La inseguridad fue el problema más grande a resolver, desde luego que muy poco se pudo hacer para darle vuelta a la página, todavía continuamos inmersos en una serie de hechos relacionados especialmente con la delincuencia organizada, lo que acaba de ocurrir el fin de semana durante una boda en la capital del estado, es muestra de ello.
En estos primeros 15 meses del gobierno de Graco Ramírez Garrido Abreu, se trabajó sobre todo en recuperar la estructura de funcionamiento institucional de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), asumiendo un esquema novedoso en lo que se refiere al equipo móvil, se recurrió al arrendamiento de patrullas en lugar de la compra, se construyeron dos cuarteles para albergar a los policías, se comenzó a construir el C-5 y se inicia el proyecto de instalación de mil 200 videocámaras para reforzar la vigilancia.
No obstante, el nivel de delincuencia no disminuye de manera importante y la percepción social es que seguimos igual que siempre, es decir, mal, tirándole a peor. Aunque los números oficiales van en el sentido contrario, una caída positiva de las estadísticas criminales, sólo que en este terreno, lo importante es qué piensa el ciudadano.
Pero en este primer arranque sexenal nos parece que la distribución de trabajo en la administración pública fue desigual; entre los integrantes del gabinete de primer nivel, hay quienes nunca lograron conciliar el sueño, entre ellos, el procurador Rodrigo Dorantes Salgado y la titular de la SSP, Alicia Vázquez Luna. No les han dado tregua, no salen de un golpe cuando ya les dan otro, los enemigos de la ley y el orden no descansan en ninguna hora.
Por estas consideraciones pensamos que además de la figura del mandatario estatal que lógicamente es quien instruye, dirige y debe dar la cara en lo que toca a avances o retrocesos de su gobierno, son los funcionarios antes señalados los que más han tenido actividad y se nos antoja que al mediano y corto plazo, las cosas no cambiarán mucho.
Otras figuras han padecido cierto desgaste; sin embargo, tampoco es el nivel de ritmo que los antes indicados, uno de esos, el secretario de Gobierno, Jorge Messeguer Guillén, que por ser el responsable de la política interna de la administración y el coordinador del gabinete, debe responder a todo lo que en seguridad y política pasa en Morelos.
Pero el trabajo de éste es menos riesgoso, generalmente se limita a analizar los problemas, buscar salidas y transmitir las órdenes del gobernador a fin de que sean ejecutadas, en delincuencia, pues toca a Vázquez Luna y a Dorantes Salgado bailar con la más fea, enfrentar directamente a los delincuentes.
Un área que sin tener nada que ver con esos temas tan delicados, ha sabido acomodar las cosas estructurales en el Gobierno, es la Secretaría de Finanzas, es claro que la titular de la misma, Adriana Flores Garza, le ha dado dirección administrativa a la dependencia y ciertamente, a diferencia de la mayoría de los municipios que no saben cómo salir de su desaseo financiero, acá se respira con tranquilidad y eso no es nada sencillo, menos en situaciones tan apretadas como las del momento.
El secretario de Turismo, Jaime Álvarez Cisneros, es otro que ha buscado fortalecer la presencia del estado más allá de los límites nuestros, a fin de recuperar el nivel turístico que disminuyó mucho tras el agudizamiento de la inseguridad, la labor no es mala.
El secretario del Trabajo, José de Jesús Pérez, a lo mejor no ha resuelto nada en lo que toda a su responsabilidad de orientar a los ayuntamientos hacia una política de respeto a los derechos laborales, pero ha sabido hasta ahora darle una manejo adecuado al tema, como que le gusta litigar en los medios, maquillar las cosas y apaciguar los ánimos.
Bueno, quien por instrucciones de Graco se ha visto obligado a ejercer mano dura, es el secretario de Desarrollo Sustentable, Topiltzin Contreras Macbeath, las frecuentes incursiones de desalojo en el área protegida del Texcal son acciones que van por fin logrando recuperar espacios que ya estaban en manos de los invasores. Por lo menos mantiene cierto dinamismo, aunque vemos lento avance en la recuperación de las plantas de tratamiento, a fin de poder mejorar la calidad del agua en afluentes acuíferos tan importantes como el río Apatlaco; total, nos parece que su desempeño no es malo.
En Desarrollo Agropecuario, Roberto Ruiz Silva ha tenido que enfrentar algunas propuestas, algunos sectores campesinos no se sienten bien atendidos y reclaman apoyos, los cañeros son unos de ellos, ya se les autorizaron 100 millones de pesos para ayudarlos a superar la baja internacional en el precio de azúcar. Es decir, como que con ciertos aprietos ahí la lleva.
Esos serían quienes en sus diversas responsabilidades, han sabido sortear los problemas y de cierta manera, justificar su salario, unos más que otros, pero finalmente, con calificación aprobatoria. Pero los que restan, como el titular de la Contraloría, José Enrique Félix Iñesta; el de Administración, Carlos Riva Palacio Than o el de Transporte y Vialidad, David Gómez Basilio; además de la de Obras, Patricia Izquierdo, como que le han quedado a deber al gobernador, qué decir de la de Desarrollo Social, sus apariciones son muy esporádicas.
Pero en cuanto al fenómeno de la corrupción, donde no hay freno, ni disimulo, es en la SMyT, Gómez Basilio ha estado al filo de la navaja, por lo menos por señalamientos y acusaciones no paramos, debe tener muy buen “padrino” como para que permanezca en el cargo.
Radiografia del Poder
Termina año difícil Los que cargaron con el peso
El año que termina ha sido uno de los más difíciles en todos los sentidos, el cambio de mandos en los tres niveles de gobierno municipal, estatal y federal, complicaron más las cosas por la curva de aprendizaje de alcaldes, gobernador y también presidente de la república.
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