La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el día 12 de julio como el "Día de Malala", en homenaje a Malala Yousafzai, la joven paquistaní que fue baleada y casi asesinada por talibanes; Malala es actualmente Mensajera de la Paz del organismo internacional y justamente en la fecha referida es el día de su cumpleaños: el número 21.
Según el informe "Missed Opportunities: The High Cost of Not Educating Girls" ("Oportunidades perdidas: El alto costo de no educar a las niñas") que el Banco Mundial dio a conocer en anticipación al 12 de julio, fecha establecida por las Naciones Unidas como "Día de Malala", las escasas oportunidades educativas de las niñas y los obstáculos que les impiden completar 12 años de educación ocasionan a los países pérdidas de productividad e ingresos a lo largo de toda la vida, que oscilan entre los 15 y 30 billones de dólares.
También de acuerdo con el referido informe -el cual se publicó con apoyo de la Fundación del Fondo de Inversión en los Niños, la Alianza Mundial para la Educación y el Fondo Malala- en los países de ingreso bajo, menos de dos tercios de las niñas termina la escuela primaria y solo una de cada tres niñas termina el primer ciclo de la escuela secundaria.
En promedio, las mujeres con educación secundaria tienen más probabilidades de trabajar y ganan casi el doble que las mujeres que no han recibido ningún tipo de educación, además de que hay otros efectos positivos, como una amplia gama de beneficios sociales y económicos para ellas mismas, sus hijos y sus comunidades.
Al respecto del tema, Malala Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014 y cofundadora del Fondo Malala, ha señalado que "cuando 130 millones de niñas no pueden convertirse en ingenieras o periodistas, o directoras ejecutivas de una empresa porque la educación está fuera de su alcance, el mundo pierde billones de dólares que podrían ayudar a fortalecer la economía mundial, la salud pública y la estabilidad".
De igual modo, agrega: "Si los líderes mundiales se comprometen a construir un mundo mejor, deben comenzar por invertir en la educación secundaria de las niñas. Este informe es una prueba más de que no podemos permitirnos retrasar la inversión en las niñas”.
Y es que según otros datos, a nivel mundial, unos 132 millones de niñas, cuyas edades oscilan entre los seis años y los 17 años, de las cuales el 75 por ciento son adolescentes, aún no asisten a la escuela; por ello y para aprovechar todos los beneficios de la educación, los países deben mejorar el acceso y la calidad para brindar a todas las niñas la oportunidad de aprender y participar más plenamente en la sociedad y ser miembros activos de su comunidad.
En este espacio hemos comentado acerca de la labor de la joven activista, en ocasiones anteriores, una de las cuales fue en referencia al 12 de julio del 2013, cuando en la sede de Naciones Unidas se celebró un foro juvenil en el que participó Malala, quien ese día cumplía 16 años y que había alcanzado renombre mundial por el activismo en su país a favor del acceso de las niñas a la educación, y por el atentado que sufrió a manos del Talibán en octubre de 2012, por su defensa de esos principios.
Durante aquella sesión, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, felicitó a Malala y enfatizó que cincuenta y siete millones de niños no van a la escuela; también recordó las muertes recientes de estudiantes y maestros en las escuelas, e instó a los gobiernos del mundo a impedir la ocurrencia de esos actos.
Los siguientes son algunos extractos del discurso que Malala Yousafzai pronunció en las sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la fecha de su dieciseisavo cumpleaños, el “Día de Malala”:
“Hay cientos de activistas a favor de los derechos humanos y trabajadores sociales que no sólo están hablando de sus derechos, sino que están luchando para lograr su objetivo de Paz, Educación e Igualdad. Miles de personas han sido asesinadas por los terroristas y millones han resultado heridos. Yo sólo soy una de ellas. Así que aquí me presento. Así que aquí estoy, una niña, entre otras muchas.
(…)
Queridos amigos, el 9 de octubre de 2012, los talibanes me dispararon en el lado izquierdo de la frente. También dispararon contra dos amigas mías. Ellos pensaron que las balas nos iban a silenciar, pero fracasaron. Y de ese silencio nacieron miles de voces. Los terroristas pensaron que iban a cambiar mis objetivos y obligarme a dejar mis ambiciones, pero nada ha cambiado en mi vida, excepto esto: la debilidad, el miedo y la desesperanza murieron para siempre. Nacieron la Fuerza, el Poder y el Coraje.
Soy la misma Malala. Mis ambiciones son las mismas. Mis esperanzas son las mismas. Y mis sueños son los mismos. (…) Nos damos cuenta de la importancia de la luz cuando vemos oscuridad. Nos damos cuenta de la importancia de nuestra voz cuando somos silenciados”. Coincidimos.