De acuerdo con el artículo tercero del "Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños", por trata se entiende la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación; dicha explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción ilegal de órganos.
La trata de personas, la “esclavitud moderna”, es un delito que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos; aproximadamente, un 30 por ciento de las víctimas de la trata son niños y un 70 por ciento son mujeres y niñas, según el “Informe Mundial sobre la Trata de Personas”, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) y además, de acuerdo con datos del 2018 del citado informe, la proporción de personas afectadas dentro de su propio país se ha duplicado en los últimos años al 58 por ciento de todas las víctimas detectadas.
Desde 2003, la UNODC ha recopilado información sobre aproximadamente 225 mil víctimas de la trata detectadas en todo el mundo; todos los países están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas, y los conflictos agravan todavía más el problema, ya que los grupos armados sobreexplotan a los civiles y los traficantes aprovechan esta situación captando forzosamente a personas desplazadas huidas de dichas zonas.
En el año de 2010, la Asamblea General adoptó un Plan de Acción Mundial para Combatir el Tráfico de Personas, además de establecer un Fondo Voluntario Fiduciario para las víctimas del tráfico, especialmente mujeres y niños; el objetivo de dicho fondo es facilitar la asistencia y la protección efectivas y directas a las víctimas de la trata, mediante la subvención a organizaciones no gubernamentales especializadas.
Cabe destacar que también se ha dado a conocer que, en un futuro próximo, la intención respecto a dicho fondo es dar prioridad a las víctimas provenientes de conflictos armados o que forman parte de grandes corrientes migratorias o de refugiados; además, centrar la asistencia en las víctimas que han sido objeto de la trata para explotarlas sexualmente, extirparles órganos u obligarlas a la mendicidad y a la delincuencia.
Este 2019, el secretario general de la ONU, António Guterres, anotó en su mensaje que "los conflictos armados, el desplazamiento, el cambio climático, los desastres naturales y la pobreza exacerban la vulnerabilidad y la desesperación que permiten que la trata prospere. Los migrantes están en el punto de mira. Miles de personas han perdido la vida en el mar, en los desiertos, en centros de detención, a manos de tratantes y contrabandistas de migrantes que ejercen su monstruoso y despiadado oficio. Pero también cada día la indiferencia ante el abuso y la explotación que nos rodean se cobra numerosas víctimas. Desde el sector de la construcción al de la producción de alimentos o de bienes de consumo, incontables negocios y empresas se benefician de la miseria".
Guterres también recordó que Nadia Murad, la primera víctima de trata en ser Embajadora de Buena Voluntad de las Naciones Unidas, recibió con justicia el Premio Nobel de la Paz en 2018 por catalizar la acción internacional para acabar con la trata y la violencia sexual en los conflictos; la joven iraquí fue vendida y sometida a torturas y violaciones por integrantes del Estado Islámico.
En el presente año, la UNODC destacó que el Día Mundial contra de Trata de Personas del 2019 es una oportunidad para llamar a los gobiernos a la acción, proteger a las víctimas y sus derechos y hacer que los infractores rindan cuentas; recalcó que la trata de personas ocurre en todos los países y aumenta en situaciones en las que el estado de derecho es débil y las personas carecen de oportunidades. Las crisis humanitarias y los conflictos crean un entorno en el que los tratantes pueden aprovecharse fácilmente de los vulnerables.
La acción multilateral ha dado lugar a avances, por medios como la Convención de Palermo y su Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños. La mayoría de los países cuentan con las leyes necesarias, y en algunos se han producido recientemente las primeras condenas por trata, pero queda mucho por hacer para llevar a las redes transnacionales de trata ante la justicia y, sobre todo, para asegurarse de que se detecta e identifica a las víctimas y de que estas pueden acceder a la protección y los servicios que precisan. México firmó el “Protocolo de Palermo” en el año 2000.
Respecto a nuestro país, cabe anotar que México fue pionero al participar en una de las campañas más importantes para prevenir este delito, "Corazón Azul Contra la Trata de Personas", en el año 2010 y como parte de las acciones de cumplimiento de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus respectivos protocolos, informando a más de 53 mil personas sobre esta problemática, durante el periodo 2010-2012; sin embargo, falta mucho camino por recorrer.
En la semana que termina y también en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, el Gobierno de la Ciudad de México anunció oficialmente su adhesión a la campaña "Corazón Azul" de la UNODC, y dio inicio a una serie de actividades culturales y académicas por medio de las que se busca concientizar a los habitantes de la metrópoli sobre la gravedad de este delito.
Y es que de acuerdo con cifras de la oficina de la UNODC y del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, a nivel nacional, el 51 por ciento de los reportes efectivos por trata de personas se dan en la Ciudad de México (siendo las alcaldías de Álvaro Obregón, Benito Juárez y Cuauhtémoc las que concentran el mayor número de reportes), Estado de México y Jalisco.
Se informó además que la alianza estratégica ha consistido en la amplia difusión del teléfono de denuncia de la Línea Nacional Contra la Trata de Personas del Consejo Ciudadano (800 55 33 000), a través de la campaña "Corazón Azul"; al respecto, el presidente del Consejo Ciudadano, Salvador Guerrero Chiprés, informó que en el primer semestre del año la línea recibió mil 977 llamadas que se convirtieron en 954 reportes y de éstos, 37 fueron tipificados como trata de personas.
La trata de personas vulnera los derechos fundamentales a través del engaño, sometimiento, coacción, abuso de poder, intimidación o amenaza, incluso en contra de la voluntad o viciando su consentimiento, equiparando, además, la condición de las personas a la de un objeto, aprovechado por el tratante para obtener beneficios ilícitos.
Uno de los antecedentes históricos de la trata de personas se sitúa en el periodo medieval, concretamente durante la lucha entre musulmanes y cristianos, cuando las personas adquirían un “rango de mercancía”; en 1869, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define el vocablo "trata" para referirse al "comercio de esclavos africanos"; en 1904, se firmó el primer acuerdo internacional para asegurar la protección eficaz contra el tráfico criminal denominado "trata de blancas": dicho término fue transformándose e incluyendo toda forma de explotación en contra de cualquier persona.
“Los gobiernos no pueden cruzarse de brazos y esperar a que las víctimas se identifiquen; todo lo contrario, deben buscarlas de manera proactiva mediante investigación en los sectores de alto riesgo, observación de las poblaciones vulnerables y capacitación de los funcionarios públicos correspondientes”, señala el “Informe 2014 sobre Trata de Personas”, en cuya introducción el entonces embajador plenipotenciario para Vigilar y Combatir la Trata de Personas, Luis C. de Baca, apuntaba acertadamente: “la transición de víctima a sobreviviente es un camino que nadie debe recorrer solo”.
Seamos solidarios con los millones de víctimas de trata, es necesario reafirmar el compromiso y empeño en impedir que los delincuentes exploten a las personas para obtener beneficios; comprometernos, en la medida de nuestras posibilidades y responsabilidades, a ayudarles a reconstruir su vida y devolverles lo que han perdido: la esperanza.