Desde el mes de diciembre del 2014, en este espacio hemos dado seguimiento a los llamados y acciones para salvar al “mamífero marino más amenazado del mundo”, tal como lo ha calificado el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF): la vaquita marina, conocida como el "panda del mar" debido a sus marcas distintivas alrededor de los ojos.
En julio de dicho año, 2014, el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva), conformado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Marine Mammal Commission de Estados Unidos y el WWF, alertó que la “vaquita marina”, especie endémica de México, disminuía a una tasa de 18.5 por ciento anual: de 200 individuos que había en 2012, sólo quedaban 97.
Una alarma ecológica al más alto nivel, ya que desde su descubrimiento -en 1956- la tendencia poblacional de la vaquita ha sido siempre a la baja: a inicios de la década de los noventa se contabilizaban cerca de mil ejemplares; en 1997, 567; en 2008, 250; en 2014, existían menos de 100.
Tal como lo señalamos en el mes de julio de aquel año, 2014, el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita alertó que la “vaquita marina”, especie endémica de México, disminuía a una tasa de 18.5 por ciento anual: de 200 individuos que había en 2012, sólo quedaban 97.
De estas 97 vaquitas marinas, se anotó que menos de 25 podrían ser hembras sexualmente maduras; agregamos que, de los estudios realizados se desprendía que si la captura incidental en redes de pesca no se eliminara inmediatamente, esta especie se extinguiría posiblemente en el año 2018.
Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la vaquita es el único miembro de la familia Phocenidae (marsopas verdaderas) que habita en aguas de México, y su nombre científico es Phocoena sinus: Phocoena, que quiere decir “marsopa” del latín, y sinus que significa “cavidad”, que se refiere al Golfo de California: es decir, “la marsopa del Golfo de California”.
La vaquita es el único mamífero marino endémico a México y probablemente a todo el Pacífico noroccidental; vive exclusivamente en el extremo norte del Alto Golfo de California. Los expertos en biología evolutiva piensan que es una especie “relicto”, aislada geográficamente del área de distribución de la especie parental, la marsopa de Burmeister o marsopa espinosa, Phocoena spinipinnis.
Se cree que las marsopas del Golfo de California viven hasta unos 22 años, y el espécimen más viejo encontrado ha sido una hembra con una edad estimada de 21 años. Es uno de los cetáceos menos conocidos del mundo y recibe otros nombres, como “Cochito”; puede empezar a reproducirse alrededor de los seis años y la hembra tiene sólo una cría durante la primavera, cada dos años o más, siendo el período de gestación de aproximadamente diez a once meses.
Con estas cuentas, una hembra solamente podría tener entre cinco y siete crías en toda su vida reproductiva, por lo que es uno de los factores que se deben tomar en cuenta para proponer las acciones de conservación.
En el año 2012, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) colocó a la vaquita marina en su lista de 10 especies en peligro de extinción, junto al tigre, el rinoceronte de Java, el gorila de la montaña y el elefante asiático; se trata del mamífero marino más amenazado en el mundo.
En un documento presentado también por el WWF y titulado “Análisis 2017: Salvando al mamífero marino más amenazado del mundo”, de manera reciente se hizo un llamado a la acción global para salvar a la vaquita marina y conservar las islas y áreas protegidas del Golfo de California, sitio declarado Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Mientras que en un comunicado emitido por el Cirva en fecha pasada, las organizaciones que lo conforman advirtieron que “el mundo entero voltea a México para ver qué hará el Gobierno mexicano para evitar la extinción anunciada de la vaquita marina”. Debíamos demostrar que éramos capaces de evitar la extinción de esta hermosa especie; en el 2017, la meta aún es lejana.
En el informe del Foro Mundial para la Naturaleza, presentado en mayo de 2017, se refería que quedaban menos de 30 vaquitas marinas y que la población de este mamífero endémico ha disminuido 90 por ciento en seis años, además de que la inversión de mil 200 millones de pesos del gobierno mexicano no ha servido para rescatarla; WWF también emitió una ruta crítica de 10 acciones para asegurar el futuro de la vaquita marina.
En fecha posterior a la presentación del informe, la comunidad científica de la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina (SOMEMMA), con sede en Baja California Sur, desmintió al titular de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), Guillermo Haro Bélchez, al manifestar el funcionario federal que existían más de 100 vaquitas marinas, cuando estudios científicos han contabilizado no más de 30 ejemplares de esta especie en peligro de extinción.
Las declaraciones de Haro Bélchez fueron hechas en una reunión, el 21 de julio, con representantes de los medios de comunicación en la Ciudad de México, en donde desestimó las cifras de la comunidad científica y del Cirva; ante ello, la postura de la SOMEMMA fue enviada por escrito a la Ciudad de México, con copia al presidente de México, Enrique Peña Nieto.
En la misiva, se destaca que se considera altamente prioritaria la recuperación y conservación de la vaquita marina, única especie endémica de cetáceo en aguas mexicanas y una de las pocas especies endémicas de mamíferos marinos en el mundo, además de ser mamífero marino listado en riesgo de extinción en la NOM-059-SEMARNAT-2010; precisa además que el monitoreo de la población de la vaquita, se efectúa mediante el uso de herramientas acústicas para monitorizar poblaciones.
