La celebración de las festividades religiosas y populares forma parte indisoluble de los pueblos, brindándoles cohesión e identidad. Una de las más destacadas de estas tradiciones es sin lugar a dudas la labranza de la cera que ser preserva en varias comunidades indígenas y mestizas de la entidad. Ligada fuertemente a los ciclos festivo-religiosos, su manifestación más visible son las llamadas Ceras Escamadas. En torno a ésta coexisten importantes formas de organización tradicional que se han mantenido vigentes desde hace más de cuatro siglos y se han transmitido de generación en generación.
Algunas de las comunidades que preservan el arte de la labranza y escamado de las ceras en Morelos son principalmente Axochiapan, Tlayacapan, Tepoztlán y Tetelcingo entre algunas otras.
Si bien es cierto que las técnicas artesanales son similares en todas las comunidades, la labranza de los cirios se preserva en Axochiapan y Tepoztlán, mientras que en los pueblos como Tlayacapan o Tetelcingo ésta comienza a sustituirse por la compra de cirios de parafina para su posterior escamado.
Para el escamado de los cirios se utilizan moldes de barro en Tlayacapan y de madera en Tepoztlán, Axochiapan y Ocotepec; en comunidades como Tetelcingo y Totolapan los cirios se adornan con papel de colores brillantes. Mientras que en Axochiapan la tradición se mantiene viva a través de las mayordomías y hemandades que labran y escaman los cirios de manera colectiva durante los meses de diciembre y enero en honor de San Pablo Apóstol, en los demás pueblos esta labor la realizan personas mayores, estando en riesgo la transmisión y preservación de este arte, al no haber nuevas generaciones de relevo, en casos como el de Tlayacapan empiezan a comprar a cereros del estado de México las ceras escamadas.
*Texto de presentación de la exposición Ceras escamadas, arte y tradición de Morelos.