La renuncia de Agustín Basave a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido de la Revolución Democrática (PRD) pudiera ser el elemento que incida en el cambio de estructuras del régimen estatal gubernamental.
¿Es real que Ramírez Garrido quiere ocupar la presidencia del instituto? Por lo menos esa es una hipótesis que manejan cercanos colaboradores y que se antoja mucho más posible que aquello de pretender buscar la candidatura presidencial en el 2018, porque no hay tamaños ni estatura, mucho menos capital social.
Ahora bien, conociendo los antecedentes y características de quienes han pasado por la dirigencia nacional de este instituto, que pareciera incluso estar en riesgo de perder su registro, parece que el tabasqueño se ajusta perfectamente.
Es decir, proclives a la corrupción, vende patrias, negociadores, falsos, traicioneros, vividores del presupuesto, simuladores y lo que en ese sentido le quiera agregar. Por tales razones es claro que en efecto, Graco puede ser el siguiente y además, iría con el propósito de seguir practicando todos esos “atributos”.
¿Acciones de corrupción? pues los antecedentes nos llevan a remotos sucesos en los que el hoy gobernador de Morelos mostraba la inclinación a la deshonestidad y eso, desde sus tiempos de juventud. Quienes lo conocen sostienen que fue uno de los que traicionó el movimiento estudiantil de 1968, porque ya para entonces, era un “oreja” del gobierno federal, en tiempos de Luis Echeverría Álvarez.
Al paso del tiempo, fue dado de alta en la nómina del Instituto Mexicano del Café (Inmecafé) aunque oficialmente no desempeñaba ninguna responsabilidad que lo justificara, o sea que era “aviador”.
Pasó también por la Lotería Nacional, cuando un paisano suyo tabasqueño ocupó la dirección nacional. Bueno, siendo Andrés Manuél López Obrador jefe de gobierno del Distrito Federal lo “ayudaba” con unos 50 mil pesos al mes, ¿en función de qué? Pudiéramos seguir abundando en hechos corruptos, pero con esos ejemplos hay.
¿Y eso de vende patrias? pues en alguno de sus pasajes, se les acusó, a él y a su cuñada, Ana Lilia Cepeda, hermana de “Elenita” Cepeda de León, de colaborar con la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés" cuando ambos fungían como diputados federales.
¿Y porqué negociadores, falsos y traicioneros? Quizás quien nos podría platicar un poco de esas desafortunadas acciones, de Graco y sus cómplices, los “chuchos” –Jesús Ortega, Jesús Zambrano, ambos ex dirigentes del CEN del PRD- es el ex aspirante presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
A su paisano de Tabasco le debe buena parte de lo que ha logrado políticamente en los años recientes. Primero, en el periodo 2006-2012, nunca habría ganado la senaduría sin la sombra benefactora del “peje lagarto”, plataforma que lo llevó finalmente a buscar la candidatura al gobierno de Morelos.
Y desde luego, ya como aspirante, tampoco hubiera alcanzado el sueño sin el apoyo de aquel, pero ¿qué hizo una vez logrado el objetivo? pues lo desconoció, habla pestes de él y hasta se menciona que si se va para dirigir al PRD, es porque será para perseguir a AMLO a fin de desgastarlo para que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) o el Partido Acción Nacional (PAN) mantengan el poder presidencial.
¿Y en lo que toca a vividor del presupuesto y simulador? también está claro, su desempeño histórico se ha dado con alto grado de simulación, toda su vida ha vivido del presupuesto público, simula que vivimos en medio de la felicidad, armonía y la paz, aunque todos sabemos que no hay tal. Y eso de deshonestidad, pues habría que preguntarle a los gobernados que opinión tienen de él respecto a la transparencia en su gobierno. Lo menos que le dicen en pancartas, es “rata de dos patas”.
FOSAS, EL INSTRUMENTO LEGAL
Ahora bien, parece pues que sí puede ser presidente del CEN perredista, porque reúne requisitos inmorales, pero por la vía de la legalidad, como que la cuestión de las fosas de Tetelcingo y de Jojutla también generan condiciones para que sea objeto de juicio de responsabilidades.
Claro, un político con algo de moral y pudor ya abría renunciado. Éste personaje no lo va a hacer porque llegó con otros propósitos muy distintos a trabajar por la entidad. Entonces no se moverá mientras tenga un margen de maniobra para defenderse, porque todavía desea concretar dos o tres negocios gordos que le den algunos miles de millones de pesos para sí y para la familia.
Igual y decide pues mantenerse en la gubernatura para continuar engordando el bolsillo, no obstante, sería con un alto riesgo de que acabe prácticamente apestado y hasta perseguido por la ley. El final de cada sexenio es lo más cruel para quienes ocupan ese cargo. Sin embargo, en el caso de Graco, se advierte que será catastrófico, porque hoy aún tiene aliados con poder que le siguen encubriendo sus fechorías, pero también aquellos van hacia un futuro incierto y mientras ellos se debilitan, los adversarios cobran fuerza.
Lejos de aprovechar el ejercicio del poder para hacer amigos, se dedicó a sembrar odios, rencores y enemistades. No vemos un sector social que pudiera meter las manos por él, saben que se quemarían y lo que sí apreciamos es que la mayoría se le echarán encima.
Así que lo más sensato para él sería ir haciendo maletas y retirarse so pretexto de ser llamado por sus cómplices de la dirigencia nacional para que se haga cargo del partido y de esa forma escapar a las rechiflas finales que necesariamente van a aparecer, porque hay muchos indicios de que el saqueo es tremendo y no le ha preocupado mucho en guardar las formas en ello.
Ahora bien, ¿qué fue lo que pasó, porqué se perdió en el camino? no lo sabemos, al comienza se seguía insistiendo en que buscaría incluso emular a Lauro Ortega Martínez, cosa por demás imposible, pero pudo hacer un mejor papel. Sin embargo, debió ser la propia familia –Elena Cepeda- la que lo empujó a optar por el enriquecimiento ilícito, porque eso de robar el erario es criminal. Sus colaboradores afirman que es ella la que define el rumbo y se ve que la señora odia a los morelenses.