En unos lustros más, algunos conventos del estado de Morelos, declarados por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, van a cumplir 500 años, “y esto implica un conocimiento (para las comunidades donde fueron erigidos) de que lo que tienen en sus manos es muy importante”, señala en entrevista el maestro de la fotografía, Adalberto Ríos Szalay.
Concede que “ese es el chiste: no solamente tener un tremendo edificio, sino cómo tenerlo, a veces es hasta un crimen; es más, si es muy difícil inscribirse y es una gran noticia que Unesco dé un reconocimiento, es más noticia, desgraciadamente, cuando lo quita. Cuando no hay un plan serio de conservación, cuando no hay un plan de uso, eso se va para abajo”, advierte.
Hace poco, Ríos Szalay expuso parte de su obra gráfica en la muestra “México en el patrimonio mundial”, dentro del ex convento de Santo Domingo, en la capital de Oaxaca, y se le cuestiona que ese lugar, a diferencia de la mayoría de edificaciones del siglo XVI que hay en Morelos, se ha convertido en un centro cultural que se mueve en una dinámica de actividades que rebasan el considerarlo solamente un espacio histórico.
Se le recuerda, además, que este año se cumplirán dos décadas de la declaratoria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a favor de los conventos localizados en las laderas del Popocatépetl, once de los cuales están en Morelos y tres en Puebla.
“Acabas de señalar algo muy importante –afirma Ríos-, adicionalmente si los edificios son una obra de arte, arquitectónicamente hablando, urbanísticamente inserto en su comunidad, uno de los criterios de la Unesco para otorgar estos nombramientos es cuál es el proyecto que se tiene, de su preservación y de su uso, eso es lo importante”, refiere.
*TEPOZTLÁN, UN GRAN EJEMPLO
Efectivamente, responde el maestro Ríos, en Santo Domingo, en Oaxaca, han hecho desde un jardín botánico hasta una biblioteca, pero yo creo que en Morelos, por ejemplo, “si hablamos de cosas ejemplares, está la labor extraordinaria de Marcela Tostado en Tepoztlán”.
Hay espléndidos museos que explican, en el caso de Tepoztlán –añade Adalberto Ríos- “desde la orografía para que los niños vean dónde están localizados sus lugares en la geografía mexicana, hasta la trascendencia del movimiento zapatista o la cuestión agrícola o la cuestión medicinal”.
Acota que, al igual que Santo Domingo en Oaxaca, “Tepoztlán es un gran ejemplo”, y argumenta que también tiene una “biblioteca maravillosa para niños y para la comunidad, donde llevan a cabo dinámicas con los jovencitos y los invitan a leer”.
“En un sitio tan conflictivo como Tepoztlán –continúa-, que en ocasiones, dado el celo que tienen ellos por su cosas, se suscitan problemas graves, ahí Marcela Tostado ha dado un ejemplo de lo que puede lograr alguien bien preparado, alguien con consciencia y alguien querido que se gana a la comunidad; entonces logra hacer una gran dinámica: si tú vas ahí, están los viejitos enseñando a los niños y tienen eventos culturales, tienen exposiciones, tienen conciertos, todo muy cuidado en relación a la dignidad del edifico, eso es un ejemplo”, subraya.
*QUE LAS COMUNIDADES REALICEN LABORES ASÍ
-¿Pero no cree que sí estamos atrasados porque quedan otros diez conventos que no tienen la misma dinámica que Tepoztlán?
-Creo que una de las responsabilidades es en primer lugar difundir, difundir qué significan estas cosas, para que las propias comunidades lo vean; por ejemplo, en el caso de Cuernavaca, en el monasterio de la Asunción, donde está la catedral, ahí está un trabajo ejemplar de Cecil Abe: con “Adopta una obra de arte” y movilizando a la sociedad civil, ha logrado, por un lado, restaurar la capilla de la tercera orden, uno de los dos o tres mejores ejemplos de barroco que tenemos en Morelos, y por el otro, el trabajo que está haciendo para el Museo de Arte Sacro, que no nada más es hacer un edifico y meterle cosas, sino que ella inició labores de recuperación de sus bienes, de sus pinturas, de sus ornamentos, de esas casullas, para ponerlas en buen estado, lo cual es un trabajo tremendo, que lleva muchos años.
Efectivamente, ojalá que en cada comunidad de cada uno de nuestros conventos que están nominados, la sociedad civil pues, efectivamente, realice labores así.