¿El origen?, como hace ya muchos años, el tema de la inseguridad sigue dando dolores de cabeza a los gobernantes y en esta administración no es distinto, los asesinatos, secuestros, robos se multiplicaron al término del gobierno de Marco Adame Castillo e inicio del presente y comenzaron a inquietar a la ciudadanía en general.
Surgieron algunos movimientos, como el que encabeza Gerardo Becerra Chávez de Ita, desde cuyas trincheras se convocó a una movilización que logró atraer a algunos miles de participantes, sin embargo, el elevado grado de politización de la misma, restó efectividad e impacto hacia la población abierta y no se alcanzó el objetivo previsto que era generar inercia colectiva.
Más bien fue la protesta de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), tras el asesinato del catedrático e investigador Alejandro Chao, lo que más inquietó en Palacio de Gobierno, ya que se aprovechó la coyuntura para llevar el tema a una gran discusión, a fin de buscar una estrategia más efectiva en el combate a la delincuencia.
Fueron momentos algo ríspidos entre la máxima casa de estudios y el gobierno estatal, mucho se habló de rompimiento entre el rector Alejandro Vera Jiménez y el secretario de Gobierno Jorge Messeguer Guillén, precisamente porque éste pedía a su interlocutor no encabezar la marcha.
Luego de todo eso, el propio gobernador Graco Ramírez convocó a un gran encuentro en lo que se conoce como “Diálogos por Morelos”, cuya primera parte ya se desarrolló en el Centro de Convenciones (WTC), el resultado de ello aún no se conoce a fondo, mientras tanto se prepara ya el segundo encuentro en Jojutla, luego un tercero en Cuautla.
Pero más allá de que algo de esas discusiones pudieran convertirse en leyes, normas, políticas públicas u otros instrumentos de gobernabilidad, lo cierto es que ha sido una estrategia que parece haber dado los resultados esperados, a fin de ir conteniendo el enojo popular y apaciguar los ánimos, que ya andaban muy candentes.
Pudiéramos sostener que el primer round lo ha ganado el gobierno, ya el poder de convocatoria de sus adversarios se antoja muy disminuido, se intentó secundar la acción de la protesta con firmas para intentar la revocación de mandato, no obstante se ve menos efervescencia ciudadana y todo indica que el momento álgido ha pasado.
Independientemente de los números oficiales en materia de delincuencia, que suelen estar muy alejados de la realidad, sí vemos una disminución en la incidencia de delitos de alto impacto, como en lo referente a los asesinatos con violencia y los secuestros son menos recurrentes y eso también ha servido para intentar cambiar la percepción que llegó a niveles casi incontrolables.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) levantó una encuesta nacional respecto a la percepción ciudadana frente a la delincuencia y en el caso muy particular de Morelos, más del 75% por ciento opinaba que estábamos pasando por el peor momento de nuestra historia en la materia. Eso ocurrió hace cerca de medio año, ahora el ambiente se antoja diferente.
Desde luego que hay sucesos delicados, las autoridades enfrentan la reacción y el reclamo de habitantes de Cuautla, por el reciente asesinato de una maestra, a la que robaron, tras salir de una institución bancaria. Incluso el comisionado de seguridad Jesús Alberto Capella Ibarra debió ir a la Heroica a escuchar a los inconformes, pero como que los hechos ya no son tan generalizados, hay algunas regiones que no se logran controlar, pero disminuyen los “focos rojos”.
La parte sur sigue siendo delicada, si bien es cierto que las fuerzas federales dieron un buen golpe hace algunas semanas, deteniendo a integrantes del cártel de “Los Rojos”, quienes operaban bajo el mando de un capo de Amacuzac, no han repetido la acción y los grupos del delito se vienen reactivando.
Es cierto que en un esfuerzo coordinado entre policías estatales, federales y el Ejército se han dado algunos golpes certeros, pero queda claro que a pesar de algunas declaraciones oficiales en ese sentido, no han podido blindar los límites de Morelos a fin de que bandas de estados vecinos, como Guerrero, no penetren nuestro territorio.
Quienes asesinaron a la maestra de Cuautla y secuestraron a varias personas recientemente son parte de esas células que ingresan por la parte sur. El propio Capella reconoció que tienen su centro de operaciones en Taxco de Alarcón y de ahí se desplazan hacia acá para perpetrar los delitos.
Falta por ahí un esfuerzo mayor para cerrarles el paso y eso nos viene golpeando en las semanas recientes, pero reiteramos, efectivamente se ve un panorama menos conflictivo e inseguro y políticamente, la presión hacia el gobernador disminuye, por eso consideramos que esta primera gran reacción de sus adversarios parece haber fallado. Sin embargo, es de considerar que mientras se ha hecho un esfuerzo por revertir la alta incidencia del delito, se han descuidado rubros importantes en el ejercicio de la administración, sobre todo en el aspecto de la inversión en obra.
Por ahí pudieran surgir al corto plazo ciertos inconvenientes porque ya la población reclama atención, más aún que los municipios tampoco vienen haciendo nada, se la han llevado fácil, cuando su responsabilidad es resolver las necesidades de sus gobernados, de otra manera no se justifica su existencia.
La Federación tampoco ha logrado avances en sus proyectos y mire que son importantes, sigue detenida la ampliación La Pera-Cuautla, del segundo piso en el libramiento de Cuernavaca, obra que se asegura está ya aprobada, no se tienen ni fechas para el arranque, la autopista Siglo XXI tampoco avanza mucho y gobierno estatal muestra poca actividad en ese sentido.
Radiografia del Poder
Hay algunas reacciones, pero…
Apacigua Graco las aguas
Echando mano de todo tipo de estrategias, comenzando por la conformación del Mando Único policiaco y muy recientemente de los Diálogos por Morelos, el gobernador Graco Ramírez Garrido parece estar sobreponiéndose a una coyuntura políticamente difícil, que amenazó con desestabilizar su administración.
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