Y su respuesta vino a través de la poesía, principalmente la expresada en forma de escritura por la sensibilidad de Octavio Paz y la de Francisco de Quevedo. Espléndido y acertado recurso para el reconocimiento a la trayectoria, obra y vida del homenajeado.
La comunidad teatral del estado lo hizo, en cambio, por medio de una lectura dramatizada de una de las obras del autor: Un ciudadano del teatro, en donde su pluma rindió honores a su maestro Rodolfo Usigli.
“Con el reconocimiento a su trayectoria y obra nos engrandecemos como pueblo”. Rafael Degar.
*CRITICO A MÉXICO PORQUE LO AMO
Fueron tres escenas de esa pieza, en donde se presentó a Usigli de niño (Fernando Martínez) y su interés por los títeres –jugó con ellos hasta los 12 años-, en diálogos con su madre (Carmen Rodríguez), en donde se resaltó el hecho de que, gracias a sus cuidados y la atención médica oportuna, pudo salvar su ojo derecho.
Patricia Vázquez y Rafael Degar escenificaron el segundo acto, en donde una periodista entrevista al autor teatral y le pregunta: -¿Por qué crítica tanto a país? -Lo critico porque lo amo, es la respuesta de Usigli.
Consideró que “el teatro es un buen medio para que el pueblo pueda verse como es” y con ello superarse de sus defectos; y afirmó la “urgente necesidad de modernizar el teatro mexicano”.
En la tercera escena, entre Degar y Argentina Usigli, se representó una entrevista entre Rodolfo Usigli y Bernard Shaw, a quien le entregó, para su lectura, el manuscrito en inglés de Corona de sombras, pieza sobre Maximiliano y Carlota. El genial autor irlandés al final, y por medio de una carta, exaltó el talento del dramaturgo mexicano.
“Este acto mágico que reconoce que el paso inexorable del tiempo no existe en la dramaturgia”. Rafael Degar.
*DEVELACIÓN DE PLACA Y ELOCUENCIA EN LAS PALABRAS
“Es un justo reconocimiento a la trayectoria de una vida. Y a una vida que se transformó en obra”. Imagen después de la develación de la placa en honor de Moncada. (Fotografía: José Antonio Gaspar)
La institucionalidad cultural se hizo presente en la celebración, con la develación de una placa conmemorativa: el gobierno del estado de Morelos le rindió homenaje “por su brillante trayectoria”, a través de la Secretaría de Cultura.
Aunque está inscrito en el metal que la develación la haría la titular de la dependencia, Cristina Faesler, la funcionaria nunca llegó y ni de dio a conocer al público reunido la causa de su omisión.
En su momento, los amigos hablaron de Moncada haciendo uso de las palabras elocuentes, como testimonios significativos de sus cruces de caminos. Rafael Degar consideró, incluso, que “con el reconocimiento a su trayectoria y obra, nos engrandecemos como pueblo”.
Y celebró “este acto mágico que reconoce que el paso inexorable del tiempo no existe en la dramaturgia”, dijo el director de la compañía Teatro Súbito.
Carmen Rodríguez, mientras tanto, admitió que si bien no fue alumna directa de Moncada Galán, “le sigo llamando Maestro y le confiero ese título por todo lo que he aprendido de él. Es un hombre sabio, por su inteligencia, experiencia, por su entendimiento de cómo es la vida y cómo hay que vivirla”.
Dijo que al igual que don Quijote, que se dice ser el “Caballero de los Leones” –en referencia a un pasaje de la obra maestra de Cervantes-, yo le llamo a Raúl Moncada Galán “Caballero de la escena mexicana y morelense”, aseguró la directora de la compañía teatral Drama Cinco.
Hace 30 años llegué a Cuernavaca, prosiguió la también actriz, en el Instituto Regional de Bellas Artes de Cuernavaca (Irbac) estaban dos Señores –así, con mayúsculas, apuntó-: el director Carlos de la Sierra y el subdirector Raúl Moncada.
Recordó que en ese entonces había un pequeño teatro de cámara formal -no improvisado- y en ese lugar conoció a Moncada. Cuando le contó que era actriz le respondió: “Me has caído del cielo” y la puso a dar clases. Dijo además que por él, se fundó el Grupo Drama Cinco.
*UNA VIDA QUE SE TRANSFORMÓ EN OBRA
Braulio Hornedo al hablar de la dramaturgia realizada por el autor, dijo que “es un milagro que podamos escuchar con nuestros ojos a los muertos”, tal como sucedió con la lectura dramatizada en honor a Usigli.
“Nos permite escuchar a los que se han ido, pero también nos permite ser escuchados por los que no han nacido”, añadió en referencia a la pieza creada por el integrante de la llamada generación del medio siglo, como apuntó.
Sostuvo que hacer un homenaje a Raúl Moncada, “es un justo reconocimiento a la trayectoria de una vida. Y a una vida que se transformó en obra”.
Lo definió como “un gran lector, un extraordinario educador con el ejemplo, un infatigable promotor de la cultura”, quien, subrayó, “nos ha puesto un reto, una cuota muy alta para poder seguir su ejemplo”.
Resaltó que, en estos tiempos donde los intereses extranjeros se vuelven a hacer presentes en nuestro país, cobraba mayor valor que Moncada ha sido “un crítico implacable e impecable del imperialismo” y destacó su “capacidad extraordinaria de conversación”.
Afirmó que el escritor y su esposa Irma, “estarán siempre presentes como humanistas, de los que saben poner el ejemplo, de los que diariamente saben tender su mano de amigo al necesitado”. Y al retomar el poema “Amor constante más allá de la muerte”, de Quevedo, dijo que ellos, “Polvo serán, mas polvo enamorado”.
Por último, recordó que Nietzsche, en El crepúsculo de los ídolos, escribió que “La madurez del varón es haber encontrado la seriedad que de niño tenía al jugar”, como lo pudo lograr el festejado.
*UN ACONTECIMIENTO DE NOBLEZA
Por todo ello, al final del acto, Raúl Moncada dijo con humor a los asistentes: “se imaginan como tengo de inflado el ego, por todo lo que se ha dicho y por este reconocimiento”.
Agregó que debido a que el diccionario dice de manera lacónica, dos acepciones de lo que significa “homenaje”, él tuvo que hacer sus propias definiciones de “lo que no se dice y por eso tengo que decirlo yo”.
Aseguró, por ejemplo, que un homenaje, “es una fiesta de auténtica solidaridad humana, un acontecimiento de nobleza en que un grupo de personas aplaude a un hombre por haber trabajado por la comunidad”.
Además de que es la fehaciente demostración de que el hombre no es sólo el lobo del hombre.
Por último, resaltó que si elaboró esos significados fue debido al valor e importancia que le confirió al homenaje recibido “y a las personas que intervinieron en su realización y a los aquí presentes”, quienes, cabe destacar, le brindaron prolongados aplausos en diversos momentos de la ceremonia.