio, el santo está obligado a concederle sus deseos; la iglesia rechaza estas prácticas, pero los creyentes aseguran que sólo así concede milagros.

Más sobre San Antonio

Su nombre de pila no era Antonio sino Fernando, y tampoco nació en Padua, Italia, sino en Lisboa, en Portugal. Una vez hecho hermano franciscano cambió su nombre a Antonio y luego de un viaje a Marruecos, cayó enfermo y pasó su recuperación en Italia, al servicio de la orden. Murió muy joven y fue canonizado tan solo un año después de su muerte por el papa Gregorio IX gracias a los milagros que hizo en vida.

A San Antonio de Padua se le conoce como el Santo del Amor y como el Santo de las Cosas Perdidas. Estas tradiciones están basadas en episodios de la vida de este conocido santo y también en antiguas tradiciones europeas.

El día de San Antonio es el 13 de junio. A San Antonio se le atribuye la reconciliación de muchos matrimonios. Por eso en el día de San Antonio se celebran muchos matrimonios en diferentes partes del mundo.

El santo es también famoso por recuperar las cosas perdidas. Los problemas de amor llevan con frecuencia a perder al ser deseado.

San Antonio tenía un libro de salmos que era muy preciado para él y éste contenía las notas y comentarios que usaba en la enseñanza a sus alumnos. Un día, un novato que había decidido abandonar sus estudios se llevó el libro. Cuando San Antonio se dio cuenta de que el libro había desaparecido, rezó por volverlo a encontrar o que le fuera devuelto. El ladrón regresó y devolvió el libro. También se reintegró a la orden religiosa. El libro robado se conserva en el convento franciscano de Bolonia. De ahí que muchas personas le recen a San Antonio cuando pierden objetos importantes, o cosas a las que tienen gran apego sentimental.

 

 

Lunes, 18 Mayo 2020 05:13

SOLIDARIAS

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Escritoras elaboran y reparten comida a personas vulnerables en la calle.

Invitan a poetas, escritores y artistas a donar víveres y a trabajar en la elaboración y entrega de alimentos.

En la etapa tres de la contingencia por covid-19, cuando según las autoridades estatales y nacionales de Salud habrá gran cantidad de contagio y muertes por el virus, dos escritoras participan en la elaboración de alimentos y los reparten en la calle a las personas vulnerables que no tienen ni dinero ni trabajo.

Hasta este domingo 17 de mayo, en Morelos se habían confirmado mil 105 casos de coronavirus, 989 descartados y había 260 sospechosos; 153 personas habían fallecido por el virus.

En el departamento número 13 de la calle Mariano Abasolo del centro de la ciudad se reciben víveres donados por la comunidad. Este espacio ha sido habilitado como centro de acopio de las organizaciones Iglesia del Río de la Plata, Colectivos Diversa, Juntos y Abrazados y Colectiva Hermanas en la Sombra.

De lunes a viernes, con estos artículos donados, las escritoras Marisol Hernández del Águila y Valentina Castro Cruz preparan la comida que entregan de mano en mano a los que no tienen trabajo ni una forma de conseguir alimento. A veces sólo ajusta para una torta, pero es mejor eso que tener el estómago lleno de hambre.

A las 14:00 horas, Marisol, Valentina y Alfonso Leijas Salas se dirigen, con las bandejas de comida, a la Plazuela del Zacate, en el centro de Cuernavaca.

Caminan una ciudad con pocos vehículos y pocas personas a estas horas en que cruzar las calles es bastante complicado por el tránsito apretado en el centro de Cuernavaca: la escena es igual o peor que la de las películas de fin del mundo, aunque sin zombis.

Muy cerca del centro de acopio está el parque o plazuela, en donde treinta o cuarenta personas ya los están esperando debajo de los árboles de laurel de la India: son indigentes, hombres y algunas mujeres que, antes de que comenzara la contingencia se veían en el primer cuadro del centro vendiendo dulces o chicles u ofreciendo servicios sexuales. Ahora andan dispersos en las primeras manzanas del corazón enfermo de la capital y sólo se juntan para comer y beber.

El delgado hilo del que pendían muchas relaciones comerciales y afectivas se rompió cuando las autoridades de Protección Civil cerraron el acceso al Jardín Juárez: una veintena de personas de la tercera edad se reunía en ese sitio a platicar o a pasar el tiempo y comerciantes ambulantes y trabajadoras sexuales obtenían de la venta en ese sitio algo de dinero para no irse a dormir con el estómago vacío.

En la plazuela, los beneficiarios saben que se deben formar, guardan la sana distancia de metro y medio y se asean las manos con gel, que allí también se les obsequia; la mayoría lleva cubreboca, cuyo uso es obligatorio en Cuernavaca. Algunos oyen sus nombres, reciben el alimento y se lo van a comer en las jardineras, donde platican con los demás, o se lo llevan para almorzar solos.

Marisol, Valentina y Alfonso reservan algunas raciones de comida para entregarlos a otras personas que se guarecen del sol bajo los pasillos de algún edificio público. Algunos son indigentes que no hablan con nadie; entre ellos está un extranjero de nombre Juan, que lee revistas en inglés y la sección financiera de los periódicos.

Caminan dos cuadras y llegan al Jardín Juárez; ahí echan maíz quebrado a las palomas: “son seres vivos y si no hay gente no hay quien les dé”, dice Alfonso mientras arroja el cereal a las aves.

En menos de una hora, los tres regresan al centro de acopio en Abasolo 13.

ÁGUILA DEL MAR

Marisol Hernández del Águila o Águila del Mar, como firma, es morelense, tiene 40 años, es madre de familia, empleada, poeta y escritora e integrante del grupo Colectiva Hermanas en la Sombra.

Relata que hace algunos años estuvo como interna siete años en el Centro de Readaptación Social de Atlacholoaya y ahí se registró al programa “Mujer, escribir cambia tu vida”, coordinado por Elena de Hoyos, donde se concretaron varios proyectos, entre otros el libro colectivo Bajo la sombra del guamúchil, en el cual participa ella y diez mujeres más, un libro de narrativa con un CD ROM.

El programa “Mujer, escribir cambia tu vida” lo instituyó el gobierno con la finalidad  de promover y difundir el derecho a la lectura y a la escritura, que son herramientas básicas para el autoconocimiento, autoestima y empoderamiento en la toma de decisiones en el entorno familiar y comunitario.

También dijo que colaboró en dos cortometrajes dirigidos por la antropóloga visual Carolina Soto (o Carolina Corral): Amor, nuestra prisión, que es una reflexión sobre el amor romántico desde la cárcel y que fue nominado a un Ariel en 2017; ganó un concurso de género y justicia de la Suprema Corte de la Nación, y el otro cortometraje fue Semillas de Guamúchil, que aborda el tema sobre las mujeres que saliendo de prisión se enfrentan a muchas dificultades.

Está escribiendo dos libros: A la izquierda de Dios y otro libro que trata sobre “cómo ama una mujer”.

Marisol recibe, administra víveres y prepara y reparte la comida que se da las personas en situación de vulnerabilidad por una invitación de varias organizaciones, entre otras de la Colectiva Hermanas en la Sombra, Iglesia del Río de la Plata, Colectivos Diversa y Juntos y abrazados.

“Aquí no importa que uno sea escritora o empleada, todos necesitamos de todos y podemos ayudar. Yo en prisión, estuve varios años, necesité ayuda y mucha gente se sumó para darle ayuda: dinero, víveres, oraciones. Yo también sé lo que se siente no tener ni para comer porque salí de la cárcel y no había nada, sé lo que es tener hambre, cuando me dijeron de esto me sumé a la causa”.

Dijo que poetas y escritores y escritoras podrían encontrar muchísimas historias entre la gente que está en situación de calle o que presenta vulnerabilidad constante o pasajera por contingencias como la pandemia.

También confesó que si no tuviera que trabajar para subsistir saldría a la calle a ayudar a la gente: de todos modos saldría, porque es la vida misma la que inspira a escribir

Marisol invitó a poetas, escritores y artistas a donar víveres y a trabajar en la elaboración y entrega de alimentos para la gente que se encuentra en situación vulnerable por la contingencia del coronavirus: todos necesitamos de todos y siempre podemos ayudar a los demás si tenemos voluntad. Juntos podemos rescatar algo que todos tenemos que se llama caridad y solidaridad, y podemos hacer la diferencia que nos cambia la vida y la de nuestros semejantes, dijo.

 

VALENTINA CASTRO CRUZ

Valentina Castro Cruz también participa en la recepción de víveres y en la elaboración y reparto de las raciones de comida.

Es oriunda de Veracruz, comerciante; ex interna del penal de Atlacholoaya, miembro del grupo Colectiva Hermanas en la Sombra.

Ha publicado el libro de poesía “La esperanza es un epicentro”, que de acuerdo con el portal SDP, es fundamental para conocer las historias de las mujeres en prisión y cómo gracias al arte pueden prepararse emocional y económicamente para una vida diferente al salir.

Valentina invitó a las escritoras y poetas a que se unan a esta noble causa:

“Es importante recordar que el gran espíritu del ser humano ha trascendido por su valor y caridad con el sufrimiento de los semejantes desarrollando su empatía a un nivel indescriptible”, afirmó.

 

EL PADRE LEIJAS

Alfonso Leijas Salas, activista y obispo de la Iglesia del Río de la Plata, relató que el albergue y la preparación de alimentos así como asesoría en varias disciplinas y otros tipo de ayuda siempre ha existido en la organización que preside, pero ahora con la contingencia sanitaria del covid-19 se visibilizó más.

