Decimos esto, porque desde el Senado de la República se analiza el asunto de la inseguridad y sus repercusiones en ámbitos como el educativo y de enseñanza de idiomas.
Bueno, la información que vertieron fue en el sentido que en el caso muy particular de Cuernavaca, las escuelas del ramo han dejado de percibir algo así como 7 millones de dólares por la ausencia de estudiantes del extranjero, o sea unos 80 millones de pesos, una cantidad nada despreciable.
El problema se ha agravado sustancialmente a partir de que en la Unión Americana, las embajadas y otras oficinas gubernamentales vienen alertando a sus ciudadanos en el sentido de que no viajen a ciudades mexicanas de alto riesgo en seguridad en estos momentos y entre ellas se encuentra Cuernavaca.
Desde hace meses se tenían datos de que la matrícula en esos planteles había caído mucho, sin embargo se desconocían los alcances, hoy entendemos que son muy elevados, pero vemos cierta indiferencia de los responsables de ofrecernos seguridad.
La capital del estado ha cobrado fama internacional precisamente porque es una de las ciudades en el país con el mayor número de escuelas de idiomas, vienen a estudiar personas de muchos países, sobre todo de Europa y Estados Unidos.
Cientos de familias viven de esos ingresos, que son cuantiosos, porque no sólo se trata de la impartición de la cátedra, hay que ofrecerles alimentación y hospedaje y ahí se genera una cadena productiva bastante trascendente.
Hay quienes se sorprenden al escuchar en países lejanos a gente que conoce perfectamente la ciudad de la eterna primavera, pues esos estudiantes que vienen y luego regresan a sus hogares desde sitios muy remotos, le fueron creando fama y de ahí que tampoco el dinero sea lo importante, es la promoción que se le ha dado y parece que la desafortunada coyuntura delincuencial está acabando con la gallina de los huevos de oro.
Pero reiteramos, si usted le pregunta a cualquier funcionario público, competente en la materia, sobre los daños que se han generado por ésta ya larga crisis de inseguridad, le dirán que no hay de que preocuparse, las instituciones están haciendo su chamba y el control no se ha perdido.
Sólo quienes viven del turismo y de este tipo de negocios arriba mencionados, saben que no es cierto y que hay omisión en el cumplimiento del deber y las obligaciones por parte de quienes detentan cargos públicos relacionados con el tema.
Pero tampoco se trata únicamente de las escuelas de español, los efectos son generales en todos los ramos de la economía, por eso urge una acción verdaderamente efectiva, además de que Morelos, por sus condiciones de vialidad y el mismo tamaño del territorio, tampoco es muy complicado combatir a la delincuencia organizada.
Un estado de Guerrero, Michoacán o Chiapas son otra cosa, hay enormes espacios casi impenetrables donde los malosos pueden resguardarse y las fuerzas públicas difícilmente llegan, pero aquí es menos problema, acaso las grandes zonas urbanas pueden servir de protección.
Más aún si consideramos las pocas entradas y salidas que hay en poblaciones como Cuernavaca, con suma facilidad se logran establecer cercos para no permitir el ingreso o salida de las bandas.
El caso es que el daño empieza a ser irreversible y ello nos muestra un deficiente combate que sigue siendo objeto de críticas públicas, porque a pesar de medidas de control, los famosos exámenes de confianza que no sabemos para qué sirven, las muestras de complicidad de funcionarios y agentes policíacos con los delincuentes son claras.
Mientras ello no sea erradicado, la lucha tendrá escasos frutos, porque el enemigo está dentro de las mismas instituciones públicas que nunca terminan de ser saneadas.
Sin embargo, tampoco es como para andar a salto de mata, en medio de todo podemos seguir desarrollando nuestras actividades sin mayor problema, lo grave es que las campañas negras provenientes especialmente de Estados Unidos, son las que nos están pegando con todo, habría que detenerlas, pero ese es trabajo del Gobierno Federal.