Descartada ya la posibilidad de un candidato de unidad que hubiese evitado muchos problemas, predomina el morbo de saber quién será el candidato que sabrá manejar mejor las reglas establecidas por el Comité Ejecutivo Nacional. Y es que todos sabemos que no ganará el que las respete más, sino aquel que las logre burlar sin resultar afectado en sus votos, es decir, hacerlo sin que parezca que lo hizo.
La decisión de que el 7 de noviembre voten solamente los que se hayan registrado previamente, parece ser una buena estrategia para evitar que otros partidos intervengan maliciosamente en el resultado de las votaciones. No podrá evitarse al 100 por ciento, pero evitará una descarada intervención de los mercenarios políticos.
En total, se instalarán 38 módulos de registro para la militancia y simpatizantes en las cabeceras municipales, y en el caso de Jiutepec, Cuernavaca, Cuautla y Yautepec habrá más de dos. El militante o simpatizante tendrá que registrarse de manera personal con identificación y no se hará de manera masiva por parte de algún grupo, especificó Juan José Castro Justo, el todavía mandamás del PRI en Morelos.
De los requisitos que deberán acreditar los aspirantes de acuerdo con la convocatoria y al artículo 151 de los estatutos, son que tengan por lo menos el 20% de la estructura territorial identificada a través de los comités municipales, y/o 20% del conjunto constituido por el sector agrario, el sector obrero, el sector popular, el Movimiento Territorial, el Organismo Nacional de Mujeres Priístas, el Frente Juvenil Revolucionario y la Unidad Revolucionaria en el estado, y/o 20% del total de los consejeros políticos estatales, y/o 5% de afiliados inscritos en el Registro Partidario correspondiente al estado.
En ese último apartado, se puntualiza que se utilizará el Registro Partidario que obre en la Secretaría de Organización del Comité Ejecutivo Nacional el día de la expedición de esta convocatoria.
En cuanto al monto autorizado para lo que será la campaña, la convocatoria especifica que será el cinco por ciento que autoriza el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Morelos en la elección constitucional inmediata anterior para renovar al titular del Poder Ejecutivo de Morelos, y que corresponde a $804,345.55
Todos sabemos que eso no es lo que se va a gastar, pero el obstáculo es fácil de saltar. Para eso hay publicistas que “regalan” anuncios espectaculares o pendones, comidas sufragadas por “empresarios desinteresados” y apariciones en radio y televisión disfrazadas de notas informativas.
Ya es del dominio público que el Instituto Estatal Electoral carece de los medios necesarios para hacer un escrutinio a fondo sobre los gastos de campañas y precampañas, por lo que se tiene que limitar a los informes que los partidos les quieran proporcionar sobre sus gastos.
Otro “candado” que trae la convocatoria y que nos provoca risa cada vez que se menciona, es la disposición de que los candidatos se abstengan de denostar a sus contrincantes a través de su propaganda. Claro, para eso está la Internet, esa maravillosa herramienta que fue creada para beneficio de la sociedad, pero que algunos utilizan para lanzar “cadenas” con información comprometedora para tal o cual candidato, o cuentas apócrifas de Facebook o Twitter que el día de la elección lancen noticias falsas para afectar a uno u otro candidato.
Al pre-registro deberán acudir uno por uno, no en grupo y mucho menos “acarreados”. El reto es, pues, llevar el mayor número de personas pero en forma individual. Es decir, en lugar de contratar un camión, contratas 50 taxis. Va a salir más caro, pero nadie podrá acusar al candidato de violar la convocatoria.
Bajo este formato, será muy fácil conocer desde muy temprano quien ganó, pues se sabrá perfectamente cuál es el universo de votantes.
Será pues, una competencia de “marrullerías”. Se pondrán en práctica las más sofisticadas estrategias para hacerse del mayor número de votos con el menor número de impugnaciones posibles.
Una estrategia que no falla es la del teléfono celular. Aquellas prácticas de repartir tortas y refrescos con el riesgo de que voten por el contrincante ya pasaron a la historia. Ahora es en efectivo y previa presentación de la fotografía tomada con su teléfono celular en la que aparezca tachado el nombre del candidato que está pagando por ese servicio.
