El libramiento de Cuernavaca es un monumento a nuestra dependencia de los autos y de la gasolina. Es una zona donde las emisiones de carbono reinan libremente y con abundancia puesto que ya no tiene árboles. Se trata de un camino utilizado por la gente local para llegar más rápido a su destino, además del tráfico en camino desde la Ciudad de México hacia Iguala, Chilpancingo o Acapulco (y viceversa). El libramiento ya no nos “libra” de nada: por donde quiera el tráfico de la capital del estado es intenso. La autopista convertida en obra es la zona más problemática, no sólo por la velocidad de los autos sino por el paso de tantos enormes camiones de carga. Es peor aún si se tiene que manejar por la obra de noche o temprano en la madrugada. La visibilidad es casi nula y no se sabe a qué se enfrentará uno o qué va a encontrarse en el camino. Muy seguido nos topamos con separadores viales, que por el paso demasiado rápido de un vehículo pesado se mueven con mucha facilidad. Lo peligroso es que muchas veces quedan en medio del carril y el conductor tiene que esquivar hábilmente el obstáculo. Un movimiento así puede resultar en un choque al invadir el carril de al lado. La verdad es que ponemos en peligro nuestra seguridad cada vez que tomamos el famoso libramiento…
El tema de la ampliación está en la mente de todos. Ha sido un asunto polémico desde el inicio cuando se contemplaban diferentes escenarios, todos afectando de alguna manera el ecosistema, la calidad del aire, la contaminación ambiental. No sabemos cuándo terminarán los trabajos, pero lo que sí sabemos es que el problema de las emisiones de carbono al ambiente aumentará enormemente y que el calor será terrible en esa zona sin la sombra de los árboles y sin su capacidad por convertir carbono a oxígeno…
Después de la tala terrible de más de dos mil árboles en la zona de la ampliación, la ciudadanía ha convertido su molestia y su tristeza en acciones. Se sabe que el gobierno no va a actuar como es debido y por eso asociaciones civiles como Guardianes de los Árboles ha buscado la autorización para plantar miles de nuevos árboles, a fin de contrarrestar de alguna manera el daño ambiental. Se anunció el mes pasado que, después de un largo proceso “… de perseverancia para lograr que, finalmente, tanto SCT como el Ayuntamiento de Cuernavaca aceptaran la compensación ecología en la ampliación del Libramiento Cuernavaca […] la reforestación será llevada a cabo por etapas en el área del Paso Express, colonias aledañas y predios anexos a la autopista de acuerdo a las temporadas de lluvias, es decir, será un proceso de dos a tres años. Para asegurarse que la reforestación se hará de forma profesional garantizando la sobrevivencia de los árboles, se instalará, en breve, una mesa de coordinación que dará seguimiento a la reforestación. En esta mesa de coordinación habrá representación ciudadana”.
Es una maravillosa noticia. Sin embargo, si pensamos en los árboles majestuosos, maduros y de enorme tamaño que antes bordeaban el camino, obviamente tendrán que pasar muchos años para compensar su ausencia. Es cierto que la vegetación de Cuernavaca crece rápido debido a su clima, así que pronto veremos los frutos de esta iniciativa para reforestar el famoso libramiento, que pronto será rebautizado como el Paso Express. Todos nosotros podremos participar en la reforestación de manera voluntaria. Estaré compartiendo noticias con ustedes sobre este esfuerzo por hacer de nuevo de la carretera una zona verde. Mientras, cuídense mucho.