Ahora imagine usted en qué condiciones se encuentran aquellas personas que por diferentes circunstancias se encuentras privadas de su libertad en un centro penitenciario.
A raíz de los últimos acontecimientos en el Centro Estatal de Reinserción Social (Cereso) de Atlacholoaya (motines, homicidios, fugas) éste ha caído en la improvisación. Ya no importa la preparación académica ni la experiencia, sino sólo ser veracruzano o recomendado de un veracruzano.
Si analizamos el organigrama de la Coordinación del Sistema Penitenciario nos encontraremos con varias “cosas raras”.
Por ejemplo, Lluvia Oregón Bartolo cuenta con una plaza de “custodio acreditable” y es la encargada en el Cereso Morelos en su área varonil, controlada en todas sus acciones por el coordinador Ponce de León. La pregunta sería, ¿dónde está o quien tiene la plaza de Director del Cereso de Atlacholoaya o está congelada? Por cierto, ella no aparece en el registro de profesiones.
Jesús Fermín Meneses Reyeros aún trabaja con plaza de custodio acreditable siendo licenciado en administración pública, es quien estaba a cargo del Centro de Medidas Privativas de la Libertad para Adolescentes (CEMPLA) cuando cinco menores golpearon a un custodio y nunca fue reportado el incidente, fue premiado con el área de industria penitenciaria, aunque ésta no existe como tal en este nuevo Sistema de Justicia, tal como lo mencionamos en la columna del 13 de junio del 2019.
El director general operativo, de nombre Jesús Francisco Flores Jiménez, no tiene estudios académicos, pero tiene lo que parece ser la principal recomendación para ser jefe de seguridad: la prepotencia:
“Xalapa, Ver.-Un policía estatal abordo de un vehículo oficial chocó contra una camioneta sobre la calle Herminio Cabañas de la colonia Rafael Lucio y le apuntó con un arma de fuego a la familia que allí viajaba.
“Los hechos ocurrieron a las 21 horas con 55 minutos del jueves, cuando Jesús Francisco Flores Jiménez, alias «El Pacorro», conducía un Volkswagen, Jetta, color gris, -propiedad de la Dirección General de Tránsito del Estado (DGTE), con permiso de circulación a nombre del jefe estatal de peritos de la misma corporación, Manuel Alejandro García Morales- y se impactó con la camioneta Ford, tipo F150, modelo 2002, con placas XV-49845 del estado de Veracruz, que era conducida por José Manuel Ávila Martínez, en el cruce con la calle Manuel M. Contreras.
“Krisell Flores Priego, encargada del Departamento de Infracciones de la DGTE, viajaba como copiloto en el automóvil que era conducido por el servidor público y resultó con lesiones, por lo que fue trasladada en ambulancia a la clínica 11 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para recibir la atención médica correspondiente.
“Después del impacto, el elemento acreditado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a cargo de Arturo Bermúdez Zurita, bajó de su vehículo, abrió la puerta del otro y encañonó a José Ávila, a su esposa y a sus hijos; posteriormente, lo encaró cuando pretendía bajar de la camioneta y le azotó la puerta en el pecho”.
Lo anterior es una nota publicada en el portal “Plumas Libres” de Veracruz. Recuérdese que en los primeros días de asumir el cargo, Israel Ponce de León fue denunciado por abuso de autoridad al detener a los ocupantes de una camioneta Suburban que tuvieron la osadía de rebasarlo por la derecha.
La directora administrativa Araceli Munguia Polo continua de manera sorpresiva, como responsable del presupuesto público, el cual nunca llega y cuando llega, nunca alcanza. La distribución del material es a cuenta gotas, se solicitan cien para que se proporcione diez si bien les va a los centros. Dentro de su área los vehículos son reparados por personal del área de materiales, mecánicos improvisados que hasta piden dinero y/o refacciones por fuera para echar a andar las unidades, con las cuales se trasladan las emergencias médicas. Ella tampoco tiene cédula profesional.
Entra a colación el premiado por el Gobierno de Morelos, Lic. Alejandro Cornejo Ramos, quien fue destituido del cargo de Director General de Reinserción Social por maltrato al personal, cuando los sucesos de octubre y noviembre, funcionario que también dormía en el famoso Cuartel Acreditable pero se levantaba a laborar a las 12:00 horas del día.
Gilberto Barba Ocampo toma posesión de la Dirección General de Centros Penitenciarios, abogado que inició en seguridad pública como auditor de contraloría, pasó a supervisar a reinserción social, aunque supuestamente nunca encontró nada, conoció todos los manejos internos de esa área, vendiéndose con ello a esta nueva administración de Ponce de León y Ortíz Guarneros.
Y finalmente tenemos a Alexis, el flamante subdirector de mantenimiento bajo el mando de Araceli Munguía, responsable del famoso restaurante que duró un solo día, pero que sigue en la nómina de la institución. No está capacitado para para el puesto ni es profesionista. En el recae el mantenimiento y funcionamiento de todas las áreas de los centros -imagínense la parte médica como estará- al igual que el director de telecomunicaciones, el mencionado ingeniero que firma con el cargo pero no tiene trayectoria profesional.
Ahora bien, nos comentan que hay muy pocos médicos, si son seis para todo el sistema penitenciario son muchos, ganan muy poco, aproximadamente seis mil al mes y no todos tienen cédula profesional.
¿Con servidores públicos como los mencionados, el gobierno de Morelos podrá detener al COVID-19, será capaz de aplicar los protocolos de la Federación para el sistema penitenciario? ¿Tendrán ya un negociador que estabilice al CERESO “Morelos” por lo menos en esta emergencia? ¿Será capaz la visita familiar de dar tregua a las autoridades y les permita actuar con responsabilidad? ¿Sabrán qué hacer cuando llegue un ingreso como caso sospechoso y ya tendrán en cada centro un área en específico para recibirlo? Muy pronto lo sabremos.
HASTA MAÑANA.
