En diálogo con algunos de quienes decidieron participar en la contienda interna del Partido Revolucionario Institucional (PRI), revelan parte del viacrucis que debieron padecer e incluso acciones humillantes para poder, por lo menos, ingresar a un club bastante selecto de aquellos a quienes les vino bien la llegada de Rodolfo Becerril Straffon cono dirigente del CDE.
Muy particularmente, hay entre muchos participantes e integrantes de las planillas a los 33 ayuntamientos, un sentimiento de molestia porque consideran que ciertas plazas parecieran estar negociadas, como que el mismo líder buscaba, de última hora, evitar que tres o cuatro fórmulas quedaran fuera de registro ante el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac).
Y es que ese día último, fijado para los registros, dos que tres nunca fueron avisados de dónde y a qué hora tenían que estar, para hacer la entrega de la documentación correspondiente, a fin de llenar los formatos y poder cumplir con los requisitos que en materia prevé la norma electoral.
La referencia de quienes vivieron ese pasaje revela ciertas incongruencias, se menciona que los integrantes de las 33 planillas fueron citados (bueno, no todos, más de uno tuvo que informarse, porque nunca les avisaron, caso específico Xochitepec) en una especie de sótano o estacionamiento en la plaza “Palmas”, por la glorieta Las Palmas, precisamente, en Cuernavaca.
Ahí, fueron tratados prácticamente como animales, con desprecio y descortesía, detrás del escritorio -sería de alguna banqueta- estaba el representante del partido, el abogado, el representante del PRI ante el Impepac. Traían la instrucción de Becerril, quien se encontraba a dos o tres cuadras.
Aquello era más que un desorden porque faltaba un cuarto para la media noche, término establecido para los registros en el órgano electoral y la mayoría de las fórmulas sin resolver. Bueno, se menciona que Francisco León y Vélez, quien busca la comuna de Miacatlán por enésima ocasión, a gritos e insultos exigía que le dieran la documentación para ir a registrarse o quedaría fuera.
El escenario era de puntapiés y empujones, forcejeos y de una lucha desesperada de todos contra todos, porque estaban a punto de dejar muchos municipios sin candidatos y como que eso quería Rodolfo Becerril. Caso aparte vive aún la fórmula a Xochitepec, aquí incluso el presidente del partido inició una demanda penal en contra de su propio abanderado a la comuna Alberto Sánchez Ortega y de quien va en la primera regiduría Ramón Ocampo Ocampo.
¿El origen?, pues que esa regiduría ya estaba ¿apartada o vendida?, más o menos, para Roberto Flores Zúñiga, hijo de quien fuera en su oportunidad dirigente de la CNC, Gerardo Flores González. Y ¿a honras de qué?, muy sencillo, Becerril es de la misma pandilla, aquella que encabezó como gobernador Antonio Rivapalacio López, es decir al paso de los años, volvieron a reagruparse y el muchacho tenía la bendición de la dirigencia para quedarse en un lugar seguro.
Y en efecto, como les decimos, en un estacionamiento, como chachas, se firmaron los documentos de cada una de las fórmulas a los ayuntamientos, vía los personeros del dirigente, una vez aprobados, un mensajero se los llevaba a éste para que los firmara. Pero en el caso Xochitepec, simplemente se negó a firmarle al primer regidor, llegando incluso a las amenazas de anular toda la planilla si no se sustituía a Ocampo por Flores González.
Pero el señor estaba tan enredado y presionado por tanto problema y reclamo, que tampoco pudo atender casos exclusivos y como el tiempo se terminaba, pues sin su firma en esa regiduría, Beto Sánchez se fue al Impepac a registrarse y ya que no había de otras, Ramón entró como primer regidor.
Dos días después, cuando el dirigente tomó consciencia de lo ocurrido, montó en cólera y amenazó con iniciar una demanda penal contra ellos dos, dizque por falsificación de firmas, creyó que los espantaría y que con ello los obligaría a retroceder, sin embargo en el Instituto electoral le dijeron que “una cosa es una demanda penal que tendrá que seguirse en otras instancias y otra muy diferente el registro de la fórmula, esta no tiene problema alguno porque los documentos están firmados por la gente del partido”.
Y le dijeron que la única vía posible de sustituir a Ramón por el “apadrinado” Roberto Flores era que el primero renunciara voluntariamente a su posición, petición que fue rechazada y hasta ahí andamos, porque la controversia continúa. Pero a decir de quienes conocen el caso de cerca, es de reconocerse la rectitud y valentía de Beto Sánchez, porque no obstante la advertencia de Becerril en el sentido de que si no obligaba a renunciar a Ramón, prefería quedarse sin fórmula para Xochitepec, éste aguantó y lo continúa haciendo, porque además sabe que el aspirante a primer regidor trae un liderazgo que puede darle para ganar, mientras a Roberto Flores se lo sacaron de la manga.
Por todas estas vivencias es que por lo menos en lo que a Xochitepec se refiere, queda la idea de que el presidente del CDE buscaba dejar desértica la plaza, tanto que por sí solos y caso a destiempo, los miembros de esa planilla lograron registrarse, porque en el Impepac parecen haberse condolido de ellos, les dieron entrada muy después de la media noche, pasadas las cuatro de la mañana terminaron el proceso, conjuntamente con seis o siete fórmulas más del tricolor. Pero cuando el candidato a Xochitepec le dijo a Becerril que la disposición era que cada aspirante podía elegir a sus acompañantes en la planilla, éste le respondió que eso era en el discurso. ¿Qué le parece?