La mayor parte de sus cuadros vienen con la cabeza muy levantada, diríase que con excesivo triunfalismo, pero de la manera que sea, sienten que vuelven a tocar la gloria y que rescatarán la Presidencia de la República y desde luego, el Gobierno de Morelos.
Dichas expectativas los vienen sometiendo a una lucha interna que tampoco es nueva, por ahí se dio el desvanecimiento de ese instituto en el pasado, porque poderosos grupos se enfrentaron con consecuencias que ya todos conocemos.
La pérdida casi total del poder en los tres niveles de Gobierno en el año 2000 no eliminó las corrientes antagónicas por sus intereses en el instituto y en este momento, regresan a las andadas: la fracción parlamentaria en el Congreso local está fracturada, ocho de los 15 legisladores firmaron un documento en el que deponen a Jorge Arizmendi García como jefe de la bancada e instalan en su lugar a David Salazar.
Hay una serie de argumentos esgrimidos en torno a la reestructuración del mando priista en el recinto legislativo, pero sobresalen dos o tres en particular, primero, aquel que tiene que ver con una presunta relación bastante cercana entre Arizmendi y el Gobernador Marco Adame Castillo, que fructifico desde que ambos pasaron por la escuela militarizada Cristóbal Colón.
Un insistente argumento que se acompañó a la necesidad de suplantarlo, fue que venía operando políticamente a favor del Gobierno estatal y eso a algunos diputados de su bancada no les parecía. Otra, que nunca fue compartido con el resto de sus compañeros en la distribución de espacios y que se quedó con las mayores tajadas del pastel.
Pero independientemente de la lucha mediática por el control de espacios de decisión en el ejercicio del poder público, insistimos, lo que está en juego es la elección del 2012 y aquellos que logren apoderarse de esos mandos, son los que definirán el rumbo.
El PRI tiene buena parte de los municipios en el estado y el dominio en el Poder Legislativo, la mayor incidencia en las decisiones se dará a partir de la dirigencia partidista y también de la representación en el congreso local.
Más o menos está previsto el rumbo que puede tomar la oleada tricolor, hay una generación de cuadros emergentes que abren brecha y de consolidar el proyecto, son los que encabezarán esa posible resurrección en el caso muy particular del estado de Morelos.
Ya obtuvieron su primer logro así fuera con mucho desgaste en aquel momento, se sacudieron la figura de Guillermo del Valle Reyes y la de Maricela Sánchez Cortés, pero al paso de los meses el proyecto desarrollado al interior del recinto legislativo, a juicio de ellos torció el rumbo y es momento de volver a enderezarlo.
El hecho de que la oposición en la cámara local de diputados mantuviera una posición complaciente o poco crítica frente a la administración pública estatal aún en momentos cruciales como el asunto de la seguridad, sólo habla de acuerdos muy sólidos entre las partes, en este aspecto, se estima que se tendrá que trabajar sobre una nueva relación con el Poder Ejecutivo, porque son otros actores los que empezarán a definir la posición en particular de la bancada tricolor a la que se han venido sumando otros grupos parlamentarios como Nueva Alianza o el Verde.
Jorge Arizmendi aún se resiste a aceptar la decisión de la mayoría de sus compañeros, parece que no hay vuelta de hoja, por el contrario, se estima que se irán sumando a la nueva coordinación, otros más en estos días, pero el hecho de que las posiciones estuvieran tan cerradas, ocho votos en contra del ex coordinador contra siete a su favor, es como para generar tensiones internas y forcejeos intensos como todo indica, continuarán por un rato más mientras se apaciguan los ánimos.
Cabe recordar que quienes en aquel momento quitaron a Andrés González de coordinador del grupo y colocaron a Jorge, son los mismos que en este momento le quitaron el apoyo.