La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró 2019 como el "Año Internacional de las Lenguas Indígenas", sobre la base de una recomendación hecha por el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas; en la semana que concluye, específicamente el día 1 de febrero, en la Asamblea General de la ONU se realizó el lanzamiento oficial de la conmemoración, a fin de alentar la adopción de medidas urgentes para preservar, revitalizar y promover las lenguas indígenas.
Se dio a conocer, según datos del organismo internacional, que en el mundo se hablan cerca de siete mil idiomas, de los cuales, seis mil 700 son lenguas indígenas y el 40 por ciento corre el riesgo de desaparecer: dos mil 680, aproximadamente, lo que pone en riesgo las culturas y sistemas de conocimiento a los que pertenecen.
Es por ello que la designación de 2019 como Año Internacional de las Lenguas Indígenas brinda la oportunidad de examinar los problemas relacionados con las lenguas y los conocimientos indígenas en diferentes regiones, tan diversas como la de los habitantes de Fiji en el Pacífico, los dong en China, los samis en la Laponia sueca, los bahimas en Uganda, los maoríes en Nueva Zelandia y los mixtecas en México.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) actuará como organismo principal durante este año internacional de las lenguas indígenas: un mecanismo de cooperación destinado a destacar un tema de interés mundial y a movilizar a diferentes interesados para llevar a cabo una labor coordinada.
En el proceso participan diversas entidades de la ONU, entre ellas tres mecanismos que se ocupan específicamente de cuestiones relativas a los pueblos indígenas: el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, órgano central de coordinación de las cuestiones relativas a los intereses y derechos de los pueblos indígenas del mundo; el Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas y el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, mismo que proporciona al Consejo de Derechos Humanos conocimientos especializados y asesoramiento sobre los derechos de los pueblos indígenas.
Uno de los motivos a destacar acerca de esta conmemoración internacional es que los pueblos indígenas suelen estar aislados en los países donde viven, desde el punto de vista político y social, debido a la ubicación geográfica de sus comunidades y a sus diferentes historias, culturas, tradiciones y lenguas: estas últimas son sistemas complejos de conocimientos y comunicación, por lo que deben reconocerse como un recurso nacional estratégico para el desarrollo, la consolidación de la paz y la reconciliación.
A través de la lengua, las personas preservan la historia, la memoria, las costumbres y tradiciones de su comunidad, además de los modos únicos de pensamiento, significado y expresión, razón por la cual el idioma es fundamental en los ámbitos de la protección de los derechos humanos, la consolidación de la paz, la reconciliación y el desarrollo sostenible.
Sin embargo, muchas de estas lenguas están desapareciendo pues las comunidades que las hablan se enfrentan a la reubicación forzada, las desventajas educativas, la pobreza, el analfabetismo, la migración y otras formas de discriminación, además de violaciones de los derechos humanos.
Durante la conmemoración, el año pasado, del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, manifestó en su mensaje alusivo que es una oportunidad de crear conciencia sobre la situación precaria de las poblaciones autóctonas, además de centrarse en los factores de la migración y la movilidad, para proteger sus derechos y mantener sus culturas y formas de vida.
Lo anterior, ya que como resultado de la pérdida de su territorio y recursos, por el desarrollo y otras presiones, muchos pueblos indígenas migran a las zonas urbanas en busca de oportunidades, aunque también migran a través de las fronteras internacionales por desplazamiento o reubicación sin su consentimiento, y para escapar de la violencia, los conflictos armados, la persecución, la degradación ambiental y los impactos del cambio climático, sin olvidar la búsqueda de mejores perspectivas, educación y empleo para ellos y sus familias.
En este espacio nos hemos referido al tema en algunas ocasiones y señalando, por ejemplo, cuestiones relativas a la migración y la discriminación en nuestro país.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Discriminación 2017 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los cinco estados en México con los índices más altos de discriminación son Puebla, con 28.4 por ciento; Colima, 25.6; Guerrero, 25.1; Oaxaca, 24.9 y Morelos, 24.4 por ciento; mientras que los menores porcentajes de la población de 18 años o más que declaró haber sido discriminada por algún motivo o condición personal se registraron en Nayarit, con 13.1 por ciento; Zacatecas, 13.7; Nuevo León, 14; San Luis Potosí, 14.4 y Durango, 15.4 por ciento.
Y es que en América Latina alrededor del 40 por ciento de todos los pueblos indígenas viven en zonas urbanas, incluso el 80 por ciento en algunos países de la región; en México y según la Encuesta Intercensal 2015 del INEGI, de acuerdo con su cultura, 21.5 por ciento del total de la población se autorreconoce indígena, de la cual el 48.7 por ciento son hombres y 51.3 por ciento son mujeres.
Además y según se apunta en la encuesta referida, se estima que 6.5 por ciento de la población de tres años y más de edad habla alguna lengua indígena, es decir 7.4 millones de personas: de ellas, poco más de 909 mil no hablan español y sólo se comunican en su lengua; la lengua más hablada es el náhuatl, con el 23.4 por ciento, seguida del maya y del tzeltal con el 11.6 y 7.5 por ciento, respectivamente.
Añadimos que según datos de la ONU, los pueblos indígenas están constituidos por 370 millones de personas, aproximadamente, es decir, más del cinco por ciento de la población mundial; empero, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas, vulnerables y perjudicadas del mundo, representando el 15 por ciento de los más pobres.
Destaca además el caso de los migrantes indígenas, quienes se enfrentan a muchos desafíos, incluida la discriminación.
"La migración es una oportunidad pero también conlleva riesgos inherentes. Las tasas de trata y otras formas de violencia son desproporcionadamente elevadas entre las mujeres y las niñas indígenas", expresó en su mensaje del 2018 António Guterres, e hizo también referencia a un Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, "para maximizar los beneficios de la migración y prestar apoyo a los grupos de migrantes vulnerables, incluidos los pueblos indígenas. Es fundamental que se protejan los derechos y las identidades de los pueblos indígenas".
Queda expuesta entonces la importancia de las lenguas indígenas en los temas de diversidad cultural y diálogo intercultural sobre cuestiones de educación, medio ambiente e inclusión social, entre otros, en los que el idioma es fundamental en los ámbitos de la protección de los derechos humanos, la consolidación de la paz, la reconciliación y el desarrollo sostenible; es por ello imprescindible que se adopten medidas que apoyen, accedan y promuevan las lenguas indígenas de conformidad con los derechos legítimos de las personas que las hablan.
Durante el evento del lanzamiento oficial de la conmemoración del "Año Internacional de las Lenguas Indígenas 2019", la presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, María Fernanda Espinosa, aseveró que "las lenguas indígenas son tesoros cargados de historia, de valores, de espiritualidad, de conocimientos desarrollados a lo largo de milenios". Coincidimos.