Por su parte, el 11 de mayo del 2017, el actor Leonardo Di Caprio, quien impulsa las campañas del WWF, pidió a los mexicanos presionar para que el gobierno atienda las acciones urgentes para rescatar a la vaquita marina: “Hagámosle saber al presidente de México, Enrique Peña Nieto, que demandamos acción para proteger a la vaquita marina hoy”, escribió el actor en su cuenta de Instagram.
Posteriormente, el actor se reunió con Carlos Slim y con el presidente Enrique Peña Nieto, tras lo cual se acordó la prohibición permanente del uso de redes de enmalle en toda el área donde habita la vaquita marina en el Golfo de California, además de que se firmó un memorándum de entendimiento para incrementar el compromiso para proteger los ecosistemas marinos en el Golfo de California.
Sin embargo, no olvidemos que 10 años de estrategia para proteger a la vaquita marina y más de mil 200 millones de pesos invertidos únicamente han conseguido tener a 30 ejemplares al borde de la extinción.
Este año, el pasado 19 de octubre la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio a conocer mediante un comunicado que se había localizado y rescatado un ejemplar de vaquita marina, de aproximadamente seis meses de edad, el cual posteriormente fue reincorporado al mar por recomendación de los expertos veterinarios, quienes consideraron que la cría no puede estar separada de su madre; los científicos que encabezan los esfuerzos del proyecto Vaquita CPR regresaron al ejemplar exactamente al mismo punto del Alto Golfo de California donde fue encontrado, lugar en el que fueron avistados varios ejemplares.
Cabe destacar que también se informó que antes de regresar a la vaquita marina se tomaron varias muestras de tejido para ser analizadas por científicos y compartidas con colegas de otros institutos de investigación, como el Frozen Zoo de San Diego, quienes llevarán a cabo una secuenciación genética para escenarios futuros de clonación.
El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano Alamán, calificó el hecho como “histórico”, al tiempo de anotar que jamás se había capturado y cuidado a una vaquita marina, ni siquiera en un período corto de tiempo, y que continuarán las acciones en el Alto Golfo de California para evitar la extinción de la vaquita marina.
Mediante diversos comunicados, publicados en este mes de octubre en la página de la Semarnat, se ha dado a conocer que se duplicará la vigilancia, inspección y seguridad en el polígono de protección del Alto Golfo de California para garantizar que nada interfiera en las labores de rescate de la vaquita marina, además de destacar la participación de un equipo de científicos y técnicos, provenientes de Estados Unidos, Nueva Zelandia, Australia, Dinamarca, Países Bajos, Irlanda, Reino Unido, Canadá y México que forman parte del programa Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación).
Los trabajos serán encabezados por Lorenzo Rojas Bracho, de la Semarnat, y Cynthia Smith, de la National Marine Mammal Foundation, con el apoyo en labores de investigación de Barbara Taylor, de la National Oceanic and Atmospheric Administration.
El programa consta de tres fases. La primera se refiere a la captura de ejemplares de vaquita marina, para la cual los técnicos irán a bordo de la embarcación María Cleofas, junto con otras siete embarcaciones; en esta etapa participan cuatro delfines nariz de botella (Andrea, Fathom, Katrina y Splash) entrenados en cauitiverio por la armada de Estados Unidos y cuya misión es encontrar y ubicar las 30 vaquitas marinas que aún viven en el Golfo de California.
En la segunda fase, las vaquitas serán albergadas en albercas especialmente diseñadas para este proyecto, donde serán observadas durante 48 horas para monitorizar su salud; en la última etapa, serán trasladadas al santuario diseñado para su resguardo, además de trabajar para aplicar técnicas de reproducción generadas con delfines en cautiverio, además de las aprendidas en vida silvestre. De igual modo, se pretende el desarrollo de artes de pesca alternativa para poder eliminar las redes de agalleras y de enmalle en la zona.
También se informó que se duplicará la vigilancia, inspección y seguridad en el polígono de protección del Alto Golfo de California, para garantizar el cumplimiento del Acuerdo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que prohíbe toda actividad de navegación, pesca y turismo náutico en el polígono del 11 de octubre al 17 de diciembre, a fin de que no interfiera en las labores de rescate de la vaquita marina.
¿El cautiverio finalmente puede salvar a una especie en riesgo de extinción?
La opinión de una activista argentina de Greenpeace apunta que “cada vida en la Tierra, incluida la vaquita, es responsabilidad de todos. Si un día despertamos con la trágica noticia de que la especie se ha perdido, hemos de hacer un mea culpa como seres humanos y rectificar sobre nuestras costumbres propias, ¿qué hemos hecho para salvarlas y ha fallado? ¿Qué no hemos hecho? ¿Por qué no fue suficiente? Tenemos la pésima costumbre de la comodidad. Leer situaciones críticas, con congoja, y esperar que siempre sea otro quien actúe".
"Mi más sincero respeto y agradecimiento para quienes están trabajando y haciendo hasta lo imposible para salvar esta especie de números en rojo. También les digo, no bajemos los brazos, porque mientras haya vida, hay esperanza. Aunque ha demorado demasiado, las vaquitas por fin tienen una oportunidad real frente al peligro de los intereses humanos y económicos. Y hemos de aferrarnos a esta oportunidad con uñas, dientes y aletas, considerando el caso. Mientras quede un guerrero en pie, la lucha continúa”. Coincidimos.