Dado lo cerrado de las tendencias electorales, tanto en lo estatal como en lo federal, lo único que hay son una serie de hipótesis y especulaciones en relación con el desenlace que se dará el primero de julio de 2018, día de las votaciones; en el caso nuestro, para gobernador y presidente de la república.
Aquellos a quienes anima la pasión política le buscan interpretaciones diversas a todo lo que se aprecia desde la óptica mundana, pero al final de las reflexiones, todo sigue en veremos, ya que la única realidad será la que decidirán los ciudadanos ese domingo en las urnas.
No obstante, hay algo que ya muestra una tendencia; las opiniones se centran en dos propuestas o personajes: el aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade, y el del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador.
Se anticipa que será por alguna de esas vías por donde salga quien gobierne a México los siguientes seis años –2018-2024–, y ello se sustenta en que el priista pareciera traer ya la bendición de grupos bastante poderosos, tanto nacionales como extranjeros; que es quien puede aspirar a una relación más o menos cercana con el equipo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, algo indispensable para por lo menos evitar controversias o confrontaciones con la Casa Blanca.
En lo relacionado con AMLO, pues se le considera sobre todo por el peso electoral que trae, sigue siendo el puntero en las encuestas y mientras las estadísticas no se modifiquen, debe ser tomado en cuenta como posible ganador. Claro, en las semanas recientes ha cometido, a juicio de propios y extraños, algunos tropiezos a nivel de discurso y de propuesta que hace dudar a muchos de quienes vienen con él, si continuar o no apoyándolo.
Entre esos supuestos errores, imprevistos o a lo mejor premeditados, para generar polémica, está aquello de conceder amnistía a los delincuentes de alto impacto. También eso de que incluyó en la propuesta de gabinete a Víctor Villalobos, promotor de la Ley Monsanto, un consorcio internacional que impulsa la agricultura a partir de semillas transgénicas.
Como quiera que sea, el tabasqueño sigue arriba en esas tendencias y por lo tanto hasta se piensa que eso de aliarse con el Partido Encuentro Social (PES), creación del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, daría indicios de que hay cierto arreglo con Los Pinos y que igual se ha decidido resolver la elección a partir de un pacto de transición.
Claro, otros advierten que eso de la alianza Morena-PES es señal de rebeldía de Osorio frente a Peña, por no haberle dado la candidatura presidencial, pero del mismo modo se responde que ¿cuándo se ha visto que tras una traición así se mantenga al irreverente en el cargo? Y es cierto; ya vemos como le fue al ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, por haber jugado a favor de AMLO en las elecciones para gobernador en aquella entidad; por eso todo lo anterior lleva a serias confusiones y especulaciones.
En lo que también se busca encontrar la cuadratura, es en las señales que viene enviando Obrador, con la sugerencia de gabinete, que porque ha incluido a figuras identificadas con la extrema derecha, cuyos antecedentes y prácticas políticas son diametralmente opuestas al proyecto de su gobierno. Como que hay demasiadas incongruencias entre el decir y hacer. Sólo que ello se presta para estimar que ya anda coqueteando con sectores a los que en el pasado desconoció y a cuyo proceder se atribuye que fue vetado para que pudiera ocupar la casa presidencial.
MORELOS: ¿Y LA ENCUESTA DE MORENA?
Pero también a nivel de Morelos seguimos inmersos en una serie de factores que impiden ir despejando la duda respecto a hacia dónde se podrá inclinar la balanza en la contienda por la gubernatura el año entrante. Al interior de Morena se decidió ir a una encuesta para definir el candidato, tras la alianza con el Partido Encuentro Social.
Se insiste por un lado, que Morena diseñó una encuesta a modo, de tal manera que acabara beneficiando al senador Rabindranath Salazar Solorio y que por lo tanto será el candidato y que el aún alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, iría en la fórmula al Senado de la República.
No obstante, existe otra versión que tampoco está descabellada; que sin el peso electoral que trae el edil capitalino, a Morena no le habría beneficiado en nada aliarse con ese instituto que a lo mejor le acaba aportando uno o dos puntos porcentuales a nivel país y que en todo caso fue la fuerza electoral que tiene en nuestra entidad, la que indujo ese acuerdo.
Y que si la cosa fue de esa manera, pues es casi un hecho que el dueño del PES, Osorio Chong, habría pedido que le dieran esta plaza, aunque en el resto del territorio nacional no le dejaran nada. Si la cosa va por ahí, entonces más bien estaríamos estimando que el oriundo de Tepito, en la capital del país, ya la trae en la bolsa.
Como quiera que sea, de esa definición depende buena parte de la correlación de fuerzas con que se llegue al proceso, de ahí que se necesita esperar a confirmar por dónde va la jugada en lo tocante a la alianza Morena-PES. Bueno, incluso en otros partidos políticos están en la misma espera, a fin de poder decidir el cuadro que más convenga a sabiendas de que enfrentarán a adversarios de mucho peso electoral.
Eso acontece en el Partido Acción Nacional (PAN) y desde luego en el tricolor. Hay una calma relativa en ambas trincheras y de ahí que sigamos esperando la decisión en torno a quienes serán los abanderados de esas fórmulas por el gobierno del estado, aunque estamos cerca del límite para las inscripciones ante el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac).
Muy similar a lo que acontece a nivel nacional con las distintas fórmulas, aquí en la entidad se siguen analizando todo tipo de escenarios, pero ninguna garantiza nada, porque hay pequeños detalles que se requieren para lograr una visión mucho más precisa en materia electoral. Pero es un hecho que al menos durante la siguiente semana se empezarán a despejar casi todas las dudas.