No por algo a ese general también se le conoce como “el héroe del 2 de abril” de 1867, fecha en la que, al tomar la capital poblana, dio un golpe del que no se recuperaría el gobierno imperial de Maximiliano de Habsburgo. El acontecimiento lo convirtió en héroe y le dio tal prestigio, que se desarrolló un culto a su personalidad.
Sin embargo, hay que plantear si realmente Porfirio Díaz quiso ser el primer mandatario de la naciente entidad federativa, legalmente constituida por un decreto del entonces presidente Benito Juárez, el 17 de abril de 1869.
No lo fue y, como todos saben, tocó a Francisco Leyva convertirse en el primer gobernador constitucional del estado. De haber alcanzado ese cargo, la entidad se habría convertido en una especie de “laboratorio gubernamental” de lo que más tarde sería su largo periodo presidencial.
Un mes antes de la fecha en que se erigió el nuevo estado, desde Oaxaca, su tierra natal, Díaz había aceptado la candidatura para ser gobernador de lo que sería Morelos. Era el 20 de marzo de 1869.
El libro Historia general del estado de Morelos, de Valentín López González, recupera el contenido de la carta con la que Díaz aceptó la postulación que impulsaban Hipólito Ríos –destinatario del documento- y “sus paisanos”, “designándome como la persona a propósito para gobernar ese distrito, si se erige en estado”, refería don Porfirio.
En caso de que la elección se fije en mí, añadía el oaxaqueño en su misiva, “la aceptaré y emplearé toda la diligencia de que soy capaz, por acatar la voluntad de esa sociedad, legalmente expresada por el goce y legal desarrollo de sus derechos, y por conocer y satisfacer sus necesidades”.
Sin embargo, Porfirio Díaz matizó en esa correspondencia, “esto no significa que deseo y procuro la elección mencionada, sino que no niego mis servicios a un pueblo que me cree útil, y que le agradezco el honor que en ello me hace”, puntualizó. Esa afirmación da pie a cuestionar qué tanto quería en realidad ese puesto público.
Pero ¿por qué ese hombre que había obtenido tanto prestigio –y batallas en los campos de guerra- no ganó en la contienda por la gubernatura de la naciente entidad?
En otro de sus libros, López González aventura una hipótesis. Dice en el tomo I de la obra Gobernadores del estado de Morelos: “La lucha electoral para obtener la primera magistratura del estado fue muy dura, pues se aumentaron las rivalidades entre los porfiristas y los leyvistas. La campaña política de Porfirio Díaz, para obtener la primera Magistratura del estado de Morelos fue auspiciada por un grupo de amigos de este general, pero fue una campaña política dirigida a larga distancia, por Don Porfirio y sin hacer ningún recorrido ni visitas a pueblos”.
Ese hecho contrastaba, de acuerdo con López González, con la campaña del que sería ganador de las elecciones: “el general Leyva recorría poblados de la entidad en busca del voto popular y así fue que el 14 de julio salió triunfante Leyva, el que tomó posesión de su cargo en la ciudad de Yautepec el 15 de agosto de 1869”.
Esa manera de dirigir su campaña, sería otra prueba de que Díaz no tenía como objetivo serio, ser el gobernante de una parte del país. Quizás desde su triunfo sobre la Segunda Intervención Francesa sus aspiraciones miraban más alto y ya desde entonces se veía como el sucesor de Benito Juárez. Es decir, su pretensión era llegar a la posición política más alta del país y no detenerse en gobernar un estado recién nacido.
Además, hacer una campaña en forma quizá era un reto formidable para Díaz, quien no era un hombre público. Aunque es considerado como quien, años después y desde la presidencia de la República, formó las bases del México moderno, no era un hombre hábil para hablar ante la gente
Hay anécdotas que aseguran que una vez lloró en la Cámara de Diputados la ocasión en que tenía que dirigirse a los asistentes.
Otra posible respuesta a su derrota local la bosqueja el propio Valentín López en la obra referida: qué papel tuvo Juárez en el resultado del proceso electoral.
Apunta el libro: “Justo Benítez, por carta enviada a Díaz, a Oaxaca el 27 de marzo entre otros muchos casos le dice: ‘Juárez te hará cruda guerra aún en el estado de Morelos, según se ve de haber dado a Leyva comisión de levantar fuerzas con motivo de lo de Puebla”.
Por último, es interesante resaltar que, aunque Francisco Leyva volvió a ser declarado gobernador constitucional, ahora para el periodo 1873-1877 –no terminó el primero porque solicitó permiso para retirarse del cargo-, fue una acción histórica de Díaz la que le impidió concluir su mandato.
Cuenta Valentín López González en su obra sobre los gobernadores: “El General Leyva, que era un convencido lerdista –seguidor del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la República que buscó la reelección, cabe decir- dejó de ser gobernador de Morelos, pues el Plan de Tuxtepec de 30 de noviembre de 1876, en su artículo cuarto decía que serían desconocidos todos los gobernadores de los estados que no se adhirieran al Plan, y donde no sucediera esto sería gobernador el que nombrara el Jefe de las armas”.
No hay que olvidar que el Plan de Tuxtepec, fue el documento con el cual Porfirio Díaz se levantó en armas en contra de las pretensiones reeleccionistas de Lerdo y que su triunfo le significó el arribo a la silla presidencial, de la que no se despegaría por más de 30 años.