"Recientemente consulté en Internet el informe “Libertad en el mundo” de 2018, publicado por Freedom House, lo que me llevó a una triste conclusión. Solo un país del mundo árabe se encuentra en la categoría “libre”. Se trata de Túnez. Jordania, Marruecos y Kuwait están definidos como 'parcialmente libres'. Los otros están entre los 'no libres'".
Con el párrafo anterior es tal como comienza la última publicación del periodista Jamal Khashoggi en español; Arabia Saudita admitió por primera vez este sábado que el periodista murió dentro de su consulado en Estambul.
Khashoggi, destacado periodista saudí, colaboraba en varios periódicos en la lengua árabe e inglesa radicados en Arabia Saudita, entre ellos Okaz y Saudi Gazette; en diciembre de 2016, las autoridades saudíes denunciaron públicamente a Khashoggi tras haber criticado al entonces presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en un acto celebrado en Washington, y el periodista se marchó de Arabia Saudita a Estados Unidos, en junio de 2017, donde se convirtió en columnista habitual de The Washington Post.
Organismos internacionales como el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional (AI) y Reporteros sin Fronteras (RSF) han solicitado que se lleve a cabo una investigación independiente sobre la muerte del periodista desaparecido, luego de que Riad admitiera que murió en su consulado en Estambul, al que entró el 2 de octubre para obtener sus documentos de estado civil.
En la solicitud de las ONG se anotaba lo siguiente: "Se piensa que las autoridades saudíes puedan ser responsables de la desaparición del señor Khashoggi en el consulado saudí de Estambul. El 2 de octubre, el señor Khashoggi y su novia, la señora Hatice Cengiz, visitaron el consulado saudí de Estambul. Desde su llegada al Consulado, la señora Cengiz vio denegada su entrada y tuvo que esperar fuera de las dependencias consulares. El señor Khashoggi entró entonces al Consulado a las 13:14 pero nunca más apareció. Su suerte y su ubicación siguen desconocidas hasta la fecha".
AI señalaba en días pasados que Arabia Saudita ha negado su implicación en la desaparición, pero no ha presentado prueba alguna que lo sustente; en cambio las autoridades turcas informaron que fue asesinado dentro del consulado.
Según varios medios de comunicación, el periodista habría sido torturado, decapitado y su cuerpo desmembrado.
Tanto RSF, CPJ, HRW y AI indicaron que Turquía debe pedir con carácter de urgencia al secretario general de la ONU, António Guterres, que establezca una investigación de las Naciones Unidas sobre la posible ejecución extrajudicial del periodista saudí Jamal Khashoggi.
Al respecto, se anota que tal investigación, independiente, "debe determinar las circunstancias del papel desempeñado por Arabia Saudí en la desaparición forzada y el posible homicidio de Khashoggi. La investigación debe tener como objetivo identificar a todas las personas responsables de ordenar, planear y ejecutar cualquier operación relacionada con el caso".
Robert Mahoney, director ejecutivo adjunto del Comité para la Protección de los Periodistas, apuntó que "Turquía debe pedir a la ONU que abra una investigación creíble, transparente y sin demora (...) la intervención de la ONU es la mejor garantía contra el encubrimiento saudí o los intentos de otros gobiernos de esconder el asunto bajo la alfombra para proteger lucrativos vínculos comerciales con Riad".
Es interesante agregar lo que han señalado los organismos internacionales respecto a que los datos recopilados por el equipo de investigación de la ONU "deben conservarse para su uso en futuros enjuiciamientos", además de destacar que el equipo de investigación debe tener la posibilidad de viajar sin restricciones adonde lo necesite y de entrevistar a posibles testigos o sospechosos "sin injerencias", además de recomendar "vías que permitan poner a disposición de la justicia a cualquier persona contra la que se encuentren indicios de implicación creíbles y admisibles".
Por su parte, las autoridades turcas anunciaron la apertura de una investigación penal sobre la desaparición de Khashoggi y realizaron estudios forenses en el consulado de Arabia Saudita, el 15 de octubre; al respecto, habría afirmaciones relativas a la existencia de registros visuales y de audio que probarían que Khashoggi fue asesinado en el consulado.
Christophe Deloire, secretario general de Reporteros sin Fronteras, afirmó que que hay "absoluta necesidad de una investigación imparcial e independiente que permita establecer la verdad y garantizar la justicia para Jamal Khashoggi (...) si la ONU se moviliza de verdad para combatir la impunidad por delitos cometidos contra periodistas, como mínimo debe intervenir plenamente en uno de los casos más escandalosos y extremos de los últimos años llevando a cabo esta investigación".
También se ha señalado que existe un precedente de este tipo de investigación de la ONU, ya que en el 2008, Pakistán pidió al entonces secretario general Ban Ki-moon que abriera una investigación sobre el asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto; se descubrió que, según los investigadores, las autoridades paquistaníes intentaban encubrir los hechos relacionados con el asesinato de Bhutto.
Incluso la canciller alemana Angela Merkel ha expresado que "las informaciones dadas sobre el desarrollo de los hechos en el consulado en Estambul son insuficientes", y que se espera de Arabia Saudita "transparencia sobre las circunstancias de la muerte y las razones de fondo".
Cabe hacer mención que Reporteros Sin Fronteras refirió que el grupo de trabajo de Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas confirmó haber iniciado un procedimiento de urgencia con las autoridades saudíes para aclarar el caso del periodista Jamal Khashoggi, a instancias de RSF y de las ONG de defensa de los derechos humanos Al Karama y ALQST.
"Lo que el mundo árabe necesita es libertad de expresión", es el título de la última columna del periodista Jamal Khashoggi, publicada en el Washington Post. En muchos países, por desgracia, tal afirmación también es válida.