El pasado lunes 22 de agosto, se cumplirán 18 años del fallecimiento de la escritora en Cuernavaca, lugar donde pasó sus últimos años de vida.
Para la escritora Silvia Molina, presidenta del Seminario de Cultura Mexicana (SCM), la novelista, dramaturga, periodista y poeta Elena Garro, “fue una gran revolucionaria para la literatura, no sólo nacional sino a nivel universal”, sostuvo.
Por ello, la también Premio Xavier Villaurrutia, Premio Nacional de Literatura Infantil Juan de la Cabada y Premio Sor Juana Inés de la Cruz de la FIL de Guadalajara, invitó a los numerosos asistentes a su conversación sobre esta autora, a “convertirse en promotores de la literatura de Elena Garro”.
Como argumentación, Silvia Molina recordó que Elena Garro escribió tres significativas obras de teatro para Voz Viva, “un laboratorio en la UNAM, donde Elena participó junto con muchos escritores y pintores: la crema y nata de jóvenes intelectuales del momento”.
Obras que significaron “una ruptura con la tradición de teatro en México”, agregó y se refirió a La mujer en su balcón, Un hogar sólido y Doña Blanca, “aunque tiene otra obra maravillosa que es Andarse por las ramas”, y destacó que la autora escribió un total de 16 piezas teatrales.
La crítica de entonces, añadió Molina, “no lo podía creer, porque el teatro que se montaba en México era clásico o costumbrista, de tradiciones, y Elena hace que uno de sus personajes pinte con gis una puerta en una pared y desaparezca”, ejemplificó.
La ruptura que marcaron las tres obras, dijo, se dio porque Elena Garro “introduce la magia, un lenguaje poético y elementos sacados de la fantasía completamente”.
También hay un poco de crítica: a la condición humana y crítica social, con un lenguaje poético muy mexicano y en donde hay
personajes en donde nos podemos reconocer, agregó la escritora invitada.
Explicó que años después, la autora recibiría el reconocimiento de esa crítica, pero que cuando escribió las piezas señaladas –andaba en los 40 años de edad-, era una voz, una autora, que se había nutrido del teatro clásico y que incursionaba con trabajos de su autoría, “de una manera muy fresca; pero rompe con eso y hace la magia en escena”, subrayó.
En su participación, la tarde del pasado viernes 19 de agosto en el Museo Cuauhnáhuac-Palacio de Cortés, Silvia Molina rememoró que a los 14 años conoció a la novelista en una reunión en París, en 1961, y que pese a su edad, le invitó un vodka que dijo que le iba a gustar.
“En 1953 ya había escrito la gran novela del siglo XXI mexicano, escrita por una mujer: Los recuerdos del porvenir. Con Pedro Páramo, de Juan Rulfo, son las dos obras maestras mexicanas del siglo XX”, sentenció.
“La novela es realmente es impresionante”, continuó y resaltó que “las obras de teatro de los años 50 y 60, tienen la semilla de lo que sería más tarde Los recuerdos del porvenir. En esos textos ya está esa semilla, madurada y mejorada en Los recuerdos...”, expresó.
Señaló que, respecto a la obra, se llegó a mencionar que Elena Garro la iba a quemar, pero su hija Helena Paz y un primo, lograron detenerla, para evitar la desaparición de esa “historia muy mexicana y muy universal”, dijo Molina.
También enfatizó en que Garro es autora de 11 novelas publicadas y de varios libros de cuentos, “aunque el mejor libro de cuentos es La semana de colores, en donde rompe con las reglas de la literatura de ese tiempo”, apuntó la también creadora de más de 20 libros para niños y jóvenes.
*HIZO BUEN PERIODISMO, POR SU SÓLIDA FORMACIÓN
Durante su conversación, Silvia Molina expresó que gracias a Patricia Rosas Lopátegui ya se han recopilado y publicado todos los textos periodísticos que escribió Elena Garro.
Cuestionó la afirmación hecha por Elena Poniatowska, respecto a que Elena Garro era “una extraordinaria escritora pero no una periodista”.
“Quién sabe –refutó Molina-, habrá que verla con ojos del siglo XXI. En el periodismo hizo lo que entonces no se hacía” y puntualizó que si antes no se podía dar una opinión al respecto, era porque no se conocía la obra completa que había realizado en la prensa.
Mencionó las entrevistas que realizó Garro a Frida Kahlo -y otros personajes de la vida intelectual- y reportajes como el que hizo en un reclusorio femenil, “no se conocía su periodismo, pero fue un buen periodismo, porque ella tenía una formación muy sólida”.
Explicó que la novelista, “en su casa tuvo una formación de universidad. Una formación de niña que no creo que se dé en ninguna universidad del país. No era una muchachita tonta, había demostrado que podía hacer cosas”, subrayó.