Hasta el momento ya se ve claro que quienes buscarán la presidencia del PRI-Morelos será Amado Orihuela Trejo, Samuel Palma César y Julio Espín Navarrete, cuyo nombre estará en las boletas sólo para efectos legales, pues para efectos prácticas está clarísimo que “los dueños de la correa” (parafraseando a Amado Orihuela, el que dijo que “no hay que hablar con el perro, sino con el dueño de la correa”) serán Maricela Sánchez y Guillermo del Valle.
El duelo de estrategias, o de “marrullerías”, darán mucho de qué hablar en las siguientes semanas.
LA FALACIA DE LA POLICÍA ÚNICA
Con la misma intensidad que hoy se habla de la unificación de la Policía como la solución a los problemas de inseguridad en el país, hace 13 años se publicitó la municipalización de las policías como una salida viable desde el punto de vista operativo y administrativo.
En aquella ocasión, el Estado cedió a los municipios elementos, vehículos y armas para que, en cumplimiento al sagrado 115 constitucional, cada localidad se hiciera cargo de su policía, para lo cual se organizó la consabida ceremonia para la foto y los discursos. Lo que nunca se dijo es que el Estado (en aquel tiempo bajo el mando de Jorge Carrillo Olea) le entregó al municipio de Cuernavaca (representado por el extinto Alfonso Sandoval Camuñas), elementos sin preparación, armas “chatarra” y patrullas que a duras penas caminaban.
Lo que también nadie se imaginaba era que 13 años después el Ayuntamiento de Cuernavaca tiene la oportunidad de devolverle la moneda al Estado. Lo más seguro es que, al hacer la transferencia de vehículos al gobierno de Marco Adame, Cuernavaca le entregue sólo documentos, con una anotación que diga “físicamente el vehículo lo puede encontrar en tal taller mecánico o en tal corralón”.
En armas y elementos la situación es parecida. De hecho, de no haber sido porque el Ayuntamiento consideró que los policías municipales necesitaban una lección para pararle a sus manifestaciones, bien pudieron haberle transferido al Estado a los 90 policías que salieron no aptos para seguir desempeñando el cargo, y que fuera ya el gobierno panista el que decidiera qué hacer con ellos.
Y si Cuernavaca que es la capital está en esas condiciones, ya ni hablar de los demás municipios, cuyas policías sólo sirven para dar seguridad a las instalaciones municipales y al alcalde y su familia.
El caso del alcalde de Tlaltizapán, Ennio Pérez Amador, quien está acusado de utilizar a su policía municipal para resolver conflictos personales con sus vecinos; y el de Tlalnepantla, Lauro Barba Elizalde, señalado por la regidora Judith Pacheco de haberla mandado golpear con el jefe de la Policía Municipal, Nicolás Camacho Hernández; así como los policías que el edil de Tetecala, Víctor Tapia Ocampo, utiliza para su negocio de inflables y cuestiones domésticas, son los más claros ejemplos de las únicas razones válidas para decretar la desaparición de las policías municipales.
También, el hecho de que los alcaldes ya no podrán pedir “diezmo” a las empresas automotrices que les venden las patrullas o a los proveedores de uniformes y equipos de radiocomunicación.
De ahí en fuera, no hay nada que nos indique que, de un plumazo, la policía se vaya a convertir en una corporación profesional, honesta y eficiente.
Quizás eso se pudiera lograr con el tiempo y mucho, pero mucho dinero. Lo que no se explican los expertos en seguridad consultados por este columnista, es por qué se toma esta decisión tan trascendente en la recta final del sexenio de Felipe Calderón, con el consabido riesgo de que en dos años se dé marcha atrás a este experimento.
Otro punto que se debe tomar en cuenta es el que hace notar Azucena Olivares Villagómez, alcaldesa de Naucalpan y presidenta de la Asociación de Municipios de México:
"¡ahí tenemos más de 160 mil policías municipales en todo el país! Al despedirlos ¿a dónde creen que se van a ir? Serán campo fértil de la delincuencia y entonces vamos a agrandar esa famosa lista que tiene el rector de la UNAM, de 7 millones y medio de ninis, sumándole los policías municipales desempleados".
