Normalmente en septiembre los niveles disminuyen un poco, porque la vegetación y los árboles han crecido mucho en el verano, creando nuevas hojas, consumiendo más dióxido de carbono y produciendo mucho oxígeno. Sin embargo, esto no ha sucedido en 2016. Al parecer, somos muy buenos –expertos, de hecho– en la producción de dióxido de carbono. Tanto que los árboles no han podido responder adecuadamente. Resulta que también somos expertos en la destrucción de los bosques. Con razón hemos llegado a este punto.
Es más, es muy probable que 2016 sea el año más caliente de la historia: estamos acercándonos al tope de calentamiento de 1.5°C. En París el año pasado, durante la cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, se logró un tratado que, para convertirse en ley, necesita el compromiso y la firma de un mínimo de 55 países. Hasta ahora, 31 países han firmado el tratado, incluyendo Estados Unidos, Brasil, China, Rusia, India y Japón, además de México, afortunadamente. Es cierto que este tratado está siendo considerado como algo muy importante. Es evidente que los gobiernos están nerviosos al ver tanto caos climático. Es urgente que todos nosotros hagamos un esfuerzo extraordinario para proteger la civilización humana contra este riesgo existencial.
Es pertinente notar el compromiso de los Estados Unidos. El presidente Obama tiene clara la relevancia de este tratado y cómo el cambio climático está impactando negativamente su país. Es de suma importancia que se logre su firma antes de terminar su periodo como presidente. Ya se sabe que el candidato republicano Donald Trump no cree en el cambio climático y que no tiene ninguna intención de firmar el acuerdo si logra ser el próximo presidente estadounidense. Si Obama logra la firma, que es lo esperado, ya no habrá vuelta atrás… Un presidente Trump no sólo nos amenaza con un muro sino que nos amenaza con destruir nuestras vidas. Así de seria está la situación.
Por otro lado, el huracán Matthew azotó recientemente Haití matando a cientos de personas y destruyendo casas y ecosistemas. El daño en los estados de Florida y las Carolinas ha sido considerable también. Dicha tormenta es evidencia clara del efecto del cambio climático; es una de sus tantas consecuencias. Otras incluyen: niveles aumentados de los océanos, inundaciones, incendios incontrolables y climas extremos de todo tipo. Además, cualquier anomalía climática impacta nuestra salud, nuestra seguridad y nuestro futuro.
Se sabe que la última vez que los niveles de CO² llegaron a ser tan altos en nuestro planeta, no existíamos los seres humanos. Este hecho definitivamente constituye una reflexión interesante, grave y seria.