Para lograr algo similar en México sería necesario no sólo promover y obligar a la población a separar los residuos sino que el gobierno tendría que tomar riendas en el tema. En Holanda, 90% de la población separa de manera responsable y automática sus detritus. Además, los holandeses en su gran mayoría cierran la llave del agua mientras se lavan los dientes y bajan el termostato durante el invierno uno o dos grados para ahorrar energía. Lo que todo lo anterior demuestra es una clara comprensión que la responsabilidad es de todos, no sólo de los gobiernos, no sólo de los ciudadanos, sino de todos.
Holanda es un país muy pequeño y una de sus mayores preocupaciones es la inundación. Por ser tan plano - y por estar en ciertas partes por debajo del nivel del mar - la gente entiende muy bien el tema de la responsabilidad grupal. No hay espacio que sobre, todas sus tierras están ocupadas por ciudades, puertos, canales, agricultura, industrias, entre muchas otras cosas, pero lo importante es que todo está bien planeado y controlado.
En México no tenemos bien desarrollada todavía la responsabilidad hacia el medio ambiente. Tenemos que empezar desde nuestras casas con la separación de nuestra basura, con el manejo de una composta, con el compromiso de reciclar todo lo que sea reciclable y sólo entregar al camión de la basura lo poco que no se pueda volver a utilizar. Todavía me sorprende, y mucho, la cantidad de detritus todo mezclado que la gente saca de sus casas, en espera del camión recolector de basura cada semana. La cantidad que mandamos a los rellenos sanitarios es enorme y lo triste es que la mayoría en realidad es reciclable. El involucramiento del gobierno es crítico en este sentido.
La Asociación Nacional de Desechos Sólidos (ISWA por sus siglas en inglés) trabaja con el público para desarrollar una gestión sustentable de residuos alrededor del mundo. Uno de sus objetivos es promover su depósito bajo tierra, en lugar de echarlos a los rellenos sanitarios que están al aire libre y contaminan demasiado. A nivel global, se generan más de 4 mil millones de toneladas de residuos. A nivel individual, generamos al día entre 0.5 kg y 1.4 kg dependiendo de dónde y cómo vivimos. De cualquier manera, cada uno de nosotros contribuye al problema agudo de qué hacer con tanta producción de basura. La población sigue en aumento y el problema también. Por eso resulta tan vital utilizar nuestros residuos para convertirlos en energía o darles otro uso. El objetivo es instalar lo necesario, educar a la gente, proveer instalaciones adecuadas, exigir a nuestros gobiernos que nos apoyen, dedicar recursos públicos al problema y así lograr menos contaminación. Está claro que la acción individual es necesaria mas no suficiente. Es urgente buscar el apoyo gubernamental para aprovechar la oportunidad de la gestión sustentable de los desechos sólidos.
Los holandeses tiran en contenedores subterráneos sus residuos separados. En cada ciudad hay contenedores pequeños donde las personas depositan sus desechos. Son limpios, pequeños, agradables a la vista, no huelen mal en lo absoluto. Los desechos se recolectan diariamente y son tratados por el municipio para generar energía, composta o para reuso (por ejemplo, el vidrio). Esta iniciativa ha generado empleo y empresas nuevas especializadas en la producción de equipo y nueva tecnología, entre otras cosas. Todo esto se logra porque el gobierno holandés está involucrado y muy comprometido con el buen manejo de los desechos tanto domésticos como industriales.
¿Podríamos aprender de ellos? Por supuesto que sí. No es tan difícil: se trata sobre todo de compromiso, inversión y educación. Hemos logrado bastante en los últimos años, pero tenemos que aprender mucho más. Podríamos empezar todos con las prácticas sustentables desarrolladas por los holandeses, por el bien de México. ¿No creen?
Rosalind PearsonEsta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.