*UNA PARTÍCULA REVOLTOSA
A manera de presentación de la novelista, Molina leyó una carta que la Garro le escribió a Emanuel Carballo, pero acotó que no todo lo que se decía ahí era necesariamente verdadero, “era una mujer muy fantasiosa y la literatura es eso: la transformación de la realidad”.
Entre esas notas, destacaron aquellas en donde Elena Garro aseguró que sus padres, Esperanza y José Antonio, vivieron fuera de la realidad y que llevaron a sus hijos al fracaso, aunque reconoció que le hubieran permitido ser una “partícula revoltosa”; y otra refiere que un tal profesor Rodríguez, le dijo a sus padres que ella sería una gloria nacional.
*A ELLA, MÁS QUE A PAZ, A QUIEN QUERÍAN OÍR
Además de la lectura de esa carta y de los primeros párrafos de Los recuerdos del porvenir, Silvia Molina también se valió de fotografías de la autora para desarrollar su exposición.
Imágenes en donde aparecía Elena Garro a muy temprana edad; en reuniones; retratada con su entonces esposo, el también muy joven Octavio Paz; con su hija Helena Paz y hasta bailando con Gabriel García Márquez.
“Elena Garro era fascinante en la parte intelectual, brillaba en las reuniones”, sostuvo y más adelante concluyó que, al hablar “su lenguaje era una maravilla, de joven encantaba y seducía a todo mundo. Fue una mujer muy seductora y más que a Octavio Paz, a ella es a quien querían oír en las reuniones”.
Aseguró que después de que los padres de Garro la mandaron a estudiar a la ciudad de México, a terminar la primaria y hacer la preparatoria, se casó con Octavio paz en 1937, “según parece apresuradamente”.
De la hija de ambos, Helena Paz, Molina dijo: “fue una poeta muy inteligente, desgraciadamente le tocó todos los desastres de la separación de sus padres, pero de joven fue una mujer realmente muy brillante”.
Después de que terminó su relación con Paz, prosiguió, vienen los sucesos del 68, Elena era madracista, (apoyaba a Carlos Madrazo, entonces presidente del PRI).
“Ella siempre quiso cambiar la situación de los campesinos del país, ayudó mucho a los campesinos de Morelos y estuvo metida en movimientos para renovar la política”, aseveró Molina.
“Se dice que era espía del gobierno, no me gusta ahondar en esta parte porque es muy triste”, admitió la escritora y refirió que cuando Garro tiene que huir, “eso se refleja en su literatura. No deja de escribir y de enviar sus escritos a sus editores. No deja de publicar aunque esté metida en problemas personales”.
Reflexionó en que “toda la obra de Elena Garro es autobiografía, pero transformada en literatura”.
*SEÑORA DE SU CASA, CLICHÉ ROTO POR GARRO
Comentó que Elena Garro regresó a México definitivamente en 1993 y “el gobierno sí la ayuda, tiene la beca del Sistema Nacional de Creadores y Helena también”, aunque cuando llega a
vivir a Cuernavaca, “a partir de ahí tiene una vida muy triste”.
Como comentarios finales, Silvia Molina mencionó que la novelista y Adolfo Bioy Casares tuvieron “un amor platónico que se lleva a cabo a través de cartas” y por otro lado que, aunque la escritora “nunca se consideró una feminista, pero era feminista. En sus obras hay un feminismo fino y expone la condición de la mujer”.
Concluyó que, al luchar por la gente, “Elena Garro rompió con el cliché de ser señora en su casa” y que pese a que “por el tiempo y las circunstancias que le tocaron vivir”, no se conoce más su obra, “sin duda fue la mejor escritora del siglo XX”, finalizó.
*FIGURAS DESTACADAS, EN LA PRESIDENCIA DEL SCM
Durante la presentación de la invitada, Lya Gutiérrez Quintanilla, titular de la corresponsalía del SCM, expresó su satisfacción de ver reunido en el público, “a tantos amantes de las buenas letras, de la literatura”.
Mencionó que la agrupación fue fundada el 28 de febrero de 1942 y que ha tenido como presidentes destacados, entre otros, a Enrique González Martínez, Julián Carrillo, Rodolfo Usigli, Luis Ortiz Monasterio, Agustín Yáñez, Jorge González Camarena y Mariano Azuela.
“Todos con su particular aporte a las letras mexicanas y a la patria”, resaltó.
Cabe decir que esta actividad resaltó porque es la primera que se realiza en Morelos en este año, cuando se cumplen 100 del nacimiento de Elena Garro. Ninguna otra institución cultural ha organizado alguna actividad al respecto.
Además, el lunes 22 de agosto, se cumplieron 18 años del fallecimiento de la escritora en Cuernavaca (22 de agosto de 1998), lugar en donde pasó sus últimos años de vida.