Perrista, chuchista con doctorado en zaguates.
El 21 de julio se celebra el día del mejor amigo del hombre, el perro, y es importante reflexionar sobre este ser que nos ha acompañado desde tiempos inmemoriales y de quien todos tenemos, al menos, un buen recuerdo.
En Morelos, el artículo 327 del Código Penal tipifica el maltrato animal como un delito; esto de acuerdo con reformas del 16 de marzo de 2016, y a mediados de febrero de 2020 sentenciaron por primera vez a una persona de nombre Sergio “N”, a cinco meses de tratamiento psiquiátrico, tras ser sometido a proceso penal por delitos de actos de crueldad contra animales domésticos, por un tribunal de enjuiciamiento en la Ciudad Judicial de Cuautla.
El hombre se tardó entender que el perro no es cualquier cosa. Lo ha seguido desde hace más de ocho mil años y le ha servido para cazar, para acompañarlo, le ha dado amor, y el animal no le ha pedido nada.
Si bien hay representaciones de la figura de perro en las pinturas rupestres y en los testimonios objetivos y concretos (esculturas, pinturas, códices, tradición oral) de las grandes civilizaciones en el mundo, en castellano hace relativamente poco se le comenzó a llamar perro, es decir, se le dio un nombre y con ello una existencia en el mundo.
En el Diccionario de la Real Academia Española vigente el perro es definido como el mamífero doméstico de la familia de los cánidos, de tamaño, forma y pelaje muy diversos, según las razas, que tiene olfato muy fino y es inteligente y muy leal a su dueño. U. en m. ref. a la especie.
Como sucede siempre, la definición no delimita al objeto y a su función (como diría Jorge Luis Borges, sólo es arquetipo de la cosa) y si se trata del perro se queda muy corta.
El lexicógrafo de 1495 (Antonio de Nebrija, Vocabulario español-latino, Impresor de la Gramática castellana Salamanca, 1495) consigna ya la palabra canis, pero 116 años después el Diccionario de Sebastián de Covarrubias de 1611 (reproducido a partir del ejemplar de la Biblioteca de la Real Academia Española, O-73, en el Grupo: 1.- Diccionarios de los siglos XV-XVIII, del Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid, Luis Sánchez) define al animal. Ésta es la entrada del mejor amigo del hombre a la realidad, a la existencia. La definición está todavía en castellano antiguo, en donde no importaba mucho la ortografía y había caracteres raros como el apóstrofe “Ç”:
“animal conocido y familiar símbolo de fidelidad y de reconocimiento a los mendrugos de pan que le echa su amo. De esta materia hay y libros enteros escritos con casos muy particulares. La etimología del perro declararemos por una pregunta que se suele hacer en las aldeas. ¿Por qué el perro cuando se quiere echar da vueltas a la redonda? Respóndele por vía de pasatiempo que anda a buscar la cabecera. El perro es de naturaleza muy seca y para echarse recogido no puede doblar el espinazo de golpe y así cada vuelta que da se dobla un poco hasta que a su parecer esté para poderse echar recogido y por esta calidad ígnea se le llamó perro, de ignis [fuego en latín]. Hay muchas diferencias de perros, unos perritos que llaman de falda, que crían las señoras, dichos antiguamente Meliteos porque se traían de Malta. Otros que son para la casa y otras para la guarda de la persona. Los perros del ganado, que son de tanta importancia a los pastores, y otros muchos géneros de perros. Proverbios: A perro viejo, nunca tus, tus; Por dinero baila el perro; Perro ladrador nunca buen cazador. El perro con rabia a su amo muerde. El perro del hortelano, que ni come las bersas ni deja comer a otro. El perro del herrero que duerme a las martilladas y despierta a las dentelladas. A otro perro con ese hueso. NI padre, ni madre, ni perro que le ladre. Perrilo de muchas bodas. Los perros de Zurita. Este es un refrán común y dicen haber nacido de un alcalde de Zurita, tenía unos perros muy bravos, que estaban de día atados y soltándolos en la noche no hallando a quien morder se mordían unos a otros”.
Sobre el origen del término, en el Diccionario de la Real Academia española de 1737, consigan que la palabra perro proviene del griego pyr que significa fuego, por ser estos animales de un temperamento seco y fogoso.
Por otro lado, el Breve Diccionario Etimológico de la lengua Castellana, de Joan Corominas (1973), asienta que la palabra perro es una onomatopeya del sonido que hace este animal al gruñir: perr perr. Los pastores usaban ese sonido para incitar a sus perros. Un parónimo de perro es apurar, pues con esa voz apresuraban a las ovejas.
En 1895 los hermanos Lumiére proyectaron en público la primera película: Salida de los obreros de la fábrica; y en el segundo 26 hace su aparición un perro, muy alegre, moviendo la cola.
Lee a tu perro esta información, le va a gustar mucho saber algo que desconoce. Hablar con los perros es una práctica sana. Leerles, como si se tratasen de niños, es de espíritus mayores.