Su programa de acción de 1906 influyó en gran medida en la Constitución de 1917, algunos de sus puntos son: el derrocamiento de la dictadura de Porfirio Díaz; la supresión de la reelección para el presidente y gobernadores; educación obligatoria y laica hasta los 14 años; garantizar las libertades fundamentales como derechos humanos, incluida la sindical; jornada máxima de 8 horas y prohibición al trabajo de menores de 14 años; salario mínimo y descanso dominical obligatorio; abolición de las tiendas de raya; otorgamiento de pensiones de retiro e indemnizaciones por riesgos de trabajo; la expedición de una ley que garantice los derechos de los trabajadores. Estas exigencias tienen lugar en las huelgas de Cananea y Río Blanco que son consideradas precursoras de la Revolución de 1910. El día 1 de junio de 1906 inicia la llamada huelga de Cananea, cerca de la frontera con Arizona, E.U.A. Donde existía uno de los mayores yacimientos de cobre en el mundo. Las demandas principales eran el de un mejor salario, jornada de 8 horas e igualdad de los 5360 trabajadores mexicanos respecto de los 2200 trabajadores norteamericanos. Los días 1 y 2 de junio el Ejército Nacional y el norteamericano reprimieron a los trabajadores, propiciando una masacre obligándoseles a reanudar labores el día 6 de junio bajo vigilancia militar. El 7 de enero de 1907 en las fábricas textiles de la región de Orizaba, Veracruz, los trabajadores se negaron a reanudar las labores ordenadas por un laudo dictado por el presidente Porfirio Díaz (conocido hoy como el abominable laudo Díaz). En éste se resolvía que las demandas obreras se hicieran de manera escrita a pesar de que el 85% de la población era analfabeta, consideraba que los niños mayores de 7 años estaban en aptitud de trabajar y prohibía las huelgas. Por ello, los obreros de Río Blanco procedieron a declarar la huelga, hasta en tanto se les concedieran jornadas de 8 horas y un mejor sueldo. El detonante de la posterior masacre fue la quema de la tienda de raya, considerada como el símbolo de la explotación. Llegaron tranvías llenos de policías y tropas militares, se abrió fuego en contra de ellos cayendo muertos o heridos; según las crónicas aún en la noche se escuchaban los disparos en el sangriento episodio del 7 de enero en Río Blanco. Una continuación de estas luchas obreras se dio con la huelga General de 1916 del Sindicato Mexicano de Electricistas, que fue duramente reprimida; La huelga General en la Fundidora Monterrey, en mayo de 1918; La huelga de Tranviarios del D.F., de 1923; La huelga de la Refinería del Águila de 1924. Sin dejar de mencionar hechos históricos tales como el surgimiento de la Casa del Obrero en 1912 (conocida posteriormente como Casa del Obrero Mundial, en homenaje a los mártires de Chicago), Los Batallones Rojos de 1915, la creación de la CROM en 1918, La Convención Radical Roja de 1921, La Confederación Nacional Católica del Trabajo, Los Trabajadores Mayas del Campo en 1924, Los Mineros de Jalisco en 1925, Los Cordeleros y Henequeros de Yucatán de 1917 y 1933, La huelga Ferrocarrilera de 1927, La Confederación Sindical Unitaria de México de 1929. En fin, se pueden mencionar muchos y muy diversos actos que han ido formando al derecho del trabajo en México, que hoy son una parte de nuestra historia y cuya lectura resulta harto satisfactoria, por ello: primero de mayo, “Día del Trabajo”.
Miradas al Mundo del Trabajo
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“Primero de mayo ¡Día del Trabajo!”
La historia del movimiento obrero Mexicano se recuerda por los hechos de sangre que han venido dando forma a nuestro derecho del trabajo, pero habríamos de destacar que uno de sus antecedentes inmediatos tiene como punto de origen el nacimiento en México del Partido Liberal Mexicano en 1903 y que éste se ocupó de integrar y velar por los intereses de la clase obrera, de los campesinos y de los indígenas, quienes hasta ese momento habían sido ignorados y vejados.
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