En entrevista, el padre Leijas, como se le conoce también, dio a conocer que por el cierre de espacio públicos como el jardín Juárez y el zócalo de la ciudad, por la contingencia covid-19, las personas en situación de calle que pernoctaban en esos sitios se han refugiado en los alrededores del centro y que, como no hay transeúntes que les den algunas monedas o no pueden vender algo, se han quedado sin comer.

“A principio eran seis o siete, pero conforme han aumentado las restricciones por la contingencia también ha subido el número de personas que llegan a la plazuela por algo de comer; en la actualidad hay treinta y cinco o cuarenta”, dijo Alfonso Leijas.

Explicó que con el apoyo de los ciudadanos, todos los días preparan comida y la reparten alrededor de las dos de la tarde en la Plazuela del Zacate para apoyar a los indigentes, artesanos y sexoservidoras que se quedaron sin empleo con la emergencia sanitaria.

El centro de acopio está ubicado en la calle Abasolo número 13 del centro de Cuernavaca. Cualquiera puede donar víveres para las personas en situación de vulnerabilidad y también ayudar a preparar alimentos y repartirlos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lunes, 11 Mayo 2020 04:06

10 de mayo atípico

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Así lució el primer cuadro de Cuernavaca este domingo durante la tercera etapa de la contingencia sanitaria por el covid-19.

No hubo celebración ni gente en las plazas públicas ni en los restaurantes, lugares de alta concentración y ventas en un día emblemático para los morelenses y, en general, para todos los mexicanos.

Un día antes, la Secretaría de Salud de Morelos reportaba 794 casos de coronavirus, 783 descartados y 276 sospechosos; se habían registrado 102 defunciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lectura 2 - 3 minutos

En Illinois, de 30 mexicanos muertos por covid-19, cuatro son morelenses.

Chicago, Illinois, Estados Unidos. Alfonso Seiva García, vicepresidente de la Federación de Clubes Morelenses y premio Emiliano Zapata 2019”, calificó como relativas las cifras que dio el Banco de México acerca de las remesas que mandan los morelenses radicados en Estados Unidos a la entidad; particularmente las de los morelenses que viven en Illinois.

Dijo que llama la atención que en Morelos, de enero a marzo, las remesas lleguen a $176 millones de dólares, un aproximado de cuatro mil millones de pesos; esto, según cifras del Banco de México, es “un máximo histórico”.

Explicó que aunque los números que reporta el Banco de México parecen impresionantes, a los morelenses que radican en Illinois les preocupa, ya que están perdiendo los empleos por la pandemia del covid-19 y con ello están pasando por una crisis que no habían vivido en los últimos treinta años.

Como “indocumentados” no recibimos ningún apoyo económico, a pesar de que pagamos impuestos año con año; en el caso de Illinois, por ejemplo, nos hemos quedado en casa para no ser contagiados. Algunos hemos comenzado a salir para buscar recursos para cubrir los gastos de renta, luz, gas, teléfono y comida, afirmó.

El Consulado de México en Illinois reportó que, hasta la semana pasada, había 30 mexicanos muertos por covid-19; de esos, cuatro fueron morelenses; y en Nueva York hay más de 400 mexicanos muertos por este virus.

En Chicago, hace tres semanas la comunidad afroamericana era la minoría infectada que más estaba sufriendo; hoy es la comunidad mexicana, que ya rebasa la lista de contagiados. Esta situación es preocupante por la vulnerabilidad económica de nuestras familias”, dijo Seiva García.

También explicó que en la Federación de Clubes Morelenses se han dado a la tarea de apoyar a las comunidades brindando información de centros o bancos de comida y se ha apoyado a connacionales con familiares infectados por coronavirus.

“Nuestra situación migratoria es un factor que nos perjudica al momento de solicitar ayuda al gobierno norteamericano municipal, estatal o federal, incluso a la iniciativa privada, pero hacemos lo que podemos”, reveló.

Aunque no existe un censo preciso, se calcula que en Estados Unidos hay 250 mil morelenses, ubicados, en orden de población, en Minnesota, New York, California e Illinois, entre otros estados. En Illinois hay alrededor de 25 mil morelenses.

 

 

 

 

 

 

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Este domingo 10 de mayo, trabajadores del servicio de recolección de basura felicitan a las madres en su día.

Mediante el altavoz del camión recolector dan las mañanitas, además de prevenir contra el coronavirus.

Este día, los lugares de alta concentración de venta por el Día de las Madres se observan vacíos; en el zócalo de Cuernavaca hay presencia de elementos policiacos, llevando a cabo labores de vigilancia.

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Trabajadores y líderes de Mosaicos Venecianos esperan, la mañana de este viernes, en la plaza de armas de Cuernavaca para reunirse con autoridades estatales.

Solicitarían la intervención de la autoridad laboral ya que la empresa presuntamente pretende despedirlos sin las prestaciones de ley.

Ayer no les permitieron ingresar a su centro de trabajo y les indicaron que habría un recorte de personal.

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El fallecimiento de Evaristo Santiago Pérez, enorme pérdida para el boxeo.

Como una enorme pérdida para el boxeo fue calificado el fallecimiento, a los 69 años de edad, del Evaristo “El Picapiedra” Pérez, de acuerdo con su hijo Julio César Santiago Rodríguez y otros conocedores del box morelense y de la historia del deporte de los puños.

Evaristo “El Chato” Pérez, como también le decían, destacó en una época difícil para cualquier muchacho deportista que tenía aspiraciones en la Ciudad de México. Eran los años setenta y las estrellas del boxeo mexicanos, como Vicente Saldívar, Efrén “El Alacrán” Torres, Lupe Pintor o Rubén El Púas” Olivares, brillaban intensamente.

Sobre el estilo del Picapiedra Pérez, su dijo dice: él iba a los que iba, salía a noquear o a que lo noquearan, fue un fajador nato.

Julio César Santiago Rodríguez relata que Evaristo llegó de San Juan Tentitlán, Estado de México, a los 15 años a Cuernavaca, buscando una mejor calidad de vida.

En la zona de tolerancia que en aquel entonces se ubicaba en Acapantzingo tuvo un puesto de tacos; luego le hizo a la fotografía y otros oficios.

En 1967 comenzó a practicar box con Jorge Frikas Lozano, quién fue campeón en la entidad.

Un compadre suyo, que era hijo del dueño del bar en donde trabajaba, le propuso que se fuera a México a entrenar, que él le pagaba los pasajes.

Le dijo: “vete a México, porque tienes con qué, yo te pago los pasajes” y se animó.

“En México llegó con Tony Rocha a entrenar, él lo empezó a meter a la Arena México. Creo que su primera pelea fue con un tal Jesús Cuita, al que noqueó. Eso sería como en el 69 o en el 70, muy seguro no estoy. De ahí empieza a medirse con los mejores, él era peso mosca, de los mínimos, en ese entonces no había mini moscas, era peso mosca y empezó a batallar con los mejorcitos de su división, ya habían agarrado a los mejorcitos de cuatro, seis, ocho rounds, y lo pusieron con un mosquita que estaba sobresaliendo en ese tiempo, fue muy nombrado también, Lorenzo “Halimí” Gutiérrez. Perdió en la Arena Coliseo, y tuvo otra pelea de revancha con él en Acapulco, y ganó el Picapiedra”.

De ahí lo empezaron a medir con los mejores a nivel república, por ejemplo, peleó con uno que fue campeón olímpico en el 68, Ricardo Delgado, con Samuel Machorro, lo mejor de su época, con campeones nacionales, con Kid Rubaldiño, por el campeonato; Evaristo me contaba que le habían robado la pelea.

También salió a pelear fuera de México, a Nicaragua. Allá le ganó a los dos campeones de esos rumbos.

Su última pelea fue con un campeón mundial muy conocido, José Guadalupe Pintor.  Después se retiró y se dedicó al ambiente de los bares. Los chavos le empezaron a decir que los entrenara, y lo hizo; sacó dos que tres buenos chamacos. El que más sobresalió fue Héctor “El Negro” Rodríguez.

Sobre esta última pelea con Lupe Pintor, Javier Jaramillo Frikas, la enciclopedia viviente de Cuernavaca, en su columna publicada en El Clarín de Morelos, recuerda al Chato de esta manera:

“Ahí, no tengo preciso el año pero pudo haber sido en 1976, Lupe Pintor y Chato Pérez salieron a combatir 10 asaltos, ya Evaristo estaba en la cuadra de don Lupe Sánchez y aquí los aficionados nos juntábamos en casa de tal o cual, en el bar ‘Mi Oficina’ de don Chucho en Matamoros, se convocaba a los expertos que cruzaban alguna apuesta, en un ambiente hoy añorado. La expectativa era ver que hacía El Chato ante un prospecto a campeón mundial como finalmente –y lo fue doble, gallo y supergallo—como fue “El Grillo de Cuajimalpa.

“Primer asalto, la educada izquierda de Pintor se hizo sentir y de ahí no tengo preciso si en el segundo o tercero, un perfecto oppercout del capitalino en la quijada de Evaristo lo hizo caer. Imagínense que tipo de impacto recibió el durísimo Chato, que en lugar de quebrarle Pintor la quijada… ¡le fracturó el tobillo derecho! Intento levantarse, no se veía noqueado, pero era imposible continuar.

“Esa fue su última pelea, tenía apenas 26 años y había librado batallas durísimas con lo mejor en peso mosca y gallo de México, en ese momento una auténtica potencia mundial, con varios campeones en diversas divisiones. El querido Picapiedra anunció su retiro tras la refriega y nunca volvió a pelear ni siquiera de exhibición, a una edad donde apenas están cuajando los grandes”.

 

 

 

Miércoles, 06 Mayo 2020 17:37

Fallece el boxeador Evaristo Santiago Pérez

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Evaristo Santiago Pérez, El Picapiedra, murió el día de hoy, a los 69 años de edad, según lo confirmó su hijo mayor, Julio César Santiago Rodríguez.

