Si tú también te sientes frustrado al ver el time line de tu Instagram lleno de las aventuras viajeras de influencers, bloggers y hasta de tus amigos. Si estás harto de entrar a Pinterest sólo para hacer tableros de todos esos lugares de ensueño que visitarás “algún día” aún cuando sabes que en tu trabajo la palabra vacaciones parece ser un lujo que pertenece sólo a otros pero nunca a ti, déjame contarte que hoy en día no sólo no eres el único que se siente así, sino que otras personas han logrado encontrar la manera de escapar de vez en cuando a sus obligaciones de vida adulta a partir de algo que antes parecía impensable: mezclar el placer con los negocios.
Pues sí, en mi caso el 90% de mis viajes, que han sido hasta hoy por 12 países del mundo, han sido viajes de trabajo que, con un poco de planeación, se han transformado en viajes de placer también. Hoy, a esta actividad se le conoce como “bleisure”, que es la combinación de las palabras “business” (negocios) y “pleasure” (placer) y es algo cada vez más común y, en el caso de la Generación Z, es más prolongado (incluso más que los Millennials), ya que una estancia de cinco días de trabajo ellos pueden extenderla hasta 3.2 días más por placer, revela el estudio “Una mirada al futuro: cómo las generaciones más jóvenes están configurando el futuro de los viajes”, presentado Expedia Group.
Las estadísticas muestran que, en promedio, 60% de los viajes de negocios se convierten en bleisure, especialmente aquellos que duran dos o más noches, revela otro estudio de la misma agencia llamado “Desempacando el bleisure”.
¿Pero cómo se puede disfrutar mejor del bleisure? De entrada, es una especia de viaje 2X1 que requiere cierta organización como elegir el mejor día para volar, buscar tal vez escalas largas que te dejen visitar destinos de tránsito y otros más pero, vamos por partes.
En primer lugar, si eres tú quien agenda las fechas del viaje, programa que tus actividades laborales sean en lunes o viernes, así podrás aprovechar el fin de semana para ti. No olvides que la prioridad de ese viaje es el trabajo, y en torno a éste debes programar todo lo demás.
Si la parte de placer del viaje es previa a tu reunión de negocios, procura permanecer en la misma ciudad para evitar que, ante un inconveniente como perder un vuelo o retrasarte en el traslado de un lugar a otro, debas llegar tarde o, en el peor de los casos, cancelar tus compromisos de negocios.
Algo muy importante: reserva el primer vuelo de la mañana y el último de la noche con el fin de permanecer el mayor tiempo posible en el destino que te interesa conocer. Además, en muchos casos, estos horarios suelen ser más baratos.
Para hospedarte, selecciona un hotel que reúna las facilidades para trabajar sin sacrificar las comodidades para descansar. Opciones como Airbnb pueden ser más económicas, pero es difícil (aunque no imposible) que tengan ambas características.
Si la reservación la hizo quien te invitó a la junta o evento de trabajo, pregunta en el hotel si tienen alguna tarifa especial para ampliar tu estancia. Así evitarás trasladarte de un lugar a otro y ahorrarás tiempo, además de ganar comodidad.
Recuerda que es común reprogramar o cancelar reuniones de trabajo, por lo que si reservas noches de hotel o vuelos pensando en alargar tu viaje, cuida que se permitan las cancelaciones o los cambios de fechas, y de preferencia sin penalización.
Es fundamental ser muy transparente y ético pues aquí no estamos aconsejando que te aproveches de tu empresa para el placer. Los gastos de tu viaje de placer deberás cargarlo a tu cuenta personal y así, podrás administrar bien tu dinero y separarlo de tus viáticos.
Si te conviene para ganar puntos, paga con una sola tarjeta el avión y/o el hotel, pero asegúrate de “reponer” a la cuenta de negocios el equivalente a la parte de placer.
Ten en cuenta que combinar negocios y placer en un solo viaje requiere equipaje un poco más grande, ya que deberás empacar lo necesario para ambas actividades y una estancia más o menos larga.
Antes de empacar, elabora dos listas de lo que necesitarás para ambas partes del viaje y así reducirás el riesgo de olvidar algo, por ejemplo, una corbata, el maquillaje, unos zapatos cómodos para caminar, el bronceador, etc.
Si los viajes de negocios son comunes en tu empresa, redacta políticas para cuando alguien de tu equipo quiera extender su estancia para aplicar el bleisure (que establezcan reglas como que el viaje no se exceda en los gastos, que no interfiera con los días laborales, en qué caso aplica como días de vacaciones, etc.). Así evitarás cualquier tipo de conflicto.
Si compras un seguro de viaje para tu empresa, asegúrate que cubra también la parte de placer con el fin de no llevarte una sorpresa si llegas a requerirlo.
Y lo más importante para que realmente seas un maestro del bleisure: cuando termine la parte de negocios y empiece la de placer, desconéctate del trabajo y disfruta del descanso. De nada sirve estar mandando correos frente a un bello paisaje o tomando llamadas a la hora de disfrutar una comida durante el tiempo que, se supone, es de placer.
Si no tienes oportunidad de contar con tiempo libre suficiente para desconectarte del trabajo, es mejor que, por esa ocasión, no extiendas tu viaje. Ya tendrás oportunidad de viajar más tranquilo.
Si quieres que esos dos o tres días que extenderás tu viaje realmente se transformen en algo placentero, planea tus actividades, levántate temprano y trata de disfrutar al máximo tu estancia en ese destino. Programa actividades que no requieran mucho tiempo o traslados muy largos. Disfruta tu tiempo al máximo; levántate temprano para que rinda más el día y planea tus actividades con anticipación.
En algunos destinos (como aquellos que reciben muchas convenciones durante el año), el bleisure es algo muy común, por lo que hay hoteles, agencias o compañías que ofrecen paquetes que conjuntan negocios y placer. Revisa si en el lugar al que llegas existe esa opción, ya que puede resultarte más económico y obtener beneficios como traslados gratis o descuentos en las entradas para algún evento.
Si definitivamente tienes muy poco tiempo, aprovecha actividades como correr o rentar una bicicleta para recorrer la ciudad. Si los horarios te acomodan, aprovecha servicios como el “turibús” que te darán un paseo rápido por puntos de interés de la ciudad en la que te encuentras.
No olvides tener en tu teléfono todas las aplicaciones necesarias para tu viaje, como la de la aerolínea para ver posibles cambios de itinerario, la de tu hotel para aprovechar beneficios, la de mapas para no perderte, la de la reservación de restaurantes, la del Uber, la de tu banco para cualquier inconveniente, etc.
Y no lo olvides, en tiempos donde el trabajo puede ser realmente una adicción, el bleisure puede ser tu boleto al paraíso.