El diputado federal y presidente de la mesa directiva del Congreso de la unión, Javier Bolaños Aguilar, la Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDH), en voz de José Martínez Cruz y Julia García Quintanilla, grupos organizados de la sociedad y agrupaciones de profesionales del derecho exigen esclarecer el asesinato de los cuatro jóvenes preparatoriano de la universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
¡Qué doloroso debe ser para una familia perder a uno de sus hijos, más cuando están en la flor de la edad, con todo un futuro por delante!, pero además, con la impotencia absoluta al no poder hacer nada, porque si se mueven, les toca la misma suerte, en un entorno en el que muchos “servidores públicos” que tienen el encargo de velar por nosotros, porque para eso se les paga con el erario público, sólo recurren a excusas para ocultar sus complicidades o incapacidades.
SUR PONIENTE, MOTIVOS DE LA POBREZA
Y hablando precisamente de esta parte del estado, las regiones sur y poniente, de unas tres décadas a la fecha la situación económica y de desarrollo ha venido a menos, durante esos años, se ha registrado una especie de desmantelamiento de la planta productiva que en su oportunidad ofreció bonanza y prosperidad para miles de familias que vivían de la actividad en el campo, en especial, de la caña de azúcar.
Y el asunto viene al caso, porque todos sabemos que cuando hay hambre, debido a la insuficiencia de ingresos por la falta de empleos y oportunidades laborales, pues se disparan los índices de delincuencia y eso acontece en esta parte de Morelos.
Fue la zona poniente la primera que enfrentó el efecto del cierre de algunas inversiones que ofrecían trabajo y estimulaban la labor en el sector campesino. En esa región, por muchos años, operaban empresas dedicadas a la transformación de los derivados de la caña, los ingenios –así se les identificaba- Actopan, instalado entre Tetecala y Coatlán del Río, “El Morelense”, en la cabecera municipal de Tetecala, que producía destilados de la vara dulce. Ahí mismo aparecía la Hacienda de la Luz, que años más tarde fue objeto de escándalo porque había pasado a manos de un personaje de la delincuencia organizada y que en sus mejores épocas también abonaba en el desarrollo.
Pero además, había un molino de caña en Miacatlán, que hoy es donde se ubica la fundación “Nuestros Pequeños Hermanos”, que atiende y da formación académica a niños en situación de abandono.
O sea, en promedio, son 45 años de enfrentar condiciones adversas en esa parte de nuestro estado y que nadie ha logrado revertir.
Pero a la zona sur tampoco le ha sido bien, su decaimiento es más reciente, porque la debacle comenzó cuando, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, se decidió privatizar el ingenio cañero Emiliano Zapata, de Zacatepec y la gallina de los huevos de oro se terminó para miles de cañeros que de ahí lograban buenos dividendos.
Nada ha logrado sustituir aquella planta productiva, porque hasta el equipo de futbol de Zacatepec descendió y generó también caos, cuando era otra fuente importante de ingresos y de vida para los paisanos de esa parte. Las consecuencias las vemos, ese territorio tan amplio es tierra fértil, pero para la delincuencia.
Nadie encuentra la cuadratura, es indispensable poner en marcha proyectos que restauren un poco el daño generado y la mayoría de los alcaldes de esos municipios tampoco hacen gran cosa por abonar en lo positivo. Vemos algunos esfuerzos en ediles como el de Miacatlán, Francisco León y Vélez, el de Mazatepec, Jorge Toledo Bustamante, porque ambos ya tienen experiencia y cierta carrera en la administración pública municipal, los dos han sido ediles y diputados locales antes de esta ocasión.
El resto de los presidentes municipales están fritos, no tienen ni idea de donde están parados, apenas se intentan sentar bien en la silla, pero ya se les está yendo el primer año, van a tener problemas incluso para pagar prestaciones a sus trabajadores este fin de año, por falta de dinero, no saben de gestión ni de la existencia de programas federales de apoyo.
Están ahí por cualquier razón, menos porque tienen vocación de servicio y ganas de ayudar a sus conciudadanos, por eso es que cada vez las cosas se ponen más graves y no hay esfuerzos por hacer algo interesante. El problema es que el delito llega a niveles históricos, los grupos al respecto encuentran las condiciones inmejorables para atraer a los jóvenes, que en un alto número, no estudian, no trabajan, porque no existe empleo.
Desde luego que el resto de la entidad tampoco vive sus mejores momentos, pero es indudable que la parte del territorio arriba mencionada ha sido la más golpeada. El ingenio de Zacatepec, de haber sido administrado correctamente, seguiría siendo origen de riqueza y bienaventuranza.