De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Discriminación 2017 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los cinco estados con los índices más altos de discriminación son Puebla, con 28.4 por ciento; Colima, 25.6; Guerrero, 25.1; Oaxaca, 24.9 y Morelos, 24.4 por ciento; mientras que los menores porcentajes de la población de 18 años o más que declaró haber sido discriminada por algún motivo o condición personal se registraron en Nayarit, con 13.1 por ciento; Zacatecas, 13.7; Nuevo León, 14; San Luis Potosí, 14.4 y Durango, 15.4 por ciento.
En la encuesta del INEGI también se anota que uno de cada cinco mexicanos mayores de 18 años ha sido objeto de discriminación: para las mujeres, la apariencia física es el principal motivo de discriminación, seguida de las creencias religiosas y el género; para los hombres, las causas son la apariencia física, la manera de hablar y la edad.
Cabe señalar que negar de manera injustificada un derecho, directa o indirectamente, de igual modo vulnera el derecho a la igualdad y no discriminación de las personas; al respecto, en la encuesta del INEGI de referencia se indica que el 23.3 por ciento de la población de 18 años y más señaló que en los últimos cinco años se le negó injustificadamente algún derecho.
Este domingo hacemos referencia a esta encuesta del INEGI ya que en la semana que concluye se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que han buscado durante años el reconocimiento de su identidad, forma de vida y el derecho sobre sus territorios tradicionales y recursos naturales; herederos de una gran diversidad lingüística y cultural, así como de costumbres y tradiciones ancestrales, son más de cinco mil grupos distintos, en 90 países, y que hablan una gran mayoría de las aproximadamente siete mil lenguas del mundo.
En América Latina, alrededor del 40 por ciento de todos los pueblos indígenas viven en zonas urbanas, incluso el 80 por ciento en algunos países de la región; en México y según la Encuesta Intercensal 2015 del INEGI, de acuerdo con su cultura, 21.5 por ciento del total de la población se autorreconoce indígena, de la cual el 48.7 por ciento son hombres y 51.3 por ciento son mujeres.
Además y con datos de la encuesta referida, se estima que 6.5 por ciento de la población de tres años y más de edad habla alguna lengua indígena, es decir 7.4 millones de personas: de ellas, poco más de 909 mil no hablan español y sólo se comunican en su lengua; la lengua más hablada es el náhuatl, con el 23.4 por ciento, seguida del maya y del tzeltal con el 11.6 y 7.5 por ciento, respectivamente.
Cabe destacar la importancia de las lenguas indígenas en los temas de diversidad cultural y diálogo intercultural sobre cuestiones de educación, medio ambiente, desarrollo científico y tecnológico, libertad de expresión, empleo e inclusión social; por ello, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y proclamó el año 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
Según datos de la ONU, los pueblos indígenas están constituidos por 370 millones de personas, aproximadamente, es decir, más del cinco por ciento de la población mundial y, sin embargo, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas, vulnerables y perjudicadas del mundo, representando el 15 por ciento de los más pobres: destaca además el caso de los migrantes indígenas, quienes se enfrentan a muchos desafíos, incluida la discriminación.
Respecto de la conmemoración de este año 2018 del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, manifestó en su mensaje alusivo que es una oportunidad de crear conciencia sobre la situación precaria de las poblaciones autóctonas, además de centrarse en los factores de la migración y la movilidad, para proteger sus derechos y mantener sus culturas y formas de vida.
Lo anterior, ya que como resultado de la pérdida de su territorio y recursos, por el desarrollo y otras presiones, muchos pueblos indígenas migran a las zonas urbanas en busca de oportunidades, aunque también migran a través de las fronteras internacionales por desplazamiento o reubicación sin su consentimiento, y para escapar de la violencia, los conflictos armados, la persecución, la degradación ambiental y los impactos del cambio climático, sin olvidar la búsqueda de mejores perspectivas, educación y empleo para ellos y sus familias.
"La migración es una oportunidad pero también conlleva riesgos inherentes. Las tasas de trata y otras formas de violencia son desproporcionadamente elevadas entre las mujeres y las niñas indígenas", expresó en su mensaje António Guterres, y añadió que se espera que a finales de este año los Estados Miembros aprueben un Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, "para maximizar los beneficios de la migración y prestar apoyo a los grupos de migrantes vulnerables, incluidos los pueblos indígenas. Es fundamental que se protejan los derechos y las identidades de los pueblos indígenas". Coincidimos.