Evaristo Santiago, El Picapiedra, fue el boxeador más destacado en Morelos: ganó un campeonato estatal y fue a la Ciudad de México en la época de oro del boxeo nacional, disputando contiendas con peleadores de talla internacional, como Guadalupe Pintor; también viajó a Nicaragua, en donde sostuvo dos combates de los cuales salió triunfante.

Descanse en paz, Evaristo Santiago Pérez.

Lunes, 27 Abril 2020 04:08

OLEAJES PARA MEMORIAS FUTURAS

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LOS NIÑOS Y LAS COTORRAS

Es una mañana de silencios a más de un mes de haberse decretado la contingencia por el covvid-19, en la colonia San Antón.

En el departamento de un edificio horizontal nuevo, dos pequeños de seis y siete años juegan en el balcón que da hacia la barranca. De pronto, escuchan ruidos muy fuertes y desconocidos en el vacío de la hondura.

La niña grita aterrada y corre hacia el interior de la casa buscando los brazos de su madre; el niño la sigue, chillando como un cerdo. La mamá, que estaba en la recámara, sale corriendo a ver qué le ocurre a sus hijos y éstos se le pegan a las piernas y se esconden detrás de su cuerpo.

-¿Qué pasa, qué hay ahí?

De nuevo el silencio es reventado por el mismo ruido de sonidos agudos, como graznidos, y los niños vuelven a gritar y hunden sus uñas en la cintura y en las nalgas de su madre.

La mujer avanza hacia el balcón cautelosa, los niños van atrás, protegiéndose.

Ella se asoma hacia la barranca y en la copa de uno de los pocos árboles que quedan, observa varias aves verdes.

Al percibir a la mujer, las cotorras levantan su vuelo verde y se pierden en los arbustos semisecos.

La mujer abraza a los pequeños y les dice:

-No se asusten, eran unas aves, pero ya se fueron y no volverán.

 

 

LAS GUACAMAYAS Y EL MONSTRUO

Desde hace más un mes que mucha gente se ha encerrado en su casa por temor al contagio del coronavirus las cotorras han salido de las profundidades de las barrancas o de las lejanías.

Siempre van en parejas y se han visto, como hace más de una década, parvadas de doce o catorce de estas aves.

Escogen algunos árboles altos y desde ahí comienzan a platicar a gritos como señoras en un tianguis o en una vecindad.

No cantan como los presumidos cenzontles, ellas parlotean, como si arrojaran ruidos sólidos por algún tubo de metal, y es inevitable levantar la vista para hurgar el follaje y adivinar dónde se ubican.

El Monstruo de San Antón dice que hace muchos años en el barrio se podía ver y escuchar las parvadas de guacamayas atravesando el cielo o las barrancas. Si el Monstruo vio a esas hermosas aves en el tiempo en que le quemaba las pestañas al chamuco o si las vio después, cuando se regeneró y se volvió ambientalista, no tiene importancia porque en alguna parte de la Tierra estas aves están pintando de rojo y azul algún espacio libre.

¿Qué pasaría si gran parte de los habitantes de esta ciudad desapareciéramos? ¿Treparían las plantas por las paredes de las barrancas hasta las calle y avenidas?. ¿La fauna nativa saldría de sus escondites? ¿Nos visitarían los animales de otras entidades una vez que los límites políticos desaparecieran?

 

 

PACTÚ Y LOS VACÍOS

Pactú está desparramado en la orilla de la banqueta del Palacio de Gobierno donde descansan y se refugian los ancianos, los vagabundos, los alcohólicos, los desconocidos.

Busca en su bolsa sucia algo.

Cuando llegó levanta la cabeza y se sorprende. Sonríe. Tiene un hilo de sangre seca en el lado derecho de su cara y el ojo izquierdo está entre morado y rojo, como culo de chango.

-¡Qué chinga les habrás puesto!  ¿A cuántos te madreaste?

Despistado sonríe y en un lenguaje que pocos entienden relata que le bajó la presión y se fue de bruces contra el suelo.

Le pregunto si le duele algo y me dice que la cara le duele un poco.

Luego saca varios frascos vacíos de medicamentos y encuentra uno con algunas pastillas y me lo enseña: toma dos al día.

También saca un bote con gel antibacterial y me lo muestra. Presiona el dispensador y se echa en las manos y se frota.

-Me lo regalaron.

-No te lo vayas comer como cuando eras alcohólico - le digo y el mimo sonríe.

Lo dejo ahí, como un mapache limpiándose las manos. Antes de irme le doy algo de dinero y le digo que mañana a la una vamos a pasar con el padre Leijas para llevarlo a que lo revise un médico.

 

 

LOS PERROS

Cuatro perros sucios, viejos, que no tienen collar, han venido al barrio y se han quedado cerca de la parroquia.

Se echan en la calle, al sol, confiados en que los autos pasan cerca y no los despiertan de su sueño descarado.

A veces desaparecen por horas, pero luego regresan a acostarse en el mismo lugar. Su mirada no es de miedo, como ocurre muchas veces con perros abandonados, sino de extrañeza con las personas del barrio que caminan a comprar víveres en las pocas tiendas que quedan abiertas en San Antón.

Los animales estuvieron aquí tres o cuatro días, luego una semana y ahora ya llevan un mes. La gente les ha puesto depósitos de agua y algunas croquetas en algunas esquinas.

Pero los perros siguen con esa mirada extraña, nada doméstica.

 

ACORDONAN EL JARDÍN JUÁREZ

El 18 de abril cerraron el Jardín Juárez. Como si una araña imprecisa hubiera tejido el mobiliario urbano, las bancas fueron “amarradas” con cintas amarillas y rojas como las que usa la policía para delimitar el sitio donde hay un muerto.

Todos los días, pero especialmente los sábados por la tarde aquí, se da cita todo el mundo: pobres y ricos, hombre y mujeres, asesinos y sacerdotes, niños y hombres de edad que están dando los últimos pasos de su vida, vendedores de chucherías, gente que no puede estar en su casa porque lo odian o él odia a su familia, forasteros que buscan esconderse de su soledad.

Ese sábado que acordonaron había vendedores ambulantes observando el operativo. Esperaban que aquello fuera un simulacro y que después retiraran las bandas para ofrecer su mercancía.

También había varias mujeres pequeñas y morenas, recargadas sobre el edificio que rodea el jardín. Hoy no podrían ofrecer su cuerpo.

 

 

LA LEONA

Desde que el 30 de marzo se decretó la suspensión temporal de actividades de todo tipo de lugares no esenciales que involucren la congregación o movilidad de personas para evitar el contagió de covid19, publicado el 27 de marzo en el Periódico Oficial “Tierra y Libertad” con el número 5800 y firmado por Pablo Ojeda Cárdenas, secretario de Gobierno y Marco Antonio Cantú Cuevas, titular de la Secretaria de Salud, en panteón ha estado triste.

Uno de los trabajadores del cementerio relata que no se para nadie en el camposanto. Bueno, algunos familiares de los difuntos llegan a hacer aseo, a dejar flores, pero no hay ningún entierro.

“El 13 de abril trajeron a un muertito pero vino poca gente, con lo del coronavirus no dejan que se junten las personas. Y mira aquí estamos, con los pies colgados. Hasta las urracas se nos acercan como diciéndonos que ellas también están de ociosas o extrañan a las personas porque luego se acercan y les dan pan o tortillas o dulces, parecen perros, pero con alas. Pues mientras no hay muertos pusimos pasto muy verde y nuevo en la parte más vieja de panteón, que tiene más de 125 años, al pie del ángel de mármol, quedó muy bonito, pensamos que podemos hacer un pequeño museo que sirva de atracción aquí en La Leona”.

 

 

LA ENFERMERA

Del 29 de febrero al 25 de abril en México hay mil 300 defunciones; en Morelos hay 26 defunciones, 109 sospechosos y 171 confirmados.

La enfermera de blanco se sube al autobús con cubreboca desechable; la recibe el chofer del “Verde” sin ninguna protección y le pide el boleto, lo revisa y pasa a buscar asiento. Es morena, pequeña, no pasa de los cuarenta años, lleva una bolsa grande donde guarda, dentro de un plástico, el uniforme que uso en el turno de la noche en el “Parres”. No le dispensan el pago porque el acuerdo fue que sólo viajarían gratis las enfermeras de la ruta de Zapata donde está el Hospital del ISSSTE y el del Niño y el Adolescente Morelense. Vive en Tlaltizapán. Está cansada pero la ilusión de ver a sus dos hijos que estudian, ahora con clases en línea desde su casa, la mantiene despierta. Desde finales de febrero que comenzó la pandemia tiene el mismo trayecto y la misma rutina; ella y sus hijos conocen todos los protocolos de limpieza en casa y siempre platican de la jornada diaria y de los casos que llegan al hospital. A ella, personalmente, no la agredieron por estar en contacto con pacientes sospechosos, pero a algunas compañeras y compañeros sí; ahora, parece que la gente ha entendido la importancia de la labor de las trabajadoras de  la salud. No tiene miedo: “me gusta estudiar, leo todos los días los periódicos e investigaciones que publican; me entero, escucho cómo evoluciona el virus, tengo mis propias hipótesis; pongo atención absolutamente a todo, no pierdo el menor detalle en mi trabajo y en mi persona; así he actuado desde que comenzó todo: estoy totalmente segura que esto que estamos viviendo no lo voy a volver a vivir; lo miro como se mira una amanecer distinto”.

 

 

 

 

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El Circo Macías Hermanos se fundó hace 25 años en Jojutla. Una de sus particularidades es que lleva su espectáculo a comunidades pequeñas y rancherías alejadas, con precios económicos.

La pandemia por coronavirus los cercó en el corral de toros de la comunidad de El Estudiante, en el municipio de Puente de Ixtla.

