El Partido Acción Nacional (PAN) en Morelos sigue inmerso en una serie de inconsistencias e indefiniciones; hay corrientes que simpatizan con la idea de ir con el Frente Amplio Opositor como ocurre ya a nivel nacional, pero hay una mayoría que han decidido contender solos o con partidos como Movimiento Ciudadano o el Humanista.
Estamos ya encarrilados en el proceso electoral para la justa del 2018 y como que no logran ponerse de acuerdo, que sería lo de menos, tendrán que hacerlo. Pero ya hay desprendimientos importantes a consecuencia de dichas diferencias y quien fuera legislador federal, local y aspirante a la presidencia municipal de Cuernavaca, además de formar parte de la “Sagrada Familia”, Luis Miguel Ramírez Romero, ha determinado abandonar esas filas en las que militó muchos años.
Acción Nacional comenzó a tener problemas de unidad, luego de haber perdido el ejercicio del poder en el 2012, tras dos sexenios de mandato. Ya durante esos 12 años se apreciaron rupturas, ya que el grupo identificado como de la “Sagrada Familia”, se apoderó de los mejores cargos y representaciones, mandando a tercera o cuarta posición a cuadros que eran los que le daban vida y fortaleza.
Ese comportamiento llevó a que muchos optaran por distanciarse y retirarse coyunturalmente de la práctica política, pero al paso del tiempo, pudieron darle vuelta a la página, logrando desplazar a segundo término a ese grupito de familias que venían usufructuando las ventajas que ofrece el mandato y una vez al frente del CDE, les hicieron lo mismo: los despojaron de privilegios y a estas alturas les vienen negando inclusión en la distribución de candidaturas.
Ese es el motivo por el cual Ramírez Romero decidió pintar su raya y mantenerse al margen. Es muy claro, aduce que debido a que el dirigente estatal Juan Carlos Martínez Terrazas no ha querido abrir el abanico en la lucha por candidaturas, mejor renuncia. Y en efecto, el presidente del partido ya se adueñó de aquellos espacios que se considera tienen altas posibilidades de éxito.
Algunas diputaciones plurinominales, aquellas federales por la vía de la circunscripción y primeras regidurías en los ayuntamientos, sobre todo en Cuernavaca y los municipios conurbados, que es en los que los ingresos son importante y les están dejando, a los que no están en su círculo cercano o familiar, los espacios que hay que ganarse en las urnas.
Tiene razón Ramírez en lo anterior, pero se le olvida que cuando fueron dueños del partido, particularmente cuando gobernaron la entidad, hacían lo mismo; lo de ahora es algo así como una revancha o ajuste de cuentas. Habrá que esperar hacia dónde decide enfilar o acaso espere otros tiempos.
Regresando al tema de las alianzas, es casi un hecho que por rechazo mayoritario no irán con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque se advierte desde dentro que los amarillos continúan presionando a través del CEN panista, con esa esperanza; aún así lo vemos prácticamente imposible.
A nivel de país, el frente fue capitalizado por los azules; se adueñaron no sólo de la candidatura presidencial con Ricardo Anaya, que la traía desde hace meses, también se quedaron casi con todo lo más importante, como gubernaturas a jugar, senadurías y legislaturas federales. Acaso cedieron al PRD la Ciudad de México, donde el sol azteca tiene el más alto mercado.
Pero en lo referente a Morelos, de haberse dado el acuerdo de jugar juntos, conforme a las reglas pactadas por las cúpulas, el perredismo tenía mano para lanzar al candidato al gobierno y en el resto de las fórmulas seguramente se daría una distribución más equitativa, cediendo la capital del estado al panismo.
Aún existe tiempo; para el caso de la gubernatura, existe el término del 3 de enero para alianzas y en lo que se refiere a lo local el 13 de enero; sin embargo, aquí insistimos en que acaso podrían negociar con MC o Partido Humanista (PH), no más, por ahí se perfilan las cosas.
Ahora bien ¿es la de Ramírez Romero una baja preocupante en el PAN? Como que no es así; no trae una fuerza o liderazgo que incline la balanza en su interior y simplemente es motivo de polémica política, se nos antoja. Hacia arriba no impacta casi nada, menos en lo referente a la candidatura al gobierno.
Si el diputado federal decide ir a la grande, la tiene en la mano; si opta por alguna candidatura diferente, también, porque Bolaños Aguilar no tiene conflicto con la dirigencia estatal de su partido. Todo indica que ya trae acuerdos amarrados en lo referente al estado y a nivel de dirigencia nacional la luz verde para pedir lo que más le convenga.
Lo que viene no será fácil para ellos. Tienen zonas con mucha influencia como Cuernavaca, pero enormes vacíos al interior del estado y la dirigencia partidista sigue sin desarrollar un trabajo territorial de recuperación, porque sus mayores activos y recursos humanos se concentran en la capital.
Para complicar mucho más las cosas, acabaron reducidos en su fracción parlamentaria en el Congreso local, porque unos de sus miembros negociaron su pase al PRD. Los que se quedaron tampoco trataron de hacer su mejor papel. Fueron parte de campañas de denostación en el sistema estatal de transporte por una larga temporada y todo eso ha sido un golpe a la imagen personal de cada diputado.
Más de uno pagará esos costos en las urnas si decide buscar otra representación; por eso es que aquellos que están cerca de Martínez Terrazas, sabedores de lo anterior, han buscado aprovechar la oportunidad de controlar el CDE y quedarse con lo que es más seguro, mandando a la guerra a todos los demás, porque no hay certeza para nadie en la batalla constitucional.
Hay pues dos o tres factores que les restaron tendencias en estos recientes años: el comité directivo no se preocupó por desarrollar alguna estrategia funcional para promocionar sus siglas. Prefirieron la comodidad de los escritorios y eso cuesta en política.
Su bancada decidió capitalizar el paso por el recinto legislativo, negociando su voto con el mejor postor, pero de manera muy personal, sin medir el daño al instituto político y también incumplieron compromisos con sus representados y todo lo anterior será analizado por los ciudadanos al votar.