En la semana que concluye se conmemoró el "Día internacional de solidaridad con los miembros del personal detenidos o desaparecidos" de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), siendo el 25 de marzo la fecha elegida por el aniversario del secuestro del señor Alec Collett, ex periodista que trabajaba para el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas en el Cercano Oriente cuando fue secuestrado por elementos armados en 1985; posteriormente, su cuerpo fue encontrado en el valle de Bekaa, en Líbano en 2009.
En el sitio web de la organización internacional se refiere que desde la fundación de las Naciones Unidas en 1945, más de tres mil 500 de hombres y mujeres han dado su vida en actos de servicio, personal de las Naciones Unidas que ya sea en su país de origen o lejos de su familia y su hogar, trabaja incansablemente para ayudar a los más vulnerables del mundo.
De igual modo, se apunta que el número y la magnitud de las misiones de mantenimiento de paz crecieron durante la década de los noventa y que muchas más personas dedicadas a la peligrosa labor fallecieron en esos diez años que en los cuarenta anteriores: es decir, cuanto más activa fuera la ONU en el futuro, más ataques recibirían al trabajar al servicio de la causa por la paz.
La ONU ha señalado que en los últimos años dicho Día Internacional de Solidaridad "ha cobrado una importancia aún mayor con la intensificación de las agresiones contra las Naciones Unidas", ya que se trata de un día para "impulsar la adopción de medidas, exigir justicia y reforzar nuestra decisión de proteger a los funcionarios y al personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, así como a nuestros colegas de la comunidad de organizaciones no gubernamentales y la prensa".
¿Cuál es la definición que se lee en el Diccionario de Filosofía de Nicola Abbagnano acerca de la palabra “solidaridad”? “Inglés: solidarity; francés: solidarité; alemán: solidarität; italiano: solidarietá. Término de origen jurídico que en el lenguaje corriente, común y filosófico, significa: 1) relación recíproca o interdependencia; 2) asistencia recíproca entre los miembros de un mismo grupo”.
La Asamblea General de la ONU también ha proclamado un día del mes de diciembre como Día Internacional de la Solidaridad Humana, concepto destacado por el organismo internacional como crucial en la lucha contra la pobreza, la promoción del espíritu de compartir y la participación “de todos los interesados pertinentes”; la palabra clave en el texto de la ONU es “pertinente”, adjetivo definido por la Real Academia Española (RAE) como “perteneciente o correspondiente a algo”, “que viene a propósito”.
Por desgracia, una gran parte de la población global que debería compartir recursos y esfuerzos para combatir las desigualdades, la extrema pobreza, el desempleo, la exclusión social y la degradación del medio ambiente -características que siguen siendo distintivas de sociedades de todo el mundo- se ve guiada por el afán egoísta, el ansia de poder, la acumulación de recursos, la discriminación y el prejuicio, obstáculos importantes para estar en condición de construir sociedades inclusivas.
Y para muchos grupos sociales vulnerables, la situación empeora.
Señala además la ONU: “La solidaridad se identifica en la Declaración del Milenio como uno de los valores fundamentales para las relaciones internacionales en el siglo 21 y para que quienes sufren o tienen menos se beneficien de la ayuda de los más acomodados. En consecuencia, en el contexto de la globalización y el desafío de la creciente desigualdad, el fortalecimiento de la solidaridad internacional es indispensable”.
“Siempre hay hombres buenos en los peores momentos. Yo suelo referirme a la poca fe que tengo en el ser humano. Pero esta novela es muy optimista. Quería que el lector terminase sonriendo: que pensara que a pesar de todo son posibles el diálogo, la lealtad, la solidaridad entre gentes que no comparten la misma ideología, como ocurre con los dos protagonistas principales. Nuestro problema, e incluyo por supuesto a América latina, es que queremos al enemigo vencido, exterminado. ¡Al paredón! Ese afán por silenciar, por exterminar, por callar, por desterrar, porque desaparezca el diálogo con el contrario, es muy hispano”.
El párrafo que antecede es parte de una entrevista realizada por Martín Rodríguez Yebra al escritor Arturo Pérez-Reverte para el Diario La Nación, en este año y en referencia a su novela “Hombres buenos”. No se equivoca Pérez-Reverte al apuntar que la solidaridad se ve superada por ese afán de querer silenciar (la) en un tiempo, nuestra actualidad, en el que el egoísmo y el miedo superan “a los hombres buenos”.
Francisco Salinas Ramos, doctor en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca, en su artículo “Globalización, Solidaridad y Derechos Humanos”, anota que se debe abrir las puertas y designar un lugar para la utopía y la esperanza: “De esta forma podría ser realidad lo que se plantea como posible, aunque todavía no se haya realizado. Este debe ser el gran proyecto en tiempos de globalización: refundación de la política sobre nuevas bases y fundamentos con participación del tejido social, de la sociedad civil como sujetos activos; hacer compatible el mecanismo del mercado con las exigencias de la justicia, porque sin justicia no hay libertad real”.
Solidaridad, sí. Pero entendida en sentido positivo y sin olvidar que es un valor que no debe practicarse solamente un día, en fecha señalada o situación particular.
Por su parte, Zygmunt Bauman, sociólogo de origen polaco, señalaba en el 2004 que “la solidaridad se crea mediante una frontera: un interior donde estamos nosotros y un exterior donde están ellos. En el interior el paraíso de la seguridad y la felicidad, en el exterior el caos y la jungla”.
Añadía que “el sentimiento dominante hoy en día es lo que los alemanes llaman ‘Unsicherheit’. Uso el término alemán porque dada su enorme complejidad nos obliga a utilizar tres palabras para traducirlo: incertidumbre, inseguridad y vulnerabilidad. Si bien se podría traducir también como ‘precariedad’. Es el sentimiento de inestabilidad asociado a la desaparición de puntos fijos en los que situar la confianza. Desaparece la confianza en uno mismo, en los otros y en la comunidad”.
No es necesario esperar a experimentar una situación de vida o muerte, para comprender la importancia de tener una disposición permanente a la elaboración del bien común; esa “pizca milagrosa” de solidaridad y empatía que, tal vez en un instante único, cambie de manera decisiva y para bien la historia de una persona y, en consecuencia, de todos.
“Solidario por predestinación y por oficio. Solidario por atavismo, por convencionalismo. Solidario a perpetuidad. Solidario de los insolidarios y solidario de mi propia solidaridad”, señalaba el poeta argentino Oliverio Girondo. Coincidimos.