“POLLITO” Y SU SEMEJANZA CON EL “DIAMANTE NEGRO”
Es de todos conocido que el pasado 30 de septiembre el tradicional desfile de Cuautla se vio empañado por el desbocamiento de un caballo de nombre “Pollito” que lesionó a decenas de personas y provocó la muerte de una mujer.
También muchos recordarán que hace un par de años se llevó a cabo un evento masivo en un lugar llamado “Diamante Negro” del municipio de Jiutepec, en el que tres jovencitas murieron aplastadas por la muchedumbre.
El alcalde era el hoy diputado local Rabindranath Salazar, quien comenzó a ser vapuleado mediáticamente y el panista Liborio Román Mejía comenzó a pedir juicio político en su contra. Intervino su padrino Graco Ramírez Garrido para defenderlo y al final acordaron con el entonces secretario de Gobierno, Sergio Alvarez Mata, que a nadie convenía un escándalo y buscaron una salida benéfica para todos a través de la Procuraduría de Justicia.
En una columna de hace un año hicimos uso del sarcasmo para pronosticar que en la averiguación previa JT/1/503/08-02 el Ministerio Público llegaría a la conclusión de que las responsables de la muerte de Vanessa Estrada Aguilar, Silvia Bahena Miranda y otra jovencita fueron ellas mismas, al haber acudido irresponsablemente a un evento en el que no había las medidas de seguridad necesarias.
Hoy pronosticamos algo parecido para el caso de la muerte de la profesora Margarita Hernández García. Imaginamos al subprocurador de Cuautla en conferencia de prensa (dado que el procurador Pedro Luis se excusó de conocer el caso por tener amistad con el caballo, perdón, con el dueño) para decir que después de múltiples peritajes e interrogatorios se llegó a la conclusión de que el responsable de la muerte de Margarita Hernández y las lesiones a otras 40 personas es el equino identificado como “Pollito”, por lo que se le aplicará todo el peso de la ley, condenándolo a pasar el resto de sus días en el interior de su caballeriza, así como la inhabilitación para participar en desfiles por 12 años (aunque esto último pueda ser recurrible ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, que tiene fama de echar abajo este tipo de sanciones).
A PROPÓSITO DEL 2 DE OCTUBRE
Cuando ocurrió la matanza de Tlatelolco en 1968, el que esto escribe todavía no nacía. Nuestra primera referencia fue una revista (“¿Por qué?” Que más tarde se llamaría “Por Esto”) que mostraba crudas fotografías de la masacre que en su momento vergonzosamente ocultó la prensa mexicana.
Durante años hemos conocido solamente una cara de la moneda y casi nadie ha buscado la versión de aquella parte de la sociedad que estuvo de acuerdo con la intervención militar.
Hoy quiero poner a su consideración el siguiente texto que encontré hace años en un periódico nacional, sin que ello signifique que esté de acuerdo con su contenido. La polémica siempre es buena, y la última palabra la tiene usted.
El 68, la gran derrota comunista.
Transformados después en opulentos burgueses a los que tanto denostaron, liderzuelos marxistas europeos como Daniel Cohn, Rudi Dutscke y otros vendepatrias criollos como Rosa Luz Alegría, Carlos Fuentes Macías, Carlos Monsiváis, Heberto Castillo, Gilberto Guevara Niebla, Sergio Méndez Arceo, Miguel Ángel Granados Chapa, Graco Ramírez Abreu, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca y Juan Manuel Buendía Tellez-Girón, montaron una grotesca conspiración golpista en Francia, Alemania y México para derribar a sus respectivos gobiernos y montar la dictadura marxista que proclamaban abiertamente.
Eso ocurrió en el verano-otoño de 1968. Se estrellaron contra Charles de Gaulle y Gustavo Díaz Ordaz, a quienes apoyaron resueltamente sus ejércitos.