La familia, integrada por 24 personas, entre adultos y niños, pide ayuda con víveres.

El teléfono es 7341035698, con Enrique Macías García; sólo por whats app, porque en ese lugar no llega la señal y una vecina les presta su conexión de wi fi.

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La pandemia por coronavirus Covid-19 cercó a una familia circense en el corral de toros ubicado en la comunidad de El Estudiante, en el municipio de Puente de Ixtla.

El circo "Macías Hermanos" se fundó hace 25 años en Jojutla; una de sus particularidades es que lleva su espectáculo a comunidades pequeñas y rancherías alejadas, con precios económicos.

Hoy la familia, integrada por 24 personas, entre adultos y niños, pide ayuda con víveres y proporcionó para comunicación el número de teléfono 734-1035698, con Enrique Macías García: sólo por WhatsApp, ya que en el lugar en el que se encuentran no hay recepción de la señal y es una vecina quien les comparte su conexión wi fi.

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Migrantes en esa ciudad norteamericana tienen acceso a recursos y servicios para combatir la pandemia.

Chicago, Illinois, Estados Unidos.- En esta ciudad hay dos migrantes morelenses afectados por el covid-19; fueron diagnosticadas por las autoridades sanitarias de este país y están teniendo atención médica adecuada.

Así lo dio a conocer el presidente de la Federación de Clubes Morelenses (FCM) Juan Seiva García, en entrevista telefónica.

Seiva García dijo que se trata de dos mujeres que fueron diagnosticadas y tienen el covid-19. Una de ellas ya está por salir del periodo infeccioso y la otra a aún requiere ayuda de un ventilador; ambas están pasando la contingencia en su domicilio, aclaró.

También explicó que estas personas pertenecen a la FCM que él dirige y hasta donde sabe, en esa ciudad, son los primeros casos de morelenses infectado por este virus.

Juan Seiva dijo que estas personas van a tener todo el apoyo de la federación que él representa.

El presidente de la FCM explicó que durante la contingencia en Chicago, Illinois, todos los habitantes han recibido ayuda del gobierno federal y estatal norteamericano.

En días pasados, la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot emitió un decreto por el que todos los habitantes de esta ciudad, incluyendo mirantes morelenses con una situación migratoria irregular, tienen acceso a recursos y servicios para combatir la pandemia por el covid-19. Entre ellos, educación, préstamos y ayuda para la vivienda pública.

En una entrevista que la alcaldesa dio a un  medio de comunicación, dijo que cualquier ciudadano tenía derecho de solicitar el subsidio de mil dólares para ayudar con sus pagos de renta o hipoteca a los residentes que han sufrido financieramente debido al brote de coronavirus; también tienen recursos de aprendizaje en línea para estudiantes y dinero del fondo para pequeñas empresas de la ciudad.

De acuerdo con Lightfoot, Chicago es una ciudad de inmigrantes, construida por inmigrantes, enriquecida por inmigrantes, “y siempre estaremos con nuestras comunidades de inmigrantes, pase lo que pase".

“Pero no es suficiente el recurso que han dado. Conforme se vaya entrando a otras etapas la situación se va a poner más difícil para los mexicanos que no tienen papeles, por lo que en estos momento estamos en pláticas con algunas organizaciones para conseguir ayuda para los paisanos que radican en Chicago, incluso para los mismos estadounidenses, porque la Federación de Clubes Morelenses es una organización que se interesa por las personas, no por las nacionalidades ni las razas”, apuntó Seiva García.

Recordó que el programa de reunificación familiar está vigente y en cuanto pase esta contingencia y las autoridades de México y Estados Unidos lo decidan, se reabrirán nuevamente las fronteras para que ya sin riesgo alguno, las mamás y papás de los migrantes puedan viajar a Estados Unidos y a regresar, porque reunirse con los familiares, estar con ellos físicamente, es un derecho humano que se debe respetar.

Explicó que hay padres que ya tienen visa y boletos para viajar a la unión americana y esperan ansiosos estar con sus hijos, y por otro lado se reiniciarán los trámites de aquellos padres y madres que harán trámites para obtener su visa en la embajada norteamericana en México para poder viajar.

“En la Federación de Clubes Morelenses estamos esperando nada más que nos den la orden de que se levanta la contingencia para comenzar a realizar la reprogramación de vuelos y de citas. Los hijos están inquietos por ver a sus padres, pero es mejor que viajen sin riesgo. Eso también lo entienden y por ese lado tienen tranquilidad y seguridad de que podrán recibir a sus papás y mamás en Estados Unidos sin riesgo”, puntualizó.

 

 

 

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En la parte más antigua del panteón de La Leona, misma que tiene más de 125 años de existencia, se busca hacer un pequeño museo y rehabilitar las tumbas que allí se encuentran.

En dicho sitio del panteón ubicado en la colonia Carolina de Cuernavaca, los trabajadores empastaron un área, como parte de labores de remozamiento; cabe mencionar que algunos sepulcros datan de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX.

Por su parte, el administrador Humberto Martínez Enríquez refirió que durante este mes de contingencia sanitaria sólo una persona ha sido enterrada en ese cementerio.

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Un grupo de músicos de Cuernavaca se organizó para reunir y entregar dinero a tres músicos que todos los días cantan en la calle y reciben cooperación voluntaria de los transeúntes.

A eso de las dos de la tarde del 16 de abril, dos cantantes y un acordeonista que tocan en el primer cuadro de la ciudad recibieron de manos de músicos ciudadanos un recurso económico en efectivo, “para que pudieran ayudarse durante la contingencia del covid-19”.

Igor Boyás, músico, relató que una semana atrás vio a uno de esos músicos, de nombre Andrés Amores, en la calle de Rayón, cantado y la calle vacía; entonces hizo un comentario en su muro de Facebook y varios colegas se ofrecieron para dar una ayuda. Poco a poco el interés fue aumentando hasta que se juntó un dinero.

El día que entregaron el apoyo, amigos suyos le dijeron que había dos músicos más que estaban en una situación muy difícil por la falta de dinero y de trabajo generalizado en Cuernavaca (uno es cantante y el otro toca el acordeón), por lo que entregaron el dinero a los tres en partes iguales.

“Yo también he boteado y sé lo que es andar en las calles buscando el alimento. Hoy nos dimos cuenta que hay más gente necesitada de la que pensamos, seguimos pendientes y vamos a hacer otra coopera para más pandilla”, concluyó.

 

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Comerciantes de la plaza de la plata o glorieta Pacheco, en donde está ubicado el monumento a Morelos -conocido como "El Morelotes"-, vieron con buenos ojos que el gobierno del estado llevara ofrendas a los pies del héroe de la Independencia, José María Morelos y Pavón.

Lo anterior, para celebrar este día que es el 151 aniversario de la creación de Morelos como una entidad libre y soberana.

No hubo ceremonia protocolaria en esta fecha, ante la continencia sanitaria por coronavirus Covid-19.

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Michoacán.- En la intersección de la calle Miguel Carrillo Ayala y avenida Revolución, conocida como “Los Escalones”, en Zitácuaro, sobre una base de aproximadamente 10 metros de altura se encuentra un avión de metal. La aeronave tiene un rótulo: “Pinocho”, y es una réplica de la creada por Miguel Carrillo Ayala.

Fue inaugurada por las autoridades municipales el 29 de marzo de 2018 para “recuperar la memoria de uno de los personajes más emblemáticos de la historia del municipio”, según las notas periodísticas de ese municipio michoacano.

La historia de Miguel Carrillo Ayala (Tuxpan, Michoacán, 6 de julio de 1908-Santa Rosalía, Baja California, 16 de junio de 1965) es por demás extraordinaria y se cuenta así de sencillo:

“Un mecánico de un pueblo encuentra en una revista donde se explica, en inglés, cómo construir un avión en casa. Él decide hacer su avión. Sus vecinos y amigos y familiares lo tildan de a loco (le apodan “Pinocho”, por mentiroso). Con la ayuda de sus amigos y una vez que vende todo lo que poseía comienza la construcción de la aeronave, hasta que un día la concluye. Nadie pensó que lo podía construir y lo construyó, nadie creyó que iba a volar, pero voló. Y de mecánico Pinocho pasó a ser piloto aviador.

La vida y obra de Miguel Carrillo la da a conocer Ubaldo Marín Marín, en La voluntad de volar (Palibro, libro electrónico, 2012), pero hay otros detalles de esta historia que están en el recuerdo de quienes lo conocieron personalmente o de los hijos o parientes de estas personas y en lo que algunos, michoacanos principalmente, han escrito; uno de estos es Servando Rueda Cázares, de oficio periodista y cronista de Zitácuaro.

Servando Rueda es autor del libro A volar Pinocho, de ediciones artesanales (2018), que cuenta una parte de la historia de este héroe local.

En entrevista, relató algunas particularidades que ha estado investigando sobre el personaje:

Miguel Carrillo Ayala, nació en la Tenencia Benedicto López del municipio de Tuxpan, actualmente corresponde al municipio de Hidalgo. De muy chico fue a Zitácuaro, entró a trabajar con un mecánico llamado Francisco Zepeda Torres y ya allí aprendió el oficio. A los 11 o 12 años ya había construido un pequeño carro con un motor de motocicleta.

Cierta vez, como a los 22 años, Miguel vio volar uno de los primeros aviones que pasó por Zitácuaro y dijo:

-Un día de estos voy a hacer un avión y lo voy a volar.

Entonces sus mismos compañeros de trabajo, que eran también aprendices o chalanes de mecánica, le respondieron:

-No, estás loco, eres un mentiroso. Eres igual que Pinocho.

De ahí viene el origen del apodo, del alias.

Miguel tenía una pequeña casa, que le dejó en herencia su padre, y la vendió para poder comenzar a armar el avión.

