*VALOR SIMBÓLICO Y MATERIAL DE LAS OBRAS
Dentro de la publicación, Belem Sánchez Recillas explica a los lectores de qué se trata el proyecto cultural que encabeza: “Consiste en invitar, una vez por semana, a artistas, tanto emergentes como con trayectoria, que incursionen en diferentes disciplinas, mismos que durante un periodo de dos o tres horas estarán conviviendo con el público.”
Las obras que crean esos invitados se ponen en venta, añade y tienen un valor simbólico y material.
Es simbólico, dice, “porque cada persona le pedirá al artista un dibujo, fotografía o poema que se adecúe a cada quien, pues la personalidad del artista y su estilo artístico se verán reflejados en la obra que será vendida y que además será única; (es) material, porque dicha obra se estará vendiendo a precios accesibles”, destaca.
*SENTÍ COMO CUANDO ME DESNUDABA
Por su parte, Hugo Ortiz destacó en la presentación, lo que desde su perspectiva era lo más valioso del proyecto: “mostrar algo tan íntimo como tu proceso creativo, es lo padrísimo del proyecto”, dijo.
Rememoró con humor que su participación en Un Rapidín, le hizo sentir otra vez, lo mismo que cuando fue modelo de desnudo del Centro Morelense de las Artes (CMA), “fue maravilloso ver a la persona enfrente de ti mirar cómo haces un dibujo”.
Concluyó que la experiencia era tan enriquecedora “que cuando uno llega y ve lo que hacen los artistas, te maravillas, aunque te dediques a lo mismo”.
También en un tono humorístico, el caricaturista Trazo apuntó que su participación fue complicada, porque cuando trabajas, “generalmente estás solo, con poco ruido y Un rapidín fue una experiencia contraria: estar al lado de borrachos y de gente que te pregunta muchas cosas”.
Aunque bromeó al decir que no lo volvería a hacer nunca, expresó que fue “una experiencia muy chida”.
*MÁS DE 50 RAPIDINES
Por su parte, Belem Sánchez mencionó que su proyecto dio inicio en el mes de abril de 2015 y que lo que se busca es, por un lado, promover a los artistas, y por otro, que las personas vean el proceso de su creación.
Mencionó que a la fecha, ya van más de 50 invitados diferentes que han participado en Un rapidín, en disciplinas como la pintura, el dibujo, la música, la fotografía, el cine a mano, la escultura y hasta el tatuaje.
“Se busca promover todas las disciplinas, que no se quede sólo en dibujo o pintura”, subrayó y aclaró que si el número especial de la revista que se presentaba sólo incluía a 20 artistas invitados, es porque se trata de un primer bloque, el que se presentó de abril a octubre del año pasado.
Por parte del impreso, Estefanía Sánchez y Ximena Jasso afirmaron que lo que se intenta desde la revista, “es servir de espacio de difusión de este tipo de proyectos” y que se trataba de un medio de comunicación alternativo y libre, “para generar otro tipo de discurso y de mensajes”.
Indicaron que Insistentes estuvo financiado por recursos federales de Pronapred (Programa Nacional de Prevención del Delito) en los años 2014 y 2015, y aunque los recursos pudieron “bajarse” por la participación de la administración pasada del municipio de Jiutepec, en realidad se trata de “una iniciativa ciudadana que se mantiene como tal”.
Explicaron que los temas que se abordan son muy amplios, “porque así es la sociedad” y por ello han tocado a los de las drogas, la participación ciudadana, los derechos de las mujeres, la diversidad sexual y que falta uno, el de las bandas musicales locales.
Por último, Amira Aranda celebró la existencia de ese medio, “muy puntual y crítico a veces”, que abría sus espacios para generar un vínculo dentro del arte y la acción, por medio de las palabras.