Hay quien señala que “las malas noticias se digieren mejor con el estómago lleno”, así que siendo domingo y para que usted comience a abrir apetito, estimado lector, ¿qué le parece si antes de pasar al tema central de la columna de hoy, invocamos a una de las memorias menos desarrolladas en el ser humano: la memoria gustativa? Guadalajara ofrece a propios y extraños una gastronomía envidiable, siendo representativos dos platillos que intentaremos describir a continuación.
El primero de ellos se ha bautizado como "torta ahogada" y se prepara con el pan típico tapatío, el birote salado, el cual se rellena con carne frita de cerdo cortada en trozos y frijoles refritos untados, bañado todo en salsa de tomate, delicadamente condimentada con especias; se come acompañada con cebollas desflemadas en limón y salsa picante.
“Tortas ahogadas de deseo en Mogador: Dicen que un pirata invencible sucumbió al beso que le había robado a una mujer en la ciudad amurallada de Mogador. Finalmente prefirió ahogarse que vivir sin ella. En su memoria se inventó esta legendaria torta ahogada de barbacoa”.
La cita es de Alberto Ruy Sánchez, destacado escritor mexicano que en alguna ocasión colaboró con un chef inspirado en cinco libros escritos por el autor y que componen “El Quinteto de Mogador”: encontró que en Marruecos se hace un tipo de barbacoa adobada -Mashwi- bañada en salsa picante, y que se come con las manos, en un pan. Así creó la “torta ahogada Mogador”, variante de la original y bañada en salsa de tomate y chile de árbol, condimentada con laurel y orégano, lo que "hace realidad el vínculo entre la mano, la pasión y el fuego”.
Sobre el segundo platillo, la birria, ¿qué no se podría escribir? La carne de cabra, res o borrego se hornea lentamente, adobada con jengibre, mejorana, comino, chiles y vinagre, para después servirse en diferentes cortes. En las mejores birrierías -como la que se encuentra en el municipio de La Barca, en la región Ciénega al este de Jalisco- la birria se sublima por un segundo calor infernal, para “tatemarse”. Ya servida, en la mesa se acompaña con varios ingredientes: frijoles gratinados, cebollas, tortilla recién preparadas, salsa roja y un caldo denso que sirve como salsa líquida para el taco.
“Probarla es recordar un sabor antiquísimo, anterior a casi todo, contemporáneo tan sólo a la domesticación del fuego”, escribió como descripción del platillo el articulista Alonso Ruvalcaba, agregando que “la mejor cocina de Jalisco es reconstituyente. Considera la cruda. Nunca olvida que la noche de ayer pudo haber sido desastrosa. Hace sudar: quiere que sanes”.
Y es que la atención se centró esta semana que termina en el estado de Jalisco, precisamente. El martes, autoridades del gobierno federal entregaron la ampliación de la carretera León-Aguascalientes, en su tramo León-Lagos de Moreno, y durante el discurso principal pronunciado hubo algunas inconsistencias sobre dicha obra de infraestructura en Jalisco: “Por un lado acerca al Gobernador del estado vecino de Lagos de Moreno, y de igual manera acerca al estado de este estado, al Gobernador de este estado, al estado de León, donde se ubica León. Por ello, a ambos gobernadores, en esta cercanía ya me confundí en este trabalenguas que yo mismo fui construyendo”.
Trabalenguas. Fenómenos lingüísticos. Cedo unas líneas a Juan R. Ubiarco, licenciado en Letras Españolas, quien en su ‘Análisis de palabras formadas con el elemento narco- en la prensa nacional’, apunta que entre dichos “fenómenos lingüísticos “podemos mencionar como uno de los más evidentes, los cada vez más abultados eufemismos con que las autoridades suelen referirse a la cruda y violenta realidad que se vive en muchas partes del país (…) el gran número de palabras que se han formado usando la cadena narco- al inicio de la unidad léxica”.
Narco-menudistas, narco-audios, narco-dinero, narco-mantas, narco-violencia, narco-fosas, narco-corridos. Todas son palabras que se han utilizado en diversos medios de comunicación. Específicamente, el viernes pasado, la palabra ‘narco-bloqueo’ fue repetida para describir una ofensiva centrada en la zona metropolitana de Guadalajara, en la que se cortaron los principales accesos a la ciudad, creando un clima de inseguridad entre la población no solamente de la capital, sino del resto del estado de Jalisco.