Todos sabemos que construyó el avión (Pientempol air camper) con un motor de una camioneta (herencia de su padre) y habían dicho que era de una Ford T, pero me han aclarado que era un Ford A, que hacía viajes con cargas en las poblaciones cercanas.

Fueron adaptando poco a poco el avión y construyendo las demás partes que necesitaban, como las alas, el tren de aterrizaje, etcétera; por cierto, como Miguel no sabía inglés se tuvo que hacer novio de una mujer a la que apodaban la Güera, quien sabia inglés y que tradujo los planos para armar el avión. (Ubaldo Marín Marín refiere que quien tradujo los planos para armar el avión fue Enrique Arce y que éstos se publicaron en la revista Popular Mechanics.)

Ubaldo en La voluntad de volar, cuenta: “Era muy llamativo cómo Miguel sacaba su avión aún sin alas y recorría la amplia avenida Revolución desde la gasolinera de su amigo Zepeda hasta la calle Hidalgo. Todos se burlaban de él y de su Pinocho, diciendo que era su propio cajón de muerto”.

En su libro, Ubaldo Marín también relata que en una visita que hizo el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río a Zitácuaro, Miguel lo abordó y le pidió ayuda para transportar su avión a una pista grande y Cárdenas aceptó y le pagó la renta de una plataforma de ferrocarril de Zitácuaro a Morelia. En el campo aéreo Manuel N. López. El avión fue tripulado por un teniente de nombre Amado Arroyo Freudenbergh, de la fuerza aérea, quien lo levantó hasta los 150 metros y le dijo a Pinocho que no sacara el aparato del campo aéreo porque encontraría una muerte segura.

Como Miguel no tenía dinero para rentar la plataforma y regresar con su avión, compró gasolina y realizó el primer vuelo a distancia de Morelia a Maravatío y de ahí a Zitácuaro, siguiendo las vías del ferrocarril porque no tenía un mapa aéreo. Esto ocurrió en febrero de 1936.

Servando Rueda Cázares acota que Amado Arroyo le apodaban el Gato y que era muy diestro para volar: sólo le dio unas cuantas lecciones a Miguel y con eso pudo llegar a la pista de Zitácuaro que iba de la Antigua Parroquia vieja a lo que ahora es el Complejo Deportivo Salesiano: sobre la pista, el pueblo lo esperaba ansioso, quería recibirlo como un héroe; él les hacía señas para que se quitaran de allí, aunque la gente pensaba que la estaba saludando; tuvo que hacer un aterrizaje forzoso.

El cronista Servando Rueda contó que el 14 de mayo de 1936, Miguel Carrillo hizo el vuelo histórico entre Zitácuaro y la Ciudad de México, aterrizando en Balbuena. Personal del Ejército Mexicano llegó inmediatamente para saber qué hacía allí ese avión y ese piloto y luego que se aclararon las cosas Miguel fue llevado con Lázaro Cárdenas. Allí Pinocho pidió al presidente de México que le permitiera fabricar aviones en línea, a lo qué Cárdenas respondió: “No se puede, porque tenemos un tratado con Estados Unidos, el famoso tratado de Bucareli, donde no podemos hacer maquinaria pesada ni fabricar aviones”.

Cárdenas compensó a Miguel permitiendo que como la poca escolaridad que tenía, pudiera entrar a la Escuela Militar de Aviación, de donde se graduó y llegó a ser, él mismo, instructor.

Miguel Carrillo Ayala vivió en varias entidades, hasta que se estableció con su familia en Baja California, en donde falleció víctima de cáncer.

El avión Pinocho, se encuentra bajo resguardo en la actualidad en Guadalajara, Jalisco, en el Cuartel Colorado, museo del Ejército y Fuerza Aérea.

 

FAMILIARES DE PINOCHO CONTARÁN LA “VERDADERA” HISTORIA

En una entrevista de Luis Contreras Vázquez, publicada en El Despertar, el 20 de septiembre de 2017 (https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:PM6qP2lUBtwJ:https://www.periodicoeldespertar.com/zitacuaro/personas-lucran-con-el-nombre-de-miguel-carrillo-pinocho/+&cd=3&hl=en&ct=clnk&gl=mx), Daniel Carrillo Maya, hijo de Miguel Carrillo Ayala, lamentó que haya personas que utilizan la imagen y hazaña de su padre para lucrar, por lo que buscarán depurar la leyenda que se tiene de su padre y escribir un libro con la verdadera historia de “Pinocho”, la idea es contarle a la gente la verdadera historia de su padre:

“Hay artículos que se han escrito sobre Pinocho, son artículos con partes de la vida de él, que no tienen mucho que cuestionarse, pero hay dos libros que se escribieron y caen en algunas contradicciones y cosas que no son veraces. Nosotros no sabemos en qué se fundaron para escribir eso”.

En una nota del 9 octubre de 2017 publicado en el portal Primer Plano Web (“Exigen Familiares que se Deje de Lucrar con el Pinocho” https://primerplanoweb.com.mx/?p=16300), Daniel Carrillo Maya, hijo de Miguel Carrillo Ayala, envía una carta al entonces secretario del Ayuntamiento de Zitácuaro, Carlos Hurtado Casado, en donde le comunica que luego de una reunión con los hijos y herederos únicos de los bienes patrimoniales e históricos de El Pinocho, se llegó a las siguientes resoluciones: que no es el momento de decidir cuál será el destino y hogar definitivo del avión Pinocho, dado que la petición de posesión de la aeronave que han hecho los herederos ante el gobierno federal aún está en trámite, que la película de El Pinocho que el “círculo de cronistas de Zitácuaro” pretende hacer, no se autorizará, en tanto no se cuente con el documento escrito que contenga “la verdadera historia de la vida y hazaña de Miguel Carrillo Ayala”; entre otras decisiones.

La carta concluye con un señalamiento muy fuerte: los herederos denuncian que hay “plagiarios” que se han posesionado de la vida, imagen y legado histórico de Miguel Carrillo, como un medio y forma de lucrar. Asimismo, en casos “no menos ruines” lo han utilizado como estandarte para legitimarse en el poder.

 

 

 

 

 

 

Lunes, 13 Abril 2020 05:10

DE CIERTAS CALLES

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La mirada se desliza como una bala, cinco o seis cuadras hacia adelante en esta ciudad semidesierta.

Como un domingo de semanas acumuladas a punto de reventar o como un libro de historias que no reabrimos en varios días, las avenidas esperan ser transitadas.

Lo más probable es que, cuando regresemos, supongamos que las calles serán las mismas, los mismos baches, las mismas distancias, quizá saludemos a los dueños o dependientes de los negocios que conocemos; pasearán entre nosotros los mismos perros, los vuelos de las palomas serán idénticos; reconoceremos a los personajes urbanos con los que todos los días nos topábamos o platicábamos, pero tendremos la sensación de que algo ha cambiado: nadie camina dos veces por las mismas calles, diría el Oscuro de Éfeso.

Para bien o para mal, de acuerdo con Salvador Valdez, el encierro nos hará cambiar y sacará desde adentro de nosotros lo que casi nos confunde con los animales: la necesidad de salvarnos, pero en grupos.

Los niños recordarán estas fechas como el año en que sus padres les enseñaron a ser generosos, a compartir con los demás.

Dos o tres décadas adelante, los niños de la Tierra contarán en algún sofá de la sala de sus casas a sus hijos cómo resolvieron esta pandemia, y los pequeños escucharán maravillados estos relatos, como lo hacían, en la prehistoria, los hombres de las cavernas con su tribu alrededor del fuego.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Este domingo, personal de Protección Civil (PC) Cuernavaca, a bordo de patrullas, conmina a las personas a que desalojen lugares públicos, tales como el Jardín Juárez y la Plaza de Armas, y regresen a sus casas, además de recordarles que no son vacaciones.

Lo anterior, como parte de las acciones preventivas para evitar contagios por coronavirus, de acuerdo con lo establecido por el Comité Municipal de Contingencia Covid-19 (CMCC-19).

El Ayuntamiento de Cuernavaca ha intensificado operativos para prevenir la propagación del Covid-19, mismos que incluyen la restricción vehicular en el centro de la ciudad, con el fin de evitar aglomeraciones, y el exhorto a la ciudadanía a que permanezca en sus domicilios.

Los mensajes son: "Quédate en casa", respeto de las medidas de contención del coronavirus y el uso obligatorio del cubrebocas.

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La medida se levantará mañana; tratan de evitar que el Covid-19 se difunda en el pueblo.

Tepoztlán. Desde el jueves, los mayordomos de los barrios de la cabecera municipal de Tepoztlán se unieron para evitar que lleguen al centro del pueblo mágico en estas fechas los turistas que normalmente arriban y llenan las calles.

Explicaron que con la ayuda de la Policía instalaron un retén en el que se les pide identificación a las personas. Si son del pueblo pueden acceder y si no son y van de turistas se les conmina a que desistan.

Uno de los mayordomos, que no quiso dar su nombre ni permitió que se le tomara fotografía, explicó que esto lo hacen para evitar contagios durante la contingencia del Covid-19.

“Sabemos que dentro del pueblo hay hoteles que están recibiendo a visitantes que vienen de afuera y les pedimos que no lo hagan porque pueden ocasionar contagios a la población”.

Dijo que se han reportado algunas casas en las que se han celebrado fiestas y pidió que se abstengan de hacer estas festividades, porque también puede haber contagio.

Dio a conocer que estos filtros seguirán el sábado y el domingo se retirarán.

Pidió comprensión a los turistas y dijo que estas medidas son para beneficio de ellos y de los pobladores.

 

 

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Es la primera vez en más de cien años que no se escenifica la pasión de Cristo.

