Los daños generados por esas luchas masivas en contra de una reforma educativa, que a juicio de la mayoría afectaba los intereses de los maestros, son cuantiosos, irreparables, en particular, en aquellas entidades señaladas, sin embargo el que se esté logrando la pacificación, es mucha ganancia.
A nivel de cúpula gubernamental, se continúa insistiendo en que no habrá marcha atrás y que acaso se aceptará hacerle mínimas modificaciones a la nueva ley, pero líderes de movimientos antagónicos consideran y hasta han empezado a festejar el haber logrado echarla atrás.
En conflictos tan fuertes como ese, suele haber decisiones que se toman en privado, que no pueden ser dadas a conocer públicamente, porque generan reacciones inconvenientes, es muy probable que la Secretaría de Educación y la de Gobernación acordaran algunos cambios de fondo en lo oscurito, porque sí es extraño que luego de una radicalización total, el movimiento en Oaxaca, donde estuvo más fuerte, esté incluso aceptando regresar a los salones de clases.
En Morelos, no obstante ser una de las entidades que se han venido distinguiendo por su combatividad en todos los sectores, pero en especial el magisterial, el tema de la reforma nunca logró ascender a niveles de preocupación, son muy pocos los maestros que mantienen la protesta y la lucha viva, sin embargo, eso de ninguna manera significa que el resto de sus compañeros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Sección 19 estén de acuerdo con la misma.
En la absoluta mayoría se ha impuesto la cordura y la disciplina, en corto, cualquier profesor le da detalles del porqué no están conformes con ella, pero pueden más sus obligaciones y así sea para mantener la plaza, toman distancia de lo que en la calle ocurre.
Pero reiteramos, lo que comienza a llamar la atención, es que de pronto, a partir de la semana actual, los representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han empezado a asegurar que lograron vencer todos los obstáculos y que la polémica ley viene de regreso.
Había que evitar mayores consecuencias, las cosas seguían sin solución en aquellos estados donde la CNTE controlaba el sector, con el inicio del nuevo ciclo escolar, era imprudente condenar a millones de niños a la posible pérdida de un periodo y seguramente que esa presión debió influir para que las partes cedieran en sus argumentos.
Como quiera que sea, parece volver la calma, con ello, se va resolviendo uno de los problemas más difíciles que ha enfrentado el gobierno de Enrique Peña Nieto. Luego del caso Ayotzinapa, que aún no se logra superar, era éste el que más seguía ocasionando molestias y pérdidas al sector empresarial y comercial en parte del sureste mexicano.
Habrá que ver en qué condiciones queda el documento, que oficialmente prometía mejorar la calidad educativa en el país, aunque en la práctica no se observaban acciones contundentes en ese sentido y es ahí donde se daba una fuerte crítica de los maestros.
Lo menos que se decía, es que para aspirar a una mejor calidad en la formación de las nuevas generaciones, hay que empezar por lo elemental, condiciones ideales de la infraestructura, porque la absoluta mayoría de las escuelas tienen penosas deficiencias
No hay espacios suficientes, mucho menos adecuados para la práctica del deporte, con muchas dificultades se ha venido dotando a los planteles de algún espacio de usos múltiples, donde se realizan los eventos cívicos, generalmente los sanitarios representan un “foco rojo” por su mal estado, ausencia de mantenimiento e insalubridad.
En el salón de clases falta todo, el material didáctico corre a cargo de los padres de familia, que literalmente deben salir a las calles a pedir limosnas –cooperaciones- familiares o de negocios para la compra de insumos, entre ellos para el aseo.
Son pocas escuelas las que ya disponen de un centro de cómputo, para empezar a formar a los muchachos en el conocimiento de la tecnología y cuando se cuenta con ello, no se tiene al personal especializado para la enseñanza y entonces da lo mismo.
Si eso no es suficiente, la planta docente se queja de bajos salarios y apoyos a fin de no tener que dedicarse a labores adicionales a fin de satisfacer sus necesidades financieras. Es decir, cuando ya tengamos todo lo anterior, entonces podríamos empezar a considerar que realmente estamos en vías de evolucionar en la materia, de otra manera no.
Y buena parte de eso no venía contemplado en la ley, o mejor dicho, de qué manera se resolvería, porque todo requiere de una fortuna presupuestal y si de algo se carece en este instante, es de dinero. Bueno, el recorte ya anunciado por la Secretaría de Hacienda para aplicarse por enésima ocasión en el 2017, le pega al sector en referencia, por esos motivos es que no se pueden entender muchos de los argumentos oficiales a favor de los cambios, en los que se prometen maravillas, cuando las circunstancias nos llevan en sentido contrario.
Sí hay forma de mejorar, desde lo local, aquí se sigue hablando de una sobrepoblación nominal en el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), incluso de personal sin los perfiles profesionales y que además no desempeñan labor alguna, algo así como “aviadores”.
Si en efecto hubiera voluntad oficial, serían miles las plazas que se tendrían que anular a fin de sanear las finanzas y destinar esos cientos de millones de pesos a cosas de provecho, sólo que se imponen los intereses y las ambiciones de quienes controlan las instituciones y los resultados son esos, un verdadero derroche, mientras en los pueblos y comunidades nos se cuenta ni para comprar gises y eso es real, nos ha tocado estar dentro y sabemos de lo que hablamos. Pero por ahora lo importante es que el conflicto muestra vías de pacificación y solución en aquellos puntos más álgidos.