La fotógrafa Maya Ocampo logra transmitir al espectador de su obra, por medio de los retratos que crea con su cámara, la desolación por la que atraviesan los personajes menos pensados para incubar ese sentimiento: los payasos y mimos, aunque el poeta Juan de Dios Peza ya haya demostrado, en el campo de las letras, que sí es posible esa contradicción en extremo, con su conocido poema Reír llorando.
Hace unos días concluyó en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (MuCiC), la exposición Lágrimas detrás de la sonrisa, luego de un mes de permanencia, aunque la autora adelanta que ya tiene invitación, para presentar esa misma muestra en las próximas semanas, en el municipio de Jiutepec.
En entrevista con Bajo el volcán, la joven artista comenta que la génesis de esa serie, tuvo lugar al concluir un diplomado que tomó en el Centro Morelense de las Artes.
“Entonces nos pidieron nuestro primer proyecto que hablara de nosotros. Desde siempre me han gustado los payasos y mimos y estaba obsesionada con el tema de la tristeza y el poema del payaso Garrick, de ahí surgió. Es un proyecto que habla de mí, en ese momento yo estaba triste y es como autobiográfico”, relata la expositora.
Durante el diálogo, Maya Ocampo si bien establece su gusto por hacer fotoreportajes, subraya y reitera su predilección por la fotografía construida: “me fascina porque es como una forma que tengo de expresar lo que yo quiero, porque no es lo mismo salir a la calle, ver un personaje y tomarle una foto, a que en la foto de producción yo elijo cómo tiene que ir vestido, en qué escenografía, qué es lo que quiero transmitir”, enuncia.
*MUCHO ESFUERZO Y COOPERACIÓN
-Plásticamente es muy interesante el resultado de tu trabajo, porque hay mucha preparación detrás de las imágenes.
-Yo no contaba con mucho presupuesto para este proyecto, entonces yo conocí a un chico que me presentó al payaso Peluso Pelambre y la mayoría de mis modelos son amigos.
Yo le dije a este payaso: no tengo presupuesto pero te puedo pagar con tus fotografías y algún intercambio con fotos; y me dijo: adelante. Nos hicimos muy buenos amigos, él me maquilló a todos.
La ropa realmente fue de ellos mismos, no gasté en vestuario pero lo que le dio mucha credibilidad fue el maquillaje de este payaso y, además, fueron los lugares que escogí, prácticamente fue una vecindad de un amigo, que es vieja y todo.
Entonces los escenario son completamente naturales, de hecho algunos fueron en La Casona Spencer, antes de que fuera remodelada, y no utilicé lámparas, fue pura iluminación natural, con una cámara semiprofesional. Realmente no gasté mucho, más que, obviamente, en refrescos para los chicos y en impresiones, porque les di sus fotos, pero realmente me ahorre muchísimo en el presupuesto.
Fue más que nada un trabajo de mucho esfuerzo y cooperación de parte de todos mis amigos.
-La reflexión que haces a través de tus imágenes es en cuanto al contraste que se da entre un personaje cuya función es hacernos reír y, sin embargo, aparece retratado en situaciones y en estados de ánimo desolados.
-El objetivo era precisamente eso, porque muchos me decían: oye pero si te interesan los payasos, por qué no te saliste a las calles a retratar a los de los semáforos. Y yo dije que no, porque yo no quería hacer un fotoreportaje, sino que la historia detrás de estos personajes.
Por ejemplo, sabemos que en un circo todos los personajes son personas comunes y corrientes como nosotros, que sufren, que tienen historias tristes, sin embargo, salen a dar la cara de felicidad porque tienen que hacerlo.
Yo admiro mucho esa parte, porque yo también me he sentido como un payaso, y no creo que yo nada más, sino la mayoría: que le ha pasado algo muy triste, estás súper destrozado personalmente y sales a la calle a dar tu mejor sonrisa. Y el show tiene que continuar, dirían en el circo, a pesar de las tristes historias que tenga cada personaje.
-Efectivamente, tristes historias que cada vez son más, en este país y estado de víctimas y victimarios.
-Exactamente, prácticamente somos como guerreros, porque hay veces que uno dice: me siento súper mal, no quiero ir al trabajo, no quiero salir, sin embargo, lo tienes que hacer y sales y pones una sonrisa, aunque por dentro estés súper mal.
Ahora imagínate los payasos, a veces tú no quieres ni reír, y si tu profesión es ser payaso o mimo, lo tienes que hacer y de la mejor manera.
*LA FOTO DE PRODUCCIÓN ME PERMITE PINTAR
-¿Cuál fue el mensaje que quisiste transmitirle a los espectadores que apreciaron tu obra?
-Precisamente eso: la tristeza, que yo en algún momento pasé. Era como que en cada cuadro hay una historia, hay una historia mía, pero yo quise que los espectadores tuvieran su propia interpretación de los cuadros.
En general ese era el mensaje que yo quería transmitir, la historia detrás de un personaje, la tristeza en sí, que sintieran la tristeza de estos personajes.
-El recurso de la fotografía te permitió dar rienda suelta a tu deseo de expresión, a tus ganas de manifestar tu mundo interior.
-Exactamente, yo me siento muy atraída hacia la fotografía construida, la foto de producción. O sea, sí hago lo demás, incluso hago fotos de eventos sociales, pero a mí me encanta esta parte, la foto de producción, porque me permite pintar.
Es como pintar, porque yo decido mis personajes, mi escenografía, el mensaje que yo quiero transmitir. Entonces, a mí se me facilita la fotografía y por medio de ella logré hacer esto.
-Vas a seguir en esa línea o vas a incursionar en nuevos proyectos.
-Sí, voy a seguir definitivamente en esto, de hecho tengo otros proyectos en puerta, pero mi principal objetivo es hacer dirección de fotografía en el cine. Es lo que yo quiero a futuro, sí me gusta mucho la foto de producción, o sea, estar en las películas y dirigir fotografía en las películas.