La música de Amanda Martínez es una inusual mezcla de raíces culturales. Ella misma, nacida y criada en Canadá, es hija de un hidalguense que viajó a Estados Unidos en bicicleta y una sudafricana cuyos abuelos vinieron de Alemania y Rusia.
“Yo vivo en un país en donde el 100% de la población es inmigrante, -declaró Amanda-, y creo que eso es una gran ventaja, porque tenemos una gran riqueza en el arte y la cultura. Aunque todos somos canadienses, también celebramos nuestras raíces.”
Amanda Medina (violinista cubana), Paco Luviano (bajista mexicano), Pablosky Rosales (guitarrista cubano), Alexander Brown (trompetista cubano) y Rosendo León (percusionista cubano) son los músicos que acompañaron a Amanda Martínez en escena.
En entrevista, algunos de ellos dieron su opinión acerca de las ventajas y las desventajas de la fusión y el acercamiento cultural entre razas y nacionalidades:
“Yo creo que Canadá en sí, es un país que agrupa muchas culturas, -opinó Pablosky Rosales-, y la ventaja de eso es que puedes experimentar, como hacemos aquí, en términos de ritmo y melodías. En este grupo trabajamos la música cubana, música española y música mexicana, un poquito de brasileña también.”
“Cuando tú experimentas con tantos géneros juntos, te da mucha libertad de expresión de ideas –dijo Amanda Medina-, siempre a alguien le surge una idea diferente y la puede insertar en el tema, creando casi un nuevo estilo musical, esa es la mayor riqueza”.
“La mezcla es muy positiva, no es negativa –declaró Rosendo León-. Nos da la oportunidad de aprender cosas nuevas, y de ahí puede que demos con algo que por lo menos antes no habíamos escuchado y que sea único de la banda. Tener esa libertad te hace crecer como músico.”
Sobre el escenario, Amanda Martínez interpretó temas como “Esperanza Viva”, “Va y viene”, “Mañana”, “Alcoba Azul” y “La tormenta”, en las que el público intervino con aplausos al escuchar los solos de sus músicos acompañantes.
Amanda ha sido aclamada internacionalmente después de sus presentaciones en las festividades de la Copa del Mundo FIFA 2010 en Sudáfrica, los Juegos Panamericanos de Guadalajara en el 2011 y en el emblemático club de jazz neoyorquino Blue Note.
“Mañana”, su tercera y más reciente producción, es un canto a la esperanza y la perseverancia, y ha ganado tres nominaciones como Mejor Artista de Latin Jazz del Año en los Premios Nacionales de Jazz de Canadá.