Además, sólo contaron con la militancia aborregada de la clase social más fácilmente manipulable por su inexperiencia e inmadurez: algunos estudiantes de algunas universidades denominadas por la caterva intelectuloide del marxismo, que en aquellos años estaba financiada y apoyado por el imperialismo soviético, actualmente en decadencia.
Utilizaron a su santón y lame botas castrista: Lázaro Cárdenas del Rio, quien montado en el toldo de un auto, en el zócalo capitalino, arengó a una masa de gritones para ocupar Palacio Nacional a su tiempo, a fines de agosto del 68. La respuesta de los motineros que coreaban en todas sus manifestaciones fue el lema favorito de los enemigos de México, que se aprestaba a ser sede de los juegos de la XIX Olimpiada mundial: “Revolución sí, Olimpiada no”.
Pero los obreros, los campesinos, las clases medias y la nación entera les dieron la espalda, repudiando su intentona golpista.
Los muchachitos ingenuos que siguieron a los intelectualoides apoltronados en sus despachos de la UNAM, fueron víctimas de esa criminal conjura. La hija de uno de esos celestinos tuvo el valor de desenmascarar su aviesa traición, y le dirigió una acusación pública en la primera plana de uno de los principales diarios capitalinos. Helena Paz le advirtió a su padre, Octavio Paz, la gravedad de su conducta y la de sus camaradas marxistas.
“Yo no voy a imitarte. Tú eres uno de los culpables, de los Flores Olea, de los López Cámara, de los González Pedrero, de los falsamente llamados ”Guías de la Juventud”, quienes sentados cómodamente en sus lujosos escritorios han lanzado a nuestra juventud a una loca aventura contra nuestra libertad, corrompiendo sus ideales en aras de las quimeras de la “revolución mundial”. Ellos han matado al espíritu y lo han sustituido por la materia. Sin embargo, tú y ellos fracasarán finalmente. ¿Dónde estarás cuando los sienten en el banquillo de los acusados? (“El Universal, 12 de octubre de 1958).
Efectivamente, el 2 de octubre de ese año, los traidores lanzaron a las juventudes a su última trampa sangrienta, constituida por el laberinto de edificios del conjunto urbano Nonoalco-Tlatelolco, en la plaza de las tres culturas.
La estrategia sería provocar a nuestras fuerzas armadas, cuyo secretario de defensa, General Marcelino García Barragán, dio prueba de su lealtad republicana al negarse a asestar un golpe de Estado, so pretexto de la violencia callejera.
Pues bien, nuestro ejército mexicano no cayó en la trampa. Nuestros soldados y su jefe en aquella tarde, general José Hernández Toledo, fueron agredidos inicialmente por los francotiradores terroristas que previamente se habían escondido en lo alto de los edificios. La respuesta fue doble: el ejército primeramente protegió a los civiles que se vieron envueltos en la balacera. Y después dirigió el fuego contra los francotiradores. Uno de los primeros en caer herido de dos balazos fue precisamente el general Hernández Toledo.
Si esa trágica tarde hubiesen triunfado los terroristas marxistas, la sangre derramada por las víctimas inocentes hubiese sido mercancía de la propaganda anti-México y anti-Olimpiada. Pero el complot traicionero de la antipatria roja fue aplastado y el Ejército mexicano salvó a nuestra nación, como lo había hecho antes en octubre de 1965, el ejército de Indonesia en Yakarta, al aplastar la sangrienta intentona de Aidit, Sukarno y Untung, la trinca infernal del comunismo asiático instigado desde Pekín.
Sí hubo vencedores y sí hubo derrotados.
En esto discrepo respetuosamente de la reciente argumentación que ha hecho mi general Luis Garfias Magaña, en el sentido de que nadie salió ganando el 2 de octubre del 68. Si México es libre actualmente fue gracias a la valerosa y fiel acción del Ejército Mexicano, que afrontó la guerrilla del golpismo extranjerizante, fundado en las férreas y patrióticas voluntades del presidente Gustavo Díaz Ordaz y el general Marcelino García Barragán, su secretario de defensa.
