He escrito sobre un sinfín de temas que espero hayan sido del interés de todos ustedes. Uno de dichos temas es el de las energías renovables. Lo que quisiera ver para el futuro es un aumento en la utilización de la energía solar. Tenemos Sol todo el año y es una fuente extraordinaria de energía limpia y renovable. Quiero ver crecer la captación de energía solar en las casas y las empresas. Se puede afirmar que la energía solar es un regalo: es fácil de entender y su uso es amigable; sólo es cuestión de la política pública atinada para hacer más fácil la instalación de los paneles solares. Es preciso impulsar esta tecnología, me queda claro. El problema que tiene en la actualidad, es que su producción sigue siendo más costosa que el gas pero con los avances necesarios será cada vez más económicamente viable, una opción interesante para más personas, empresas e instituciones.

Cabe mencionar que aquí en nuestro estado tenemos el prestigioso Instituto de Energías Renovables, en Temixco, donde gran parte de la investigación se centra en la energía solar. Los avances que resulten de su valioso trabajo serán para nosotros, para el bien de México y para ayudarnos en el camino hacia el uso extenso y permanente de esa gran energía renovable.

Algunas personas nos critican, a nosotros que nos dedicamos a escribir o actuar a favor de los temas ambientales. Dicen que el cambio climático, aunque cierto, no tiene que ser tan temido. Que no debemos ser tan negativos y alarmistas en cuanto a sus efectos y sus implicaciones para el ser humano y la vida a futuro en la Tierra. Otros dicen que sigamos haciendo todo lo que estamos haciendo, que pasará lo que tenga que pasar y que no hay qué preocuparnos, ya que no podemos hacer nada para detenerlo. Además, opinan que el cambio climático no es tan malo, que nos adaptaremos y que todo estará bien. Citan como ejemplo el trabajo del economista británico Thomas Malthus, quien en el siglo 19 escribió un ensayo sobre los Principios de Población. Argumentaba este autor que la sobrepoblación es la causa de muchos problemas sociales como la pobreza, la malnutrición y la enfermedad. Según él, y utilizaba las matemáticas para probar su teoría, la población global aumentaría mientras que la producción de alimentos no sería suficiente para sostenerla y eso causaría como consecuencia el hambre, las enfermedades y la guerra.

El tiempo ha pasado desde que Malthus escribió su ensayo y es para muchos un ejemplo de pensamiento erróneo. Dicen que su predicción fue equivocada y que hay que tener más confianza en la creatividad del ser humano que es capaz de adaptarse a su situación actual. Pero nosotros sabemos bien que el cambio climático sí ha afectado la agricultura y nuestras fuentes de alimentos; sí ha causado problemas para poblaciones enteras en términos de acontecimientos climáticos desastrosos; la escasez de agua sí es y ha sido causa de conflictos; y que a futuro la vida sí podría complicarse mucho más. ¿Visionario? Tal vez sí. Malthus puede ser visto como alguien que predijo correctamente muchos hechos, pero en ese entonces no se sabía nada del cambio climático, ni de cómo íbamos a ser tan extremadamente dependientes del petróleo y el gas. Nuestra vida es muy distinta a la de él: estaría impactado de saber cómo vivimos hoy día. Esperemos que no tenga razón en cuanto al desequilibro entre la población y la producción de alimentos y que sigamos viviendo la vida como la queremos vivir.

Es lo único que yo deseo: que la vida siga siendo maravillosa. Estoy convencida que si les mostramos a la Tierra, al agua y a la naturaleza el respeto que merecen, nuestra vida podría ser aún más placentera y satisfactoria. Por mi parte, continuaré escribiendo esta columna. Gracias por leer mis palabras y gracias a La Unión de Morelos por publicar mis notas cada semana. Gracias además a mi querido amigo el Doctor Ricardo Cojuc, quien me ha acompañado estos siete años revisando y corrigiendo mis textos. Espero que esta columna siga siendo del interés de todos ustedes.