Fueron distintas las vías utilizadas por él, entre ellas, las Secretarías de Hacienda, de Educación y fundamentalmente la de Gobernación. Las cosas para nada habrían sido sencillas, debió mostrar, con documentos y números, las causas reales por las que se tiene ese alto rezago económico.
Los encuentros fueron repetitivos, porque se habla de audiencias largas con los funcionarios federales, a fin de convencerlos de que, aquello que tanto se dijo, en el sentido de que había fraudes y desvíos presupuestales enormes, eran argumentos en busca de desacreditar, primero, la figura de Vera y segundo, a la propia máxima casa de estudios.
Bueno, pues los antecedentes al respecto llevan a que desde aquellos niveles de gobierno se entendió que todo eso era pura grilla barata a fin de apaciguar al rector y que no existía tal desfalco, y menos a partir de su administración, de tal manera que el acuerdo habría sido orientar algo así como 400 o 450 millones de pesos, con los que prácticamente se estaría superando el problema y por un buen tiempo.
Más aún, lo acordado entre Alejandro Vera y el funcionario en cuestión, que es de primera línea del gabinete del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, es que personalmente vendrá a la UAEM, campus Chamilpa, a hacer la entrega de los fondos.
Claro, una de las sugerencias a Vera fue que redujera el nivel de confrontación que traía contra las instituciones gubernamentales del estado y por eso es que de un tiempo a la fecha las expresiones y manifestaciones en la vía pública han venido a menos, no obstante, parece que vale la pena, porque se hablaba de una inminente quiebra de la universidad, con todas las consecuencias que eso implica.
Muchos de los enemigos del rector le apostaron a ello, es decir, a la parálisis total, la suspensión de actividades laborales y académicas por insuficiencia de dinero y hasta se trabajó con todo para cortarle todo tipo de flujos financieros a fin de acelerar la problemática.
Se calculó mal, erróneamente pensando que no habría la capacidad de gestión y menos para una suma tan significativa en tiempos de crisis como los que venimos enfrentando. Bien por el trabajo, porque hablamos de miles de estudiantes que habrían salido afectados, independientemente de maestros, institutos de investigación y trabajadores que correrían la misma suerte.
Por ahora se ha tenido que echar mano de todo tipo de ingresos a fin de poder cumplir con el pago de nómina y hasta se continúa avanzando en lo que tiene que ver con el desarrollo de obras de toda naturaleza, elevando el patrimonio propio como no se había hecho hace décadas.
Bueno, vía el Patronato de la UAEM, en manos de Mario Caballero Luna, se acaba de comprar lo que fuera el hotel Bellavista, ubicado abajo del Jardín Borda, en poco más de 40 millones de pesos. Se remodelará aplicándole cerca de 60 millones más, porque ha estado abandonado por años y ahí se contará con espacios de diversa naturaleza.
Por eso decimos que más allá de campañas de desprestigio en contra de la universidad, que es de todos los morelenses, se le ha logrado dar la vuelta a lo que parecía imposible, claro, en ello se contó con apoyos procedentes de muchos confines, uno de ellos, el político, porque algunos legisladores federales gestionaron proyectos por separado y respaldo moral incondicional.
Y EL RECTOR, ¿A DÓNDE VA?
Pero hablando de la figura del rector Alejandro Vera, todavía desde el exterior se considera que en buena medida, parte de esta lucha que ha encabezado en la defensa de los intereses universitarios lleva el propósito de buscar una candidatura al gobierno del estado en las elecciones del 2018.
Pues luego de escuchar de cerca explicaciones de él mismo, nos comienza a quedar claro que no es por ahí, que en efecto, como lo ha reiterado, se descarta como aspirante a la primera magistratura del estado, y quienes insisten en descalificarlo, estimando que se viene aprovechando de la coyuntura para darse baños de pueblo, se equivocan, esa no es la jugada, se quedará a terminar el periodo que le corresponde al frente de la rectoría.
El señor, aunque también sus adversarios lo rechacen, sí trae un buen capital electoral y mantiene buena imagen y credibilidad, de ahí que se le vea con recelo, sobre todo por parte de aquellos que sí aspiran al gobierno, pero por lo que se aprecia, la jugada va por otro lado.
Él mismo y la comunidad universitaria deben facturas a muchos, que como decíamos, se mostraron solidarios cuando las cosas se pusieron al rojo vivo y habrá que buscar la manera de pagarlas, por ahí sí pueden venir las cosas. O sea, está considerado corresponder de alguna forma y en lo relacionado a los políticos, descargar ese capital social o electoral en alguna de las figuras que pelearán el gobierno estatal.
Eso resulta interesante, porque igual y se convierte en el fiel de la balanza, posibilitando el triunfo de alguien, que aún no está definido; lo único que sí es seguro es que para nada irán con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y en todo caso, bien pudiera ser con el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) o del Revolucionario Institucional (PRI), aunque tampoco se descarta algún otro que decida ir por la vía independiente o ciudadana.
Pero sobre el asunto, habrá que ir viendo de cerca cuál es la posición de una buena parte de la Iglesia católica, porque no obstante que jamás lo dirá, el obispo de Cuernavaca Ramón Castro también controla muchas voluntades y seguro que las dirigirá a favor de alguien en el proceso.
Vera y Castro la llevan muy bien, no es descabellado advertir que ambos coincidieran en un solo aspirante y con ello, el agraciado tendría bastantes ventajas sobre sus adversarios, por eso el tema es por demás interesante en materia electoral. Pero reiteramos, Vera no estaría apareciendo en las boletas electorales del 2018.