Este parece ser el caso de quienes ocupan una enorme extensión territorial en la colonia Universo, aquí al nororiente de la ciudad de Cuernavaca, que perdieron el juicio contra el dueño José Winters Alfaro, quien con justa razón, está exigiendo que sean desalojados para que le devuelvan lo que le pertenece.

Es una larga historia, como muchas otras. El señor Winters y comuneros de Ahuatepec fueron despojados de lo suyo hace ya cerca de dos décadas. Se presume que en aquel entonces se observó cierta complacencia de las autoridades del Gobierno estatal, que a pesar de sus reclamos, nunca se les atendió.

Pero eso no les hizo desistir y continuaron peleando en los tribunales hasta que por fin la justicia federal les reconoció que están en su derecho de pedir la devolución de lo suyo.

Pero no estamos hablando de dos o tres familias; se trata de unas cinco mil, que es un asunto mayor y consecuentemente conflicto social, que tampoco es su problema, porque ciertamente que nadie tiene por qué construir en lo que no le pertenece.

El asunto es que estarían ya con una orden de desalojo en mano, y corresponde a la autoridad la ejecución ya que se debe usar la fuerza pública, pero, ¿cómo retirar de ahí a cinco mil familias? Sí es un tema preocupante para el Gobierno.

Más aún, siendo un asentamiento humano irregular, ya dispone de toda clase de servicios y urbanización otorgados por las administraciones estatal y municipal, cosa indebida porque las normas no lo permiten.

Esto puede convertirse en un conflicto mucho más delicado de lo que fue Tamoanchán en donde por omisión en el cumplimiento de una orden de desalojo girada al Gobierno estatal, éste debió pagar las consecuencias de manera económica, cubriendo muchos millones de pesos como indemnización a una institución bancaria que reclamaba el predio y que también lo ganó.

Aquí es la primera llamada. Habrá que ver cuál es la posición que guarda la autoridad, porque ir a sacar a toda una colonia se antoja prácticamente imposible, pero las instituciones legales ya dieron su dictamen.

Como en buena parte del resto de Morelos, muchos de los residentes ni son del estado; se trata de familias inmigrantes de otras entidades, sobre todo de Guerrero; pero ya crearon intereses, construyeron casas, así sean humildes, sin tomar en cuenta que los espacios no les correspondían.

El secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Demetrio Román Isidoro, dijo sobre el tema que es competencia de la Consejería Jurídica conocer del caso; nosotros no manejamos este tipo de conflictos.

Pero este caso es una situación que se repite cientos, tal vez miles de veces en nuestra entidad. Aquí es una invasión inaceptable, pero en otros lugares se ocasiona por la venta indiscriminada de terrenos ejidales y comunales de parte de las mismas autoridades en la materia.

A través de constancias de posesión, se va desprendiendo parte de los espacios de los ejidos y las comunidades con la complicidad de autoridades municipales que permiten construcciones por todos lados sin los permisos correspondientes.

El desorden en el crecimiento urbano es casi total. Adolecemos de una planeación en este sentido y la mancha urbana crece sobre arroyos, ríos, barrancas, áreas boscosas destruyendo incluso parte de la naturaleza y provocando daños ecológicos y ambientales.

En el mejor de los casos, es la misma autoridad la que propicia el desorden autorizando licencias de construcción para unidades habitacionales en todos lados sin considerar los efectos colaterales y negativos que todo ello ocasiona y que se reflejan en un cambio dramático del clima y de una menor disposición de recursos naturales como el agua, la flora y la fauna.

Pero lo que pasó en la colonia Universo es mucho más que todo eso; se trató de un robo a “Pepe” Winters y a los comuneros, que de acuerdo con la ley tendrá que ser reparado. Suponemos que pagando las constancias de posesión.