¿Quién fue el dueño de las manos que realizaron la espléndida pieza de este mes que se exhibe para el público en el Museo Morelense de Arte Popular (MMAPO)? Es la recreación de un fragmento de uno de los pocos testimonios históricos y artísticos sobrevivientes más apreciados elaborados por los antiguos mexicanos –el Códice Borgia- antes de la devastación provocada por la ignorancia española.
El nombre del artista quedará, seguramente en el anonimato, pero no su intención y la magnificencia de su obra. Heredero de una tradición artística surgida antes de que este país fuera fundado, el realizador pertenece, sin duda alguna, a la categoría de quienes, auténticamente entregados a su trabajo, saben conversar con su corazón para darle forma a piezas excepcionales.
El Doctor Miguel León Portilla, en su libro “Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares”, dice del antiguo creador en el mundo prehispánico: “Preparado doblemente el artista, en cuanto conocedor del legado cultural náhuatl, y en cuanto a su capacitación técnica, llegará a transformarse en un ser que sabe ‘dialogar con su propio corazón’”.
León-Portilla presenta en la misma obra, el siguiente texto acerca de quienes se dedicaban a ese trabajo artístico (Textos de los informantes de Sahagún. Códice Matritense de la Real Academia de la Historia, fol. 116 r.):
El artista de las plumas finas
Amantécatl: el artista de las plumas.
Íntegro: dueño de un rostro, dueño de un corazón.
El buen artista de las plumas:
hábil, dueño de sí,
de él es humanizar el querer de la gente.
Hace trabajos de plumas,
las escoge, las ordena,
las pinta de diversos colores,
las junta unas con otras.
El torpe artista de las plumas:
no se fija en el rostro de las cosas,
devorador, tiene en poco a los otros.
Como un guajolote de corazón amortajado,
En su interior adormecido,
burdo, mortecino,
nada hace bien.
No trabaja bien las cosas,
echa a perder en vano cuanto toca.
En el texto de presentación de la pieza, el MMAPO señala: “El arte plumario, identificado con la riqueza, el poder, la fertilidad y la belleza, fue la insignia de la producción cultural del imperio mexica en Europa durante la conquista, debido al saqueo de Hernán Cortés, quien realizó varios envíos de centenares de piezas a las cortes europeas y asiáticas, en donde se maravillaron del excelso trabajo realizado por las manos indígenas de lo que hoy es México.
“Afortunadamente, esta expresión se ha mantenido viva gracias al interés y afán de diversos artistas nacionales, quienes continúan produciendo trabajos de extraordinaria belleza y en algunos casos, coleccionando obras antiguas, como es el caso de Rubén Flores Apaez y Gastón Aguilar Rendón, autores de excelentes creaciones de plumaria y quienes adquirieron la obra que este mes presentamos en el MMAPO”.
Precisamente esos dos creadores que compraron la obra exhibida cuentan lo siguiente:
“Esta pieza, la compramos en agosto del año pasado, en Albuquerque, Nuevo México, en la tienda de antigüedades Whitehawk Antique Show. La persona que nos la vendió nos dijo que fue elaborada en México y comprada hace más de 100 años, pues llevaba tres generaciones con la familia de los dueños de la tienda. Estaba algo maltratada y con huecos. También había sido anteriormente intervenida, utilizando plumas diferentes a las originales, por lo que en nuestro taller quitamos las plumas que rompían con los colores del cuadro y peinamos toda la pluma. Rellenamos los huecos con pluma de hembra de pavo real, pues es lo más parecido a la pluma de gallina que acumuló humo al estar arriba de una chimenea.”
Por último, la presentación del MMAPO explica acerca del manuscrito mesoamericano: “Esta obra, gracias al extraordinario trabajo que presenta, es prácticamente idéntica al original, que corresponde a una fracción de la lámina 57 del Códice Borgia, uno de los pocos textos precolombinos que sobreviven y que fue llamado así en honor al cardenal Stefano Borgia, a quien pertenecía antes de ser adquirido por la Biblioteca Vaticana. Se cree que esta imagen tenía la finalidad de ayudar al sacerdote a determinar cuan favorable podría ser un matrimonio para los contrayentes, de acuerdo a estas láminas y los caracteres de sus nombres”.