Haciendo un poco de historia, el 18 de marzo de 2010 en el municipio de Guadalupe, Nuevo León, se reportaban -simplemente- ‘bloqueos’ atribuidos a delincuentes; el 19 de marzo de 2010, también en Nuevo León, se señalaban igualmente ‘bloqueos’. No fue sino hasta el 30 de marzo de 2010, en Reynosa, Tamaulipas, cuando se empezó a acuñar el término ‘narcobloqueos’, describiendo un hecho que la Dirección General de Comunicación Social de la Secretaría de la Defensa Nacional informó en específico de esta manera: “En Reynosa, de las 1045 a las 1100 horas, integrantes de la delincuencia organizada, bloquearon la carretera Federal No. 2, frente al Campo Militar ubicado en esa Plaza, utilizando diferentes tipos de vehículos como tráilers, camiones, camionetas y automóviles compactos, con el fin de impedir la salida de tropas de sus instalaciones. De manera simultánea, en Matamoros, también se efectuaron bloqueos en las avenidas que confluyen en la Guarnición Militar de esa ciudad”.
La definición práctica de la palabra es sencilla: un bloqueo realizado por un grupo delictivo ligado al narcotráfico, con gente armada que busca puntos estratégicos de ciudades importantes, como los accesos a vías de comunicación, teniendo como objetivo ocasionar caos, confusión, incertidumbre y miedo, evitando la movilidad de las autoridades y facilitando el escape de delincuentes peligrosos. Si la conducta es reiterada y generalizada, violenta y limita la acción de las autoridades encargadas de su persecución, convirtiéndose entonces en un desafío o amenaza.
Un dato interesante es que en el año 2012, en el estado de Oaxaca, la Red Nacional Jurídica de Instituciones Policiales analizó durante el panel “Análisis y propuestas para el tratamiento jurídico de hechos consistentes en ataques y actividades irruptoras en vías públicas”, los procedimientos legales que las distintas corporaciones deben seguir en casos como ‘narco-bloqueos’, secuestro y quema de automotores.
En aquel entonces, Gilberto Higuera Bernal era presidente de dicha Red y también titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal; durante el evento mencionado, expresó que la intención era “proponer mecanismos y procedimientos para que el actuar de la policía se ajuste a la ley”, reconociendo que los ‘narco-bloqueos’ se habían realizado en “una buena cantidad de estados y se trata de acciones criminales para impedir la actuación de las instituciones, ejercer presión o hasta para causar alarma social”. Higuera Bernal también fue subprocurador durante la gestión de Rafael Macedo de la Concha al frente de la Procuraduría General de la República (PGR) y recientemente la actual procuradora Arely Gómez lo presentó como titular de la Subprocuraduría de Procedimientos Penales y Amparo de la citada dependencia.
Sobre los incidentes del viernes pasado en Jalisco, la Fiscalía General del Estado informó que el saldo fue de “5 gasolineras incendiadas, 14 con tentativa que fue frustrada; 36 vehículos incendiados; 12 puntos carreteros afectados; 11 bancos incendiados; 19 detenidos; 7 occisos; 3 civiles heridos; 26 rutas transporte afectadas; 25 municipios con incidentes; 4 enfrentamientos; 39 bloqueos en distintos puntos del estado y 3 intentos fallidos de bloqueo”, a lo que se suma el derribo de un helicóptero militar, con dieciocho personas a bordo. A la hora de cerrar esta columna, se tienen nuevos reportes de incidentes en Puerto Vallarta.
Desde este espacio expresamos el deseo favorable para que la violencia termine y se siga recordando a Guadalajara como la “Perla de Occidente”, la “Perla Tapatía”: términos que hacen referencia a la capital del estado mexicano de Jalisco, mismo que también cuenta al mariachi, al tequila y a la charrería como elementos emblemáticos de México ante el mundo. Que no se convierta en constante lo que el periodista Jan Martínez Ahrens ha escrito en un medio internacional español: “Este viernes negro ha sido un aviso”.