Ocotepec. En este pueblo se realizó una representación simbólica de parte del Viacrucis. El comité encargado de esta representación y algunos actores instalaron las cruces de Jesús, y de Dimas y Gestas, y explicaron que es la primera vez que, en más de 100 años, se deja de representar la pasión de Cristo, pero que es por el bien de la población y esperan que el año que viene sí se pueda realizar esta manera de recordar la pasión y muerte de Jesús

 

 

 

 

 

 

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Este viernes, habitantes de Tepoztlán evitan la entrada de turistas y visitantes al pueblo.

Los mayordomos de los barrios decidieron aplicar estos filtros hasta el domingo próximo, ante la contingencia por la pandemia de Covid-19.

En redes sociales del municipio, ayer se informó sobre la determinación de "cerrar y restringir los accesos al pueblo debido a las medidas de sanidad" para contener la propagación del coronavirus, indicando que únicamente podrán entrar y salir vecinos del lugar, además de recomendar "Quédate en Casa".

Miércoles, 08 Abril 2020 05:14

CRÓNICAS EMERGENTES

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Los sonidos de la ausencia.

Suenan los pasos en los andenes del mercado Adolfo López Mateos y los ecos trotan sobre el cemento sin ningún obstáculo.

En los espacios donde la ausencia firma sus silencios hay recuerdos de voces y colores, de gritos, de roces, de un incansable transitar de insectos.

Esto es como un gigantesco río pero sin piedras. Esto es como un enorme mar pero sin olas. Esto es como un enorme animal anestesiado o quizá muerto.

En la rama donde el ave gorjeaba todos los instantes, ahora sólo queda el recuerdo de su canto.

Las horas transcurren como gigantescas navajas cortando el tiempo.

Todos esperamos el momento en que los engranes del mercado comiencen a moverse y se activen los sonidos, los colores, los olores, los sabores, los ciegos tactos.

Lunes, 06 Abril 2020 01:00

¡Vamos, vamos, compañeros viejos…!

Lectura 7 - 13 minutos

Transcriben por primera vez al castellano los parlamentos de la Danza de los Tecuanes.

Zacatepec.- Pablo Paredes Ocampo, pitero y coordinador de Los Tecuanes de Tetelpa, reveló que está traduciendo del náhuatl al castellano los parlamentos o diálogos de la Danza de los Tecuanes de Tetelpa que él dirige.

Explicó que desde que hace más de treinta y cinco años que se formó este grupo escuchó los parlamentos que se originaron muchas décadas atrás y que habían permanecido sólo en la tradición oral, pero que con la anuencia del grupo de tecuanes que coordina decidió traducirlos al castellano y darlos a conocer al público, para que las personas, en particular las de Tetelpa, se interesen por el idioma náhuatl y que se conozca este pensamiento prehispánico, que es más antiguo y más rico que el pensamiento occidental que trajeron los españoles.

Los parlamentos son parte de la danza de Los Tecuanes de Tetelpa y en ellos hay elementos de la trilogía simbólica del pensamiento náhuatl, que supone que el ser humano está constituido por tres entidades: hombre, fiera y espíritu; una forma de concebir el mundo por los antiguos pobladores de esa zona, antes de la llegada de los españoles, dijo el músico.

Los diálogos en náhuatl han pasado de generación en generación por medio de la tradición oral y es la primera vez que, parte de ellos, se dan a conocer al público de manera escrita en un programa informático para procesar textos (Word), con su respetiva traducción al castellano.

Según Paredes Ocampo la escritura y pronunciación de estos parlamentos debe ser apegada a la variante del náhuatl de Tetelpa:

“Es importante pronunciar correctamente las palabras en náhuatl porque de lo contrario se puede decir una cosa por otra. Como todo, en la concepción prehispánica, los pasos de la danza del tecuán tienen uno o varios sentidos, y las palabras también; son especies de llaves que abren puertas o dimensiones de pensamientos, sentimientos y emociones; no es nada más moverse por moverse o hablar por hablar y hablarlo mal”, abundó el pitero y director de grupo.

La versión final será terminada en dos o tres semanas y se dará a conocer en su momento dónde y en qué soporte o plataforma se publicarán para que se pueda adquirir. Por ahora compartió un avance.

 

PABLO, EL NÁHUATL Y EL NAHUAL

En su domicilio en el pueblo indígena de Tetelpa, municipio de Zacatepec, Morelos, Pablo Paredes Ocampo nos concedió una entrevista previa al inicio de la traducción de los diálogos o parlamentos.

Frente a un espacio habilitado como aula en donde imparte clases gratuitas de náhuatl, nos contó que es originario de ese pueblo indígena, que es pitero y director de la Danza de Tecuanes de Tetelpa, grupo que se formó hace más de 35 años.

También nos explicó que él es nahuahablante y la variante del náhuatl que se habla en Tetelpa es la del pueblo vecino de Xoxocotla, pero con los modismos de su comunidad.

“Nosotros nos hemos apegado a la estructura, vamos a llamarle estructura, a la forma de estandarizar el idioma, pero sin separarnos de nuestra forma de hablar originalmente, que recibimos, vaya, de nuestra variante dialectal propia y del pueblo de Tetelpa. Anteriormente yo pensaba que teníamos que apegarnos a la variante dialectal de Xoxocotla, y sí, efectivamente esa es la que nosotros asumimos hace mucho tiempo, pero de acuerdo con los modismos, Tetelpa tiene su propia variante dialectal. Por ejemplo: Xiualakanikan, que significa ven aquí; y se deriva de xiuala o que vengas, y kanikan estar aquí. Pero en Tetelpa nosotros decimos sólo xiualani, que significa tranquilízate o cálmate”.

De acuerdo con Pablo Paredes, el idioma náhuatl es aglutinante, poético. Con el náhuatl no solamente dices lo que esas palabras expresan, van más allá; los parlamentos de la danza del tecuán son metafóricos y forman parte de un contexto.

“Yo he visto que muchos bailan (con) trajes lujosos y todo lo que tú quieras pero no entienden la esencia. Piensan o creen que todo es espectacularidad, porque así se les ha enseñado, que todo es baile, y es bueno porque parte de las danzas es también manifestar tus destrezas para el baile, tus habilidades, tu forma de expresarte, es muy bueno todo eso pero también se necesita saber la esencia, saber la raíz, el fundamento de lo que estás haciendo, de qué se trata. En ocasiones han preguntado qué significa esto que lo que los danzantes están bailando o diciendo y he tenido por respuesta: ‘es un tigre que se ha estado comiendo los becerros y lo vamos a matar’”.

En un sentido general, como lo entienden algunos grupos de Morelos, Guerrero, del Estado de México, de Puebla, de Veracruz, la danza del tecuán representa la cacería y captura del tecuán, que se robaba el ganado de un hacendado, quien contrató a un caporal que se encargaría de buscar a varias personas para cazarlo. Pero para nosotros, en Tetelpa, detrás de la danza, de los sones, de los trajes y de los parlamentos está la trilogía simbólica del pensamiento náhuatl.

Tecuani está formada por dos vocablos: “te”: significa alguien o a alguien; “cua”: comer, y “ni”: persona o animal que ejecuta una acción. El significado de la palabra náhuatl “tecuani” es persona o animal que come, asegura Pablo Paredes.

Para el grupo de Pablo Paredes esta danza tiene varias connotaciones: es un ritual compuesto por rituales internos. La caracterización de cada personaje, los diálogos, las acciones, los movimientos, los sones, todo tiene uno o varios sentidos.

No hay parlamentos o diálogos sin danza y no hay danza sin personajes; todo es una unidad, todo está entrelazado en la danza del tecuán.

Hay, a saber, 15 personajes. Sergio Mañón de la Rosa, director del Museo Comunitario de Tetelpa, y habitante de Tetelpa, quien ha participado en la danza, dijo que ésta tiene varios personajes: Salvadorchi, que es el terrateniente muy adinerado; Mayeso, que es el capataz o subalterno de Salvadorchi; el Tigre o Jaguar, animal de uña que ataca y devora a los animales de Salvadorchi; la Perra (representada como una dálmata), animal que acompaña al rastrero para encontrar y "torear" al tigre; Viejo rastrero (rastreador), especialista en seguir rastros de animales; Juan tirador, cazador de gran habilidad, famoso por su rifle de un tiro; Hierbero, especialista en la fabricación de cebos para carnada, tiene gran conocimiento sobre el uso de las hierbas del campo; Lancero, campesino que utiliza para diversas labores del campo una lanza; Flechero, hombre que se gana la vida cazando animales con arco y flecha; Trampero, especialista en creación de trampas; dos doctores que curan a los heridos; Venado sirve para carnada del Tigre; Zopilote, animal de carroña; el Varañado (o Envarañado, que se refiere al ermitaño que tiene el cabello largo como varas amontonadas), risueño o viejo Gervasio o ermitaño, que vive en el campo y hombre clave que puede localizar el escondite del Tigre. Y Pablo Paredes agrega a Pitero, como personaje, que es quien lleva el ritmo con su flauta (pito) y tamborcillo.

De acuerdo con Paredes Ocampo, en la danza los personajes tienen jerarquías. Por ejemplo, en la temática central de la danza habla de un patrón, de un encargado de los peones y de los peones en sí. Obviamente el patrón es el que manda, es el que habla con autoridad, el otro es el que obedece al patrón, que viene siendo Mayeso, el encargado de los peones. Muchos dicen que Mayeso no tiene significado. La palabra original es “maiso” que se refiere al encargado de los peones. En algunas ocasiones han llegado a escuchar cuando llegan a una obra de albañiles y preguntan quién es el mero maistro. En este caso no se están refiriendo a la palabra maestro, sino a maiso, que en náhuatl significa “el encargado de los peones”.

