Hubo de todo: golpes, gritos, insultos, mentadas, hasta fuego, porque organizaciones campesinas que se instalaron en la parte trasera del edificio de gobierno, por la calle Galeana, encendieron un brasero, le pusieron chile y orientaron el humo hacia el interior del edificio. Ya imagina usted la situación que enfrentaron cientos de burócratas que estaban laborando, porque hablamos de las nueve de la mañana en adelante.
Pero ahí mismo, a 20 metros, a un costado del kiosco en el Jardín Juárez, se vivían otros momentos álgidos, cuando grupos de comerciantes se enfrentaron entre sí, en la disputa por no permitir la apertura de uno de los negocios que ganó un amparo.
Junto a ellos, los antorchistas tenían su templete, preparado con antelación, para desde ahí lanzar toda clase de consignas en contra de un gobernador que abandonó sus responsabilidades, que lejos de venir a poner orden y recuperar el estado de derecho, anda ya en precampaña, dizque en busca de la candidatura a la presidencia en el 2018, como si cualquier rufián pudiera aspirar a esos cargos que deben ser para políticos honorables, no vividores y demagogos como el sujeto en comento.
Desde luego, el primer cuadro de Cuernavaca lució terrible, los movimientos sociales anti-gobierno se multiplicaron y el cierre de calles fue inminente, el caos en el tránsito vehicular vivió momentos estresantes y se observó cómo las autoridades han comenzado a ser peligrosamente rebasadas porque no hay quien aplique la ley y llame a la cordura.
Como decíamos, los vendedores ambulantes que se han apoderado de nuestros espacios en torno a Plaza de Armas y el Jardín Juárez protagonizaron sendo choque, cuando un nutrido número de ellos, capitaneado por Ben Hur Hernández Bringas (el hijo de Bulmaro Hernández Juárez dirigente del Nuevo Grupo Sindical) arremetió en contra de una comerciante que mostrando un amparo, buscaba abrir su negocio de helados.
Ella venía apoyada por Javier López Sánchez, ex legislador local y hoy colaborador del diputado federal panista Javier Bolaños Aguilar. Les echaron montón, azuzados por el representante del NGS, lo agredieron y lo insultaron hasta el cansancio, cuando aquél se esforzaba por hacerles entender que la ley los amparaba.
Luego llegó el dirigente de otra organización de Plaza Lido y Degollado, Mario Lara, a la que pertenece la comerciante, pues Ben Hur lo amenazó con partirle la m… si no se retiraban con el puesto de venta. Es decir, justicia por propia mano.
Al final, llegó un funcionario de ínfima categoría del área de Gobernación del estado para obligarlos a que se fueran, haciéndole el caldo gordo a los del NGS y mostrando las perversidades y componendas entre ese grupo mafioso y el régimen de estado.
Pero volviendo a las acciones de los campesinos, éstos lograron que se evacuara el Palacio, porque el humo comenzó a subir a los siguientes niveles y nos tocó ver como muchos burócratas, con serios problemas para respirar, lograron escapar trepando sobre los barandales de las afueras del edificio por el lado de Correos.
Unos a otros se auxiliaron para brincar, porque tiene una altura considerable, sobre todo para las mujeres. Por lo que pudimos escuchar de ellos mismos, los canalizaron hacia la biblioteca, otros al edificio de Bella Vista. Y no se diga que todo eso aconteció en el Centro Histórico por falta de cuerpos de seguridad, por el contrario, cientos de policías se ubicaban a discreción en torno a la Plaza de Armas, algunos ocultos por el lado del Museo Cuauhnáhuac, pero con la orden de mantenerse al margen.
Incluso uno de los agentes dijo al reportero que estaban ahí desde hacía 72 horas, que no les permitieron siquiera ir a tomarse un baño o a descansar un poco, aunque aclaró que los tenían ahí sólo para hacer presencia, porque no desarrollaban ninguna actividad real.
Pero mientras la ciudad vive sus peores momentos, causando pérdidas a comerciantes y empresarios del primer cuadro, Graco, ése que se dice gobernador, sigue burlándose de la ley, haciendo actividad electoral y pagando entrevistas en medios informativos nacionales para sostener que en Morelos hay progreso, paz y desarrollo.
Sí, fuera del estado presume de lo que aquí se adolece. Habla de contacto con la ciudadanía y de desarrollo democrático, autocalificándose como progresista. ¡Imagínese!, faltando a su compromiso de cumplir y hacer cumplir las normas constitucionales.
Bueno, todo el desorden de ayer evidenció que ni la señora presidenta del sistema DIF Morelos pudo cumplir con su agenda, debía asistir a un acto en el Teatro Ocampo a las 10 de la mañana, pero envió a una representante, por el temor de ser acorralada por los inconformes. Y aún así hablan de libertades y respeto a los derechos de los demás. El propio Congreso sufrió las mismas consecuencias: había dos eventos que debieron ser desarrollados en sedes alternas, por las marchas y protestas.
Algunos empresarios del centro lamentaron el estado de cosas en el que venimos viviendo desde hace un mes en promedio. No hay día en el que no se presenten grupos de protesta en contra del gobernador por incumplimiento a apoyos y programas.
Los campesinos llegaron, cansados de falsas promesas en el suministro de abonos y semillas para el cultivo de sus parcelas, ante la entrada del temporal de lluvias. Estaban bastante enojados, porque la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, como ocurre con el resto de las dependencias de gobierno, se excusa con que no tiene dinero, a pesar de que son partidas etiquetadas, lo cual muestra que el robo a las arcas públicas por parte del tabasqueño, es en todos los espacios.
El señor necesita dinero para su promoción personal, esas entrevistas a nivel nacional no cuestan tres pesos; de algún lado tiene que echar mano para pagar su lucimiento, los amolados somos los morelenses que estamos sufriendo las consecuencias de un mal gobierno, desarraigado, sin compromiso, ni proyecto, con un mandatario y una Elena Cepeda con apetitos ilimitados de riqueza y fortuna.