Martes, 15 Diciembre 2015 06:00

COP21: un acuerdo histórico para lograr cero emisiones

Reportera
Lectura 2 - 4 minutos

¿Con qué palabras describiríamos el acuerdo de la COP21 en París? Ambicioso, dicen algunos. No hay ganadores ni perdedores, dicen otros. Mientras que los líderes de los países más poderosos del planeta se auto congratulan, muchos se cuestionan si el acuerdo es suficiente, si el compromiso de los 195 países que lo firmaron es realmente sólido, convincente y basado en la transparencia y la honestidad, si podemos atrevernos a albergar alguna esperanza...

Sin duda alguna, el viernes 11 de diciembre de 2015 fue una fecha que ha quedado registrada en la historia. Fue el día cuando prácticamente todos los países del mundo, se pusieron de acuerdo para hacer todo lo posible, con el fin de lograr que la temperatura promedio global no aumente más de 1.5°C.

Pero, ¿qué significa el acuerdo logrado en París la semana pasada? ¿Cómo nos afecta? Primero, fue un momento decisivo en la lucha por crear un planeta más pacífico y próspero para todos sus habitantes. Además, el acuerdo ofrece las bases para crear un marco sólido, que hará posible lanzar una era de acciones sin precedentes en contra del cambio climático. Está más claro que nunca que necesitamos actuar todos con urgencia para cumplir esa promesa. El acuerdo por sí solo no será suficiente: los gobiernos tienen que actuar con conocimiento, dedicación, convicción y total compromiso, en conjunto con el sector privado, para llegar a un mundo con cero emisiones. Todos los ciudadanos, tú y yo, tenemos que participar, no cabe duda.

Muchísimas personas, de todas las nacionalidades, han trabajado durante décadas para llegar a este acuerdo. Ha sido un proceso largo y tortuoso pero, al parecer, los políticos han llegado a la realización (mejor tarde que nunca…) que sin acciones positivas el mundo se acabará, y muy pronto. Reconocen por fin que tienen que dejar atrás el egoísmo y el interés propio y trabajar por el bien de la humanidad. Ya no se trata de preguntar si actuamos o no actuamos, sino ¿cómo deberíamos actuar? Una colaboración vital –no sólo entre los países sino con la sociedad, el sector privado, las instituciones financieras, las ciudades y los estados de cada país– tiene que funcionar. Cada vez un mayor número de empresarios y líderes de industria reconoce que estamos obligados a actuar, que es el momento preciso para aprovechar las oportunidades económicas que ofrece el sector de las energías limpias.  A fin de cuentas, mucho de lo que tiene que ver con el cambio climático está basado en el egoísmo. Si los gobiernos no fueran tan egoístas, la inversión en energía renovable hubiera sido automática desde hace muchos años…

Los políticos sólo quieren ser conocidos y recordados por sus logros. Estos logros tienen que ver con dinero, con lo que impulsa la economía, con ideas viejas que tienen que ver con el petróleo porque esto es –y siempre ha sido– el camino más fácil. Cancelar nuestra dependencia del petróleo para invertir en energías limpias y renovables es precisamente lo que tenemos que hacer, emprendiendo iniciativas innovadoras desde hoy mismo.

¿Qué pasará en México? ¿Cerraremos las minas de carbón? ¿Abandonaremos el fracking para extraer el gas natural? ¿Dejaremos de extraer petróleo de la tierra y del mar? ¿Qué pasará si no logramos reducir nuestras emisiones? No es como en la escuela donde nos regaña la maestra si no hacemos la tarea. Nadie nos obliga y nadie nos regañará si no cumplimos con el acuerdo. Se trata más bien de autorregulación y de voluntad propia; no hay mecanismos de revisión ni multas. Sin embargo, al firmar el acuerdo de la COP21 el compromiso queda absolutamente claro: nuestro deber es actuar hoy y para siempre considerando el bien de la Tierra y de la humanidad entera.

 

 

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