Cada personaje tiene un modo de ser y tiene una virtud. El yerbero es una persona que tiene conocimientos sobre él poder de las plantas. Algunas, como la ruda, son buenas para neutralizar; la albahaca, la jarilla, entre otras tienen cada una su poder. Esas hierbas que sirven para curar el espíritu o para alejar los malos espíritus. Ese personaje, el Yerbero, se llama Pascasio y conoce los efectos de las hierbas que potencian o que neutralizan los poderes del nahual.

En este modo de pensamiento antiguo, todo tiene una razón de ser. El ixtle era ofrendado también a los dioses. Se creía que el ixtle, como la ruda, la albahaca, entre otras, tenía poderes neutralizadores de los malos aires. Por eso en la daza del tecuán se teje una trampa con la fibra de ixtle y también hacen una reata. El hierbero conoce los poderes de estos elementos y los usa para atrapar al tecuán.

Uno de los personajes centrales de la danza es el Viejo Gervasio o el Varañado o Envarañado o ermitaño. Él vive en el monte, por eso es que anda todo desaliñado, por eso se ve muy barbudo, muy greñudo; es una persona que está completamente conectada con la naturaleza, conoce todo los secretos de la naturaleza, tanto así que el bastón está vivo, todo el tiempo lo trae en la mano y todo el tiempo camina con el bastón pegado a la tierra. Por eso es que los carrizos que vemos arriba del bastón, en forma de camita, son retoños del mismo bastón, y las iguanitas que vemos pegadas son animales que viven ahí en el carrizo.

Entonces es una persona, pero también es un animal, y también es una planta y también es una piedra.

Uno de los momentos más significativos ocurre cuando se enfrentan el felino y el viejo. Éste le pide al caporal que lo deje solo con la bestia. El viejo ermitaño vence a la bestia porque la conoce, sabe que éste no es sólo un animal, sabe que alguien lo está dominando para que vaya a cazar y a robar el ganado, conoce quién es el que está dominando al animal; entonces, por medio de algunos pases, lo vence, es decir, expulsa a la entidad que poseía a la bestia y la bestia ahora sí queda sin protección para que pueda ser atrapada y cazada.

¿Quién era el nahual que se había metido en la bestia? El propio viejo ermitaño. Por eso nadie podía capturar a la bestia porque no era sólo un animal, estaba poseído.

En la antigüedad se hablaba de nahualismo, es decir, de personas que tenían la capacidad de convertirse en animales o de meterse en los animales o en las plantas o en las cosas. Como el Viejo Gervasio.

La pregunta es ésta: ¿es posible que con toda esta connotación de los personajes, de los diálogos o parlamentos se pueda seguir diciendo y pensando que la danza del tecuán sólo consiste en la cacería de un tigre?

La respuesta es no.

 

LOS PARLAMENTOS O DIÁLOGOS

Los inicios de la transcripción de estos parlamentos comenzaron los días 20 y 29 de marzo de 2020 en Tetelpa, con la ayuda de la reportera Yesenia Daniel, quien reprodujo en una laptop los diálogos y su correspondiente significado en español dictados por Pablo Paredes Ocampo.

Según Pablo Paredes, la danza consta de 12 diálogos y siete sones, e inicia con un son llamado el “amarre”.

El día 5 de noviembre de cada año hay una reunión de danzantes, denominada “Día de la formación”, en donde cada uno se presenta (se “forma”) y se selecciona qué papel representará. Después se efectúa una oración de consagración para agradecer por la oportunidad de volverse a “formar” para participar en la danza.

En seguida se da el “Primer amarre”. El pitero inicia con tres series de dos golpes, y luego siete golpes continuos, en el octavo golpe entra la flauta y así se continúa con el son, hasta completar cinco sones, en donde los danzantes realizan “amarres”, “corral” y cambios.

En el quinto son se realiza el “Son del corral grande”, que es una formación de los danzantes en un círculo grande.

En seguida cesa la música, los danzantes forman dos líneas y Salvadorchi da el grito de inicio, con lo cual comienzan los parlamentos o diálogos:

-“Xihua, xihua, viejos huehuestiquis que yen pahues tigre”

Vamos, vamos compañeros viejos, que ya empezó a hacer daño el tigre.

Y todos le contestan:

-“Quema Salvadorchi”

Sí Salvadorchi, o de acuerdo o sí.

En seguida, el pitero comienza a tocar el son del Rastrero, con el cual éste comienza a buscar el rastro del tigre.

El rastrero se hace acompañar de sus perras y durante su búsqueda se encuentra con Juan Tirador, quien también va a acompañado por sus perras, y le dice:

 

-“Tlin tiqui nequi Juan Tirador”

¿Qué quieres Juan Tirador?

 

Y Juan Tirador contesta:

-“Que axcan mi compañero, shi qui tati Don Gervacio”

Ahora qué, mi compañero; buscando a Don Gervacio.

 

Y entonces salen los dos, cada uno por su lado, en la primera búsqueda del tigre.

En esta primera búsqueda, el tigre se les escapa. Entonces los personajes sueltan a un venado de carnada.

Momentos después, El Trastero y Juan Tirador observan a lo lejos un círculo de zopilotes en el aire, que señala el sitio donde el tigre está comiendo al venado que mató. Los dos buscan al tigre donde los zopilotes lo refieren, pero no logran atrapar a tigre y se les vuelve a escapar.

Entonces, con un son de avance de fondo, tocado por el pitero, Salvadorchi ordena a Mayeso que se encargue personalmente de matar al tigre:

-¡Mayeso!

Y Mayeso contesta:

-“Tlinti quinequi, Salvadorchi”

Qué quieres, Salvadorchi?

 

Salvadorchi se dirige a Mayeso:

-“Que de mi tierra son de melani, buen Mayeso”

Que de mi tierra eres de verdad buen Mayeso; algo así como “tú eres el bueno de aquí, Mayeso”.

Y Mayeso le responde:

-“De melani bueno”

De verdad bueno.

Y Salvadorchi le dice:

-“Que niguin zapan peñas pamvarañales, pan zacatales, pan peñascales hasta pan vereda, ya ni tlamia se rastro para tlamayauas tigre”

Que por aquí por las peñas, por los zacatales, por las veredas, ya se terminó un rastro para encontrar al tigre’.

 

 

 

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Elementos del H. Cuerpo de Bomberos capitalino, a bordo de la unidad BOM-079, sofocaron un incendio que ocurrió debajo del puente Cuernavaca, la tarde del domingo.

Con dicho incendio, el cual se registró a la altura de la barranca de San Antón, suman tres que el personal de la unidad BOM-079 sofoca hoy.

De igual modo, otras unidades de Bomberos Cuernavaca han acudido a apagar las llamas en más siniestros ocurridos este día.

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En la comunidad de Chamilpa, más de cien personas recibieron despensas con productos de la canasta básica obsequiadas por familias donantes de esta ciudad, con la finalidad de que los grupos vulnerables, principalmente, puedan ayudarse en este momento de contingencia por el Covit-19.

Carlos Montoya, integrante de la Cooperativa El Remo, dio a conocer que las despensas provienen de familias solidarias que quieren compartir lo que tienen, en coordinación con algunos colectivos como Ecolana, Reto Cero Basura, Bicho Verde, Bazar el acopio y Fundación Zamá

“Sabemos que en esta comunidad mucha gente vive del reciclado y algunos venden en el tianguis y han mermado sus ingresos porque el tianguis que abre los miércoles y los domingos está cerrado desde hace dos semanas; de ahí que se haya elegido a estas personas para entregarles una despensa que tiene nopales, café, piloncillo, arroz, frijol, entre otros productos, todos de Morelos y basadas en economías sustentables”, afirmó.

Carlos Montoya también dijo que en días anteriores se han repartido más despensas en otras comunidades y que la entrega de éstas no tiene fines políticos, no están siendo entregados por partidos o por ningún gobierno, sino por familias solidarias que saben de los problemas por lo que las persona vulnerables pasan, principalmente en esta contingencia.

En Chamilpa, población vulnerable recibió despensa donadas por familias, para que se ayuden en esta contingencia del Covid-19, ya que muchas familias viven de la venta en el tianguis y éste no ha abierto sus puertas

 

Martes, 31 Marzo 2020 05:18

BATALLA PRENSA CONTRA COVID-19

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Comunicadores y camarógrafos aplican medidas de seguridad en grupos.

Conforme las autoridades federales, estatales y municipales han intensificado las medidas preventivas contra el Covit19, las reporteras, fotoperiodistas y camarógrafos han desarrollado y aplicado sus medidas de seguridad en grupos.

Entre los reporteros de “a pie”, como se denomina en el gremio a quienes todos los días salen a las calles a realizar coberturas, hay prácticas preventivas que se han ido generalizando desde la fase 1 hasta la fase 2, en la que Morelos se encuentra hasta hoy.

Por ejemplo, a los entrevistados se les pide que guarden la “sana distancia”, es decir, la separación entre personas de entre un 1.50 y dos metros, y que no saluden de beso, abrazos o estrechamiento de manos.

Una vez que se efectúa la entrevista, los celulares son desinfectados con antivirales.

Es bastante complicado aplicar la sana distancia entre los propios reporteros, pero poco a poco esta práctica va siendo más aceptada.

La protección con cubreboca durante la labor periodística es también frecuente, y aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que sólo se lleve la mascarilla si se tiene tos o estornudos y que éstas sólo son eficaces si se combinan con el lavado frecuente de manos con una solución hidroalcohólica o con agua y jabón, varios grupos de reportera y reportaros la usan por el simple hábito: “sabemos para qué sirve, pero la usamos porque nos da una especie de ‘seguridad’”, dijo una reportera.

Algunas reporteras tienen todo un kit preventivo: cubrebocas, gel antiviral, gel antibacterial, alcohol, guantes de látex, etc.

