El líder estatal Miguel Lucía oficializó el acuerdo interno y se considera que la figura del legislador será utilizada electoralmente, a fin de mostrar ante los electores que ahí no se permiten los actos de corrupción y cualquiera que se pase de listo correrá la misma suerte.
Morena había generado muchas expectativas aquí, previo a las elecciones intermedias del 2015; muchos identificados con las luchas al lado del pueblo se sumaron al partido de Andrés Manuel López Obrador y buscaron acrecentar activos mediante un intenso trabajo de campo.
Sin embargo, la absoluta mayoría de esos cuadros, algunos muy valiosos, acabaron decepcionados, porque no obstante merecimientos de sobra para reclamar algún espacio de competencia electoral, fueron desechados por quienes se hicieron cargo de la selección de candidatos y una de las muestras de la incongruencia en el método de elección fue precisamente Nava Amores.
Mostrando acciones contrarias al discurso de apertura, transparencia y honestidad de Morena, acabaron decidiendo algunas candidaturas mediante sorteos, como si fuera lotería. Así fue como ganó su espacio el ahora ex diputado local.
El señor no tenía compromiso con nadie, vamos, ni siquiera con el partido, porque de eso dejó constancia. Como su llegada al Congreso local fue a partir de un sorteo, pues así lo tomó, como un hecho de suerte que buscó explotar para beneficio personal en todo momento.
Hemos insistido mucho en que el partido de AMLO prometía mucho más de lo que consiguió en la lucha electoral del año anterior, su comportamiento fue contradictorio a los principios partidistas que dicen promover y enarbolar. Lo que les ha ocurrido aquí en Morelos tendrán que analizarlo muy bien, de otra manera en la justa que se avecina tampoco representarán mayor inquietud ante sus adversarios.
Cierto, en la contienda en puerta contarán con el acompañamiento de su líder moral AMLO, que va por el tercer intento en busca de la presidencia de la república, pero si no saben cuidar las formas sólo irán nuevamente por posiciones menores.
Y recordamos que como dice esa expresión popular, la tercera es la vencida y si en esta el tabasqueño no logra su sueño deberá dedicarse a otra cosa, porque no hay mañana, es ahora o nunca y si reproducen sus mismas prácticas en lo referente a la elección de aspirantes pues no tienen nada que hacer.
Y mire que Morelos es uno de los estados donde han logrado buenos dividendos electorales en otros tiempos, pero hay entidades de la región norte del país en las que prácticamente no figuran, por eso es de considerar que deberían cuidar muy bien estos espacios.
Bueno, ya en las tendencias hacia la búsqueda de la candidatura presidencial, López Obrador comienza a perder terreno, hasta hace algunas semanas andaba en un empate técnico con la aspirante panista Margarita Zavala, pero en las encuestas más recientes ella casi le duplica la distancia, como que esa comparación que le han venido haciendo con el candidato presidencial de Estados Unidos, Donald Trump, le ha hecho algo de daño.
JULIANA: EL PREMIO A LA CONSTANCIA
En otro tema, la Comisión de Derechos Humanos de la capital del país ha decidido entregar el premio “Ponciano Arriaga Leija” a dos mujeres, por su lucha y trayectoria en la defensa de los derechos humanos del sector femenino y una de ellas es Juliana García Quintanilla.
Juliana es parte de la vocería de la Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDH) de Morelos. Desde hace muchos años tanto ella como su pareja sentimental, José Martínez Cruz, han mantenido una batalla constante a fin de impulsar proyectos y políticas encaminadas a generar protección a las mujeres en un ambiente cada vez más adverso.
Bueno, baste decir que como CIDH fueron los artífices a fin de que tanto el estado como la Federación aplicaran en Morelos la alerta contra la violencia de género, vigente en ocho de los municipios considerados como más peligrosos para ese sector de la sociedad.
Pero invariablemente, ante cualquier suceso de violencia, han sido los primeros en levantar la voz y reclamar de las instituciones competentes en la materia la aplicación de las acciones conducentes a fin de sancionar a los responsables y de prevención en lo sucesivo.
No es para nada fácil desarrollar una tarea de esa naturaleza, independientemente de los riesgos que representa, porque hay que enfrentar a peligrosos delincuentes con señalamientos directos, llevan una de las estadísticas más confiables en lo relacionado a los números rojos de la delincuencia.
Además, el comportamiento de la CIDH es por encima de ideologías partidistas o de regímenes de estado, estuvieron ahí presionando, cuestionando o criticando el proceder de autoridades estatales y federales en tiempos hegemónicos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo mismo ocurrió en los 12 años de gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) -2000-2012- y continúan en estos cuatro años de administración perredista.
Y pareciera que no, pero con esas experiencia en el tema y los años de constancia, han logrado convertirse en un contrapeso frente a las autoridades formales, ya que los datos y cifras que manejan tienen siempre un fuerte sustento y eso les convierte incluso en fuente obligada de consulta de parte de los medios de información que gustan mostrar un comportamiento de equilibrio en sus publicaciones.
Por ello consideramos de suma relevancia que el jurado de la Comisión de Derechos Humanos de la capital decidiera reconocer la labor de García Quintanilla, al distinguirla con el premio Ponciano Arriaga y entonces queda claro que el trabajo ha trascendido las fronteras morelenses y alcanzado otras esferas en el contexto nacional.
Esto debe verse como un estímulo para que la CIDH continúe haciendo su labor porque las circunstancias siguen siendo desafortunadas, la violencia en contra de las mujeres es un fenómeno que se ha arraigado en Morelos, hay trabajo para buen rato, el número de víctimas este año así lo demuestra.