El “fracking” está siendo practicado en muchos países del mundo y sin dar aviso al público de los peligros asociados. Es más, puedo decir que una campaña de desinformación y mentiras, está asociada más con esta nueva industria que con cualquier otra. El “fracking” es presentado por los gobiernos como la gran panacea que nos llevará a un mundo maravilloso, donde nuestro consumo de energía eléctrica y gas natural será ilimitado y de muy bajo costo. Esto es una mentira.
En muchos países existen organizaciones y asociaciones de personas preocupadas por el futuro, gente que conoce la verdad del terrible “fracking”. En México tenemos a la Alianza Mexicana contra el Fracking (http://nofrackingmexico.org), que nació en 2013 debido a esta problemática y desde entonces “ha estado muy activa en difundir sus demandas y lo que implicaría el ‘fracking’ en México”.
Es parte de una alianza conformada por organizaciones prestigiosas como Greenpeace, Fundar, Medio Ambiente y Sociedad, Sendas y Frente Amplio Ambientalista, por mencionar sólo algunas. Los invito a conocer su página web para leer la explicación clara de qué es el “fracking” y por qué es peligroso para nosotros. Los impactos socioambientales incluyen los siguientes temas:
Disminución de la disponibilidad de agua para los seres humanos y ecosistemas.
Contaminación de las fuentes de agua.
Emisión de gases contaminantes.
Contribución al calentamiento global, entre otras afectaciones.
Las demandas van desde la prohibición de la práctica del “fracking” en México, hasta la garantía de nuestros derechos humanos. Es un sitio web lleno de recursos e información para nuestro libre uso y los invito a todos a informarse lo antes posible, sobre todo los maestros para que compartan estos datos vitales con sus alumnos en las escuelas.
Sabemos que el “fracking” es un peligro cercano, ya que hay planes para ponerlo en práctica en varios lugares en México (que podrían incluir a nuestro estado de Morelos), por lo que depende de nosotros cuidar y salvaguardar nuestro medio ambiente a como dé lugar.
Hay grandes áreas en Estados Unidos, en el estado de Colorado por ejemplo, donde las emisiones de gases tóxicos en el aire, debidas a la práctica del “fracking”, son extremadamente altas. Las mediciones muestran niveles muy peligrosos para la salud de las personas que viven no sólo en las áreas cercanas a las instalaciones de “fracking”, sino en lugares mucho más alejados. El aire, acuérdense, hace volar las partículas de los gases. Esto podría pasar aquí, sin duda alguna. Además, esas emisiones contribuyen al cambio climático más que cualquier otra cosa.
Parecería que nosotros, los seres humanos, tenemos el deseo de destruirnos. Estamos ciegos al parecer porque no vemos el futuro tan incierto; de hecho, algunos lo niegan por completo. ¿Será que no queremos ver, ni vivir nuestro futuro? ¿Será que somos tan egoístas que no nos permitimos ver más allá de nuestras propias necesidades inmediatas?
No hay justificación alguna que explique por qué el “fracking” tiene que ser practicado, cuando existen alternativas. Si no hubiese más opciones, ni fuentes extraordinarias de energía renovable, pues tal vez entonces será entendible. Pero no es así: vivimos en un país donde el sol brilla todos los días, donde el viento sopla y con fuerza, donde las mareas son constantes y poderosas. Siendo éstas sólo algunas de las muchas fuentes que nos darán energía ilimitada y limpia para el resto de nuestras vidas.
Sí, es cierto que hay inversión en ellas y que estamos logrando la construcción de instalaciones de paneles solares y de parques eólicos, pero no son suficientes todavía para impactar de manera significativa. Mientras tanto, nos toca a todos luchar contra el “fracking” e unirnos a los que ya están actuando, como la Alianza Mexicana contra el Fracking, a quienes decimos: ¡bravo!