En efecto, los diputados locales tuvieron tiempo de sobra para analizar la reforma, ofrecer algunas correcciones y validarla, pero tenían la responsabilidad de generar el espacio suficiente para que los alcaldes hicieran lo propio, el término legal era de 30 días, no fue así, la enviaron a los ayuntamientos cuando los plazos estaban acotados, obligando a los cabildos a actuar de manera apresurada, es decir, una irresponsabilidad clara.
Pero además, apenas la habían puesto a su disposición, comenzaron a presionar por todos lados, incluso argumentando que si no llegaba a quedar armonizada con la ley federal, sería culpa de las comunas, o sea, recurrieron al chantaje para forzarlos a dar su visto bueno, aún sin tener el tiempo necesario para revisarla.
Para acabar pronto, se aprecia cierta arrogancia en el proceder de algunos legisladores, se asumen como “jefes” de los ediles, el discurso que manejan es un tanto irrespetuoso y muestra un comportamiento poco decente y caballero. Conscientes de que tienen la sartén por el mango para negar o validar las exigencias de un crédito a los alcaldes, se aprovechan de sus necesidades, erigiéndose en una instancia superior.
Muy particularmente en el caso de la capital estatal, han hecho hasta lo imposible para no concederle a Jorge Morales Barud ninguna posibilidad de sanear sus finanzas con una reestructuración de la deuda. El síndico menciona que de hacerse, se estarían ahorrando algo así como 30 millones de pesos anuales, mismos que podrían ir a inversión pública y todo indica que eso es lo que no quieren algunos diputados, a pesar de que ello va directamente en contra de los intereses de los cuernavaquenses.
En efecto, no se ve ninguna reciprocidad, para el Congreso es obligación de las alcaldías actuar con celeridad en el caso de la reforma electoral, pero de ninguna manera consideran también razonable autorizar algunas solicitudes de crédito, a pesar de que cumplen con todos los requerimientos previstos por las normas en la materia.
Bueno, a fin de sacar adelante la nueva ley electoral, ofrecieron valorar las peticiones de los ediles, pero una vez que lo lograron, hemos ya observado nuevamente discursos en sentido contrario, como que han empezado a dar marcha atrás. Es muy lamentable ver cómo los intereses políticos se sobreponen a los de la ciudadanía, para algunos actores que aspiran a cargos de elección popular, lo fundamental es cerrarle el paso a los adversarios así sea a costa de la afectación colectiva.
Eso es realmente lo que acontece en lo referente a Cuernavaca, hay en la Cámara local muchos que le apuestan al fracaso de Morales, porque ven en él un competidor electoral a futuro y porque minando su administración, desacreditan al partido que representa, ese es el fondo de todo, no hay más.
Tropiezo en “El Coruco” Díaz
Por otro lado, lamentable la situación que enfrentan algunos trabajadores que laboran en la construcción del Estadio Agustín “Coruco” Díaz de Zacatepec, una de las empresas está incumpliendo el contrato y les dejó de pagar una o dos semanas, se habla incluso de que el contratista, que venía de Puebla, ya los dejó colgados.
Ayer, Isauro Molina Nava, inspector de obras del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Auto Transporte (STIAT), quien a petición de los mismos los anda defendiendo, mencionó que además no tienen ninguna prestación de ley, menos seguro social, es decir que estaban en total indefensión.
Bueno, a decir de Jorge Bahena, venían trabajando sin estar siquiera en alguna lista de raya, simplemente se les pagaba los fines de semana sin registro alguno, además, el horario era de siete de la mañana a siete de la noche, incluyendo sábados y domingos.
Ya la Secretaría del Trabajo prometió intervenir para que les cubran sus salarios pendientes y los reinstalen, pero eso será en función de unos 30, porque alrededor de 70 que estaban en las mismas condiciones, se les cubrió el sueldo a medias con la condición de que se regresaran a su lugar de origen, Puebla, o los mandarían detener.
Fíjese nada más, como en tiempos de las haciendas, todo porque el contrato laboral se lo asignaron al Nuevo Grupo Sindical, que ni las manos mete por ellos, ya porque a decir de los trabajadores, se trata de un sindicato “charro” que ya cobró o sigue cobrando su respectivo porcentaje en alguna dependencia de Gobierno, precisamente con el compromiso de permitir todo tipo de arbitrariedades.
Esto es ya recurrente, así pasó también con muchos que participaron en la construcción de los cuarteles policiacos de Alpuyeca y Tres Marías, les hicieron exactamente lo mismo: no les pagaron, y el NGS, que tenía el contrato, operó en su contra. Isauro Molina tuvo igualmente que intervenir para obligar a la empresa a llegar a un convenio.
Pero aquí en lo relacionado al Coruco, la Secretaría de Obras tiene mucha responsabilidad, es esa dependencia la que debe dar seguimiento al cabal cumplimiento de los contratos y todo indica que no lo está haciendo, tanto, que ya la constructora abandonó los trabajos y no pasa nada.
Pero hay algunas lagunas legales en todo esto, se menciona que los constructores deben dejar depositada una fianza al momento de obtener el contrato, como garantía de cabal cumplimiento, pero en lo referente a la construcción, en el aspecto laboral no se dispone de garantía alguna, por eso se abusa de los trabajadores. Es inaceptable lo que pasó, porque decía Molina Nava, que luego de una semana sin dinero, ya algunos trabajadores estaban muy mal. “Una señora que vive frente al estadio, les ofreció una cazuela de arroz con huevo porque no tenían que comer, a ese grado se llegó”.
Radiografia del Poder
Tropiezo en “El Coruco”
Congreso-alcaldías
Trato desigual
El ayuntamiento capitalino tiene razón cuando -vía el síndico Fernando Martínez Cué- recrimina al Congreso local la actitud poco congruente en lo que se refiere a la aprobación “fast track”, de la ley electoral y sobre todo el trato que le ha venido dando a las solicitudes de alcaldes respecto a la aprobación de un crédito.
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