Es decir, las corporaciones municipales estarían siendo absorbidas por dicho cuerpo policiaco que además tendrá un mando único para que no existan confusiones a la hora de la verdad.
Ello sólo es una muestra más de que se le continúa buscando la cuadratura al círculo. Las instituciones competentes en esta materia intentarán experimentar algo que en el pasado era una práctica, por ejemplo, durante la administración del doctor Lauro Ortega Martínez; eran corporaciones estatales las que desarrollaban la tarea de prevención y persecución del delito; así surgió la famosa Policía Montada que tuvo su base en Palo Escrito, en el municipio de Emiliano Zapata.
El caso es que ante la escasa consistencia que se observa en este combate y lucha abierta, aparecen propuestas como ésta. Sin embargo, hace rato, a nivel de presidentes municipales surge una inquietud, porque muchos de ellos sostienen que los recursos presupuestales que destina la federación para ser compartidos con ellos vía el Fondo Estatal de Seguridad, nunca les llegan, y esto es parte del enredo.
Dos de ellos decían al reportero que "lo único que llega a las alcaldías, sin manoseos, es lo que tiene que ver con el Subsemun, un subsidio para la seguridad municipal, precisamente porque se envía de forma directa. Pero de los cientos de millones de pesos que se canalizan a través del Foseg, poco o nada sabemos".
Bueno, un edil se atrevió a mencionar que "nosotros llegamos a pensar que ese fondo de seguridad es un instrumento para que se laven cantidades importantes de dinero, porque no le vemos otra salida".
Y más aún, refirió que "las instalaciones del Foseg son una especie de búnker. Desde el titular, coronel José Herrera Chávez, hasta una media docena o más de funcionarios suyos, se manejan con una actitud de perdona vidas. Parece que cualquier peso que se nos da es una limosna".
Otro agregó que "a través del Consejo Estatal de Seguridad se pretende legitimar todo. Ahí se nos convoca para hablar de millones y millones de pesos que presuntamente se gastan en tales o cuales tareas que sólo ellos saben dónde están, porque en la calle no se ve un solo resultado."
Y parece haber cierta razón en los quejosos, porque el presupuesto para la seguridad pública ha crecido como la espuma en los últimos años, particularmente a través del Foseg, pero ni siquiera las corporaciones de policías estatales observan mejoras importantes.
Siguen adoleciendo de los mismos problemas, falta de capacitación, armamento obsoleto y casi en desuso, salarios --la parte más sensible e interesante que abonaría en mayor honestidad-- bajos que no corresponden al nivel de responsabilidad y riesgo al que se enfrenta hoy día cualquier elemento.
La pregunta sigue siendo, ¿qué destino tienen los cientos de millones de pesos que recibe el Foseg de la federación? Es un verdadero secreto y sólo los más altos niveles de autoridad lo deben saber, pero nunca nos lo van a contar.
Herrera Chávez debería aclarar muchas de estas dudas, porque en efecto, tomando en consideración que es la bolsa más grande de recursos que maneja el estado, no parece haber un solo signo que nos indique cuál es el rendimiento en utilidad.
Porque lo que vemos en la vía pública muestra lo contrario, un abandono injustificado de las tareas de equipamiento, prevención y persecución en contra de los malosos.
Se insistió mucho en que se buscaría ir homologando el salario de los policías con corporaciones de entidades vecinas como la del Estado de México, Distrito Federal o Puebla, pero como que se dio marcha atrás.
La queja de los elementos es recurrente; se sienten poco apoyados por las instituciones y su comentario obligado es respecto a sus deficientes ingresos.
Acaso se dio prioridad a un grupo de élite de reciente formación, pero al resto de la tropa se le mantiene en el rezago a pesar de que vía el Foseg pareciera haber suficiente dinero como para atenderlos mejor.
Pero insistimos, así justificaran su uso, los niveles de inseguridad indican que no están resolviendo nada. En todo caso, es un derroche inútil que igualmente merece una explicación pública.