Uno de los reporteros que da coberturas en Cuernavaca y en sur de Morelos afirmó que en la capital del estado es donde las reporteras y reporteros han aplicado de manera más disciplinada estas medidas, pero en algunos municipios de la zona sur no.

“Nosotros tenemos la información que se genera de primera mano y como garantes del derecho a la información debemos actuar con profesionalismo y responsabilidad, proveyendo a la sociedad de una información objetiva y verás. Aquí es cuando más cuidado debemos tener con lo que documentamos y mandamos a las redacciones. La gente cree en nosotros. Y por otro lado debemos ser muy responsables de nosotros mismos, de nuestra salud y de la salud de nuestros compañeros y aplicar rigurosamente las medidas preventivas, no solo como cualquier ciudadano, porque nosotros no estamos dentro de nuestras casas. De por sí esta es una profesión de riesgo y ahora con la pandemia se vuelve peligrosa, por eso debemos cuidarnos más, afirmó.

 

 

 

 

 

 

 

  

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—Fotonota—

Al mediodía de este viernes, habitantes del poblado de Ahuatepec, en el municipio de Cuernavaca, reportaron que se registra un incendio en un cerro en Villa Santiago.

Lunes, 23 Marzo 2020 05:18

Domador del sonido

Lectura 4 - 8 minutos

Desde hace más de 13 años, Josafath Barrera Flores se dedica a la factura artesanal de guitarras de todo tipo y otros instrumentos de cuerda, como el bajo, el bajosexto y violines.

Temixco. Una de las miles de cosas que la gente o los músicos ignoran es que el sonido de las guitarras no sólo sale por la boca. Como insectos invisibles y ciegos, las ondas sonoras avanzan por la madera y “salen” por todos los poros.

Mucha gente también ignora que sesenta o setenta por ciento del sonido que produce una guitarra se concentra en la tapa.

Josafath Barrera Flores es un laudero de 35 años, originario de Paracho, Michoacán, con más de trece años dedicados a la factura artesanal de guitarras de todo tipo y otros instrumentos de cuerda, como el bajo, el bajosexto, violines, etcétera.

En Temixco, dentro del local donde está el taller de su familia, Josafath explica que tienen más de ocho años en ese lugar y han fabricado guitarras para toda la república mexicana y para otros países, de muy diferentes precios. Todo depende del material con que se fabrique el instrumento.

El laudero, que originalmente estudio Filosofía en el Claustro de Sor Juana, revela que la tapa de la guitarra es la parte más laboriosa porque ahí se concentra el sonido. Según el tipo de madera se puede producir un sonido de más calidad o más agudo o grave, dependiendo del presupuesto y gusto del cliente.

 

MADERA DEL MUNDO

La madera que usa en el taller es en su mayoría de importación. Por ejemplo, hay diferentes clases de cedro: canadiense, americano, estadounidense o europeo. Una de las más caras es el cedro alemán; su color es oscuro, rojizo, y los hilos de la veta son muchísimo más cerrados. Además, la madera tiene cien años o más almacenada, lo que permite un secado total. Hay maderas americanas, por ejemplo, que llevan añejadas diez años o más, pero no son tan finas. El sonido del cedro alemán es de mucho mayor calidad, además de que cuando se barniza se pueden observar las vetas y tonos de una belleza superior.

“Nosotros compramos madera legal de importación y la almacenamos para que se seque totalmente. Una madera que tiene agua tiene un sonido apagado, lo sabemos nosotros por el olor, por el sonido y a simple vista, por eso la dejamos secar más tiempo. La madera que no está añejada el tiempo suficiente se pandea, se abre, eso lo podemos constatar nosotros cuando nos traen instrumento a reparar. También sabemos que una madera reacciona ante la humedad del lugar en donde se use para fabricar la guitarra”.

En Casa Barrera se fabrican guitarras a mano, al gusto del cliente y de acuerdo con su presupuesto. Se asesora al comprador para que tenga un instrumento de calidad.

 

PROCESO

El proceso comienza con la selección de la madera, que puede ser de gran calidad o de menor calidad, y en cada una de las piezas se utiliza un tipo de madera distinta: cedro, paloescrito, palosanto, jaboncillo, ébano, arce, encino, nogal, palo de rosa, cocobolo, etcétera. El corte de las partes de una guitarra se debe hacer con mucha precisión porque el material es muy caro y no se debe desperdiciar nada; el ensamblado es milimétrico, cualquier error demerita el sonido.

Josafath platica que la caja, por ejemplo, lleva tiras de madera colocadas en la tapa llamadas barras armónicas. No todas se sitúan en la misma posición ni todas son de la misma medida ni de la misma madera; cualquiera que la ve y no sabe de laudería supone que sirven para reforzar, pero no, su finalidad es transportar el sonido, el cual se controla con el tipo de madera que uno escoja. Hay unas que dan un sonido más agudo que otros, no es lo mismo el sonido de un requinto que el de una guitarra de acompañamiento. Con estas barras también se controla o equilibra el sonido calibrándolas, o los filos en las orillas, una barra sin filo no detiene las ondas sonoras. La regla general es que las maderas claras favorecen a los sonidos agudos, las maderas oscuras favorecen a los sonidos graves. Hay guitarras como las que se usan para flamenco que necesitan sonidos graves.

Los diseños de las barras armónicas varían, no siempre fueron así, este diseño se debe al español Antonio de Torres Jurado, considerado como el inventor de la guitarra flamenca y la clásica, equiparable a Antonio Stradivarius en el violín. Antes de él las guitarras tenían siete cuerdas y las hacían de una sola pieza, eran muy burdas, hasta que Torres comenzó a experimentar y llevó estos instrumentos al más alto nivel.

Josafath Barrera relata que hace dos años fue a un diplomado de acústica a la Ciudad de México. Los expertos le dieron fórmulas matemáticas para hacer una tapa de guitarra, la cual fabricaron con los parámetros solicitados. La tapa fue puesta en aparatos y sobre ella arenilla. Los aparatos hicieron vibrar la guitarra y la arenilla se iba sólo de un lado y se caía de la tapa. Luego los expertos les dijeron que fabricaran tapas como ellos sabían y también le pusieron arenilla: y la arenilla comenzó a formar los abanicos de las barras armónicas. Los científicos se sorprendieron. Un ingeniero dijo que la ciencia jamás va a superar lo hecho a mano, porque lo hecho a mano lleva alma, y la ciencia no, nada más números, si tienes un error en la ciencia va a ser el mismo error para todo, pero si es hecho a mano va a ser un error diferente en cada cosa.

 

BARNIZAR PERO PERMITIR QUE LA MADERA “RESPIRE”

Otro de los procesos importantes es el barnizado. Es muy importante no tapar los poros de la guitarra, porque por ahí viaja y sale el sonido, permitir que la guitarra “respire” y no se “ahogue”. La guitarra debe llevar barniz delgado, nitro celulosa, pero para guitarras más finas se usa goma laca con una mezcla especial, que es la resina de los árboles. Un barnizado puede tardar mes y medio o más, peor con goma laca, de tres a cinco meses, puro barnizado. Un buen brillo se obtiene con alrededor de dos semanas, pero cada mano implica diez manos. Una mano se compone de diez barnizadas, se deja secar, luego de nuevo viene la otra mano y así hasta llegar a total 120 manos.

La técnica de barnizado en goma laca de Casa Barrera es una herencia de la abuela de Josafath: Teresa Hernández, ya fallecida. En Paracho, Michoacán, el taller era casero, pero comenzaron a hacer más pedidos hasta que la abuela ya no pudo más y comenzó a enseñar la técnica del barnizado a mujeres para que pudieran producir más guitarras, y así paso de mujeres a hombres. En la actualidad Josafath emplea esa misma técnica que descubrió y empleó su abuela.

 

ADORNOS

Algunas guitarras llevan adornos o incrustaciones, muy elaboradas o sencillas, a gusto del cliente. En Casa Barrera tratan de no incorporar a las guitarras elementos extraños que le resten calidad al sonido. Hay incrustaciones de concha nácar, de hueso o de maderas finas, todas llevan su tiempo y tiene un grado de dificultad. La más sencilla puede llevar tres semanas.

 

COSTOS

La guitarra más económica que venden en Casa Barrera cuesta dos mil quinientos pesos.

Una de gama media baja cuesta 15 mil pesos y se puede hacer hasta en un mes y medio.

Una de gama media, por ejemplo, cuesta alrededor de 35 mil: tres meses de construcción y tres meses de barniz, sellador y laca, más el material y la mano de obra.

Barrera Flores platica de algunas guitarras especiales que ha fabricado:

“Hace cuatro años un cliente de Estados Unidos me encargó una guitarra de cincuenta mil pesos. La hice de palosanto, clásica. Una clásica de palosanto, para un cliente de Estados Unidos. Originalmente la cotice en treinta y cinco pero cuando fui a comprar el material, como es de importación, había subido, pero el cliente aceptó el precio nuevo. Recuerdo que en la roseta hice unos chinelos, porque el cliente es promotor de los chinelos en Estados Unidos. Antes de mandarla me la caló un guitarrista de la Ciudad de México, el maestro Julio César Oliva; una vez que la probó me dijo que esa guitarra valía más de setenta mil pesos.

También recuerdo una de cocobolo, una madera nacional, muy sonora, que un tío llevó a Estados Unidos y estuvo unos días en el Guitar Center expuesta. Después me la compró el amigo de mi tío.

Josafath Barrera Flores afirma que en Casa Barrera no se fabrican guitarras que tengan mal sonido, tiene un gran respeto y amor por la tradición de las guitarras fabricadas a mano y honra con su trabajo a quienes le enseñaron, en Paracho, este oficio.

 

 

 

 

 

 

 

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