Hoy, todavía bastante lejos de que entremos plenamente en el proceso por la misma posición en el 2018, se vuelve a hablar de lo mismo, un presunto y reciente acuerdo entre esos dos partidos, que así como se cuenta, muestra a un presidente Enrique Peña Nieto consciente de que su partido no garantiza retener la presidencia y por lo tanto estaría dispuesto a sumar activos con el panismo a fin de evitar la llegada de Andrés Manuel López Obrador, líder moral del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Las tendencias se estaban complicando mucho a partir de las reformas estructurales, que fueron repudiadas por la mayoría de mexicanos, porque generan algún efecto negativo en su contra, ya vemos lo que pasa con la energética.
Pero eso del gasolinazo parece ser la puntilla que aleja todavía más del pueblo a un PRI que carga con toda clase de cuestionamientos, porque lo que haga el gobierno desde los primeros planos nacionales, le rebota necesariamente y de ahí que aparezca otra vez esa corriente de opinión, además filtrada por alguien que se supone estuvo muy bien enterado de los supuestos acuerdos.
Pero si a nivel país Morena sigue siendo la gran preocupación de las camarillas y grupos que han manejado el poder en México desde épocas ancestrales, bajo el temor de que pudieran ser despojados por el movimiento que encabeza el tabasqueño, en Morelos el panorama es más o menos parecido, los indicadores llevan a considerar que será el enemigo a vencer para los partidos considerados grandes.
Por lo menos a nivel de percepción, hay una tendencia casi natural a considerar que tiene todas las posibilidades de ganar la gubernatura, dependiendo de quién sea el candidato y también en ese ámbito, hay más de una figura que estaría coqueteando con las siglas a fin de buscar una candidatura.
Claro, aún con escaso tiempo de haberse constituido como partido político, Morena tiene ya cuadros valiosos y algunos de éstos con cargos de representación de alto rango, como en el caso del senador Rabindranath Salazar Solorio, que por ese solo hecho, además de ser morelense y haber incluso votado en contra de algunas reformas como la de energía, seguramente tendrá mano a la hora de la toma de decisiones.
Pero además, en lo que a Morelos se refiere, sí parece ser el que mantiene una relación directa con López Obrador y eso representa llevar un paso adelante, independientemente de que entre aquellos que desearían contender con esos colores, es el único que está afiliado, los demás no.
Se ha especulado mucho que tanto el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, como el alcalde de Cuernavaca –quien por cierto ya venció a sus adversarios en eso del juicio político- Cuauhtémoc Blanco Bravo, son algunos de los que buscan cercanía con AMLO, pensando en la candidatura al gobierno estatal.
Si eso fuera así, entonces hablaríamos de tres posibles aspirantes, es decir Salazar Solorio, Vera Jiménez y Blanco Bravo. La disyuntiva sería y ¿quién de los tres? Ya lo decíamos, el senador tiene ventajas sobre los otros dos, por su militancia anterior, por ser nativo del estado y porque viene desarrollando trabajo electoral a favor de su institución. Su presencia en la consciencia del electorado quizás no sea la ideal, pero todo indica que ello obedece a algunos factores derivados de su decisión de dejar el PRD e irse a Morena, en el Senado lo tiene casi congelado, no hay apoyos para él.
Alejandro Vera no parece ser mal prospecto, la lucha que encabezó, como cabeza del Frente Amplio Morelense (FAM) y luego en defensa de los intereses de la universidad le provocó desgaste, sin duda, pero también acrecentó su figura y le dio nivel como para buscar electoralmente una candidatura importante, sólo que vive momentos angustiosos, en su calidad de rector, por el déficit financiero de la máxima casa de estudios, así que respecto a él, nada está definido.
En lo que corresponde a Blanco Bravo, es indiscutible que mantiene una admiración de propios y extraños por la fama que alcanzó como deportista, habría que ver si eso puede traducirse en votos de elección, no obstante requerirá un poco más de maduración y formación en materia política para considerar ir por la gubernatura.
Ahora bien, pareciera que en lo referente a Vera y Blanco, sólo habría dos opciones para intentar, con éxito, ir a la contienda del 2018. La primera, buscando un acuerdo con el partido de López Obrador; y la segunda, intentar la candidatura independiente que pareciera más difícil, por los elevados costos que representa una contienda. El resto de las plataformas no les garantizarían nada y más bien sería cargar con pesados lastres.
Lo más aconsejable, entre esas dos opciones, sería Morena, porque es un partido en evolución y traerá nuevamente la inercia positiva de Andrés Manuel, como seguro contendiente por la presidencia de la república en un tercer intento.
No obstante, en una posición de humildad, ambos tendrían que ir más bien en acompañamiento del senador Rabindranath, ahí están por ejemplo las dos senadurías, son posiciones nada despreciables y además dan la oportunidad de crecer en la política, es en las grandes ligas donde se logra madurar y forjar criterios de mayor alcance a fin de buscar cargos de alta responsabilidad.
Y además una fórmula integrada de esa manera, tendría pocos enemigos enfrente, aunque en torno al edil capitalino, se siguen mencionando hipótesis que no parecen nada descabelladas. Una de esas va en el sentido de que fue precisamente la Federación la que lo cobijó para que sus adversarios políticos no le hicieran daño con aquello de destituirlo como alcalde.
Y que incluso por instrucciones del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, podría ser promovido como candidato del Partido Encuentro Social (PES) a la presidencia de la república, para hacerle contrapeso a López Obrador, porque como mencionábamos, éste es la gran preocupación de los monopolios de poder frente a las elecciones que ya no están muy lejos.