Al ser designado embajador en España, en 1977, ya como expresidente, el licenciado Díaz Ordaz, recordó en una tempestuosa entrevista de prensa, que si de algo se sentía orgulloso era de su conducta en esos trágicos meses del otoño del 68, pero de lo que más se sentía seguro y orgulloso era del desarrollo de sus acciones ese 2 de octubre, “pues había puesto todo en la balanza, mi seguridad, mi nombre, mi honor, mi vida misma pero al fin salvé a México de haber perdido nuestra libertad. Eso lo estamos gozando todos, incluso usted muchachito, pues si no hubiera ocurrido así, usted no estaría allí preguntando”
Si hubo ganadores y si hubo derrotados. La conjura comunista del 68 fue la gran derrotada.
En cambio México y sus libertades salieron ganando, gracias a la firmeza patriótica de Gustavo Díaz Ordaz y nuestro Ejército Nacional.
¡ Y que sigan chillando su hecatombe los huérfanos de Kremlin!
Artículo del periódico “EL Heraldo de México” publicado el día 3 de octubre de 1995.
Responsable de la publicación Roberto Q. Cruz.
Y para concluir, el comentario dejado por un lector en la página de El Universal el pasado 3 de octubre: “LO TRISTE DE ESTOS SANGRIENTOS HECHOS ES QUE COMO SIEMPRE NINGUNO DE LOS LÍDERES ESTUDIANTILES, ESTUVO ENTRE LOS MUERTOS, TODOS SALVARON EL PELLEJO Y HAN OCUPADO Y OCUPAN CARGOS, HAN LUCRADO CON EL 68 Y HA SIDO SU TARJETA DE PRESENTACIÓN DURANTE AÑOS”.
Y usted ¿qué opina?
DE TODO UN POCO
Más de Cuautla.- De verdad que está salado el alcalde de Cuautla, Luis Felipe Güemes. Su única buena suerte fue en las votaciones cuando la ola tricolor lo puso en la alcaldía. De ahí para adelante nada le sale. Su Ayuntamiento es una “olla de grillos” donde a cada momento hay cambios y los que permanecen son exhibidos todos los días a través de la página de internet de una radiodifusora local donde ventilan hasta sus más recónditas intimidades. La noche del grito fue multicriticado, y luego vino el incidente del desfile.
Por si no fuera suficiente, en los siguientes días será embargado el Ayuntamiento de Cuautla, tanto por las autoridades de la Justicia Laboral donde tiene millonarias demandas, como por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) por los impuestos que no pagó su antecesor.
A sus problemas habría que agregarle su falta de carisma y liderazgo. Con decirles que ya está destronando a José Raúl Hernández del apodo de “La Piedra” que le endilgara el periodista Hugo Calderón. Sí, por “gris y pesado”.
Semana de la Cultura Jurídica.- Este lunes 11, a las 9 horas, en el auditorio de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM, se inaugurará la “Primera Semana de la Cultura Jurídica, la cual es promovida por la propia Facultad de Derecho de la UAEM, a través de sus cuerpos académicos de Estudios Jurídicos Constitucionales y de Seguridad Social Multidisciplinaria y Desarrollo Social, así como de su Comité Ejecutivo de la Sociedad de Alumnos.
A esta iniciativa se ha sumado como parte del comité organizador, el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE); el Instituto de Investigaciones Legislativas del Congreso del estado; el Instituto de Desarrollo y Fortalecimiento Municipal (Idefomm); la Comisión de Derechos Humanos (CDHEM); y el Instituto de la Mujer (IMM).
Los temas a tratar durante la semana son diez: 1) Reforma Política; 2) Reforma Penal; 3) Transparencia y Rendición de Cuentas -martes 12, de 9:30 a 12:40 horas; 4) Reforma Municipal; 5) Las mujeres privadas de su libertad y problemática actual; 6) La seguridad pública y la participación de las fuerzas armadas; 7) La investigación en el cuerpo académico de Seguridad Social Multidisciplinaria y Desarrollo Social; 8) Salud y Derecho; 9) Derecho Parlamentario y Proceso Legislativo; y 10) La legislación local.
1 comentario
Hey
No chinguen, otra vez Maricela y del Valle en el escenario político?,… Compartelo!