En un ambiente de profundo respeto y admiración hacia la labor de quienes se dedican a una expresión del arte popular del estado de Morelos, fue inaugurada la exposición Las gabaneras de Hueyapan, en el Museo de Arte Indígena Contemporáneo (MAIC), en Cuernavaca, al mediodía del pasado viernes 15 de julio.
Con esta actividad dieron comienzo los festejos por el primer aniversario de este espacio cultural de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), que contrastó con los reclamos y denuncias públicas de discriminación -por parte de los gobiernos locales- que, en estos días, han realizado las artesanas de los estados de México, Morelos y Guerrero que venden sus artículos –desde hace cuatro décadas- en el centro de Cuernavaca.
La inauguración de la muestra en el MAIC, fue un ejemplo de consideración a la dignidad de quienes realizan una diversidad de prendas para vestir, apoyadas en el telar de cintura, técnica característica de Hueyapan, comunidad del municipio de Tetela del Volcán: la hilandera Julia Hernández Lavín y las tejedoras Eva Zavala y Yenny Flores Zavala.
Dándole el amplio reconocimiento que merecía la ocasión, participaron con sus comentarios, en la apertura de la muestra, autoridades del municipio de Tetela del Volcán, del MAIC, del Patronato de la UAEM y hubo una explicación de la labor de las gabaneras, por parte de Diana Reséndiz García, Jefa del Departamento de Documentación.
La exposición también llamó la atención, porque fue más allá de ser un muestrario de trabajos terminados: ataviadas con el traje típico de su comunidad –prendas y calzado (ixcacles de ixtle)-, las creadoras de las piezas mostradas dieron una exhibición de su actividad con el telar de cintura.
De esa manera, doña Julia Hernández explicó la minuciosa faena a la que se dedica: con ayuda de espinosos cardos secos –planta inmortalizada por José Martí, en la segunda estrofa de su célebre poema Cultivo una rosa blanca: “Y para el cruel que me arranca/ el corazón con que vivo,/ cardo ni ortiga cultivo/ cultivo una rosa blanca”-, se dedica, precisamente, a cardar la lana de ovejas, es decir, a separarla y estirarla para formar los hilos que después serán utilizados por las tejedoras.
Para formar las madejas, doña Julia se apoya en un huso de madera y un malacate de barro en un extremo: con una labor paciente y diestra, va enredando los hilos que serán la materia prima de sus compañeras.
Las tejedoras Eva Zavala y Yenny Flores Zavala dieron una exhibición de su enérgico y muy laborioso trabajo, incluso, invitaron a algunos asistentes a tomar las riendas del telar para intentar confeccionar alguna parte de la pieza que estaban realizando. Labor nada fácil, como pudieron comprobar los valientes que les tomaron la palabra.
Dentro de la exposición –que permanecerá sólo hasta este domingo 17 de julio-, se exhiben diferentes prendas y trabajos como un tapete de lana, varios gabanes de dos colores, un quexquémitl –prenda para el torso de las mujeres- guinda, así como los instrumentos de trabajo de las tejedoras, como los cardos secos, husos y malacate con hilos de lana, un urdidor (estructura de madera con urdimbre montada) y hasta lana trasquilada, entre otros objetos.