Martes, 14 Junio 2016 05:02

Queremos paz y una vida digna

Reportera
Lectura 2 - 4 minutos

Vivir en paz es nuestro derecho innegable. Buscar la manera de llevar a cabo nuestras vidas en armonía con el planeta Tierra además de cohabitar con nuestros hermanos, con el afán de crear un espíritu de comunidad, es nuestro deber. ¿Por qué nos cuesta tanto cumplir con esto? Frente a las amenazas a la vida misma que implica el cambio climático no necesitamos actos de violencia para complicar nuestra existencia acá.

El clima está cambiando a tal grado que miles de personas han perdido la vida y miles más la perderán por acontecimientos climáticos violentos.  Además, cientos de miles de personas se encuentran en situaciones tan adversas que se ven obligadas a abandonar sus hogares y buscar dónde vivir con la esperanza de una vida digna. Por ejemplo, en el caso de Siria, el desplazamiento de millares de personas a la capital fue motivado por el colapso total de sus cultivos agrícolas y un estilo básico de vida que les resultó imposible sostener. No llegaron las lluvias, las cosechas sufrieron, la gente tenía mucha hambre. Así, las opciones fueron pocas: buscar una oportunidad en otra parte del país o morir. Mucho de este problema contribuyó a la guerra civil que azota el país actualmente. Hay diversos elementos en el caso de Siria y éste es sólo uno, pero si pensamos que el cambio climático es suficiente, entonces ¿por qué tenemos que matarnos también?

Después de tres días de lluvias fuertes y constantes el río Sena subió muchos metros amenazando a los habitantes de París, la capital de Francia. Miles de personas tuvieron que abandonar sus casas, el río fue cerrado al tráfico fluvial y los famosos museos el Louvre y el Quai d’Orsay se vieron obligados a mover sus obras de arte de la planta baja a una planta más alta por temor a ser mojados y dañados irreparablemente. Los científicos opinan que tanta lluvia podría haber llegado por cualquier razón, pero que con el cambio climático el nivel de incidencia es mucho más alto. No se esperaba tal cantidad de lluvia en verano; se trata de un evento inesperado.

Mientras tanto los británicos están a punto de votar, el 23 de junio, si quieren seguir formando parte de la Unión Europea o no. Las familias están divididas y la gente no tiene otro tema tan interesante que discutir actualmente. Hay argumentos a favor y en contra y cada uno de ellos tiene su peso. Muchas personas consideran que la lucha contra el cambio climático será mucho más difícil si termina la Gran Bretaña siendo un país aislado y abandonado y puede ser que tengan razón. Es un momento decisivo en la historia del país y esperamos que el voto sea contundente a fin de mejorar la vida de los ciudadanos, no para perjudicarla.

Y finalmente, el reciente acto de terrorismo en Estados Unidos contra un club de Orlando, Florida, en contra de las personas LGBT, es muestra del egoísmo de los terroristas, de su fanatismo, de su falta de respeto hacia los habitantes del mundo, de su rechazo a la armonía, a la paz y al respeto de las libertades fundamentales del hombre. Es un acto cobarde que tenemos que repudiar, en nombre de la libertad personal.

El mundo es un lugar muy triste si no podemos respetarnos unos a otros y que carece de esperanza por la paz y una vida digna. La verdad, esta semana me siento muy afligida por todo lo que está pasando en el mundo: cada acontecimiento nos afecta de alguna manera, queramos o no. Hay que tomar nota y defender nuestros derechos como nos sea posible.

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