La fecha del “Día Naranja” fue elegida por la ONU para recordar a las hermanas Mirabal, tres activistas políticas que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo. Las hermanas Mirabal -Minerva, Patria y María Teresa- eran llamadas 'Las Mariposas', por su activismo, y fueron ahorcadas, apaleadas y lanzadas al barranco dentro de un vehículo para simular un accidente de tránsito; tal crimen alarmó a los habitantes de República Dominicana y marcó un cambio en la historia ya que fue “la gota que derramó el vaso” de una serie de atropellos que se daban en un régimen autoritario.
Desde 1981, las militantes en favor del derecho de la mujer observaron el 25 de noviembre como el día contra la violencia, mismo en el que se nos invita a llevar alguna prenda de ese color para resaltar el llamamiento a erradicar la violencia contra la mujer: sin reservas, equívocos o demora. La violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos y es consecuencia de la discriminación que sufre, tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razón de género; dichas agresiones también afectan e impiden el avance en muchas áreas, incluidas la erradicación de la pobreza, la lucha contra el VIH/SIDA y la procuración de la paz y la seguridad.
El 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134 , la Asamblea General de la ONU declaró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, invitando a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen en ese día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer. El 20 de diciembre de 1993, la Asamblea General aprobó la “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer” (A/RES/48/104).
Entre los datos que ha destacado la ONU al respecto de la violencia que se ejerce en contra de las mujeres, resaltan los siguientes: hasta un 70 por ciento de ellas sufren violencia en su vida, es decir, una de cada tres mujeres ha soportado maltrato físico o sexual, principalmente por un compañero sentimental.
“No es exagerado decir que la mayor amenaza para la vida de las mujeres son los hombres, y, a menudo, los hombres a los que quieren”, ha señalado Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, quien también dio a conocer que prácticamente en la mitad de casos de mujeres asesinadas en 2012, el agresor fue un compañero sentimental o un familiar. Es necesario “implicar a los hombres y los niños como defensores y agentes del cambio a favor de la igualdad de género y los derechos de las mujeres (…) que los hombres que creen en la igualdad de género, pasen a la acción”.
Sobre otras estadísticas, Naciones Unidas apunta que cerca de 120 millones de niñas han sufrido el coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales sin consentimiento en algún momento de sus vidas, mientras que 133 millones de mujeres y niñas se han visto sometidas a la mutilación genital femenina, sobre todo en África y en algunos países de Oriente Medio.
No se puede pasar por alto que también entre 500 mil y 2 millones de personas se calcula son víctimas cada año de trata, lo que las lleva a la prostitución, a realizar trabajos forzados, a la esclavitud o a la servidumbre: las mujeres y las niñas representan alrededor del 80% de esas víctimas.
Respecto al caso específico de México, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) elaboró en su momento un estudio respecto a la “Implementación del tipo penal de feminicidio en México, causas y consecuencias”, mismo en el que se precisa que en nuestro país fueron asesinadas 3 mil 892 mujeres, entre los años de 2012 y 2013: de esos casos, sólo 15.75 por ciento -613 casos- son investigados como feminicidios.
En el 46 por ciento de los 613 feminicidios, éstos fueron cometidos ”con actos brutales”, llegando al extremo de que las mujeres incluso fueron quemadas vivas; respecto a la suma total citada, un 16 por ciento corresponde a quienes sufrieron agresiones mortales con armas de fuego.
En el plano internacional, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, recordó en su mensaje para promocionar el “Día Naranja”, que en el año de 1995, 189 gobiernos se reunieron en Beijingm, en donde se aprobó “la Plataforma de Acción que definía estrategias clave para poner fin a la violencia contra las mujeres”, siendo la prevención uno de los factores relevantes para acabar con las principales causas de la desigualdad de género.
Las estrategias clave incluyen diversas líneas de acción: mejores servicios para las sobrevivientes de violencia, tales como líneas telefónicas de asistencia, refugios, consejo legal, acceso a la justicia, asesoramiento, protección policial y servicios sanitarios; índices de denuncia más precisos, una mejor recopilación de datos y un análisis más riguroso sobre los factores de riesgo y prevalencia; incluso mayor asistencia a las organizaciones de mujeres, una de las primeras líneas de ayuda.
Muchos países han incorporado leyes para prohibir, penalizar y prevenir la violencia contra las mujeres, pero su aplicación y cumplimiento no son adecuados: los índices de denuncia de casos de violencia siguen siendo bajos y la impunidad de los agresores, muy alta. La violencia contra la mujer continúa siendo una pandemia global, pero la violencia contra las mujeres y las niñas se podría evitar: la prevención es esencial, recordemos que debemos actuar y ser agentes de cambio, día a día.
La periodista colombiana Jineth Bedoya Lima, quien trabajaba para el diario El Espectador cuando fue secuestrada y violada por un grupo paramilitar sobre el que investigaba, es una de las activistas que han decidido romper su silencio para ayudar a que otras mujeres no sufran ese horror, como explicó en una entrevista concedida a la AFP: "Como mujer, es difícil hablar cuando se ha vivido una violencia física semejante. Pero ver a tanta gente interesarse por este tema me da una fuerza increíble. Es algo que no había sentido antes. Es una fuerza que viene del fondo del corazón y se alimenta de la sed de justicia".