No terminaré nunca de escribir sobre el grave problema del plástico. Científicos han calculado la cantidad total de plástico virgen fabricado en la historia de nuestro planeta. El monto es extraordinario: 8 mil 300 millones de toneladas métricas.
Si ese número te asusta, tienes que entender también que el periodo de tiempo durante lo cual se fabricó ese monto es de sólo 65 años. El plástico es un material bastante moderno, derivado del petróleo y, por lo tanto, no biodegradable. En 1933 se descubrió por accidente el polietileno, cuya patente fue registrada en 1936. Durante la segunda guerra mundial fue considerado un material muy útil, utilizado como aislante para cables de radares, entre otros fines. Fue sólo después de la guerra que se reconoció su utilidad en la vida en general y muy pronto se extendió su aplicación a un amplio rango de usos, tal y como lo conocemos ahora.
Desde ese momento el plástico empezó a llenar nuestras vidas y nosotros empezamos a tirarlo a la basura. Y así inició la triste cadena de acciones: fabricación, venta, uso doméstico, camino al basurero, vuelo al aire, llegada al mar - ríos - barrancas - arroyos - calles - banquetas - jardines... Y lo demás, como dicen, es historia.
La mitad del total de todo ese plástico fue fabricado sólo durante los últimos 13 años. Esto a pesar de los esfuerzos existentes por decir NO al plástico… Es más, 30% del plástico que existe hoy forma parte de la producción histórica y sigue en uso. Muy, pero muy poco del plástico en general termina siendo reciclado, aproximadamente 9%. La gran mayoría, cerca del 80%, es depósitado en rellenos sanitarios municipales. Si seguimos fabricando tanto plástico se estima que para el año 2050 tendremos 12 mil millones de toneladas métricas de plástico sofocando la vida de nuestro planeta…
Si te parece difícil imaginar y visualizar 8 mil 300 millones de toneladas métricas, sería igual al peso de mil millones de elefantes. Es una cantidad colosal, en todos los sentidos. ¿Qué hacemos entonces? Pues depende de nosotros decir NO al plástico de manera urgente, radical y contundente:
* Rechazar las bolsas de plástico que nos ofrecen todavía en los supermercados, los mercados, en todo tipo de tienda donde compramos lo que necesitamos; usar, en cambio, nuestras propias bolsas re-utilizables;
* Evitar la compra de alimentos empacados en plástico;
* Nunca, pero nunca, comprar envases y platos hechos de unicel, otro tipo de plástico que es altamente tóxico para el ambiente;
* Rechazar los popotes de plástico que ofrecen en los restaurantes; no son necesarios en lo absoluto;
* Hasta que se prohíba mundialmente el PET, no hay que seguir comprando botellas de PET; usar mejor tu propio cilindro re-utilizable para el agua que vas a tomar durante el día;
* Hasta que los fabricantes de refrescos dejen de utilizar el PET, evitar por completo los refrescos; tomar agua es lo ideal para tu sed y mil veces mejor para tu salud.
Como siempre, no podemos esperar hasta que las autoridades prohíban el plástico, no. Lo que tenemos que hacer es actuar nosotros mismos para no contribuir más al monto gigantesco de plástico. Inicia hoy mismo la sana campaña en tu casa y evita el plástico a toda costa y a como dé lugar, por favor.